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Los gauchos judíos



Los gauchos judíos es un libro del escritor argentino de origen lituano judío Alberto Gerchunoff, considerado el padre de la literatura judía latinoamericana,[1]​ publicado en La Plata en 1910, en homenaje al Centenario de la Revolución de Mayo. La obra es una especie de salmo a la integración de los inmigrantes judíos en la cultura argentina. Recoge estampas y relatos de la inmigración judía inspirados en los propios recuerdos de niñez y adolescencia del autor.

La Encyclopedia Judaica afirma que Los gauchos judíos "es la primera obra latinoamericana que da cuenta de la emigración al Nuevo Mundo, así como la primera de valor literario escrita en español por un judío en los tiempos modernos".[2]​ El libro también ocupa el lugar Nº 35 del "Canon judío", la lista de las mejores 100 obras de la literatura judía moderna, establecido por el National Yiddish Book Center de los Estados Unidos.[3]

Las primeras ocho familias judías llegaron a la Argentina en octubre de 1888. En agosto de 1889, comenzó la inmigración judía a la Argentina a través de la Jewish Colonization Association del Barón Mauricio de Hirsch que compró tierras donde miles de judíos provenientes de Rusia, Rumanía y otros lugares de Europa oriental comenzaron paulatinamente a vivir, trabajar y desarrollarse. La mayoría de estos inmigrantes eran de Podolia y de Besarabia, en Rusia imperial escapando del Pogrom de Weser.[4]

A comienzos del siglo XX, la Provincia de Entre Ríos llegó a tener cerca de 170 colonias judías; la actividad productiva se centraba en productos de granja, la industria quesera y lechera, la cría de ganado y los cultivos agrícolas.

Una de las primeras colonias judías fue Moïseville (hoy la Ciudad de Moisés Ville) en la Provincia de Santa Fe. Otra de las colonias es Colonia Lapin situada en la Provincia de Buenos Aires.

En el país comenzaron a desarrollarse las cooperativas agrícolas, que dieron gran impulso a las colonias judías, que adelantaban dinero a los colonos, les proporcionaban semillas, herramientas y artículos a precios convenientes. Estos vendían en común los productos de la tierra. Con el producto de sus ganancias mantenían hospitales, bibliotecas, cementerios y centros culturales tanto para su comunidad así como para la población toda.

También se instalaron colonias en la Provincia de Santiago del Estero y la Provincia de La Pampa.

Alberto Gerchunoff llegó a la Argentina como inmigrante en 1889, a la edad de cinco años. Perteneciente a una familia judía afectada por las persecuciones antisemitas en la Rusia zarista, desde muy pequeño, aún antes de inmigrar al país sudamericano, Gerchunoff había escuchado de boca de su padre, un judío de tradición rabínica, relatos sobre esa nueva tierra de promesas, anticipándole que iban a ser agricultores y trabajarían la tierra "como los antiguos judíos de la Biblia".

La familia Gerchunoff se instaló en vivió en las colonias agrícolas de Moises Ville (Santa Fe) y Rajil (Entre Ríos), (cerca de Villaguay, Entre Ríos, fundadas por el filántropo Barón Maurice de Hirsch como refugio para los judíos que huían de los pogroms europeos.

En 1895 se trasladó a Buenos Aires, donde pocos años después comenzaría su actividad de periodista, que ejerció hasta su muerte, especialmente en el diario La Nación de Buenos Aires.

Los gauchos judíos integra la corriente literaria regionalista o telurista, junto a otros libros como El país de los matreros de Fray Mocho, Montaraz de Martiniano Leguizamón, El país de la selva, de Ricardo Rojas, o La Australia argentina de Roberto Payró.

Gerchunoff también encontraría inspiración en la Siónida del Nuevo Mundo que integra el famoso poema de Rubén Darío, Canto a la Argentina, en el que el poeta nicaragüense dice:

Mocetones de ruda estampa,
dulces Rebecas de ojos francos,
Rubenes de largas guedejas.
Patriarcas de cabellos blancos
y espesos como hípicas crines.
Cantad, cantad Saras viejas
y adolescentes Benjamines
con voz de nuestro corazón:

Paradójicamente, o quizás como signo de los conflictos reales que genera la inmigración, el padre del autor fue asesinado por un gaucho matrero. El hecho está relatado en uno de los capítulos del libro.

El libro, incluyó originalmente 24 relatos, a los que se agregaron otros dos en la edición de 1936,[1]​ que habían sido previamente publicados, de manera individual, en el diario La Nación, desde 1908. La primera edición está prologada por el escritor Martiniano Leguizamón, exponente mayor de la literatura entrerriana. Puede ser leído tanto como una novela, o como una serie de cuentos cortos relacionados.

Algunos de los relatos del libro sin respetar el orden original, son:

Los siguientes textos, tomados de Los gauchos judíos, son una muestra de su escritura:

Alberto Gerchunoff describe en su novela la visión de la utopía agraria de los colonos judíos en los campos argentinos. Esta singular experiencia agrícola se desarrolla en esa tierra utópica, ese otro lugar donde era posible empezar una vida nueva. Para ellos, las pampas argentinas eran ese otro lugar, era como la Tierra Prometida.

El libro se caracteriza por un tono optimista donde predominan las situaciones constructivas y de progreso, postergando los conflictos y procesos discriminatorios, actitud que el escritor modificaría en el año 1930, cuando se profundizaron los movimientos antisemitas en Argentina.[5]



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