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Lucena del Cid



Vista de la localidad

Lucena del Cid (en valenciano y cooficialmente Llucena)[1]​ es un municipio y localidad española del interior de la provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana.[2]​ Está situada en la comarca del Alcalatén y cuenta con una población de 1331 habitantes (INE 2017).

El añadido de “del Cid”,al nombre de Lucena, se hizo en referencia a Rodrigo Diaz de Vivar , y se remonta a 1863, pero el Ayuntamiento no lo utilizó hasta 1925. Antes, Lucena tuvo otros tres “apellidos”: “de Aranda”, en el siglo XVIII -haciendo referencia a su señor feudal- y, una vez hecha la revolución liberal que acabó con el feudalismo, “de Valencia”, a mitad del siglo XIX, y poco después, por las mismas fechas, “de Castellón”.

De hecho, en el primer censo de población español, el de 1857, figura sólo como “Lucena”. Fue a raíz de este censo cuando se percataron de la existencia de muchas poblaciones españolas con el mismo nombre –como es el caso de Lucena si le castellanizamos el nombre, ya que hay cuatro “Lucenas” españolas-, de manera que se creó una comisión para solucionar el problema buscando “apellidos” para diferenciarlas. Así, en 1863, apareció, fruto del trabajo de la “Comisión General de Estadística del Reino”, un monumental nomenclátor donde aparece, por primera vez el nombre de “Lucena del Cid”.

Lucena del Cid también es conocida como «La perla de la montaña».

La población se sitúa en una loma no muy alta entre el Barranco de la Pedreñera y el río Lucena; presenta la típica estampa montañosa con calles torcidas y empinadas, elevada sobre el cerro con el río a sus pies.

Cuenta Lucena con un extenso término, muy quebrado y con grandes diferencias de altitud. De hecho, en el extremo oriental del término municipal, junto al río Llucena, aguas abajo de Figueroles, la altura no llega a los 340 msnm mientras que, en el extremo noroeste, en las proximidades del Peñagolosa, en el Cabezo Roig, supera los 1380. Una diferencia de más de 1000 m de altura que se salva en apenas 11 km en línea recta, surcados de profundos barrancos y elevadas cimas. Otras alturas dignas de mención son el Salto del Caballo, la Picosa, la Roca del Castellar, el Cabezo Guardamar y las Baterías. En cuanto a la hidrografía del término destaca el río Lucena, la rambla de la Viuda, los barrancos de Batlle, Gorgas, Casotes, tributarios del río, y el Salto del Caballo.

Localidades limítrofes

Se desconoce el momento histórico de su fundación, la etimología del topónimo indica que la fundación sería romana, sin excluir asentamientos anteriores de épocas ibéricas o incluso del bronce, de los que se han encontrado ruinas y restos que testimonian la antigüedad de la población. Después de la conquista formó parte de la Tenencia del Alcalatén, la cual, en 1233 fue entregada en donación por el rey Jaime I al noble aragonés Don Pedro Ximén de Urrea. El 6 de mayo de 1335 le fue otorgada carta puebla y concesión de fuero, lo que la convirtió en importante centro comercial. En 1798, al morir el último de los Urrea, décimo conde de Aranda, famoso ministro ilustrado de Carlos III y Carlos IV, el señorío pasó a la casa ducal de Híjar en cuyo seno permaneció hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX. Durante las guerras carlistas tomó partido por el bando isabelino resistiendo a varios ataques de los carlistas, lo que le valió el título de "Heroica Villa", que figura en su escudo.

Desde principios del siglo XX ha venido acogiendo a una nutrida colonia veraniega, que ha contribuido a dotarle de una reconocida categoría de centro turístico, para lo cual ciertamente no le faltan atractivos, comenzando por la bondad de su clima de media montaña, el pintoresquismo de la población y la belleza de su paisaje.

El Himno de la población fue estrenado con ocasión de las fiestas patronales en septiembre del año 2004, obra del compositor Dn Joan Castells Badenes, siendo cantado por el famoso Coro Santiaguin de Asturias.

En 2009 el municipio de Lucena del Cid contaba con 1585 habitantes, según cifras oficiales del INE. La gran mayoría de la población vivía en el núcleo de Lucena, 147 dispersos y el resto en unidades poblacionales, que se encuentran esparcidas por el amplio término municipal, distribuidas como sigue:[3]

     Población de derecho (1900-1991) o población residente (2001) según los censos de población del INE.      Población según el padrón municipal de 2010 del INE.

Tradicionalmente basada en la agricultura y la ganadería -de hecho, en el pasado tuvo cierta importancia la ganadería y la industria lanera-, en la actualidad estas actividades han desaparecido prácticamente de la economía lucenera. Actualmente, gracias a su proximidad y relativa buena comunicación con el "triángulo del azulejo" (l'Alcora, Onda y Vila-real) es la industria cerámica, con tres fábricas de azulejos y una de mosaico vidriado la que sostiene la economía de la población. Igualmente existen otras pequeñas aunque modernas industrias -dos mataderos industriales, una de tableros de chapa...- así como una fábrica textil creada en la década de 1920. Es también un importante centro de turismo interior gracias al pintoresquismo de su población, que cuenta con un casco antiguo bien cuidado, y a la belleza de unos paisajes a los pies de las estribaciones de la montaña de Penyagolosa. Todo ello le permite a Lucena mantener su población en la zona montañosa del interior de Castellón, caracterizada por la decadencia económica y la despoblación.

Hay líneas regulares, desde Castellón de la Plana se accede a esta localidad a través de la CV-16 y tomando luego la CV-190.

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Existen en su término muchos lugares y espacios para disfrutar de la naturaleza y del tiempo libre entre los que destacan:

Entre los platos típicos de Lucena del Cid destacan la olla de cardets, el conejo con caracoles (conill amb caragols), las farinetas, la olla de abstinencia y los embutidos.



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