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Minería en la Nueva España



La minería fue la actividad económica que más impulso tuvo en la colonia, pues cualquiera podía echar a andar una mina, siempre y cuando entregase la quinta parte de sus ganancias a la corona española. Fue además de un incentivo para la conquista, exploración y colonización de nuevos territorios. Las principales minas de Nueva España fueron la de Zacatecas (1547), Pachuca (1553), Fresnillo, Guanajuato (1558) y finalmente San Luis Potosí (1592). Estas ciudades también recibieron gran cantidad de pobladores debido a la esperanza de muchos indígenas por conseguir un mejor nivel de vida.[1]​ Los mineros eran explotados cuando necesitaban comprar productos (Agua, cuerdas, bombas, entre otros) acudían a la tienda del patrón, el salario de los mineros era deplorable y el precio de los productos era exageradamente alto, por lo cual era muy raro que un minero no se endeudara. Cuando alguien que tenía una deuda con el patrón moría, su deuda era heredada a sus descendientes.

El benefició de patio fue descubierto por Bartolomé de Medina en 1554, y su principal consecuencia fue un incremento en la activación de la minería, pues el nuevo sistema requería de menos tiempo, menor mano de obra y reducía la cantidad de trabajadores necesarios para la obra. Sin embargo, la obra de Medina requería un mayor costo económico (el sistema estaba formado por sal, pirita de hierro, cobre y mercurio — porque fue la más importante de toda la Nueva España —), pero el costo fue paliado rápidamente y la minería siguió su crecimiento.[2]

La minería novohispana enfrentó varios problemas, tales como: Doña poncha

La época dorada de las minas se alcanzó en el siglo XVII, y su mejor representante fue la mina de la Valenciana, ubicada en Guanajuato y propiedad de Antonio de Obregón, conde de la Valenciana. En el plazo de 1788 a 1808, la mina produjo 30 millones de pesos, cantidad superior al Producto Interno Bruto del Virreinato del Perú. La plata fue el principal producto de las minas novohispanas, y su importancia se reflejó en la proliferación de la orfebrería, que poco a poco obtuvo gran prestigio en el mundo entero. Los aztecas también habían desarrollado esta actividad en una escala menor, lo que aumentaron los novohispanos. Las Antillas y Filipinas, fueron los principales mercados de venta de la plata producida en Nueva España. En 1729, al celebrarse la boda de Fernando de Borbón y Saboya, príncipe de Asturias, con Bárbara de Braganza, en Badajoz, Extremadura, los presentes otorgados fueron de plata novohispana.[4]

La minería, como actividad económica principal, generó un contexto nuevo en la del virreinato. El oro y la plata se consolidaron como productos de exportación, sirvió de enlace entre España y su colonia, además de unir la economía mundial con la del incipiente virreinato. El auge del oro como material minero principal ocasionó que Antonio María de Bucareli y Ursúa, virrey de Nueva España, decretase en 1772 un edicto por el que se instituía la moneda de oro como circulante oficial del Virreinato de Nueva España, medida que contaba con la anuencia del rey de España y del conde de Aranda, primer ministro.[5]​ El comercio, la agricultura y la ganadería se vieron consolidados y fortalecidos con la medida tomada por Bucareli, así como otras áreas como manufacturas y artesanías. Además, el oro impidió por mucho tiempo la devaluación de la moneda al brindar un medio estable de canje. Otra actividad beneficiada por la minería fue la exploración del norte del país, abandonado desde la caída chichimeca, pero el descubrimiento de minas llevó a misioneros, agricultores y ganaderos a establecerse en las vastas praderas del norte, convirtiendo aquellas zonas inhóspitas, estériles y desoladas en zonas de producción, como Monterrey, capital del Nuevo Reino de León. Así, la minería fue consolidando su posición como la actividad económica más redituable en el virreinato, pero cayó a mediados del siglo XIX, al surgir la industria, caer las minas a causa de las guerras, y devaluarse la moneda de oro en 1882.[6]

Guanajuato tiene una tradición minera que data de la época virreinal. Sin embargo, la riqueza del subsuelo no siempre ha sido extraída en forma óptima. Actualmente, la minería en la entidad se encuentra en una etapa de recuperación y se ha consolidado como el primer productor nacional de oro, y cuarto de plata, como resultado de la adopción de tecnología moderna en la extracción y el beneficio de los metales, y a la creciente participación de la inversión privada. Igualmente, la entidad se ha convertido en un importante productor de minerales no metálicos, entre los que destacan la fluorita, que ya se exporta, sílice y el feldespato. A la fecha hay en la entidad 51 compañías mineras que emplean a 3.500 trabajadores, cuya fuerza productiva representa apenas el 15% del producto interno bruto en el estado, lo que refleja el escaso grado de actividad. Guanajuato representa un futuro halagador en esta rama de la economía, pues se podrá explotar en gran escala ópalo, granito, caliza, azufre, cobre, plomo y hasta diamantes. Las minas se encuentran en los municipios de San Luis de la Paz, Comonfort, Atarjea, Acámbaro, Pénjamo, Guanajuato, San Diego de la Unión, Dolores Hidalgo y Huanímaro.

La industria principal de Zacatecas es la minería, principalmente la extracción plata, oro, mercurio, hierro, zinc, plomo, bismuto, antimonio, sal, cobre, cuarzo, caolín, ónix, cantera, cadmio y wollastonita. Las riquezas minerales del estado fueron descubiertas poco después de la conquista, y algunas de las minas (y las más famosas de México) datan de 1546. Las más productivas son las minas de plata de Alvarado. Solo de esta mina se extrajeron más de 800 millones de dólares durante 1548 y 1867, según los registros que se han conservado. Hoy en día, México es el primer productor de plata del mundo. Zacatecas tiene trece distritos mineros. Los más importantes son: las de Zacatecas, Concepción del Oro, Sombrerete, Chalchihuites, Mazapil y Noria de Ángeles. Existen 86 unidades económicas en la actividad minera. La manufactura es un sector de la economía en crecimiento, de estas la industria alimenticia y de bebidas es la más grande. Gracias a eso la minería de Zacatecas es muy conocida.

El descubrimiento de las minas fue realizado hasta el año de 1553 por Alonso Rodríguez de Salgado, Mayoral de una estancia de ganado menor. A partir de este momento, el aspecto de la población se fue transformando notablemente, pues empezaron a llegar decenas de operarios para emplearse en las diversas labores mineras. El desarrollo minero de Pachuca dio comienzo a raíz de 1552, cuando Bartolomé de Medina inventó el sistema de amalgamación para el beneficio de los minerales, fue desarrollado en la hacienda de Purísima Grande. Este proceso permitía beneficiar de un modo económico los minerales de plata; era necesario mezclar el mineral pulverizado con agua, sal, mercurio, y otros compuestos. Se extendían las "tortas" en patios muy grandes, donde se debían incorporar los reactivos; "Dar los repasos", es decir, mezclar con ayuda de animales y cuidar que las reacciones se efectuaran adecuadamente a fin de que la plata formara amalgama con el mercurio. Después de varias semanas se lavaba la torta para retirar los materiales indeseables y la mencionada amalgama se pasaba a un horno especial donde, con mucho cuidado, se volatizaba el mercurio y que daba la plata en forma esponjosa, y finalmente se fundía para obtener las barras del blanco metal. Este proceso se le conocía también como beneficio de patio.

En el Siglo XVIII, la visión del Pedro Romero de Terreros, hizo resurgir el mineral de Real del Monte, al encontrar nuevas y ricas vetas que dieron a Pachuca un auge extraordinario. A partir de este momento, el aspecto de la población se transforma notablemente, pues empezaron a llegar decenas de operarios para emplearse en los diversos laboríos mineros, así la relación de tasaciones señala que para 1560, es decir 8 años después del descubrimiento, la población ascendía a 2,200 habitantes, lo que significaba un incremento de casi el 300% con relación a la de 1550.

En 1766 pretendió suprimir el partido, forma de pago que se había hecho costumbre entre los mineros. El partido consistía en que el último costal de mineral que se subía el trabajador de la jornada lo dividía entre el y el dueño de la mina. Los mineros se protestaron por esto, que incluyó la presentación de un pliego de peticiones y el paro de labores y, al no tener solución favorable, se desató la violencia. La turba atacó y mató al Alcalde Mayor de Pachuca. Fue necesaria la intervención de las autoridades virreinales para resolver el conflicto.

Es en esta época del auge en la minería en que salían grandes cantidades de oro y plata para España y se dice en los libros de la época que si los lingotes de metales preciosos no llevaban el sello de Real del Monte y Pachuca, no querían recibir la plata, porque ese sello era garantía de la pureza del metal extraído en esta ciudad.



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