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Lobo Suelto, Cordero Atado, Vol. 1



Lobo suelto, cordero atado, vol. 1 es un álbum de estudio del conjunto de rock argentino Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Junto a Cordero atado se lanzaron el mismo día, ambos bajo el citado dúo de nombres, los dos discos temáticos tratan sobre Lupus el Lobo y de Rulo el Cordero, con distintas canciones y portadas totalmente opuestas.

Desde el comienzo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota trabajaron en función de un nuevo disco que los sorprendió con mucha energía para compartir. Y el resultado estuvo a la vista cuando a fin de 1993 Lobo Suelto, Cordero atado, el primer - y único - álbum doble del grupo invadió las calles.

Si bien las grabaciones se realizaron en nuestro país, en los estudios Del Cielito, una visita del productor Gustavo Gauvry y el técnico de sonido Mario Breuer a los Estados Unidos desembocó en la posibilidad de realizar la masterización de Lobo suelto, Cordero atado en aquel país, hecho que, en medio de la persistente búsqueda de sonido por parte de la banda, no pudo ser más oportuno. Siguieron algunos viajes, y la concreción de la mezcla se efectuó en un estudio de Miami y luego fue completada en Los Ángeles.[1]

El arte de tapa estuvo a cargo de Rocambole en Lobo suelto, cordero atado, vol. 1 y del bajista Semilla Bucciarelli en Lobo suelto, cordero atado, vol. 2.

La presentación del álbum se realizó en el estadio de Huracán en dos fechas separadas, una dedicada íntegramente a Lobo Suelto (19 de noviembre de 1993) y otra a Cordero Atado (20 de noviembre de 1993), en estos recitales tuvieron varios invitados entre ellos el coro femenino Las Blacanblus y también volvió a la banda un exintegrante de los primeros tiempos, Conejo Jolivet, quien participó en varios shows de 1994 y 1995, y quien regresó más tarde, en 1998, en los dos recitales de Racing Club de Avellaneda, donde presentaron Último bondi a Finisterre y donde Conejo toca en casi la totalidad de los temas.[2]

"Corderito, soy el miedo que te muerde cuando la muerte baila sobre tus cuadriles perfumados. Cuando olfatea tu carne tibia de fetiche, de ídolo adorado que no besó la cola del primer Satán, porque nunca dejo de recordar que el sufrido viejo también fue un ángel. Corderito... no es bueno mantener al lobo hambriento (terminas con el corazón en la boca te lo digo yo, ji-ji). Vos, corderito, multiplicaste la crueldad durante milenios. No tuviste compasión. No hiciste uso del movimiento del alma que nos hace sensibles al mal que padecen los demás. Querido corderito... a partir de ahora perderás tu inocencia, pero no temas, la pérdida de la inocencia traerá belleza a tus ojos. Recién ahora podrás mirar la naturaleza con melancolía. Este lobo hechicero que soy, subirá al cielo consumido por tus palabras. Te dejaré las sobras, y aunque es verdad que hay un mundo en ellas, ascenderé con la esperanza de que no te pruebes la piel que yo gasté. Porque... corderito... ¡Aquí es el mas allá!"

PD: El próximo diluvio te vuelvo a ver.

Todos los temas compuestos por Beilinson-Solari.



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