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Marcha Verde



Apoyo internacional

Grupos ligeros de caballería del Tercer y Cuarto Tercio de la Legión[2]

La marcha verde[3]​ fue la invasión marroquí del Sahara español,[1]​ iniciada el 6 de noviembre de 1975.

En 1970, la Organización de las Naciones Unidas aprueba la Resolución 2711, que aprueba a su vez la celebración en el Sáhara de un referéndum de autodeterminación. Tras negarse en un principio a celebrarlo, España accede en 1974 a la celebración, movida por la presión en el territorio —en 1973 se fundó el Frente Polisario, que luchaba por la independencia de la colonia— y la animadversión internacional. El Gobierno español anuncia que el referéndum tendrá lugar en 1975.[4]

La dictadura franquista pone en marcha la preparación del referéndum, pero los ataques diplomáticos marroquíes y la guerrilla con el Polisario complica el proceso, unido a la dificultad manifiesta de realizar el censo debido al gran número de población nómada en el territorio. Marruecos se oponía de frente a la consulta, y pidió al Tribunal Internacional de Justicia que se pronunciara sobre si el Sahara era res nullius. La ONU pidió a España que paralizase el proceso hasta que la Corte se pronunciase, y Hasán II, rey de Marruecos, incluyó en enero de 1975 también en el litigio a Ceuta y Melilla.[5]

Hasán II, según diversos autores, veía su trono amenazado por una prolongada crisis interna, que incluso llevó al ejército a protagonizar dos golpes de Estado en 1971 y 1972.[1]​ De este modo, la marcha verde, que fue anunciada el 28 de abril de 1975, dado que el monarca marroquí se sentía apoyado por los Estados Unidos,[5]​ serviría para desviar la atención interna.[1]​ A esta situación se unió que España estaba dispuesta, desde los primeros momentos del conflicto, a abandonar el territorio y sus obligaciones de potencia administradora.[1]

Ante la escalada de tensión en la región, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó por consenso el 22 de octubre la Resolución 377, en la que «hace un llamamiento a las partes involucradas e interesadas para que den muestras de caución y moderación y permitan que la misión del Secretario General se emprenda en condiciones satisfactorias».[6]​ El 2 de noviembre aprobó también la Resolución 379, en la que «habiendo tomado nota con preocupación de que sigue siendo grave la situación en la región», exhorta a las partes a «evitar cualquier acción unilateral o de otra índole que pueda intensificar más la tirantez en la región» y pide al secretario general de las Naciones Unidas que prosiga con su cometido.[7]

En este contexto, Hasán II instó al pueblo marroquí a realizar una marcha «pacífica» de participantes mayores de 18 años y desarmados, para recuperar los territorios del Sahara ocupados por España.[8]​ A las columnas de civiles que marchaban hacia el sur vía Tarfaya se unieron también &&&&&&&&&&025000.&&&&&025 000 soldados de las Fuerzas Armadas Reales, que se dirigían a la provincia española por el este.[2]

El 5 de noviembre, Hasán II anunció que al día siguiente los civiles cruzarían la frontera. Las fuerzas españolas, siguiendo órdenes del Gobierno, se replegaron a unos kilómetros de la frontera, minaron la zona y se colocaron inmediatamente detrás. A las 10:33 horas del día 6, los primeros voluntarios de la marcha cortaron la alambrada y rebasaron la línea de demarcación, adentrándose en territorio español cercano al puesto abandonado de Tah. Por la tarde, unos &&&&&&&&&&050000.&&&&&050 000 civiles se encontraban acampados en territorio español.[2]

De manera inmediata el Consejo de Seguridad se volvió a pronunciar aprobando otra resolución, la 380, en la que «deplora la realización de la marcha» e «insta a Marruecos a que retire inmediatamente del territorio del Sáhara Occidental a todos los participantes en la marcha», así como volver a hacer un llamamiento al diálogo.[9]​ Sin embargo, y en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos y Francia dieron su beneplácito a la anexión marroquí del territorio,[1]​ ya que Argelia y el Frente Polisario eran cercanos a la Unión Soviética.[2]

El día 9, tras la visita del ministro de la Presidencia español Carro a Agadir para negociar con el monarca alauí, el rey da la orden de repliegue y los civiles abandonan la provincia española.[2]

Una semana después, con Juan Carlos de Borbón como jefe de Estado en funciones —Franco ya agonizaba en Madrid—, España, Marruecos y Mauritania firmaron el Acuerdo Tripartito de Madrid, en el que España reiteró su intención de descolonizar el Sahara «poniendo término a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como potencia administradora» e instituyó una administración temporal «en la que participarán Marruecos y Mauritania, en colaboración con la Yemaá», la asamblea de notables tribal, estableciendo que esta sería la expresión de la opinión del pueblo saharaui. Por último, se estableció que España pondría fin a su presencia en el territorio antes del 28 de febrero de 1976.[10]

El 10 de diciembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó —España, Marruecos y Mauritania votaron a favor— la Resolución 3458 B, en la que se reafirmaba «el derecho inalienable de todas las poblaciones saharianas originarias del territorio a la libre determinación» y se pedía a las partes «una consulta libre organizada con el concurso de un representante de las Naciones Unidas designado por el secretario general».[11]

El 26 de febrero de 1976, el representante permanente de España ante las Naciones Unidas comunicaba que el Gobierno español daba por terminada definitivamente su presencia en el territorio, ya que cesaba «su participación en la Administración temporal que se estableció para el mismo (sic)», pero matizando que «la descolonización culminará cuando la opinión de la población saharaui se haya expresado válidamente».[12]

Un día después, Marruecos transmitió al secretario general de las Naciones Unidas que «la Yemaá del Sahara, reunida en sesión especial el 26 de febrero de 1976 en El Aaiún, ha aprobado por unanimidad la reincorporación del territorio del Sahara a Marruecos y Mauritania, de conformidad con las realidades históricas y con vínculos que han unido siempre a la población sahariana con esos dos países».[13]​ Dicha decisión sería contraria al dictamen del 16 de octubre de 1975 del Tribunal Internacional de Justicia:

Con la retirada de las fuerzas españolas, y basándose en la decisión de la Yemaá, Marruecos ocupó la zona septentrional y oriental del territorio y Mauritania, la meridional. El Frente Polisario anunció que continuaría con la guerra de guerrillas y proclamó la noche del 28 al 29 de febrero la República Árabe Saharaui Democrática.[14]

Actualmente la situación sigue sin resolverse. La Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental sigue activa, pero Marruecos la rechaza, argumentando que no le corresponde supervisar la situación de los derechos humanos en el Sahara.[15]​ Para el derecho internacional, España sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental —el Acuerdo Tripartito de Madrid no es válido, pues según la ONU «no transfirió la soberanía sobre el Territorio ni confirió a ninguno de los signatarios la condición de Potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber transferido unilateralmente»—[16][17]​ y Marruecos lo ocupa.[18]



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