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Marcel·lí Massana



Marcel·lí Massana Balcells, alias Pancho (también Panxo) (Berga, 3 de octubre de 1918- Les Bordes-sur-Lez, Ariège, 1981), fue un guerrillero antifranquista español.

Massana nació en Berga en 1918, en la calle Mossèn Huch, hijo de Marcel·lí y Concepció, siendo el menor de tres hermanos. Quedó huérfano de madre a los pocos días de su nacimiento y de padre a los 5 años de edad, cuando este último tuvo un accidente de trabajo en Viladomiu. En estos primeros años de vida ocupó el lugar de la madre su nodriza Filomena Solé, por quien siempre conservó un gran afecto. Desde los 7 a los 13 años se crio bajo la tutela de su tío Joan Massana, sacerdote en Solsona, que lo ingresó a los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle).

Más tarde fue a vivir a la masía Recaus de Sallent con su tío Miguel Guitó, a quien ayudaría trabajando como aprendiz de afilador. Después entró en la fábrica de Can Rodergas de Berga, primero como aprendiz de mecánico y después como oficial. A los 15 años ya pertenecía al Sindicato de la Metalurgia de la Confederación Nacional de Trabajadores.

Al estallar la Guerra Civil Española, se integró de inmediato en el Comité de Milicias Antifascistas de Berga. En agosto se enrolaría en la Columna Tierra y Libertad, que combatió en el frente de Madrid, pasando después a la Columna Carot y Castan del frente de Aragón, donde ascendió a teniente del Ejército Popular de la República en 1938.

Acabada la guerra, las autoridades franquistas lo condenaron a 15 años de prisión. En 1942 fue liberado y trabajó de mecánico en Barcelona hasta que el ejército le llamó a filas, lo que le empujó a huir a la comarca del Alto Urgel. En Orgaña y Montcalb (Guixers) trabajó de leñador y entró en contacto con guerrilleros escondidos, a los que proveerá de víveres y orientará.

Las primeras partidas rurales de obediencia anarquista en Cataluña se situaron en el curso alto y medio del río Llobregat. La más conocida durante la década de 1940 fue la dirigida por Marcelino Massana. Como la mayoría de los militares republicanos después de la guerra, Massana se convirtió en visitante habitual de las prisiones, tribunales especiales y cuarteles de la Guardia Civil. Massana, que incluso se autocalificó como bandolero generoso, decidió enfrentarse al aparato represivo del franquismo en las comarcas del Bergadá, Solsonés y Vallés. En agosto de 1945, entró en Cataluña con un grupo de siete hombres. Más realista que los maquis procedentes de Francia y que ignoraban lo que estaba pasando en el interior de España, Massana y sus compañeros no se presentaban como liberadores del país, sino como contrabandistas. Sabía que para los campesinos atemorizados por la represión, los contrabandistas resultaban menos comprometidos que los guerrilleros.

El grupo se especializó en sabotajes contra las torretas metálicas de conducción eléctrica utilizando explosivos plásticos y detonadores traídos de Francia. También desarrolló una táctica propia, que después repetirían los demás grupos de acción anarquistas, y que consistía en realizar una serie de acciones subversivas y volver a cruzar la frontera. Acompañado de Antonio Torres "Gachas", Jordi Pons "Tarántula", Jaume Puig "Tallaveneres" y José Pérez Pedrero "Tragapanes", entre otros, realizó numerosos secuestros, atracos y sabotajes durante varios años.

Evitaron en todo momento causar bajas a la Guardia Civil, excepto cuando era cuestión de vida o muerte, ya que atentar contra guardias civiles no era operativo pues el régimen los sustituía sin problemas y, además, aumentaba la represión. Así, la partida de Massana, asaltó la oficina de la mina de lignitos de Serchs, y se llevó los jornales de una semana, acción que repitió en otra ocasión. A principios de 1950 realizó un secuestro en Can Bolsillo, en el término municipal de Castellar del Riu, consiguiendo 100.000 pesetas por el rescate.

En el verano de 1950, Massana efectuó la última incursión en España. En su explicación de por qué abandonó la lucha, confesó que lo hizo porque la CNT se desentendió de los maquis y porque había libertarios que no se jugaban la vida desde 1939, pero que iban diciendo "que más que un guerrillero era un atracador que se estaba haciendo millonario". Fue reclamada su extradición por el gobierno español, pero gracias a Josep Ester y la oposición anarquista en el exilio la evitó.

Murió en Francia y se encuentra enterrado en el cementerio del pueblo de Les Bordes-sur-Lez, (Ariège)



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