Luis II Jagellón (Buda, 1 de julio de 1506-batalla de Mohács, 29 de agosto de 1526), trigésimosexto rey de Hungría, y rey de Bohemia, con el nombre de Luis I de Bohemia. Hijo de Ana de Foix-Candale y de Vladislao II de Hungría, al que sucedió (1516-1526), aunque fue coronado rey de esos territorios años antes.
Luis nació en Buda en 1506 como hijo del rey Vladislao II de Hungría, quien era también rey de Bohemia. La condesa francesa Ana de Foix-Candale, reina consorte húngara murió a los pocos días después de traerlo al mundo, quedando huérfano desde recién nacido. La floreciente corte húngara renacentista había entrado en un periodo de crisis después de la muerte del rey Matías en 1490, que afectó al reino en el aspecto militar, económico y político. Fue coronado rey, al igual que su tío, llamado décadas antes para que ocupase el trono húngaro en una situación similar. Mudándose a Hungría con toda su corte, Vladislao II tuvo pronto a su hijo Luis, quien creció asimilado a la cultura húngara y dominaba el idioma. Dimitrich, presbítero de Vysehrad, le enseñó el idioma checo, y aprendió también latín, polaco, alemán y checo, siendo considerado un príncipe en extremo culto. Igualmente fue educado por Jerónimo Balbi y por Jacobo Piso (importantes poetas de la época), y su entrenamiento militar estuvo a cargo de Jorge de Brandeburgo. El joven se convirtió en un espadachín y un bailarín excelente que adoraba los banquetes y las cacerías.
Luis era un joven enfermizo, pero según las crónicas muy valioso como persona, y su padre aseguró su sucesión en los tronos coronándolo simbólicamente el 4 de julio de 1508 en Székesfehérvár como rey húngaro y el 11 de mayo de 1509 en Praga como rey checo (de esta manera tras su muerte tomó el control sin problema alguno el joven de 10 años de edad). Después de que hubiera perdido a su esposa durante el parto de Luis, el rey Vladislao II cayó en una especie de estado letárgico que podría ser considerado perfectamente resultado de un derrame cerebral. De esta manera, con una salud débil y sin poder valerse por sí mismo desde 1506, la figura del monarca húngaro quedó desplazada, y parte de la nobleza húngara y el clero gobernaron en su lugar.
Las figuras del obispo Jorge Szatmári y del arzobispo Tomás Bakócz siempre rodearon al joven príncipe Luis, siendo ellos los que llevaron la política exterior húngara bajo el reinado de estos dos monarcas de la Casa de Jagellón y completaron las negociaciones diplomáticas con los Habsburgo para sellar el doble matrimonio entre los hijos del rey Felipe I de Castilla (Fernando y María) y los dos de Vladislao II (Luis y Ana). En 1515, el joven Luis fue nombrado caballero de la Orden del Toisón de Oro.
El obispo Jorge Szatmári fue el que en los últimos años actuó no solo como mecenas renacentista, sino como intermediario entre los húngaros y los Habsburgo, consiguiendo personalmente la ratificación en varias oportunidades de los compromisos matrimoniales entre ambas Casas reales. De esta manera, Luis se casó el 13 de enero de 1522 con María de Habsburgo, nieta del emperador Maximiliano I y de los Reyes Católicos y hermana de los emperadores Carlos V y Fernando I.
Amenazado por una nueva invasión otomana, intentó en vano pedir auxilio a su cuñado, el emperador, y a su tío, el rey polaco lituano Segismundo I, quienes, ocupados por los problemas de la reforma protestante y otros asuntos internos, abandonaron a su suerte a Luis II y a Hungría. La situación se había tornado más complicada aún para Luis II; sus confidentes los clérigos Tomás Bakócz y Jorge Szatmári habían muerto en 1521 y 1524, respectivamente. La silla arzobispal de Estrigonia fue ocupada por Ladislao Szalkai, y al poco tiempo el comandante militar Pablo Tomori fue nombrado arzobispo de Kalocsa.
Solo contra este ataque, Luis II se dispuso a hacer frente al sultán otomano Solimán el Magnífico con un ejército reducido con en el que acampó en Mohács. Sin esperar los refuerzos checos, croаtas y de Transilvania, Luis II se enfrentó a Solimán en la batalla de Mohács comandando los ejércitos reales junto al arzobispo de Kalocsa, Pablo Tomori, el arzobispo de Esztergom Ladislao Szalkai y el conde Jorge de Zápolya.
Miles de caballeros húngaros, junto con todos los comandantes anteriormente mencionados, cayeron en el campo de batalla por la eficacia de la mosquetería de los jenízaros turcos, y el joven rey, alejado de los suyos, fue muerto y su cadáver quedó en las marismas, todavía en su silla de montar.
Por este hecho, los deseos de Maximiliano I se cristalizaron, ya que extinguida la rama checo-húngara de los Jagellón, quedó como virtual pretendiente al trono el archiduque austriaco Fernando I, casado con Ana Jagellón, hermana del rey caído. De allí en adelante, los destinos de Hungría y Bohemia quedarían ligados a los Habsburgo.
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