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Linterna mágica



La linterna mágica es un aparato óptico, también fue uno de los aparatos con el que comenzó el arte del cine. Se basaba en el diseño de la cámara oscura, la cual recibía imágenes del exterior haciéndolas visibles en el interior de la misma, invirtiendo este proceso y proyectando las imágenes hacia el exterior. Durante un tiempo se había considerado a Athanasius Kircher como inventor del aparato, quien en 1646 publicó Ars Magna Lucis et Umbrae (‘La gran ciencia de la luz y la oscuridad’), pero parece que hasta la segunda edición de 1671 no hay ninguna descripción del aparato. La primera referencia a un aparato capaz de proyectar imágenes sería un manuscrito de Christiaan Huygens de 1659.[1]

El artefacto consistía en una cámara oscura con un juego de lentes y un soporte corredizo en el que se colocaban transparencias pintadas sobre placas de vidrio. Estas imágenes se iluminaban con una lámpara de aceite —aún faltaba mucho para el invento de la luz eléctrica—, y para que el humo pudiera tener salida se dotaba al conjunto de una vistosa chimenea.

La linterna mágica se desarrolló a partir de las sombras chinas (proyección hacia adentro), proyectadas en los grandes teatros exclusivamente por los hombres, mientras las mujeres manipulaban la maquinaria desde atrás. Finalmente, fueron estas mujeres quienes descubrieron la linterna mágica (proyección hacia fuera).

Estudios recientes muestran que algunas variantes de linternas mágicas podrían haber existido en la antigüedad, ya que se cree que los sacerdotes de Eleusis y Menfis las poseerían y que ello inspiraría a Platón su famosa caverna, también precursora de los teatros de sombras. De hecho, se pudo desarrollar el invento gracias a la base teórica de Aristóteles sobre la ciencia y la óptica. Con el fraile Roger Bacon, el arte y la ciencia de la luz y la sombra sirvieron para poder construir los primeros objetos de entretenimiento para hacer "magia" con las sombras.

Hacia finales del siglo XVII resurgió el interés por la óptica, dando como fruto el telescopio y el microscopio, que además de su uso por científicos también servían de curiosidad para adinerados, empezando a fabricarse como otra opción linternas mágicas de manera artesanal y bastante precaria, ya que estaban destinadas a esa élite minoritaria con objetivos científicos, didácticos o divulgativos.

Durante el siglo XVIII, se introdujeron mejoras técnicas. Por ejemplo, se potenció la fuente de luz para mejorar la intensidad y calidad de las imágenes mediante la lámpara de Argand desde 1790. Las mejoras no se limitaron a las linternas, también afectaron a las placas de vidrio, con las que se consiguió reproducir el movimiento a partir de la proyección simultánea de placas, utilizando mecanismos como el encadenamiento y la superposición de imágenes. Estos avances coincidieron con la aparición de placas móviles, donde el movimiento se produce en la misma, y el éxito de las placas deslizantes, en que el movimiento se producía haciendo deslizar un cristal móvil delante de otro cristal fijo.También existían las placas con cremallera, donde el movimiento se obtenía a partir de una manija que hacía girar unos dientes metálicos alrededor del cristal. El italiano Cagliostro mejora este dispositivo, de modo que con un juego de ruedas se puede aumentar o disminuir el tamaño de la imagen proyectada.

Paulatinamente se populariza la linterna mágica y se le van encontrando aplicaciones prácticas. Nollet y Charles la introducen en la Sorbona para apoyar sus enseñanzas de modo visual, y el famoso mentalista Mesmer la emplea en sus cátedras sobre «magnetismo animal» y en sesiones de hipnotismo. El profesor Jean-Martin Charcot la usaba como método curativo en ciertos casos de epilepsia e histeria.

La linterna mágica sufrió un cambio fundamental en su diseño con la invención de la lámpara incandescente y del arco voltaico. Su aplicación sustituye con inmensa ventaja la iluminación por lámpara de aceite. Poco después aparece la fotografía, con lo que las transparencias pintadas son sustituidas por diapositivas, y la linterna mágica es virtualmente una ampliadora fotográfica. Quedaban solo unos pasos más para que llegara a ser un proyector cinematográfico.

El texto “Sueño”, escrito por Juana Inés de la Cruz en 1692, es el primer texto que habla sobre la presencia de la linterna mágica en España. Gracias al texto se tiene información de los inicios del artefacto en el siglo que este emergió. [2]

"Así, linterna mágica, pintadas / representa fingidas / en la blanca pared varias figuras / de la sombra no menos ayudadas / que de la luz: que en trémulos reflejos…" [3]

Se conoce la popularidad que obtuvo la linterna mágica gracias a la Memoria de Gaspar Melchor de Jovellanos, publicada en 1790. En ella también indica que se trataba de un artefacto generador de desconfianza. [2]

"Acaso deberían desaparecer con él los títeres y matachines, los payasos, arlequines y graciosos del baile de cuerda, las linternas mágicas y totilimundis, y otras invenciones que, aunque inocentes en sí, están depravadas y corrompidas por sus torpes accidentes. Porque, ¿de qué serviría que en el teatro se oigan solo ejemplos y documentos de virtud y honestidad si entre tanto, levantando su púlpito en medio de una plaza, predica don Cristóbal de Polichinela su lúbrica doctrina a un pueblo entero que con la boca abierta oye sus indecentes groserías?" [4]

Con el espectáculo “Fantasmagoria”, a  principios del siglo XIX la linterna mágica se convirtió en un medio de comunicación social en España1. Tenemos conocimiento de las fantasmagorías que se ofrecían en Madrid por la publicación “Noticias curiosas sobre el espectáculo de Mr. Robertson” de Juan Mieg. El linternista que realizaba las fantasmagorías era el francés Robertson, de ahí el nombre de la publicación de Mieg. [2]

"Para concebir la posibilidad de semejante ilusión sin entrar en sus pormenores, me bastará observar a mis lectores instruidos, que las imágenes de la linterna mágica son susceptibles de representarse no solo sobre el lienzo, como en la fantasmagoría común, sino también en la niebla, humo o vapor fijos y condensados convenientemente" [5]

Las fantasmagorías eran una de las diversiones públicas de la época. Se tiene constancia de ello gracias al artículo “¿Quién es el público y dónde se encuentra?” que fue publicado por Mariano José de Larra, el cual también describió los caracteres de la linterna mágica con sus respectivos estados de ánimo y costumbres. [2][6][7]

El artefacto comenzó a perder fama cuando se comercializó e institucionalizó ya que pasó a competir con el cinematógrafo. Esto no solo sucedió en España, sino en toda Europa. [2]

La linterna mágica funciona a base de un espejo cóncavo colocado en la parte trasera de una fuente de luz con el objetivo de dirigir toda la luz posible hacia una pequeña lámina de vidrio rectangular —la diapositiva— donde estará la imagen a proyectar, que delante, en la parte frontal del aparato, tendrá una lente. Esta se ajusta para enfocar adecuadamente el plano de la diapositiva a la distancia de la pantalla de proyección, que puede ser, simplemente, una pared blanca, y por lo tanto formará una imagen agrandada de la diapositiva en la pantalla.[8]​ Algunas linternas, incluyendo las de Christiaan Huygens y Jan van Musschenbroek, usan tres lentes.

Originalmente, las imágenes se pintaban a mano en diapositivas de cristal. Al principio las figuras se dibujaban con pintura negra, pero pronto se comenzaron a usar colores transparentes también. En ocasiones se hacían en papel aceitado. A menudo se usaba la pintura negra como fondo de la imagen para evitar la luz superflua, de manera que las figuras pudieran ser proyectadas sin bordes que distrajesen o marcos. A muchas diapositivas se les hacía un acabado con una capa de laca. Más tarde también se comenzaron a usar cubiertas de vidrio para proteger la capa de pintura.[9]​ Muchas de las diapositivas hechas a mano se montaban en marcos de madera con forma redondeada o cuadrada.[10]

A partir de 1820 comenzó la manufacturación de diapositivas impresas a color, muchas veces utilizando transferencias de decalcomanía. Muchas de las diapositivas manufacturadas se producían en tiras de vidrio con varias imágenes en ellas que se bordeaban con una tira de papel encolado. Las primeras diapositivas fotográficas, llamadas «hyalotipos», fueron inventadas por los compatriotas alemanes Ernst Wilhelm y Friedrich Langenheim en 1848 en Filadelfia y patentadas en 1850.[11][12][13]

Aparte de la luz del Sol, las únicas fuentes de luz disponibles en el momento en el que la linterna mágica fue inventada, en el siglo XVII, eran velas o lámparas de aceite, las cuales eran bastante poco eficientes y producían unas imágenes proyectadas tenues.

La invención de la lámpara de Argand, o quinqué, en la década de 1770 ayudó a hacer las proyecciones más claras. Después, en la década de 1820, gracias a la invención de la luz de calcio, o limelight, se hicieron mucho más claras aún. Por último, la invención de la lámpara de arco en la década de 1860 eliminó la necesidad de gases combustibles o productos químicos peligrosos; y finalmente, la lámpara eléctrica incandescente mejoró aún más la seguridad y la comodidad, no así el brillo de las imágenes.[14]

La Fantasmagoría era una forma de teatro de terror que usaba una o más linternas mágicas para proyectar imágenes aterradoras, especialmente de fantasmas. El exhibidor utilizaba proyecciones de proyección trasera, móviles o portátiles, y todo tipo de efectos para producir experiencias convincentes. Fue muy popular en Europa desde finales del siglo XVIII, hasta bien entrado el siglo XIX.

Se cree que los dispositivos ópticos, como los espejos cóncavos y la cámara oscura, se han usado desde la antigüedad para engañar a los espectadores y hacerlos creer que veían dioses y espíritus reales,[15]​pero fue el "físico" mago Phylidor, quien creó lo que debe haber sido el primer espectáculo de fantasmagoría. Probablemente usó linternas mágicas móviles con la lámpara Argand, recientemente inventada,[16]​para crear su exitoso Schröpferischen, y Cagliostoischen Geister-Erscheinungen (apariciones de fantasmas de Schröpfer-esque y Cagiostro-esque)[17]​ en Viena, desde 1790, hasta 1792. Phylidor declaró que su espectáculo de apariciones perfectas hizo visible cómo, charlatanes como Johann Georg Schröpfer y Cagliostro, habían engañado a su público. Entonces, presentó su Fantasmagoría como "Paul Filidort" en París, desde diciembre de 1792, hasta julio de 1793,[18][19]​ probablemente usando el término por primera vez. Como "Paul de Philipsthal", actuó en Fantasmagoría, en Gran Bretaña, desde 1801, con gran éxito.

Uno de los muchos exhibidores que se inspiraron en Phylidor fue Étienne-Gaspard Robert, quien se hizo muy famoso con su propio espectáculo Fantasmagorie, en París, desde 1798 hasta 1803 (más tarde actuando en toda Europa y volviendo a París para un triunfante regreso en 1814). Él fue quien patentó la linterna móvil "Fantascope" en 1798.[15]

En un principio, las linternas mágicas sirvieron para realizar proyecciones educativas y divulgativas, pero pronto se convirtieron en un objeto lúdico. A lo largo de los siglos XVIII y XIX en toda Europa artistas ambulantes montaban espectáculos mediante las proyecciones que realizaban las linternas mágicas. A mediados del siglo XIX, gracias a la industrialización de la producción de linternas mágicas, se empezaron a hacer proyecciones domésticas, destinadas principalmente al entretenimiento infantil.[20]

Por lo tanto, la mejor época de las proyecciones con linterna mágica fue durante la Época victoriana, en el siglo XIX.[21]

Aparte, las proyecciones más famosas de linterna mágica fueron los espectáculos de fantasmagoría, iniciados a finales del siglo XVIII y consagrados durante el siglo XIX. Estas proyecciones eran espectáculos de terror en los que se proyectaban imágenes diversas, como fantasmas que se movían en la pared, para a asustar a la audiencia. El hecho de que, en la mayoría de casos, el proyector estuviera detrás de la pantalla sin que la audiencia lo viera, contribuía al efecto misterioso y terrorífico del espectáculo.

El feriante más famoso que proyectaba fantasmagorías fue el belga Étienne-Gaspard Robert, más conocido como Robertson. Lo que le distinguió de los demás feriantes fue la utilización de una linterna mágica con ruedas, a la que llamó Phantascope o Fantascope. Moviendo el proyector para delante y atrás, conseguía alterar la medida de las imágenes proyectadas rápidamente sin desenfocarlas o cambiar la intensidad de la luz. Sin embargo, Robertson no fue el inventor de las fantasmagorías. De hecho, Mervyn Heard escribió que Robertson robó la idea al alemán Paul de Philipsthal, quien en el año 1793 exhibía espectáculos de fantasmas y espíritus en París, y posteriormente en Londres.[22]

Durante el siglo XIX, las proyecciones de linterna mágica como espectáculo de feria fueron bastante populares. A los feriantes ambulantes se les llamaba Galantee o Savoyards y proyectaban sus espectáculos sobre paredes y fondos blancos. Los temas presentados estaban relacionados con la Biblia y la moral, para que los niños pudiesen disfrutar del espectáculo. Cabe destacar que también se realizaban proyecciones exclusivamente para adultos: las proyecciones nocturnas de diapositivas relacionadas con el erotismo eran de lo más popular. Este tipo de proyecciones fueron posteriormente procesadas como películas pornográficas, y posteriormente, en muchas de estas diapositivas se disimularon las partes más ofensivas de las imágenes con tinta.[23]

De todos modos, con la aparición de las proyecciones domésticas, los feriantes se convirtieron en los llamados Profesores, que hacían proyecciones con sistemas mucho más sofisticados. Algunos de los espectáculos de linterna más complejos eran presentados en la Royal Polythecnic Institution de Londres, con grandes pantallas y efectos de sonido. También fue posible desarrollar efectos especiales e imágenes más grandes gracias a los nuevos descubrimientos como el arco voltaico. Las linternas más simples también mejoraron con las luces de aceite mineral, lo que permitió hacer proyecciones en lugares más pequeños.

Durante las décadas de 1870, 1880 y 1890 se compraron y vendieron muchas linternas mágicas domésticas. Empresas como Carpenter & Wesley, York & Son, Newton & Co. y James Bamforth produjeron un gran número de linternas y diapositivas. Durante esta época, aunque las cámaras continuaron mejorando técnicamente, las diapositivas eran cada vez más sencillas y muchas de ellas no estaban pintadas a mano sino que eran fotografías.

Pero desde que los hermanos Lumière idearon el cinematógrafo en el año 1895, las proyecciones de linterna mágica fueron disminuyendo, hasta llegar a utilizarse en pocos ámbitos, como el educativo o el religioso. De todas formas, a partir del año 1960, la linterna mágica fue redescubierta, convirtiéndose hoy en día en un objeto de estudio y de colección.

· Pintadas a mano: Diapositivas pintadas a mano con pintura y pinceles, principalmente sobre vidrio.[24]

· Impresas: Eran las diapositivas que los niños utilizaban para hacer proyecciones. Estas eran de vidrio, rectangulares y con una imagen impresa mecánicamente encima. Fueron muy populares entre 1800 y 1920.[25]

· Con calcomanías: Este tipo de diapositivas se producían transfiriendo un dibujo impreso en un papel especial (calcomanía) sobre el vidrio. Los dibujos solían ser bastante detallados y, la técnica de aplicación de las calcomanías sobre el vidrio era utilizada por los profesionales y principiantes de la fabricación de diapositivas para linterna mágica.[24]

· Fotográficas: El año 1848 los hermanos Langenheim reprodujeron una imagen fotográfica sobre una diapositiva de vidrio por primera vez y a partir de 1850, ya se comercializaba este tipo de diapositiva. Su forma era principalmente cuadrada y las fotografías eran en blanco y negro. En el caso de quererlas en color, se tenían que pintar a mano. Cabe remarcar que este tipo de diapositivas se vendían como 'cuentos infantiles', es decir, que se vendían bloques de diapositivas con imágenes fotográficas que explicaban un cuento popular, pensado para el entretenimiento de los niños.[24]

· Dibujadas: Este tipo de diapositivas fueron casi exclusivamente americanas. Consistían en imprimir sobre el vidrio una fotografía de un dibujo hecho por un artista. Joseph Boggs Beale hizo múltiples dibujos especialmente pensados para ser reproducidos sobre diapositivas de linterna mágica que mostraban la vida de la gente americana.[24]

· Blanco y negro pintadas con colores: Algunas diapositivas con fotografías impresas en blanco y negro, se pintaban posteriormente a mana con colores. Fueron muy populares y se llegaron a producir en masa.[24]

· Con fotografías en color: Este tipo de diapositivas es muy escaso, ya que se hicieron a partir de experimentaciones de la primeras fotografías en color, utilizando el autocromo. Eran realmente frágiles y se reprodujeron en pequeñas cantidades.[24]

· Mecánicas: Diapositivas que mediante superposiciones de imágenes y/o juegos de luz y sombra, podían hacer efectos especiales y pequeñas animaciones, creando así una ilusión de movimiento.[24]

· Simple Slipping Slide: Se utilizaban dos imágenes pintadas en la misma placa de vidrio que mostraban dos fases diferentes de un movimiento o historia. Durante la proyección las imágenes se tenían que cambiar rápidamente empujando o estirando la placa de vidrio con un movimiento lateral. Para obtener movimientos más suaves, la placa de vidrio se enmarcaba con un marco de madera o de metal. Era el método más sencillo para recrear la ilusión de movimiento.[26]

· Single Slipping Slide: Hay dos placas de vidrio en un bastidor de madera, una fija y la otra móvil. La acción se produce moviendo la placa móvil, que está delante de la placa fija, lateralmente por el marco. El personaje de dibujo era representado en la placa fija en dos posiciones diferentes, y la ilusión del movimiento era generada enmascarando ciertas partes de la imagen con la placa móvil, que tenía ciertas partes pintadas de color negro para camuflarse con el fondo de la placa fija.[26]

· Double Slipping Slide: El mecanismo y el funcionamiento es el mismo que el del Single Slipping Slide, pero esta vez hay una placa fija y dos placas móviles en los laterales.[26]

· Pivoted - Lever Slide: Este mecanismo también consta de dos placas: una fija y la otra móvil, que se puede mover de arriba abajo verticalmente gracias a una palanca pivotada. El mecanismo de este tipo de diapositivas es bastante complejo, por ejemplo, con un sistema de palanca pivotante simultáneamente cuatro piezas pequeñas de vidrio que mueven de arriba abajo para recrear el movimiento.[26]

· Silhouette Slide: Este tipo de diapositivas tienen unas figuras cortadas en materiales opacos como papel o metal, que pueden hacer varios movimientos. Se combinaban con un fondo pintado sobre vidrio. Se podría decir que el concepto es el mismo que el de las sombras chinas.[26]

· Single Pulley Slide: Dos placas se encuentran al final de un bastidor de madera, una fija y la otra libre para rotar delante de la otra placa. La placa móvil esta montada en un marco de latón con un sistema de palanca y, hay una rueda en el otro extremo del bastidor de madera que se gira mediante un mango. La placa móvil está conectada con la rueda de manera que, cuando gira la rueda, la placa móvil también lo hace. El sujeto se representa en parte en la palanca fija y en parte en la placa móvil, como pueden ser un molino y sus aspas giratorias.

· Double Pulley Slide: El mecanismo y funcionamiento es el mismo que el del Single Pulley Slide, pero esta vez hay una placa fija y dos placas móviles.

· Single Rackwork Slide: Hay una placa fija y una giratoria, que se sitúa delante de la fija y está montada en un marco de latón con dientes de piñón (similar a un engranaje). Cuando, mediante una manivela, se hace girar el engranaje de la placa móvil, esta gira. El efecto es el mismo que el de las Single Pulley Slide, pero el mecanismo de accionamiento del movimiento es diferente.

· Double Rackwork Slide: El mecanismo y funcionamiento es el mismo que el de las Single Rackwork Slide, pero esta vez hay una placa fija y dos placas móviles que giran en direcciones contrarias.

· Chromatrope: Utilizando el mecanismo de les Single Rackwork Slide i les Double Rackwork Slide, los discos giratorios forman un efecto en el cual se mueven diversas formas geométricas muy brillantes, creando así un efecto de calidoscopio. Este tipo de sistemas estaban a veces equipados con dibujos que contenían frases para dar la bienvenida o despedir el espectáculo.

· Astronomical Rackwork Slide: Utilizando el mecanismo de las Single Rackwork Slide, estas diapositivas estaban pensadas para mostrar el movimiento de los astros alrededor del Sol, produciéndose el movimiento en accionar la manivela.

· Cycloidotrope: Una placa negra de vidrio ahumado iba girando dentro del bastidor, mientras que una aguja en un brazo pivotado iba trazando dibujos geométricos sobre la superficie negra. En la pantalla se veía una línea blanca que iba trazando un dibujo geométrico regular complejo (como una mandala) sobre el fondo negro.

· Otros sistemas: A pesar de ser estos los sistemas de creación de movimiento y efectos más conocidos, había otras diapositivas que combinaban los tipos anteriormente mencionados y hacían efectos especiales muy curiosos. A causa de la gran producción de diapositivas por linterna mágica que hubo, resulta imposible hacer una clasificación exacta.

Algunos entusiastas de este mecanismo precinematográfico defienden que la brillante calidad del color de las diapositivas antiguas de linterna mágica no ha sido superada aún por ningún mecanismo similar. La linterna mágica y sus diapositivas son todavía populares entre los coleccionistas, y se pueden encontrar hoy en día en muchos museos. Cabe decir que solamente se han conservado 28 linternas de los primeros 150 años posteriores a su invención. Los museos que conservan linternas mágicas y diapositivas prefieren no utilizarlas para evitar su desgaste, aunque sí que proyectan vídeos de las antiguas proyecciones de diapositivas. Una investigación fruto de la colaboración de diversas universidades europeas llamada "Un millón de imágenes" (en inglés A Million Pictures) se inició en junio de 2015 y finalizó en mayo de 2018. Este estudio quiere reivindicar la conservación sostenible de decenas de miles de placas de linterna mágica de las bibliotecas y museos de toda Europa.

Los espectáculos públicos de linterna mágica son muy poco comunes hoy en día: los pocos proyeccionistas que quedan afirman ser los únicos en su región que realizan este tipo de espectáculo. Entre estos artistas podemos destacar a Pierre Albanese y el harmonicista Thomas Bloch, los cuales proyectan espectáculos diversos de linterna mágica, sobre todo fantasmagorías, por toda Europa desde 2008, y el Teatro Americano de Linterna Mágica (The American Magic-Lantern Theater).

Por último, el grupo de teatro holandés Lichtbende crea espectáculos de magia y luz contemporáneos basándose en el uso de linternas mágicas, así como talleres sobre este mismo mecanismo.



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