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María Félix



María Félix (Álamos, Sonora, México, 8 de abril de 1914-Ciudad de México, 8 de abril de 2002) fue una actriz mexicana.

Hizo cine extranjero, filmando películas en España, Italia y Francia.

María de los Ángeles Félix Güereña nació en Álamos, Sonora, el 8 de abril[1][2]​ de 1914. Sus padres fueron Bernardo Félix Flores, militar y político, y Josefina Güereña Rosas. Tuvo once hermanos: Josefina, María de la Paz, Pablo, Bernardo, Miguel, Mercedes, Fernando, María Eugenia, Ricardo, Benjamín y Ana María del Sacramento.[3]

Su infancia transcurrió en Álamos. Durante su infancia mantuvo una estrecha relación con su hermano Pablo, tanto que la madre los separó pensando que pudieran envolverse en una relación incestuosa.[4]

Se casó en 1931 con un hombre llamado Enrique Álvarez Alatorre, con quien tuvo a su único hijo en 1934, el también actor Enrique Álvarez Félix. Ambos se divorciaron en 1938. Un día, Alatorre la visitó en la capital, y de forma deliberada se llevó a su hijo con él a Guadalajara, negándose a devolverselo. María le juró que algún día sería más influyente que él, y se lo quitaría.[5]​ Más tarde lograría recuperar la custodia de su hijo.

Félix prefirió iniciar su carrera artística en México, a pesar de haberla podido comenzar en el extranjero.[6]

Debutó en la película El Peñón de las Ánimas,[7]​ en la cual compartió créditos junto a Jorge Negrete.

Su segunda película fue María Eugenia de 1943. El mismo año apareció en las películas, La china poblana (1943), Doña Bárbara (1943)[7]​ y La mujer sin alma (1943). Un año después, trabajo en la película El monje blanco (1945) y el siguiente año en 1946, participó en los filmes La devoradora (1946),[7]​ y Vértigo (1946).[1]

Trabajando con el director Emilio "Indio" Fernández, realizó las películas Enamorada (1946), Río Escondido (1947) y Maclovia (1948).[3]​ También trabajo con Roberto Gavaldón, con quien hizo la película La diosa arrodillada (1947).[7]​ Dos años después en 1949, filmó la película, Doña Diabla.[3]

Sus primeras películas extranjeras fueron realizadas en España, las cuales incluyeron; Mare nostrum (1948), Una mujer cualquiera (1950) y La noche del sábado (1950). En 1951, participó en la coproducción franco-española, La corona negra (1951). Continuó su carrera extranjera en Italia, donde realizó las películas Incantesimo tragico (1951) y Mesalina (1951).[7]

En 1952, trabajo en Argentina e hizo la película La pasión desnuda. Ese mismo año, regreso a México y se casó con el actor y cantante Jorge Negrete,[8]​ con quien trabajo en la película El rapto[3]​ y más tarde filmaría la película Camelia ambas en 1954. Negrete falleció el 5 de diciembre de 1953, por lo que decidió regresar a Europa. En Francia, apareció en las películas La Bella Otero (1954), French Cancan (1954) y Les Héros sont Fatigués (1955).[3]​ Su último filme europeo, fue la producción española Faustina (1957).[7]

Volvió nuevamente a México en 1955, participando en las películas La escondida (1955), Canasta de cuentos mexicanos (1955), Tizoc (1956), Flor de mayo (1957),[7]Café Colón (1958),[7]Miércoles de ceniza (1958) y La estrella vacía (1958).[7]

En 1959, trabajo en la película La cucaracha, donde compartió créditos por primera y única vez junto a Dolores del Río.[7]​ Además el mismo año, apareció en los filmes Sonatas (1959) y La fièvre monte à El Pao (1959).[7]

En 1960, filmó las producciones Juana Gallo (1960),[7]La bandida (1962) y Amor y sexo (Safo '63) (1963). En 1970, realizó su última película titulada, La generala (1970).

En 1986 volvieron a pagarle sin trabajar cuando firmó el contrato para protagonizar Eterno resplandor, una película de Jaime Humberto Hermosillo. Sin embargo, el proyecto se canceló por problemas fiscales y económicos del productor, por lo que la cinta quedó sin filmar.[9]

En 1946, le ofrecieron el estelar femenino de Duel in The Sun, pero no pudo realizarlo por tener el proyecto de Enamorada en puerta, por lo que la actriz Jennifer Jones actuó en su lugar.[10]

María Félix decía: «Nunca me arrepentiré de haberle dicho que no a Hollywood, porque mi carrera en Europa se había orientado hacia el cine de calidad». También declaró en otra ocasión que: «Los papeles de india los hago en mi país y los de reina en el extranjero».[11]

Con respecto a su hijo, María llegó a comentar: «De no haber sido María Félix, me hubiera gustado ser el hijo de María Félix. Enrique es un hombre muy dotado, con un sentido común admirable. Es mi mejor amigo. Me divierto mucho en su compañía. No es un hijo de mami como muchos creen. Trabaja por su cuenta, lucha como ser independiente. Él tiene su propia carrera, su público, su cartel y asume sus responsabilidades sin apoyarse en mí.»[12]

Su segundo matrimonio (1945-1947) fue con el célebre compositor Agustín Lara "el músico-poeta".[8]​ María fue admiradora de Lara desde la adolescencia. Ellos se conocieron de forma accidental y poco cordial en una cabina telefónica en la calle de Reforma. Algún tiempo después, fueron presentados formalmente por un amigo en común, el actor Tito Novaro. A partir de ese momento la pareja inició una relación amorosa sumamente publicitada, que culminó en matrimonio en 1945. Lara inmortalizó a María en una enorme cantidad de canciones, tales como Humo en los ojos, Cuando vuelvas, Dos puñales, el chotis Madrid y sobre todo el célebre tema María Bonita,[8]​ compuesto en Acapulco durante su luna de miel, y que él estrenó en una serenata para ella con Pedro Vargas. María Bonita se convertirá en una de las canciones más populares de Lara a nivel mundial y el himno indiscutible para María en cualquier lugar donde se presentaba. Sin embargo, los celos excesivos de Lara pusieron fin a su relación en 1947. La misma María afirmó que en un ataque de celos violento, Lara incluso intentó matarla.[13]​ La separación fue inminente.

Tras su separación de Lara, María vivió algunos sonados romances con el magnate Jorge Pasquel, el torero Luis Miguel Dominguín y el actor argentino Carlos Thompson.[8]​ A este último lo conoció en Argentina durante el rodaje de La pasión desnuda (1952). La relación fue seria hasta el punto de que se comprometieron para casarse, y Félix incluso llamó a su hijo Enrique Álvarez Félix para conocer a su posible padrastro. Sin embargo, Félix canceló la boda días previos a la misma, afirmando que llegó a la conclusión de que lo único que la unía a Thompson era una mera atracción física y no un amor verdadero.[14][15]

En 1952, cuando María regresaba a México tras su estancia en Europa y Argentina, se reencuentra con un «viejo enemigo»: el actor y cantante Jorge Negrete.[8]​ Tras un breve romance, la pareja contrajo matrimonio el 18 de octubre de 1952.

En su estancia en Francia, María conoció a través de la pintora Leonor Fini, al escritor francés Jean Cau,[8]​ asistente del escritor Jean-Paul Sartre. Con Cau, María también vivió un célebre romance.[16]​ En Europa Félix también vivió un romance del mismo sexo con Suzanne Baulé, más conocida como Frede, quien en ese momento dirigía el cabaret Le Carroll's en la Rue de Ponthieu en París, y las dos mujeres vivieron juntas en el Hotel George-V. La relación quedó plasmada en una pintura realizada por Fini de una planta con dos flores; una tenía el rostro de Félix y la otra el de Frede.[17]​ Las mujeres de hecho se habían conocido ya en 1950, y Frede había seguido a Félix sus viajes de filmación a Buenos Aires y São Paulo al enterarse de la relación de Félix con Carlos Thompson.[18]​ La relación de Félix y Frede fue interrumpida por el matrimonio de Félix con Jorge Negrete, pero tras la muerte de Negrete en 1953, Félix regresó a París para reavivar brevemente su relación con Frede. Sin embargo, se separaron violentamente de manera definitiva en 1954, lo que llevó a un juicio en el que Félix quería recuperar las joyas que le había obsequiado a Frede y la acusó de robo. Félix perdió su demanda y Frede fue absuelta y se quedó con las joyas.[17][18][19]​ A pesar de esto, Félix retuvo en su propiedad la pintura que Fini hizo de las dos mujeres, y luego Félix le pidió a Fini que la modificara para borrar la cara de Frede, quien cambió la cara de Frede por la de Félix, resultando en que las dos flores de la pintura tuvieran su cara.[17][19]

Su cuarto matrimonio (1956-1974), fue con el banquero francés de origen rumano Alexander Berger.[8]​ María conoció a Berger en la década de 1940, pero en ese momento ambos estaban casados. Años después se reencontraron. María permaneció casada 18 años con Berger. Con él intentó de nuevo convertirse en madre, pero un accidente durante la filmación de Flor de mayo (1957), provocó que María perdiera el hijo que esperaba.[20]​ Berger falleció en 1974 como consecuencia de un cáncer pulmonar, tan solo meses después de la muerte de la madre de María, lo que la sumió en una profunda depresión, de la que decidió salir triunfante para dedicarse a una nueva pasión: los caballos. Algunos de sus ejemplares llegaron a ganar importantes premios hípicos internacionales. María conservó su cuadra durante 11 años.

Su última pareja sentimental fue el pintor ruso-francés Antoine Tzapoff.[8]​ Respecto a él, María comentó: No sé si es el hombre que más me ha querido, pero es el que me ha querido mejor.[21]

La prensa especuló una fuerte rivalidad entre María y Dolores del Río, la otra diva del cine mexicano. Acerca de esta "rivalidad" María Félix, dijo en su autobiografía en 1993:

«Con Dolores no tuve ninguna rivalidad. Al contrario éramos amigas y siempre nos tratamos con mucho respeto, cada una con su personalidad. Éramos completamente distintas: Ella refinada, interesante, suave en el trato, y yo en cambio enérgica, arrogante y mandona.»[22]​ En otra entrevista María reveló: «Dolores del Río era una Gran Señora. Dolores era aparte. Una mujer muy inteligente, una mujer de primera clase, una mujer divertida. Yo quise mucho a Dolores y guardo un gran recuerdo de ella».[23]

El 8 de abril de 2002, Félix falleció mientras dormía a los 88 años de edad en Ciudad de México a causa de una insuficiencia cardiaca. Su muerte tuvo lugar aproximadamente a la 1:00 a.m. y su cuerpo fue descubierto cerca de las 10:00 de la mañana. Su cuerpo fue transportado de su residencia de la Colonia Polanco en la Ciudad de México al Palacio de Bellas Artes donde se le realizó un homenaje. Su cuerpo fue enterrado en una tumba familiar en el Panteón Francés ubicado en Ciudad de México.

Benjamín Félix Güereña, hermano de la actriz, solicitó una exhumación de su cadáver para determinar las causas de la muerte, por considerar que hubo irregularidades en su inhumación. Una semana después, la policía determino que Félix había muerto por una insuficiencia cardiaca y no había muestras de muerte violenta. Después de la exhumación, Félix Güereña retiró dicha denuncia y expresó estar conforme con las conclusiones de la averiguación.[24]

María Félix tenía una admiración por las personas inteligentes y eso la llevó a relacionarse, desde los inicios de su carrera, con lo que ella llamaba la aristocracia del talento, título que ella le otorgó a este sector de personas intelectuales y talentosas que destacaron en las artes del siglo XX y en el cual, ella encajó perfectamente, tanto en México como en Europa.[25]​ De la misma forma en la que ella admiraba las mentes de los artistas, ellos quedaban fascinados con la de ella, por ser una mente curiosa y, además, su presencia y belleza física les resultaba seductora. Razón por la que, las grandes figuras del arte universal, la honraron con su amistad y la tomaron como inspiración para sus obras. [26]​ En su adolescencia fue pintada en Guadalajara por Jose Clemente Orozco, quien según María, la pintó como una "calavera maquillada".[27]

Desde muy joven, destacó por sus atributos físicos. En Guadalajara, cuando tenía 15 años, fue coronada reina de los estudiantes por la Universidad de Guadalajara y participó en uno que otro concurso de belleza donde siempre salía victoriosa.[28]​ La imagen de María Félix se transformó en símbolo de glamour, presencia y elegancia. Tales calificativos fueron en aumento tras formar parte del ambiente europeo, donde La Félix empezó a ser vestida por los modistas más destacados del momento como Dior, Givenchy, Yves Saint Laurent, Balenciaga, entre otros.[29]​ Fue llamada la mujer más hermosa del mundo en revistas internacionales de gran tiraje como Life, París Match y Esquire.[30]

Diego Rivera, la definió como:

La poetisa mexicana, Pita Amor, le dedicó unos versos en relación a su porte y andar, tras encontrársela un día en la calle:

En 1973, la escritora Elena Poniatowska entrevistó a La Félix, entonces declaró:

Jean Cau, quien era el secretario de redacción de Jean Paul Sartre, y con quien Félix tuvo un breve romance. Escribió alguna vez:

Jean Cocteau, a quien conoció en la filmación de la película española, La corona negra, comentó esto sobre ella:

María solía mostrarse a la defensiva ante los reporteros, quienes siempre buscaban obtener notas polémicas; usando su temple, ella se defendía y sus declaraciones muchas veces solían ser ingeniosas, pero escandalosas.[36]​ En una ocasión un reportero en Argentina le preguntó: «¿María, es usted lesbiana?.» Ella lo miró de arriba abajo y, rotundamente, le contestó: «Si todos los hombres fueran como usted, desde luego que sí.»[37]

Si bien, la personalidad de María Félix nunca resultó negativa para ella (al contrario, era su sello personal) fue muchas veces criticada. Mientras que en el extranjero la veían como una mujer fuera de serie, en México había (y aún existe) un sector conservador al que nunca le agradó su forma de ser.[38]

A pesar de ello, María solía fascinar al público en general, tanto en sus películas como en los lugares a los que se presentaba, por ello se le consideró Diva durante toda su vida y aún después de su deceso, suele ser tomada como ejemplo de dicha palabra.[39]

Con respecto a todo lo que María representaba como mujer, el premio Nobel de literatura, Octavio Paz, afirmó lo siguiente:

En 1960, Félix se convirtió en la cuarta actriz más fotografiada del mundo, después de Marilyn Monroe, Sofía Loren y Marlene Dietrich.[41]

Tras retirarse del cine, se ganó el título de la «Reina de los hipódromos» en Francia,[42]​ por recolectar éxito tras éxito en las carreras.

En el año de 1993, María Félix escribió su biografía acompañada del historiador mexicano, Enrique Krauze.[43]

Como parte de la 56 Muestra de Cine Internacional en la Cineteca Nacional y celebrando los 100 años de su nacimiento, se reestrenó la película La diosa arrodillada. La película original se encontraba fuertemente dañada, por lo que para hacer el reestreno tuvo que ser completamente remasterizada y restaurada digitalmente.[44]

En 2014, a 100 años de su nacimiento, el metro de la ciudad de México le rindió un homenaje. Se Inauguró una exposición en la estación Bellas Artes con vestuario de la actriz y otra de carteles de su filmografía, en la estación Polanco. Se emitieron boletos conmemorativos con su imagen, además un tren del metro, que recorría la línea 7, llevaba el nombre de María Félix.[45]

En 2015, se develó una estatua en honor a María Félix, en la colonia Moctezuma, Ciudad de México.[46]​  También, en Acapulco hay una calle llamada María Bonita, haciendo referencia al himno que Agustín Lara le compuso a la actriz sonorense y fue inaugurada por la propia actriz a finales de los años 80[47]​. De igual forma en Cuernavaca, Morelos, se inauguró una plaza con el mismo nombre y cuenta con una escultura del busto de María Félix.[48]

María Félix aparece en un par de escenas, junto a otras figuras mexicanas, en la película de Disney Pixar, Coco.[49]

En 2018, el director estadounidense, Martin Scorsese, presentó en el festival de Cannes la sección 'Cannes Classics' una copia restaurada de la película protagonizada por María Félix, Enamorada. La película fue restaurada a 4k por la UCLA Film, Television Archive, The Film Foundation’s World Cinema y financiada por la Material World Charitable Foundation.[50]​ También este año, el 8 de abril, por su 104 aniversario, Google rindió tributo a la diva mexicana, dedicándole un Google Doodle.[51]

Las joyas que María Félix mandó fabricar a la casa Cartier, fueron adquiridas por esta misma, tras la muerte de la actriz. Las suelen mostrar como sus obras maestras y han sido exhibidas alrededor de todo el mundo, junto a las de otras luminarias del cine mundial como Elizabeth Taylor, Grace Kelly y Gloria Swanson.[52]​También las han prestado a actrices hollywoodenses de la actualidad para que las lleven consigo en premiaciones importantes. En 2019, la casa Cartier lanzó una colección de joyas en honor a La Doña, tomando de inspiración el gusto de la actriz.

En París, el diseñador Franck Sorbier le rindió homenaje a la Diva mexicana, en la Semana de alta costura de París, a principios del año 2020, donde mostró atuendos que estaban inspirados en algunos de los looks más icónicos de La Félix.[53]

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