x
1

Lola Arias



¿Qué día cumple años Lola Arias?

Lola Arias cumple los años el 3 de diciembre.


¿Qué día nació Lola Arias?

Lola Arias nació el día 3 de diciembre de 1976.


¿Cuántos años tiene Lola Arias?

La edad actual es 48 años. Lola Arias cumplió 48 años el 3 de diciembre de este año.


¿De qué signo es Lola Arias?

Lola Arias es del signo de Sagitario.


¿Dónde nació Lola Arias?

Lola Arias nació en Buenos Aires.


Lola Arias (Buenos Aires, 3 de diciembre de 1976) es una escritora, actriz, performer y directora teatral argentina.[1][2][3][4]

Lola Arias nació en Buenos Aires en 1976. Para Lola Arias, el arte es visto como «el cruce de muchas artes» (Arias, 2017), así pues, es definida como escritora, actriz, Performer, directora teatral y de cine.

Es muy importante mencionar los acontecimientos sociopolíticos  del país natal de la autora para conocer su obra. El año del nacimiento de Lola coincide con el año en el que tuvo lugar el golpe de Estado de Argentina, denominado Operación Aries por sus perpetradores. En esta rebelión cívico-militar, liderada por el general Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti se derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabel Perón manteniéndose esta nueva junta, con la figura de Varela en la presidencia,  en el poder hasta 1983. Se pasó de un gobierno de democracia representativa a una dictadura militar con todo lo que supone: noticias donde se cuentan desapariciones de niños y niñas durante la dictadura, represión ideológica, censura y manipulación de la información, etc. La Guerra de las Malvinas de 1982 también es un evento de gran influencia para la autora (Arias, 2017). Este evento tuvo lugar en un momento histórico previo a la aparición de las redes sociales, y es un evento marcado también por la censura.

Para Lola Arias la literatura siempre fue muy importante desde pequeña, su madre es profesora de Literatura y Lola leía mucha literatura Argentina por lo que  autores como Roberto Arlt por ejemplo marcaron su adolescencia, (Arias, 2017). Su formación en Londres y la influencia del teatro documento alemán es la base de su trabajo actual.

Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires, dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático y teatro con Ricardo Bartís y Pompeyo Audivert.[5]​ Estudió también dramaturgia en Londres (Royal Court Theatre) y en Madrid (Casa de América). Fundó la Compañía Postnuclear, un colectivo interdisciplinario de artistas con el que desarrolla diversos proyectos de teatro, literatura, música y artes visuales. Con Ulises Conti compone música para sus obras.[6][7]

Su obra es amplia y variada, incluyendo literatura, teatro, poesía, música, performances, cine y relatos en revistas y en diarios argentinos. Colabora con artistas de diferentes disciplinas en proyectos de arte, música y cine. Sus proyectos transitan la frontera entre la ficción y lo real. En colaboración con el artista suizo Stefan Kaegi desarrolló proyectos de teatro documental como Chácara Paraíso o Airport kids.[1]


Sus textos fueron traducidos a más de siete idiomas y se presentaron en festivales en todo el mundo, tales como: Steirischer Herbst, Graz; Festival d’Avignon; Theater Spektakel, Zúrich; We are here, Dublin; Spielart Festival, Munich; Alkantara Festival, Lisbon; Radicals Festival, Barcelona: Under the Radar, NY. Y en espacios de arte como: Red Cat LA, Walker Art Centre Minneapolis, Museum of Contemporary Art Chicago.[8]


Actualmente, nos encontramos en una época en la que el teatro podría de alguna manera clasificarse en diferentes paradigmas, siendo el paradigma discursivo en el que colocaremos a Lola  Arias y concretando más, se puede definir a esta artista como figura referente del teatro documento de la escena contemporánea. «El encuentro vivo entre los espectadores y el público y el uso de lo real en la escena más allá de gestos realizados por actores» (Arias, 2011) resume a la perfección el trabajo de Arias.

El teatro documento es un teatro de información y se ocupa exclusivamente  de la documentación del tema (Weiss, 1976). Para ello, la presencia de fragmentos de  realidad en él gana protagonismo. Partiendo de esta premisa se comprende de mejor manera todas las características que en Notas  sobre el teatro documento el autor describe y  de las que a continuación haremos un breve resumen.

Es un teatro de información porque los testimonios del presente en  diferentes modalidades son la base de su representación. Por lo tanto,  renuncia a toda invención y se sirve de material auténtico. Este material lo ofrece desde la escena sin variar el contenido pero sí variando la forma.

Parte de la vida pública la cual es presentada habitualmente por los medios de comunicación de masas. El teatro documento critica el encubrimiento, los falseamientos de la realidad y las mentiras o engaños históricos. Para su autor lo que ocurre es que «Sólo vemos el resultado»  (Weiss, 1976).

Este tipo de teatro está en contra de las políticas de ofuscación y cegamiento pretendiendo que sean los ciudadanos quienes deseen y logren obtener sus propias informaciones. «El público ve hoy día el pasado» (Weiss,1976) por lo que el teatro documento estaría lleno de dramatismo si bien no pretende estar al nivel de una manifestación política si no ser un medio artístico y ponerse así mismo en entredicho favoreciendo la reflexión del público.

Por el hecho de partir de la realidad parte de la posición del que observa y analiza por lo que no trabaja caracteres escénicos sino que muestra dos bandos que se enfrentan entre sí con objetividad. Incluso puede incorporar al público en las deliberaciones con las figuras de acusados/ acusadores.

Para la elaboración del material documental se sirve de noticias, fragmentos ordenados, material de hechos elaborados lingüísticamente, rupturas donde se interrumpe la información para incluir reflexiones por ejemplo, etc. Es muy importante que ante la posibilidad de un material denso esté muy presente la visión de síntesis. Esta investigación fomenta que la realidad pueda ser explicada desde varias perspectivas y con todos sus detalles.

En teatro incorporó a su trabajo no solamente a actores, sino a policías, mendigos, bailarines, prostitutas, músicos, niños y animales. El hecho de utilizar biografías como historias y actores que no son actores se ha convertido en un sello personal. En su obra Striptease (2007),[9][10]​ el protagonista es un bebé de un año; en El amor es un francotirador (2008), una banda de rock toca en vivo mientras los actores cuentan historias de amor; en Mi vida después (2009)[11]​ seis jóvenes reconstruyen, a partir de cartas, fotos, ropa usada, casetes, etc., la juventud de sus padres en los años setenta.[12]

Para ella el teatro es algo que sucede en vivo donde hay alguien que mira y alguien que representa, por lo que se convierte en un lugar fronterizo entre lo real y lo no real. Y es esta realidad la que produce un impacto y hace que tanto el espectador como el actor se tambaleen.

La mezcla de lo audiovisual con el teatro es también muy característico en su teatro. Se puede observar en la creación de auténticas videoinstalaciones donde lo que ocurre se proyecta para que el espectador lo vea.

Como se dijo en el apartado de  Biografía, Lola Arias trata el teatro además como un auténtico homenaje a la guerra donde explicar «lo que de pequeña veía y no lograba entender» (Arias, 2018).

A continuación se verán tres de los grandes proyectos escénicos de la autora, agrupados por trilogías desde el más actual.  

Este proyecto está formado por un largometraje estrenado en 2018 protagonizado por los mismos protagonistas de la obra de teatro Campo Minado que fue seleccionada por el 68th Forum Berlinale Film Festival.

Tres veteranos de Argentina y tres veteranos del bando de Inglaterra nos cuentan su experiencia durante la guerra de las Malvinas. El objetivo de Lola Arias fue transformar a éstos en actores y durante el casting el único requisito fue que tocasen un instrumento musical.

La puesta en escena se compone de un set de rodaje donde se proyectan documentos reales de los veteranos, fragmentos de la película, noticias de la guerra e incluso lo que sucede en otros lugares de la escena gracias a cámaras que graban en streaming. La música es tocada en directo por los propios veteranos.

En Mi vida después, estrenada en 2009, se cuenta a través de actores nacidos en la década de los setenta y principios de los ochenta la juventud de sus progenitores a partir de fotografías, cartas, cintas de grabación y de vídeo, ropa usada y relatos. Con esta obra se pretende responder la pregunta ¿quiénes eran mis padres cuando yo nací? y los actores utilizan la ropa de sus padres para ponerse en la piel de éstos.

El año en que nací del 2013 cuenta como once jóvenes chilenos nacidos durante la dictadura reconstruyen de igual manera la vida de sus padres. Esta obra está basada en Mi vida después y sigue una dinámica muy similar.

Con Melancolía y Manifestaciones se cierra esta trilogía donde son los hijos los que construyen la historia de sus progenitores. En este caso, Lola Arias toma de su propia medicina y cuenta la historia de la enfermedad maniaco-depresiva de su madre. En esta obra, la puesta en escena consiste en una caja gigante que sirve a modo de marco y donde un coro de ancianos y una profesora de teatro reproducen como si se tratara de tableaux vivants cada uno de los episodios que la propia Lola Arias cuenta en proscenio. En esta caja se proyectan documentos audiovisuales reales de la vida de Lola Arias y cuando está tapada, lo que ocurre en el interior de la caja. Además, los títulos de cada episodio a modo de libro narrativo (con su prólogo y epílogo) también son proyectados en la parte superior.  Una guitarra eléctrica es tocada en directo por el propio Ulises Conti. La obra finaliza con la representación del Grabado de la Melancolía de Durero.

En esta trilogía el pasado, el futuro y el sueño de un mismo personaje relatan la intimidad desde la distancia y el amor.

El amor es un francotirador es una ruleta rusa de suicidas enamorados. El juego es organizado por una niña de once años y en él participan 6 jugadores: El Tímido, la Belleza, el Boxeador, la Chica del campo, el Don Juan y la Stripper. El arma posee 6 balas y en cada función muere un personaje diferente.

Sueño con un revólver está ambientada en el Buenos Aires postnuclear donde una adolescente y un hombre se encuentran a oscuras en una noche extraña. La puesta en escena tiene de particular la carencia de iluminación, sólo una franja horizontal que atraviesa la escena de hombro a hombro nos permite ver parcialmente lo que sucede.

Por último, Striptease, es una obra que intenta dar respuesta a la pregunta ¿si un bebé es fruto del amor y el amor muere el bebé se puede suicidar? La escena es un ring donde una lucha telefónica entre el padre y la madre tiene lugar. Un bebé es el actor principal y todo lo que acontece en la escena está sujeto a las necesidades impredecibles de éste.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Lola Arias (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!