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Lenguas semíticas



afroasiático

Las lenguas semíticas o semitas son una subfamilia de la familia de lenguas afroasiáticas.[1]​ Se desarrollaron sobre todo por Oriente Próximo y el norte y este de África. El término fue utilizado por primera vez en la década de 1780 por miembros de la Escuela de Historia de Gotinga,[2]​ quienes derivaron el nombre siguiendo la tradición bíblica, según estos textos, Sem era un hijo de Noé, cuyos descendientes serían los pueblos semitas.

Las lenguas semíticas más habladas en el presente son el árabe, el amhárico, el hebreo y el tigriña. La protolengua o grupo de dialectos estrechamente ligados que habría dado lugar a las lenguas semíticas se conoce como protosemítico.

De la familia semítica se conservan registros escritos ininterrumpidos desde el 2500 a. C. hasta el presente, lo que hace de ella la mejor testimoniada históricamente. Compárense los 4500 años de registros de lenguas semíticas con los algo más de 3500 años de textos en lenguas chinas, los 3400 años de textos griegos o los 4000 años que median entre las primeras inscripciones en egipcio antiguo y los últimos textos en copto) que datan del siglo VIII. Los primeros textos semíticos conocidos están escritos en acadio (ca. 2500 a. C.-1600 a. C.), eblaíta (ca. 2400 a. C.), ugarítico (ca. 1400 a. C.-ca. 1185 a. C.), lenguas cananeas (ca. 1200 a. C.), hebreo antiguo (ca. 1100 a. C.-250 d. C.), fenicio-púnico (ca. 1000 a. C.-200 d. C.) y arameo antiguo (900 a. C.-250 d. C.).

Las lenguas semíticas suelen dividirse en tres grandes grupos: orientales (Mesopotamia), occidentales o noroccidentales (Oriente Próximo) y meridionales o sudoccidentales (península arábiga y Cuerno de África).

Todas las lenguas semíticas del grupo oriental están actualmente extintas. A esta rama pertenece la lengua semítica más antigua conocida, el acadio, que se hablaba en zonas del actual Irak. Las más antiguas inscripciones en acadio datan de la primera mitad del tercer milenio antes de Cristo y utilizan la escritura cuneiforme, tomada de los sumerios. Hacia el 2000 a. C., el acadio se fragmentó en dos lenguas diferentes: el babilonio, hablado en el sur de Mesopotamia, y el asirio, hablado en el norte.

Se discute si el eblaíta, lengua hablada en la ciudad de Ebla, en Siria, en el tercer milenio antes de nuestra era, recientemente descubierta, pertenece a este grupo o al de las lenguas occidentales, puesto que parece tener similitudes con ambas ramas.

La mayor parte de estas lenguas están también extintas. Sobreviven únicamente dos: el hebreo y el arameo. Las lenguas semíticas occidentales conocidas son:

El grupo de lenguas semíticas meridionales incluye las lenguas sudarábigas, el árabe y las lenguas etiópicas.

El árabe en sus diferentes variedades es, con mucho, la lengua semítica más hablada. Propiamente se puede argumentar que las variedades árabes vernáculas son lenguas diferentes; solo el árabe usado en registros escritos es similar en diversos países, no así el árabe coloquial usado como lengua vernácula. Por esa razón algunos autores consideran que el árabe debe ser clasificado como una macrolengua. En total se calcula que todas las variedades de árabe, suman unos 250 millones de hablantes. Los primeros textos conocidos en árabe datan del siglo IV. La rápida expansión del islam a partir del siglo VII llevó aparejada la difusión de la lengua árabe por una zona muy extensa, que va desde la costa atlántica de África hasta Mesopotamia. Con el tiempo, la lengua se fue fragmentando en dialectos locales, si bien el árabe clásico se mantuvo como lengua escrita y, en la actualidad, se emplea en los medios de comunicación de masas. Los diferentes dialectos vernáculos (Irak, Siria, Líbano, Egipto, Magreb) que constituyen el árabe, difieren bastante del árabe clásico -tanto como el italiano del latín, se ha dicho- y, en muchos casos, no son inteligibles entre sí.

El maltés tiene su origen en una variedad neoárabe muy influida por el siciliano. Desde un punto de vista jurídico, tiene reconocimiento como lengua oficial en Malta y es notablemente divergente del árabe vernáculo del resto de países árabes.

Las lenguas etiópicas se dividen en etiópicas septentrionales y etiópicas meridionales.

Las lenguas semíticas evolucionaron de una lengua, el protosemítico, que tenía tres vocales breves y tres vocales largas. Gran parte de las lenguas semíticas poseen fricativas faringales y oclusiva glotal. Además la mayoría en el sistema de consonantes suele existir una oposición tripartita: sorda, sonora y "enfática" (donde la realización de esta última varía entre la faringalización, la velarización o la coarticulación glotal).

Los lexemas de las palabras suelen estar constituidos por esqueletos consonánticos, teniendo el esquema vocálico entre las consonantes información gramatical. Entre las raíces consonánticas o lexemas la gran mayoría son de tres consonantes. Tienen un sistema de infijos muy desarrollado (los patrones vocálicos son una forma de infijación de hecho).

Los numerales en diferentes lenguas semíticas son:[3][4]



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