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Lo infraordinario



Lo infraordinario (en francés, L'Infra-ordinaire) es un libro póstumo del escritor francés Georges Perec (1936-1982), publicado originalmente en Francia en 1989 en la colección «La Librairie du XXIe siècle» de Editions du Seuil[1]​ dirigida por Maurice Olender.[3]

Fue traducido por primera vez al castellano por Mercedes Cebrián en 2008 para la editorial Impedimenta, incluyendo una introducción de Guadalupe Nettel.[3]​ Por esta traducción Cebrián obtuvo el Premio Mots Passants de Traducción, así como el Premio Tormenta en un Vaso 2009 al mejor libro traducido del año.[2][nota 1]​ En 2013 se volvió a editar en castellano, esta vez para la editorial argentina Eterna Cadencia, con traducción, prólogo y notas de Jorge Fondebrider.[5]

El libro, parecido al también póstumo Pensar/Clasificar (1985),[6]​ corresponde a una compilación de diversos textos que el escritor publicó en periódicos y revistas entre 1973 y 1981,[7]​ que versan sobre la observación minuciosa y asombrada de lo cotidiano, y del cuestionamiento de aquello que no suele cuestionarse.[8]

El libro está conformado por 8 textos. El primero de ellos, colocado allí a modo de introducción, se asemeja a una especie de manifiesto.[9]​ El segundo está dividido en seis secciones numeradas, cada una de las cuales, como en un diario personal, posee la fecha exacta y hora aproximada en que ha sido observado aquello que se está describiendo.[10]​ El tercer texto, dedicado al escritor italiano Italo Calvino, corresponde a una lista no enumerada de 243 textos de tarjetas postales, todas ellas con una estructura muy similar y de alrededor de tres líneas de extensión.[11]​ El texto siguiente está escrito en segunda persona plural y como si el narrador fuera un guía turístico.[12]​ El siguiente texto trata una temática similar al anterior, pero esta vez está escrito en primera persona, variando entre el singular y el plural, y el narrador adopta un tono más personal.[13]​ El siguiente es un texto breve,[14]​ que es sucedido a continuación por una lista no numerada de diversos elementos alimenticios.[15]​ El último texto no posee puntos aparte, a juzgar por su contenido ha sido escrito alrededor de las 10:00 hrs., y en su contenido remite explícitamente a un borrador escrito a las 12:50 hrs., de modo que se vuelve a repetir una segunda vez el mismo texto pero con ligeras variaciones.[16]

El libro cierra con una breve sección de referencias bibliográficas, que indica dónde se publicaron inicialmente cada uno de los textos que conforman la obra.[7]

La primera versión en castellano, por su parte, incluye una introducción de Guadalupe Nettel, titulada «Descifrar el espacio» y en la cual se refiere a distintos aspectos tanto del autor como de su obra.[9]​ Esta introducción viene sucedida de una breve «Nota de la traductora» en que Mercedes Cebrián explica su satisfacción por haber podido traducir este libro, no sin dificultades y recibiendo la ayuda de Nere Basabe, Alex Baurès, François Depersin, Patricia Esteban, Azucena López Cobo, Isabelle Marchesin, Daniel Samoilovich y Stéphane Tirard.[4]

Para muchos escritores, este libro es una demostración de la gran lucidez literaria de su autor.[9]

La traducción al castellano realizada por Mercedes Cebrián fue premiada con el Premio Mots Passants de Traducción y con el Premio Tormenta en un Vaso 2009 al mejor libro traducido del año.[2]

Para Guadalupe Nettel, las temáticas abordadas por este libro lo asemejan a procedimientos del arte contemporáneo practicados por Sophie Calle o Daniela Franco.[9]

Unos años después de su publicación en este libro, el texto «243 Cartes postales en couleurs véritables» fue traducido al sueco por Magnus Hedlund como «Tvåhundredfyrtiotre vykort», y presentado como obra de teatro en Estocolmo entre octubre y diciembre de 1991, bajo la dirección de Magnus Florin.[20]



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