Licantén es una comuna costera de la Provincia de Curicó, que está ubicada en la Región del Maule en la zona central de Chile.
Como dato toponímico, la palabra Licantén tiene muchos significados etimológicos como "lugar de piedras preciosas", "Cerro de cuarzo", "hombre fuerte" entre otros.
Esta zona fue invadida por los Incas quienes le dieron el nombre aimara al río Mataquetha que después derivó en Mataquito.
En esta región terminaba el dominio Inca y al sur del río Maule estaba el territorio mapuche, debido a ello, esta zona fue un lugar de intercambio comercial y cultural entre ambos pueblos y sus vestigios han sido encontrados en antiguos asentamientos indígenas como Lora, Huenchullaí, Llongocura y Tutuquén. Además a lo largo de todos estos sitios fueron encontrados restos de alfarería y herramientas pertenecientes a dichos habitantes, cuyos descendientes siguen habitando estos territorios y su presencia la podemos verificar a través de los apellidos, como lo son Calquín, Maripangue, Millacura, Villacura, Carbullanca, Llanca, Catrileo, Quitral, etc.
En el estuario de La Pesca, sus antiguos habitantes practicaron la pesca de orilla, utilizando la técnica del espinel. Esta actividad era articulada con la recolección y posteriormente con la agricultura a menor escala. Esta forma de vida fue propia de los picunches que habitaban en esta zona, y persistió en tiempos de la conquista española, ya que no fueron sometidos a trabajos forzados, sino que se les cobró un tributo, el cual era pagado en cosechas o los bienes que tuvieran a su alcance.
Durante el siglo XVIII Licantén fue una estancia colonial perteneciente a don Antonio Díaz, a su alrededor se fue formando un modesto y pequeño caserío y que se ubicó preferentemente en la orilla del llamado “camino de la costa”, donde también se estableció la parroquia de Licantén, el 27 de diciembre de 1864.
El caserío de Licantén se incrementa con la existencia de la parroquia, sin embargo, la pequeña aldea solo en el siglo XIX adquiere mayor desarrollo al extenderse el ferrocarril y designársele como capital del Departamento del Mataquito.
La comuna de Licantén fue creada el año 1918, por la ley N° 5.955 del 27 de Noviembre, pasando a ser cabecera del Departamento del Mataquito.
A escasos kilómetros de la costa, cuenta con hermosas playas y balnearios como Iloca y Duao.
El principal río que recorre la hoya hidrográfica, es el Mataquito, que es de un enorme atractivo, y a la vez durante los inviernos se convierte en el principal enemigo de los licanteninos debido a sus enormes crecidas, donde en muchas oportunidades ha dejado al pueblo de Licantén bajo las aguas.
La comuna de Licantén abarca una superficie de 273,31 km² y una población de 6.902 habitantes (Censo INE Año 2002), correspondientes a un 6,9% de la población total de la región y una densidad de 25,25 hab/km². Del total de la población, 3.248 son mujeres (47,06%) y 3.654 son hombres (52,94%). Un 42,42% (2.928 háb.) corresponde a población rural, y un 57,58% (3.974 hábs.) corresponde a población urbana.
Ubicada en Juan Esteban Montero 25, Licantén, Licantén, Maule
Integra junto con las comunas la provincia de Talca y la provincia de Curicó el distrito electoral N° 17 (diputados), y pertenece a la 9ª circunscripción senatorial.
El principal recurso económico de la Comuna es la agricultura, y actualmente ha crecido en forma importante los ingresos provenientes de la Empresa de Celulosa Licancel S. A. perteneciente al grupo Arauco S A, que ha permitido que exista una mayor posibilidad de trabajo al igual que mayor contaminación del río a partir de las aguas industriales emanadas desde la misma cada vez con más frecuencia desde el 1999.
En 2018, la cantidad de empresas registradas en Licantén fue de 100.
El Índice de Complejidad Económica (ECI) en el mismo año fue de -0,52, mientras que las actividades económicas con mayor índice de Ventaja Comparativa Revelada (RCA) fueron Cultivo de Avena (349,68), Venta al por Menor de Pescados, Mariscos y Productos Conexos (143,11) y Destrucción de Plagas, Pulverizaciones, Fumigaciones u Otras (134,5).Dentro de sus actividades deportivas destaca en la población la práctica del carreras a la chilena, carreras de perros, rodeo a la chilena y el fútbol, existiendo cuatro entidades principales: Lora Unido, Unión La Costa, Deportivo Huracán y Deportivo Licantén.
Destacan también en la comuna como personaje importante la llamada "alondra de Iloca" o más conocida por todos como Rayén Quitral, cuyo verdadero nombre era María Eugenia Quitral, gran cantante que alcanzó gran fama mundial.
Destaca entre sus hijos ilustres el poeta Pablo de Rokha, Premio Nacional de Literatura y considerado uno de los 4 grandes de la poesía chilena; asimismo la cantante lírica Rayén Quitral, nacida en la localidad de Iloca en la costa de Licantén.
Y sin lugar a dudas son innumerables otros personajes de esta Comuna como El Pastor Oraldo Rojas Ramírez (1884-1976), Cesar Cuevas, Ciro Boetto, Policarpo Calquín y otros que aportaron a que Licantén tenga hoy la importancia y reconocimiento.
En esta comuna se encuentra la localidad de Lora, donde encontramos la iglesia del mismo nombre (Monumento Nacional), donde el tercer domingo de Octubre se realiza la celebración de la Virgen del Rosario. esta fiesta religiosa es conocida como Baile de los Negros y ha sido reconocida como Tesoro Humano Vivo de la UNESCO a través del Programa de Reconocimiento de Tesoros Humanos Vivos implementado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Este baile destaca por su raigambre picunche, donde se entrecruzan las tradiciones diaguita-incas de la zona centro-norte con la tradición mapuche del sur. Constituye el límite austral de los bailes chinos (manifestación de baile religioso surandino), sin embargo, integra elementos propiamente mapuches.
Su Biblioteca Municipal destaca por la recuperación del edificio del antiguo Ramal de Curicó a Licantén, siendo esta casa de Máquinas el actual edificio donde alberga material bibliográfico, siendo premiada en la Bienal de Aquitectura de 2010. Su Biblioteca destaca por el posicionamiento social y cultural, obteniendo el primer posicionamiento en gestión de Bibliotecas a nivel nacional en dos ocasiones, destaca también el alto ingreso de proyectos adjudicados.
Autor de una de las producciones poéticas más contestatarias y polémicas que emergieran en Latinoamérica a mediados del siglo XX, Pablo de Rokha -seudónimo de Carlos Díaz Loyola- nació en Licantén, el 17 de octubre de 1894. Sus primeros años transcurrieron en la zona central del país, acompañando a su padre, José Ignacio Díaz, en variados trabajos esporádicos que este desempeñaba, tales como administrador de fundos o jefe de aduanas y de límites cordilleranos. Su juventud fue conflictiva y rebelde, siempre en contradicción con el conservadurismo cultural y político de su región natal. Sufrió el rechazo de sus educadores, tanto en la Escuela Pública N° 3 de Talca, como en el Seminario Conciliar de San Pelayo, del que fue expulsado en 1911 por leer y compartir con sus compañeros -quienes lo apodaban el Amigo Piedra-, libros considerados de autores blasfemos, como Rabelais y Voltaire. Esta expulsión fue la oportunidad para que el futuro poeta emigrara a Santiago.
Establecido en la capital se matriculó en las carreras de Derecho e Ingeniería en la Universidad de Chile, pero muy pronto las abandonó, por esos años trabó amistad y relación con otros intelectuales vanguardistas de la época, como Pedro Sienna, Ángel Cruchaga Santa María y Vicente Huidobro, entre otros, y descubrió la filosofía de Nietzsche, la poesía de Walt Whitman y de los poetas malditos. Trabajó como periodista en los diarios La razón y La mañana y publicó sus primeros poemas en la revista Juventud. En 1914, estando en Talca, recibió el poemario Lo que me dijo el silencio, firmado por Juana Inés de la Cruz, primer seudónimo de Luisa Anabalón Sanderson, quien en 1916 será su esposa y adoptará el nombre literario de Winett de Rokha. Ese mismo año el poeta publicó su primer conjunto de poemas, "Versos de infancia", en la antología Selva lírica.
De Rokha articula su obra en un convulsionado contexto nacional e internacional, caracterizado por la decadencia del orden oligárquico en Chile y la consolidación del fascismo, el nazismo y el socialismo en Europa, como preludio a la Segunda Guerra Mundial. También fue la época en la que la participación de las masas se acrecentó, espoleada por el avance de la industrialización y de las democracias en América Latina.. Hacia 1930, Pablo de Rokha ya demostraba ser un ferviente defensor del marxismo-leninismo -ideología que el poeta vinculaba a la ética cristiana- y del estalinismo soviético, inclinación que lo impulsó a militar en el Partido Comunista y a adherir en 1936 al Frente Popular.
En Chile importantes críticos coetáneos al poeta, tales como Hernán Díaz Arrieta (Alone) y Raúl Silva Castro, menospreciaron su obra, y ulteriormente la investigación crítica sobre la misma ha sido exigua. El crítico literario que ha trabajado de modo más vasto la poesía, el pensamiento y la estética rokhiana es Naín Nómez, quien propone en Pablo de Rokha: una escritura en movimiento (Santiago: Documentas, 1988), analizar su producción en tres etapas.
La primera, que va desde 1916 hasta 1929, se caracteriza según el crítico por la influencia del Romanticismo y una perspectiva anarquista entrelazada con elementos bíblicos y religiosos. En este período, De Rokha dirigió la revista Numen, publicó en Claridad su obra "El folletín del Diablo"; y autoeditó su libro Los gemidos (1922), que fue ignorado por la crítica, más entusiasmada con el modernismo y el mundonovismo imperantes. De esta época fecunda son también U (1926); Satanás, Suramérica y Heroísmo sin alegría (1927); y Escritura de Raimundo Contreras (1929).
Sus trabajos del período 1930-1950 están marcados por el activismo político, a través de textos que buscan una dialéctica entre lo individual y lo social, como Canto de trinchera (1929-1933), Imprecación a la bestia fascista (1937), Cinco cantos rojos (1938), Morfología del espanto (1942), Arenga sobre el arte (1949) y Carta magna de América (1948), que incluye la Epopeya de las bebidas y comidas de Chile. En estos años De Rokha funda su propia revista, Multitud: revista del pueblo y la alta cultura (1939), que más tarde se convierte también en editorial.
Durante sus últimas dos décadas, se entretejen en la escritura rokhiana el optimismo revolucionario, la protesta social y el amor desgarrado por la muerte de la mujer del poeta, quien acusa el golpe en el libro Fuego negro (1953). Su histórica rivalidad con Pablo Neruda se agudizó con la publicación de Neruda y yo (1955), ensayo en el que De Rokha califica al parralino de "artista burgués" y lo acusa de plagio. La controversia continuó luego con la publicación de Genio del pueblo (1960), libro donde dialogan 111 personajes de la cultura letrada y popular, entre los cuales aparece Neruda bajo el nombre de Casiano Basualto. En 1961 publicó Acero de invierno, libro en el que aparece su poema "Canto del macho anciano" y en 1967, el que sería su último libro, Mundo a mundo. Un año después, el 10 de septiembre y a los 73 años de edad, el poeta se quitó la vida. Luego de su muerte, se publicó Mis grandes poemas: antología que amplía la primera recopilación poética del autor, Pablo de Rokha. Antología: 1916-1953, publicada en 1954.
Pablo de Rokha recibió el Premio Nacional de Literatura en 1965 por una obra siempre fiel a una visión de mundo rupturista y receptiva a los elementos de la modernidad, pero profundamente enraizada en lo chileno.
Esta antigua caleta de pescadores artesanales está ubicada en la desembocadura del río Mataquito, allí existe un estuario donde converge una gran variedad de flora y fauna, con la cual sus habitantes han interactuado desde un tiempo indeterminado de generaciones hacia atrás. Muchos de ellos descienden de los habitantes prehispánicos de la zona, que se dedicaban a la pesca, la caza y la recolección, cuya forma de vida conocemos gracias a los conchales encontrados en la zona.
Los primeros pescadores de este lugar practicaban la pesca de orilla, utilizando los implementos que tenían a su alcance, como el espinel, que consiste en una cuerda de la que cuelgan varios anzuelos, a la que se le amarra una piedra en el extremo y se lanza al mar, luego se deja a merced de la marea y las olas, para finalmente recogerla desde la orilla. Otra forma antigua de pescar era amarrar una red a una vara los más larga posible, que era arrastrada desde la orilla por uno o dos pescadores. También se utilizaba el llamado “chinchorro”, que consiste en una red tipo cortina a la que se le colocan pesos en la parte inferior y arriba lleva flotadores, los cuales en un principio eran de chagual. Dicha red se arrastra desde la orilla, para lo cual necesitaban de unos 10 a 15 pescadores. Las primeras redes eran de cáñamo, los propios pescadores y sus esposas las tejían, pudiendo demorarse entre una semana y un mes en terminarla, dependiendo del tipo o el tamaño. Posteriormente, cuando desapareció el cáñamo se utilizaron otro tipo de fibras como el algodón, pero sin duda fue la aparición del nylon lo que trajo un cambio radical a los pescadores, debido a su durabilidad y menor peso. Hoy en día pueden comprar una red fabricada en China a muy bajo costo, sin embargo, aquí todavía podemos ver pescadores que mantienen la tradición de remendar ellos mismos sus redes. Se calcula que los primeros botes fueron utilizados hace unas dos generaciones, es decir, alrededor de 60 años. Dichas embarcaciones eran construidas por los mismos pescadores y utilizaban la madera que tenían disponible, de preferencia ciprés, sin embargo, llegaron a fabricar botes de eucaliptus, en donde tallaban la quilla y los mascarones de sus embarcaciones, para lo cual contaban con sus propios astilleros. Los más ancianos recuerdan que el primer bote fabricado era plano, similar a una artesa y que era muy pesado de mover a pesar de contar con 4 remos. Con el paso del tiempo fueron mejorando la técnica y aprendieron a curvar la madera para lograr una forma más apropiada para la navegación. Esto se hacía metiendo la madera en un tubo con agua que se calentaba en una fogata, luego de un rato, sacaban la madera y la doblaban con mayor facilidad, puesto que el calor y el agua la ablandaban, adquiría elasticidad y evitaba que se quebrara. Finalmente el bote era recubierto con alquitrán para sellar todo tipo de filtraciones.
El avistamiento de aves surge desde la abundancia de aves migratorias y autóctonas que conviven en la desembocadura del Mataquito, allí convergen variadas especies de gaviotas, el flamenco chileno, pilpilenes, cormoranes, zarapitos, cisnes de cuello negro, variadas especies de patos, etc. El circuito turístico impulsado por el sindicato de pescadores contempla un recorrido por esta biodiversidad natural, en los mismos botes utilizados para pescar y a cargo de los propios pescadores especializados como guías. Este circuito es un paquete turístico, en donde los usuarios pueden acceder no solo al avistamiento de aves, sino que se les provee de todo lo que necesiten. Por lo tanto, el paquete contempla, estadía, alimentación y recreación, en la cual se incluyen actividades como salir a tirar las redes y procesar los pescados, los mismos que se servirán en el almuerzo.
En la zona de Licantén se comercializan periódicos nacionales y regionales y se captan radios de la provincia.
En Frecuencia Modulada posee 4 emisoras
Los canales de televisión abierta banda VHF que se captan en la zona de servicio de Licantén, Curepto y Hualañe, son:
Desde 2020, existe una asociación de Fútbol en Licantén:
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