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Libia bajo el régimen de Muamar el Gadafi



La historia de Libia bajo Muamar el Gadafi abarca un período de cerca de cuarenta y dos años, desde el 1 de septiembre de 1969 hasta el 25 de agosto de 2011.

Gadafi se convirtió en el líder de facto del país el 1 de septiembre de 1969, después de dirigir a un movimiento de oficiales del ejército libio en contra del rey Idris I de Libia en un golpe de Estado sin sangre. Con el rey exiliado del país, el Consejo de Comando Revolucionario (CCR), encabezado por Gadafi, abolió la monarquía y la constitución, a la vez que proclamó la nueva República Árabe Libia con el lema «libertad, socialismo y unidad».[1]

Tras hacerse con el poder, el gobierno del CCR empezó a redistribuir los recursos económicos en materias de educación, salud y vivienda. La educación pública en el país pasó a ser gratuita y la educación fue obligatoria para ambos sexos. El sistema de salud también se hizo disponible al público de forma gratuita, sin embargo su tarea en materia de vivienda tardó más tiempo en cumplirse.[2]

Bajo el mandato de Gadafi, el ingreso per cápita en el país creció enormemente, llegando al quinto más alto en África.[3]​ Este incremento vino acompañada de una controversial política internacional, pues en ocasiones se autorizó el uso del terror para lograr los objetivos marcados, e incrementado la represión política interna.[4]

En 1977, Muamar el Gadafi renombró el estado libio como Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista. Acuñado Yamahiriya, un término comúnmente traducido como "estado de masas". El país fue renombrado de nuevo en 1986 como Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista.

Durante los años 1980 y 1990, Gadafi había apoyado abiertamente el terrorismo internacional, el cual llevó a un deterioro de las relaciones exteriores de Libia, culminando en el bombardeo de los EE. UU. a Libia en 1986. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 Gadafi empezó a distanciarse del terrorismo, y durante el resto de la década del 2000, a medida que las relaciones internacionales de Libia se fueron normalizando, los EE. UU. rescindieron su designación como patrocinador del terrorismo en junio de 2006.

A principios de 2011, se desató una rebelión contra el régimen de Gadafi en el contexto de la «Primavera Árabe». Un Consejo Nacional de Transición se formó el 27 de febrero con el propósito de asumir la autoridad. Una coalición dirigida por la OTAN intervino el 21 de marzo contra el régimen.[5]​ Al mismo tiempo, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Gadafi y su séquito de 27 de junio de 2011.

Gadafi fue expulsado del poder a raíz de la caída de Trípoli por parte de las fuerzas anti-Gadafi el 20 de agosto de 2011, aunque aún permanecieron por otros dos meses focos de resistencia en manos de las fuerzas leales al régimen. La caída de las últimas ciudades leales a Gadafi y su captura en Sirte el 20 de octubre de 2011 marcaron el fin de la Yamahiriya libia.

El descubrimiento de importantes reservas de petróleo en 1959 y los ingresos posteriores de la industria de petróleo permitieron a Libia la transición de una de las naciones más pobres del mundo a un estado en desarrollo. Aunque el petróleo mejoró drásticamente las finanzas del gobierno libio, empezó a surgir un resentimiento debido al aumento de la concentración de la riqueza nacional en manos de pocos. Este descontento estuvo fundamentado con la subida del nasserismo y el nacionalismo árabe.

El 1 de septiembre de 1969, el denominado Movimiento de Oficiales Libres, un grupo de unos 70 oficiales del ejército y soldados en su mayoría asignados a los Cuerpos de Comunicaciones e inspirado en el movimiento homónimo de Nasser, tomó el control del gobierno y abolió la monarquía libia.

El golpe fue lanzado en Bengasi, las unidades del ejército rápidamente se unieron en apoyo al golpe de Estado, y en cuestión de días fue establecido con firmeza el control militar en Trípoli y en otros lugares de todo el país. La aclamación popular del golpe de Estado, especialmente más en zonas urbanas que rurales, fue hecha con entusiasmo. Los temores de la resistencia en Cirenaica y Fezán resultaron ser infundados. No se registraron muertes o incidentes violentos relacionados con el golpe de Estado.

El movimiento de oficiales libres fue coordinado por una dirección de doce miembros que se autodenominaron como el Consejo de Comando Revolucionario (CCR). Este cuerpo constituyó el gobierno libio después del golpe. En su proclamación inicial el 1 de septiembre,[6]​ el CCR proclamó al país como un estado libre y soberano llamado República Árabe de Libia, cuyo proceder sería «seguir el camino de la libertad, unidad y justicia para todos, garantizando el derecho a la igualdad de sus ciudadanos y abriendo ante ellos las puertas del trabajo honrado». El CCR aclaró a los representantes diplomáticos en Libia que los bienes extranjeros estarían protegidos. El reconocimiento diplomático del nuevo régimen llegó rápidamente de países de todo el mundo. El reconocimiento de los Estados Unidos se hizo oficialmente el 6 de septiembre.

En vista de la falta de resistencia interna, pareciera que el principal peligro para el nuevo régimen estaba en la posibilidad de una reacción inspirada por la ausencia del rey Idris o su heredero designado, Hasan ar Rida, que había sido detenido en el momento del golpe de Estado, junto con otros altos funcionarios civiles y militares del gobierno real. A pocos días del golpe, sin embargo, Hasan renunció públicamente a todos los derechos al trono, declaró su apoyo al nuevo régimen y pidió a la población aceptarlo sin violencia. Idris, en un intercambio de mensajes con el CCR a través del presidente de Egipto Nasser, se desligó de los intentos de una probable intervención británica y rechazó cualquier intención de regresar a Libia. A cambio, se aseguró por el CCR, la seguridad de su familia, todavía en el país. A petición propia y con la aprobación de Nasser, Idris se instaló en Egipto, donde había pasado su primer exilio y donde permaneció hasta su muerte en 1983.

El 7 de septiembre de 1969, el CCR anunció que había nombrado a un gabinete para llevar a cabo el gobierno de la nueva república. Un técnico educado en Estados Unidos, Mahmud Sulayman al-Maghribi, que luego sería encarcelado en 1967, fue designado primer ministro. Presidió el consejo de los ocho miembros de ministros, de los cuales seis, al igual que Maghrabi, eran civiles y dos —Adam Said Hawwaz y Musa Ahmad— eran militares. Ninguno de los oficiales era un miembro del CCR. El Consejo de Ministros se encargó de «poner en práctica la política general del Estado, establecida por el CCR». Al día siguiente, el CCR decidió promover de capitán a coronel a Muammar Gadafi y de nombrarlo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas libias. Aunque voceros del CCR en enero de 1970 confirmaron los nombres de otros miembros del CCR, se hizo evidente a partir de esa fecha que el nuevo jefe de Estado de facto era Gadafi.

Los analistas se apresuraron en señalar las similitudes entre el golpe militar libio de 1969 y el de Nasser en Egipto en 1952, y quedó claro que la experiencia de Egipto y la carismática figura de Nasser habían formado un modelo para el Movimiento de Oficiales Libres. A medida que el CCR en los últimos meses de 1969 se movía vigorosamente para instituir las reformas internas, proclamó la neutralidad en el enfrentamiento entre las superpotencias y la oposición a toda forma de colonialismo. Aunque apoyó la causa palestina contra Israel. Se abolieron las instituciones parlamentarias, todas las funciones legislativas fueron asumidas por el CCR. El nuevo régimen rechazó categóricamente el comunismo ―en gran parte porque era atea y no islámica― y oficialmente abrazaba una interpretación del socialismo árabe que integraría los principios del Islam con la reforma social, económica y política.

Después de la formación de la República Árabe Libia, Muamar Gadafi y sus colaboradores insistieron en que su gobierno no iba a descansar en el liderazgo individual, sino más bien en la toma de decisiones colegiadas. Sin embargo, pronto quedó claro que Gadafi actuaba como dictador de facto, sin mayor voz para el CCR.

En diciembre de 1969, Adam Hawwaz, el ministro de Defensa, y Musa Ahmad, el ministro del Interior, fueron arrestados y acusados de planear un golpe de Estado. En el nuevo gabinete formado después de la crisis, Gadafi, conservando su puesto como presidente del CCR, también se convirtió en primer ministro y ministro de Defensa. Abdessalam Jalloud, generalmente considerado como el segundo tras Gadafi en el CCR, se convirtió en viceprimer ministro y ministro del Interior. Este gabinete fue de trece miembros, de los cuales cinco eran agentes de CCR. En julio de 1970, Abdullah Abid Senusse, primo lejano del rey Idris, y miembro de clanes opuestos a Gadafi, fue acusado de conspirar para hacerse con el poder. Después de que el plan fue frustrado, se produjo un cambio sustancial, funcionarios del CCR por primera vez formaban una mayoría entre los nuevos ministros.

Desde el principio, los portavoces del CCR habían declarado su intención de llevar al «difunto régimen» a la justicia. En 1971 y 1972, más de 200 antiguos funcionarios gubernamentales, entre ellos 7 primeros ministros y numerosos ministros del gabinete, así como el exiliado rey Idris y miembros de la familia real, fueron juzgados por traición y corrupción en la Corte Popular Libia. Muchos, que como Idris I vivieron en el exilio, fueron juzgados in absentia. Aunque un gran porcentaje de los acusados fueron absueltos, se impusieron sentencias de hasta quince años de prisión y fuertes multas a otros. Se dictaron cinco sentencias de muerte, todas menos una de ellas in absentia, incluso una contra Idris. Fatima, la reina, y Hasan ar Rida fueron condenados a cinco y tres años respectivamente.

El régimen también persiguió las diferencias regionales y tribales, rechazando los liderazgos tradicionales y el trazado a través de las fronteras administrativas. El Movimiento de Oficiales Libres pasó a llamarse «Unión Socialista Árabe» (ASU) en 1971, para después convertir a Libia en Estado unipartidista. Los sindicatos fueron incorporados a la ASU y se prohibiَeron las huelgas. Italianos y lo que quedaba de la comunidad judía fueron expulsados y sus bienes confiscados en octubre de 1970.

Gadafi mantuvo una crisis de poder entre 1971 y 1972, por lo que la prensa extranjera especuló sobre un eclipse de su autoridad, pero se mantenía comandante en jefe de las fuerzas armadas y la cabeza efectiva del Estado.

Después del golpe de septiembre, las fuerzas estadounidenses procedieron deliberadamente con la planeada retirada de su base aérea en Wheelus en el marco del convenio suscrito con el régimen anterior. Mientras las relaciones con Estados Unidos se deterioraban, Gadafi estrechaba vínculos con la Unión Soviética y otros países de Europa del Este, todo ello manteniendo la postura de Libia como un país no alineado pero contrario a la expansión del comunismo en el mundo árabe. El Ejército de Libia pasó de la fuerza prerrevolucionaria de solo 6000 hombres a armarse con armas y misiles de fabricación soviética.

La base económica de la revolución de Libia ha sido los ingresos del petróleo. Sin embargo, las reservas de petróleo de Libia eran escasas comparadas con los de otros países árabes. Como consecuencia de ello, el régimen de Libia estaba más dispuesto a conservar su riqueza natural y menos a la moderación en el aumento de los precios del petróleo.

Las compañías extranjeras de petróleo acordaron un aumento de los precios de más de tres veces la tarifa (de 0,90 a 3,45 dólares por barril) a principios de 1971. En diciembre, el gobierno libio de repente nacionalizó los fondos de la British Petroleum y se retiraron otro fondos por valor de aproximadamente $ 550 millones invertidos en los bancos británicos, como resultado de una disputa política exterior British Petroleum rechazó por insuficiente una oferta de compensación de Libia, y el Tesoro británico prohibió a Libia la participación en el área de la libra esterlina. En 1973 el gobierno libio anunció la nacionalización de casi todas las empresas petroleras que operan en el país. Este paso le dio el control de Libia del 60 por ciento de su producción doméstica de petróleo a principios de 1974, una cifra que posteriormente aumentó al 70. La nacionalización total estaba fuera de cuestión.

Insistiendo en el uso continuo del petróleo contra Israel y sus partidarios en Occidente, Libia apoyََó la formación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1973, y las presiones de Libia fueron parcialmente responsables de las medidas para aumentar los precios de los barriles, imponiendo embargos y haciéndose con el control de la producción. Como consecuencia de estas políticas, la producción de petróleo en Libia quedó reducida a la mitad entre 1970 y 1974, mientras los ingresos por exportaciones se cuadruplicaron. La producción a la baja tocó fondo en 1975, en un momento en que el gobierno estaba por invertir grandes cantidades de ingresos procedentes del petróleo en otros sectores de la economía. A partir de entonces, la producción se estabilizó en alrededor de 2 millones de barriles por día. En la década de 1980 debido a los altos precios del crudo libio, la demanda reducida de petróleo fue de todas las fuentes.

El Plan de Transformación Económica y Social, anunciado en 1975, fue programado para bombear 20 mil millones de dólares en el desarrollo de una amplia gama de actividades económicas para generar ingresos después de que las reservas de petróleo se hayan agotado. La agricultura fue programada para recibir la mayor parte de la ayuda en un esfuerzo para que Libia sea autosuficiente en sus alimentos y para ayudar a mantener a la población rural en el campo. La industria, escasa poco antes de la revolución, también recibió una cantidad significativa de fondos en el primer plan de desarrollo, así como en el segundo, lanzado en 1981.

A partir de 1973 se empieza con una llamada revolución cultural o popular promovida por Muamar el Gadafi. Esta revolución fue diseñada para combatir la ineficacia burocrática, mejorar la participación en el sistema de gobierno subnacional y los problemas de coordinación política. En un intento de inculcar el fervor revolucionario, Gadafi promovía el «comité popular», donde el pueblo tomase las decisiones. En pocos meses, los comités fueron creciendo a través de Libia, hasta hacerse con la administración local en algunas regiones.

Los comités generales populares se establecieron en organizaciones muy distintas, como las universidades, las empresas privadas de negocios, las burocracias gubernamentales y los medios de difusión, ocupados por elección popular directa, con miembros electos en varias localidades. A mediados de 1973 se encontraban más de 2000 comités populares, siguiendo el concepto de democracia directa que Gadafi propuso en el primer volumen del Libro verde, que apareció en 1976, concepto que se aplicara a un estado de masas, Yamahiriya. La pieza central del nuevo sistema fue el Congreso General del Pueblo, un organismo representativo nacional.

El 2 de marzo de 1977, el GPC, a instancias de Gadafi, adoptó la «Declaración sobre el establecimiento de la autoridad del pueblo»[7][8]​ y fue declarada la Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista (الجماهيرية العربية الليبية الشعبية الإشتراكية العظمى [9]​) Muamar Gadafi aseguró que la Yamahiriya era una democracia directa sin partidos políticos, regida por su población a través de los comités o asambleas populares generales.

Yamahiriya (جماهيرية) es un término árabe transliterado generalmente como «Estado de las masas». El término aparece como tal en el Libro Verde de 1975, aunque en la edición de 1981 «Estado de las masas» se acentúa. La palabra yamahiriya deriva de jumhūriyyah que es usual en la traducción árabe de «república».

Los cambios en el liderazgo de Libia desde 1976 terminan en marzo de 1979, cuando el GPC declaró el «traspaso del poder a las masas» y la «separación entre el estado y la revolución».

Gadafi cesó en sus funciones como secretario general del congreso general popular en 1979, pero aun siendo el comandante de las fuerzas armadas y gobernante del estado libio. Su reemplazante fue Abdul Ati al-Obeidi en el congreso, quien había sido primer ministro desde 1977.

El congreso nombró el Comité General del Pueblo, sustituto del Consejo de Ministros. Gadafi recibe el título de "Hermano Líder y Guía de la Revolución".

Se instauraron la Secretaría General y el Comité General del Pueblo. Gadafi, como secretario general del Congreso general, mantuvo la primera instancia decisoria, mientras en los comités generales populares los ciudadanos debatían las normativas y las decisiones eran aprobadas por el congreso, siendo la encarnación de lo que Gadafi llama «poder popular». La declaración de las primeras reformas de 1977 y sus resoluciones adjuntas equivalen a una revisión fundamental de la proclamación constitucional de 1969, especialmente respecto a la estructura y organización del gobierno, tanto a nivel nacional como federal.

Continuando la reforma político-administrativa de Libia, Gadafi introdujo a partir de 1977 los «comités revolucionarios», asignándoles la tarea de «vigilancia absoluta del poder popular», y de guiar a los comités populares a «elevar el nivel general de la conciencia política y la devoción a los ideales revolucionarios», pero estos comités revolucionarios sirvieron como represores ante los críticos.

Aunque no fueran órganos oficiales del gobierno, los comités revolucionarios al igual que con los comités populares, se ajustaron a la imposición de un nuevo elemento contra el sistema de gobierno existente antes de la Revolución en Libia, en lugar de la sustitución formal o la consolidación de estas estructuras ya existentes. El resultado fue un sistema innecesariamente complejo de superposiciones jurisdiccionales que dejaba en peligro la coordinación efectiva de los gobiernos federales.

Estos comités revolucionarios fueron disueltos y los comités populares seguían con sus asambleas. Un nuevo gabinete dentro del Comité General del Pueblo fue formado, con una comisión de control hacia los ciudadanos. Las secretarías de petróleo, de relaciones exteriores y de industria pesada serían las únicas al margen de esta comisión. Se propuso también crear un «ejército del pueblo» mediante una milicia popular a fines de la década de 1970. Aunque la idea surgió de nuevo a principios de 1982, no fue realizada.

La reconstrucción de la economía fue en paralelo con el intento de remodelar las instituciones políticas y sociales. Hasta finales de 1970, la economía de Libia se mezcló con un papel muy importante para la empresa privada, excepto en el petróleo, la banca y los seguros. Pero de acuerdo con el segundo volumen del Libro Verde de Gadafi, que apareció en 1978, el comercio privado de venta, alquiler, y los salarios eran una forma de «explotación» que debía ser abolida. Libia tomó el control de un gran número de empresas, convirtiéndolas en empresas estatales. Las operaciones de comercio al por menor y al por mayor fueron sustituidas por supermercados estatales, donde los libios pudiesen comprar lo que necesiten a precios bajos. En 1981 el Estado también había restringido el acceso a las cuentas bancarias personales para que se utilicen los fondos de capital privado en proyectos del gobierno.

En 2009, un informe de la World Factbook de la CIA mostró que la esperanza de vida promedio de un libio era de 77 años (sólo un año menos que la de un ciudadano estadounidense), gracias a las reformas sanitarias del régimen.

El régimen también construyó una red de tuberías a lo largo del Sahara y otra red de embalses en las ciudades de Trípoli, Bengasi y Sirte, terminando en gran parte con la escasez de agua por la sobrepoblación.[10]​ Fue parte del proyecto masivo iniciado en 1984, en el que grandes recursos de agua de un sistema acuífero de arenisca servía tanto a las poblaciones urbanas como a nuevos proyectos de riego en todo el país.[11]

Libia siguió afectada con la escasez de mano de obra calificada como antes de 1969, lo que tuvo que ser arreglado, junto con una amplia gama de bienes de consumo, con pagos de los ingresos del petróleo. Los ingresos del petróleo hicieron posible una mejora sustancial en la vida de prácticamente todos los libios. Durante la década de 1970, el gobierno logró hacer importantes mejoras en el bienestar general de sus ciudadanos. Para 1980, los libios gozaban de mejoras en sus viviendas, educación pública, servicios integrales de asistencia social y normas generales de la salud que se encontrarían entre las más altas de África.

En 1973 las fuerzas armadas libias ocuparon la chadiana Franja de Aouzou. Buscando instalar una Yamahiriya chadiana, Libia ocupó el país vecino hasta 1987, cuando Francia intervino a favor de Chad y expulsó a los libios.

Entre el 21-24 de julio de 1977, Libia, tras una serie de enfrentamientos en la frontera con Egipto, se enfrentó a éste en un breve conflicto que daría la victoria a los egipcios tras acordar el cese.

Ésta fue una fuerza paramilitar pan-árabe patrocinada por Libia, creada en 1972. La Legión formó parte del proyecto de Muammar Gaddafi de crear un gran estado unificado islámico.

En 1972, Gadafi intentó que la República Popular de China le vendiera una bomba nuclear. Luego intentó negociar más armamento nuclear con Pakistán, pero éste cortó sus lazos diplomáticos.[12]

Tailandia informó que ciudadanos suyos habían ayudado a construir una instalación de almacenamiento de gas nervioso. Alemania sentenció a un empresario, Jurgen Hippenstiel-Imhausen, a cinco años de prisión por su participación en la obtención y construcción de armas químicas para el régimen libio.[13]

Los inspectores de la Convención sobre Armas Químicas verificaron en 2004 que Libia poseía una reserva de 23 toneladas métricas de gas mostaza.[14]

En el primer incidente del golfo de Sidra, el 19 de agosto de 1981, dos cazas libaneses dispararon y posteriormente fueron derribados por dos F-14 estadounidenses F-14 frente a la costa libia. En el segundo incidente, el 4 de enero de 1989, la Marina de los Estados Unidos derribó dos cazas libios.

El régimen de Gadafi fue acusado de patrocinar el terrorismo, pues sus vínculos con redes terroristas por el mundo, según los servicios de inteligencia occidental, eran evidentes. Tras el atentado en la discoteca Le Belle de Berlín que dejó 3 muertos y alrededor de 229 heridos, Estados Unidos atacó sobre Libia el 15 de abril de 1986.

El vuelo 103 de Pan Am tuvo un atentado terrorista el miércoles 21 de diciembre de 1988 cuando cubría el trayecto entre Londres y Nueva York, explotando en el aire y cayendo sobre la ciudad de Lockerbie (Reino Unido) en el que se involucró a Libia. Las principales sanciones internacionales recibidas contra el país se aprobaron en 1992.

Buscando contener cualquier intento de golpe de estado o manifestaciones populares masivas en su contra, Gadafi prosiguió una política de equilibrio entre las tribus libias y debilitó deliberadamente a las Fuerzas Armadas, dotando a cuerpos de seguridad de su confianza.

Durante los primeros años de la Yamahiriya, algunos libios exiliados formaron grupos activos de oposición. A pesar de que los grupos eran generalmente ineficaces, Gadafi, sin embargo, a principios de 1979 advirtió a los líderes de la oposición que si volvían a casa inmediatamente serían arrestados o darían cara a la «liquidación».[15]

Hubo una ola de asesinatos de destacados exiliados libios, sobre todo en Europa Occidental. Pocos oponentes respondieron a la llamada de 1979 al «arrepentimiento» o a una resolución similar emitida en octubre de 1982, en la que Gadafi amenazaba de nuevo con la liquidación de los recalcitrantes, habiendo declarado ya la confiscación de sus bienes personales.

El desafío de la Yamahiriya hacia la autoridad islámica y la afirmación de que las ideas en el Libro Verde eran compatibles y basadas en el islam despertaron el enojo de varios críticos musulmanes. Las propiedades islámicas fueron nacionalizadas como parte de las reformas económicas de Gadafi, e instó a "las masas" a hacerse cargo de las mezquitas.

Los retos más serios vinieron de las fuerzas armadas, especialmente del cuerpo de oficiales, y del Consejo del Comando Revolucionario. El más importante ocurrió en 1975, cuando el ministro de planificación y miembro del CCR Umar Mihayshi y unos treinta oficiales del ejército intentaron un golpe de estado. El fracaso del golpe llevó a la fuga a Mihayshi con otros más. El régimen ejecutó a veintidós de los oficiales en 1977.

En 1979 se denunciaron nuevas ejecuciones de oficiales disidentes del ejército y, en agosto de 1980, varios cientos de personas fueron asesinadas como consecuencia de una rebeliَn sin éxito en el ejército centrada en Tobruk.

Según Amnistía Internacional figuran al menos de veinticinco asesinatos entre 1980 y 1987.

Los agentes de Muamar el Gadafi estuvieron activos en el Reino Unido, donde varios libios habían buscado asilo. Después de que diplomáticos libios dispararon contra diez manifestantes, matando a una policía británica, el Reino Unido rompió relaciones con el régimen de Gadafi.

En 1980, un agente libio intentó asesinar al disidente Faisal Zagallai, estudiante en la Universidad de Colorado. El joven, si bien sobrevivió, quedó parcialmente ciego tras el ataque.[16]​ Otro disidente fue secuestrado y ejecutado en 1990, justo antes de recibir la ciudadanía estadounidense.

Gadafi afirmó en junio de 1984 que los asesinatos podrían llevarse a cabo, incluso, cuando los disidentes fueran en peregrinación a la ciudad santa de La Meca. En agosto, un complot libio fue frustrado en esa ciudad.

A partir del año 2004, Libia ofrecería recompensas por las cabezas de los críticos, incluyendo 1millón de dólares por Ashur Shamis, un periodista libio-británico.[17]

En la década de 1990, el régimen de Gadafi se vio amenazado por el terrorismo islámico. En octubre de 1993, tuvo un intento de asesinato fallido por el ejército libio. En respuesta, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria reprimiría revueltas y actos terroristas los siguientes años. Cirenaica, entre 1995 y 1998 fue inestable, debido a las alianzas tribales de las tropas locales.[18]

Tras los atentados a Estados Unidos del 11 de septiembre, el estado libio se fue desligando del apoyo a insurgentes islamitas y esto posibilitó la normalización de sus relaciones con EE. UU. y sus aliados.

En 2011, tras el comienzo de la Primavera Árabe, ésta se extendería a Libia para que Gadafi hiciera reformas relacionadas con los derechos humanos y la libertad de expresión. Los rebeldes, respaldados por la OTAN, combatieron contra las tropas de Gadafi en la guerra civil. El colapso del gobierno de la Yamahiriya el 25 de agosto de 2011 marcó la salida definitiva del poder de Muamar Gadafi y su posterior captura y muerte el 20 de octubre siguiente.



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