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Liceo Naval Militar Almirante Brown



El Liceo Naval Militar «Almirante Brown» es una escuela de educación secundaria de la Armada Argentina. Sus Cadetes egresan como guardiamarinas de la Reserva Naval.

A partir de 1946, la Armada Argentina comenzó a manifestar inquietudes, ideas y proyectos de creación de un Liceo Naval Militar, a fin de contar con un instituto de enseñanza secundaria destinado a formar Bachilleres y Oficiales de la Reserva Naval (RN).[1]

Dicha iniciativa se inspiró en los liceos militares creados por el Ejército Argentino —el Liceo Militar General San Martín en 1938 y el Liceo Militar General Paz en 1944—, cuyos resultados iniciales demostraron ser muy satisfactorios. El subdirector de la Escuela Naval Militar, capitán de fragata Guillermo Plater —a cargo de la Dirección— envió el 30 de noviembre de 1946 al ministro de Marina Fidel Anadón una nota con un proyecto de decreto solicitando se considerara la creación de un liceo naval militar.

Según el proyecto presentado, el liceo a crearse dependería de la Armada Argentina, desarrollaría los planes de estudios vigentes en los establecimientos nacionales de enseñanza secundaria quedando habilitado para expedir el título de bachiller, su régimen interno se basaría en el de la Escuela Naval Militar y estaría bajo la directa dependencia del director de esta.

Finalmente, el 28 de diciembre de 1946, por Decreto N.º 22 892 suscrito por el presidente de la Nación y los ministros de Marina y de Justicia e Instrucción Pública, se aprobó la solicitud y el proyecto presentado un mes antes por el capitán Plater, quedando de esta manera fundado el primer Liceo Naval Militar de la Armada Argentina, que recibió el nombre de «Almirante Brown» en homenaje al máximo héroe naval argentino.

El Liceo abrió sus puertas en 1947 y, en poco tiempo, se transformó en un colegio secundario de reconocido nivel de excelencia al igual que otros prestigiosos institutos educativos de la Argentina, como el Nacional Buenos Aires y la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini. En sus aulas, sitas originalmente en la localidad de Río Santiago, a unos 15 kilómetros de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires. Su configuración geográfica netamente fluvial y su evolución histórica tan estrechamente vinculada a nuestra Armada, hacían de Río Santiago el ámbito ideal para que los futuros cadetes se identificaran profundamente con el espíritu y las tradiciones de la Armada Argentina. En las aguas y costas de Río Santiago se luchó contra las Invasiones Inglesas 1807 y contra los brasileños en la guerra del Brasil 1825-1828.

Entre 1947 y 1952, los directores de la Escuela Naval Militar se desempeñaron paralelamente como Directores del Liceo, mientras que a partir del 29 de enero de 1952 (Decreto N.º 1921) se dispuso designar Oficiales Superiores como Directores del Liceo propiamente dichos. En el aspecto administrativo el Liceo dependió en principio de la Dirección General del Personal Naval y luego de la Dirección de Instrucción Naval.

Según el “Manual del Cadete del Liceo Naval Militar[2]​”, edición 1960, vigente en sus líneas generales durante muchos años, el LNM «tiene como misión formar bachilleres y peritos mercantiles capacitados para desempeñarse como personal Superior de la Reserva, a fin de contribuir a proveer el personal necesario para los cuadros de la Reserva de la Armada Nacional […] facilita a los estudiantes secundarios […] la prosecución de sus estudios en un ambiente militar, inculcándoles sanos preceptos de moral, carácter y concepto de Patria […]. El Cadete del LNM recibe la instrucción correspondiente a la enseñanza secundaria y los conocimientos profesionales necesarios para llegar a ser a su egreso del instituto, un bachiller oficial del cuerpo de comando de la Reserva o perito mercantil oficial del cuerpo profesional de Intendencia de la Reserva de la Armada Nacional». Años después, y como consecuencia de los distintos cambios y actualizaciones en los planes de estudio (1966, 1972, 1978), se abandonaron el título de Perito Mercantil y los escalafones Cuerpo General (Comando Naval), Infantería de Marina e Intendencia para los egresados guardiamarinas de la Reserva Naval.

El Liceo vivió una situación inesperada y muy particular durante el golpe de Estado autodenominado Revolución Libertadora (16-20 de septiembre de 1955). En aquella oportunidad, los cadetes del Liceo fueron alojados el 16 de septiembre en las instalaciones de la Escuela Naval Militar debido a su condición de menores de edad y por no ser personal militar. No obstante la decisión de mantener a los cadetes al margen de la lucha.[cita requerida]

El contraalmirante Jorge Perren —quien encabezó el golpe en la Base Naval de Puerto Belgrano—, comentó que los comandantes de los patrulleros ARA Murature (P-20) y ARA King (P-21) «fueron a tierra y se presentaron al director del Liceo, capitán de navío Bourel, quien les dio información sobre la posición de las tropas propias en la zona del astillero y elevadores, y los autorizó a batir con artillería las posiciones que ocupaban en la misma zona las tropas gubernistas, haciéndolo con cañones automáticos Bofors 40».

Al producirse la evacuación de la Escuela Naval Militar, de la Base Naval Río Santiago y del Liceo, que se realizó entre las 19 h y las 20 h del 16 de septiembre, los cadetes del Liceo fueron embarcados en los rastreadores Granville (M-4) y Spiro (M-13), pertenecientes a la Fuerza de Rastreo y Minado de la Fuerza Naval del Plata. Durante el 17 de septiembre estos buques —con los liceanos a bordo— se hallaron en tareas de bloqueo del tráfico marítimo y fluvial en el Río de la Plata. El 18 de septiembre se trasbordó a los jóvenes liceanos al Buque de Desembarco de Infantería (BDI) N.º 11 y se los condujo a Montevideo. En la capital uruguaya se los alojó en la Escuela Naval y la Escuela Militar y posteriormente en el Hotel «Argentino» y la colonia de vacaciones de la localidad balnearia de Piriápolis. Los cadetes del Liceo permanecieron en la República Oriental del Uruguay hasta el 28 de septiembre de 1955, cuando fueron repatriados al suelo argentino por el crucero ARA 9 de Julio (C-5) y el destructor Uruguay, de la Armada del país vecino. La partida de los liceanos provocó una multitudinaria concentración de la población montevideana, que se congregó para despedir a los jóvenes marinos argentinos.[cita requerida]

Las críticas circunstancias económicas y presupuestarias por las que atravesó el país durante la década de 1990-2000 afectaron con dureza al Liceo y determinaron la suspensión de los ingresos de aspirantes en 1997. Las promociones cursantes remanentes (las N.º 47, 48 y 49) abandonaron su tradicional e histórica sede y pasaron a las instalaciones de la Escuela Naval Militar. Este panorama se mantuvo hasta 2006 cuando el Liceo dejó definitivamente Río Santiago para instalarse en la Ciudad de Buenos Aires en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada y la Escuela de Guerra Naval (Argentina), en el barrio de Núñez.

A través de un convenio suscripto con la Armada Argentina, el Centro de Graduados del Liceo Naval Militar «Almirante Guillermo Brown» (fundado en 1953) se hizo cargo de la administración del Instituto a través de la Fundación Liceo Naval (constituida el 16 de noviembre de 2000), mientras que se confiaba a la Armada todo lo relacionado con los aspectos estrictamente navales. La última Promoción histórica de Río Santiago (la N.º 49) egresó el 5 de diciembre de 2000.[3]

En 2007, al entregar la Armada el predio de la ESMA,[4][5]​ el Liceo se mudó al entonces Centro Recreativo Bouchard, dependiente de la Armada. En dicho predio funcionan hoy las instalaciones del Polo Educativo dependiente de la Dirección General de Educación de la Armada, en Vicente López. El Liceo ocupa instalaciones temporales hasta tanto se finalice la construcción de su nueva sede, frente a la Avenida del Libertador.

La gran mayoría de sus graduados completaron su formación en la universidad y muchos de ellos han alcanzado destacada actuación en sus respectivas profesiones y/o actividades. El Liceo Naval posee como objetivo otorgar a sus alumnos una sólida preparación para desempeñarse en la vida civil[6]​ y en ese cometido une, a una calificada formación intelectual, la intensa práctica deportiva y el desarrollo de un comprometido espíritu de responsabilidad y camaradería entre todos sus integrantes.

La formación de los Cadetes complementa la básica de la enseñanza secundaria con una formación deportiva, cultural y militar. La actividad física y deportiva se lleva a cabo en el Campo de Deporte de la Armada Argentina, e incluye atletismo, natación y náutica. Anualmente los Cadetes participan en el Torneo Interliceos con el resto de los Liceos Militares de la Argentina. En la faz náutica, el Liceo emplea yates Conte 24,[7]​ y asiduamente participan en el Campeonato Regacic.[8][9]​ En 5to. año son certificados para tramitar el carnet de timonel y/o patrón de yate a vela y motor. Como requerimiento para su egreso como Guardiamarinas de la Reserva, los Cadetes reciben una variedad de capacitaciones profesionales en unidades de la Flota de Mar y la Infantería de Marina.



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