Se le llama Masacre de Mountain Meadows a un hecho ocurrido el viernes 11 de septiembre de 1857 en el actual estado de Utah en los Estados Unidos de América en el que unos ciento veinte hombres y mujeres pioneros, a excepción de diecisiete niños, fueron asesinados en su paso por el entonces territorio de Utah a manos de una milicia local, durante la llamada guerra de Utah.
Mountain Meadows queda localizado a unos 500 km al sur de Salt Lake City y era uno de los lugares frecuentados por emigrantes de los Estados Unidos en dirección a California.
A mediados de 1857, un grupo de unas cuarenta familias se juntaron para atravesar el oeste de los Estados Unidos desde su estado natal de Arkansas en dirección al sur del estado de California liderado por el baquiano Alexander Fancher. Escogieron su travesía por el Sendero Español (Spanish Trail) el cual pasaba por el territorio de Utah. En ese entonces, Salt Lake City se había convertido en uno de los puntos de abastecimiento más importantes en el curso hacia California.
A pesar de que el grupo de emigrantes pionero estaba bien equipado y organizado, acamparon en el Territorio de Utah por provisiones y para esperar a los rezagados. Habitado por mormones en el exilio, el territorio de Utah estaba ese año en situación de gran inseguridad que habían declarado un estado de sitio. Al entrar el grupo o «Compañía de Fancher», como se les llamó, en Utah, encontraron hostilidad de parte de los residentes mormones, en particular por venir acompañados del populacho llamado «Gatos Salvajes de Misuri» con el propósito de instigar en contra de los religiosos.
El grupo llamado «Los Gatos Salvajes» que acompañaban a los emigrantes se jactaban de traer consigo «la pistola que dio fin a Joseph Smith». Algunos argumentan que los Gatos Salvajes nunca acompañaron a la Compañía de Fancher.[cita requerida]
Nacido en el territorio de Illinois, John D. Lee se convirtió al mormonismo en 1837 y permaneció leal a su nueva fe, siguiendo a Brigham Young en el peregrinaje a Utah donde tuvo enorme éxito como granjero y empresario. Llamado por la Iglesia como obispo y agente ante los indios Paiute del Sureste del territorio de Utah, incluyendo el lugar donde Mountain Meadows estaba asentado. Poco después del arribo de la Compañía de Fancher, un grupo de paiutes y mormones locales agredió a los emigrantes. John D. Lee intervino en el asunto, pidió a los emigrantes que cediesen sus armas y una vez hecho los guió supuestamente a Cedar City. En el momento en que el grupo de la Compañía de Fancher se habían esparcido como consecuencia de la caminata, los escoltas volvieron sus armas hacia los emigrantes y dispararon sobre ellos hasta que todos, con excepción de diecisiete menores de ocho años, habían fallecido. Al día siguiente el mensajero enviado a Salt Lake City para consultar con el gobernador, volvió a Mountain Meadows con órdenes de que se dejara ir a la Compañía de Fancher.
John D. Lee fue enjuiciado y sentenciado a morir por fusilamiento, sentencia que fue llevada a efecto poco antes de las 11 de la mañana del 28 de marzo de 1877, en el mismo sitio en Mountain Meadows donde ocurrió la masacre. En sus últimas palabras mantuvo su inocencia y confesó estar en paz con Dios. «Por lo que se ve debo convertirme en una víctima -debe haber una víctima y yo soy la víctima. Se me sacrifica para satisfacer los sentimientos- los sentimientos vengativos, o en otras palabras, se me usa para gratificar a las partes».
John D. Lee fue excomulgado de la Iglesia en 1870 por su rol en la masacre. El 20 de abril de 1961, la Iglesia restauró a John D. Lee como miembro.
En su testimonio, John D. Lee escribió:
Jacob Forney, un agente gubernamental de los indios del territorio, concluyó que los paiutes no actuaron solos y que la masacre no hubiera ocurrido sin los colonos blancos.
En aquella época era Brigham Young quien lideraba al pueblo mormón, e inicialmente las autoridades gubernamentales iniciaron contra él una investigación para dar con los responsables, solo posteriormente John D. Lee tomó a su cargo toda la responsabilidad sobre la matanza.
Al oír el informe de lo ocurrido en Mountain Meadows, Brigham Young, quien unos días antes de la masacre se entrevistaba con el capitán Stewart Van Vliet, dijo que ello «fue el asunto más desafortunado que haya jamás caído sobre la Iglesia.»
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