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Mitopoeia (género)



La mitopoeia (o mitopoiesis, del griego helenístico μυθοποιία, μυθοποίησις "elaboración de mitos") es un género narrativo en el cual el autor crea todo un conjunto de conceptos, regiones, personajes, sucesos, y arquetipos interrelacionados creando una mitología propia. Esta acepción de la palabra Mitopoeia recibe su significado de su utilización por parte de J. R. R. Tolkien en la década de 1930. Los autores de este género integran en sus ficciones temas (mitemas) y arquetipos mitológicos tradicionales con algunos fantásticos y de nuevo cuño.

El término mitopoeia viene del griego μυθοποιία, que quiere decir "elaboración de mitos".[1]​ En sus primeros usos, en la antigüedad, se refirió a la realización de los mitos de la antigüedad.[2]​ Fue adoptado y utilizado por Tolkien como título de uno de sus poemas, Mitopoeia, escrito en 1931 y publicado en Árbol y Hoja.[3]​ El poema popularizó el término Mitopoeia como un género literario y un esfuerzo artístico.

Para que una obra se pueda considerar como un trabajo de mitopoiesis, esta debe crear todo un ambiente propio, una cosmogonía única, y una explicación del mundo a través de lo contado que sea similar en alcance a un corpus mitológico real. No basta con hacer referencia a unos pocos arquetipos ya creados por otros y reutilizarlos sin más. Mientras que muchas obras literarias (y más recientemente, otros medios) pueden presentar temas míticos, sólo las obras que cuentan con una fuerte cohesión e inmersión y un mundo vasto y rico en matices pueden ser consideradas una obra mitopoeica.

La mejor manera de definirla es diciendo que una obra mitopoeica es casi tan completa como una obra mitológica clásica. Solo que en vez de surgir de siglos y siglos de tradición oral, la obra mitopoeica surge de un relativamente corto periodo de tiempo (de unos años a unas décadas) y de un solo autor o un pequeño grupo de autores.

A diferencia de los mundos de fantasía o de los universos de ficción que están más dirigidos a la evocación de mundos detallados con historias ordenadas, geografías, y leyes de la naturaleza, la Mitopoeia esta más dirigida a evocar ideas y conceptos filosóficos y a incluir temas mitológicos del mundo real, creados específicamente para transmitir la sensación de mitología a los lectores modernos, y/o para agregar credibilidad y profundidad literaria a los mundos de ficción creados en los libros (y otros medios) de fantasía y ciencia ficción.

Una obra Mitopoeica es creada en su totalidad casi siempre por un solo individuo, como el mundo de la Tierra Media.

Las Obras Mitopoeicas a menudo se clasifican como de fantasía o ciencia ficción, pero de acuerdo con Joseph Campbell, el insigne estudioso de la mitología mundial, la mitopoeia y las obras que comparten sus características ocupan mejor el nicho que en la sociedad moderna queda para la mitología. Campbell habló del mundo moderno como de un mundo nietzscheano que ha sobrepasado ya gran parte de la mitología del pasado. Por esto, afirmó que nuevos mitos debían ser creados, pero también creía que la transformación tan rápida de la cultura actual impedía que la sociedad fuera completamente descrita por cualquier marco mitológico moderno hasta una etapa más avanzada. Campbell también sostuvo en algún momento que las mitologías eran creadas por las sociedades para cubrir una necesidad de estas (como una necesidad de explicarse a sí mismos ideas o conceptos) y que es necesario que se creen relatos mitológicos de calidad para un mejor funcionamiento social.

La mitopoeia a veces es llamada mitología artificial , un término que hace hincapié en que esta no evoluciona de forma natural y en que la mitopoeia es un artificio comparable con la lengua artificial, por lo que no debe ser tomada en serio como mitología. Por ejemplo, el folclorista Alan Dundes sostuvo que "cualquier novela no puede cumplir con los criterios culturales de mito. Una obra de arte, o artificio, no puede decirse que sea el relato de la tradición sagrada de una cultura ... [es] a lo sumo, mito artificial".[4]

Notables autores cuya obra es considerada como mitopoeica son:

Probablemente uno de los primeros intentos de construir una mitología propia en el mundo occidental sea la obra de Ferecides de Syros, escrita en la Magna Grecia en el Siglo VI a. C.. Ferecides transformó en su obra al panteón griego reordenando su número y llamando Zas ("el que vive") al rey de los dioses, en el papel de Zeus, y Chronos ("tiempo", en lugar de Kronos) como el padre de Zas. Los estudiosos apuntan a que la obra de Ferecides pudo ser un punto de inflexión en el movimiento griego hacia el pensamiento científico y filosófico.

J. R. R. Tolkien escribió un poema titulado Mitopoeia después de una discusión en la noche del 19 de septiembre de 1931 en el Magdalen College de Oxford con C. S. Lewis y Hugo Dyson con el fin de explicar y defender la elaboración creativa de mitos modernos.[4]​ El poema se refiere al autor creativo humano como "el pequeño hacedor" que blande su "propio pequeño cetro de oro" este pequeño hacedor gobierna su "subcreación" (entendida como una genuina creación dentro de la creación) de Dios.

El legendarium de Tolkien no solo incluye mitos fundacionales y Mitos de la creación, sino que también incluye epopeyas y leyendas en prosa y en verso, lenguajes propios, así como geología y geografía y otras.

Tolkien discute su punto de vista sobre la creación de mitos , la "subcreación" del artista y las"hadas", en el ensayo Sobre los cuentos de hadas (On Fairy-Stories en el original), escrito en 1939 para ser presentado por Tolkien como su lectura para el Andrew Lang lecture de la Universidad de St Andrews y publicado en forma impresa en 1947. Casi al mismo tiempo, Tolkien expuso los mismos temas en la forma de una historia corta, Hoja de Niggle.

Otra historia en la que Tolkien aborda el tema de los cuentos de hadas es El herrero de Wootton Mayor (1967).

En Sobre los cuentos de hadas, Tolkien hace hincapié en la importancia del lenguaje (la facultad lingüística humana en general, así como las características específicas del lenguaje utilizado en una tradición dada). Este párrafo empieza denunciando la visión de Max Müller sobre la mitología:[5]

Al mismo tiempo que Tolkien debatía sobre la utilidad del mito y la mitopoeia con C. S. Lewis en 1931, Lewis era un teista[7]​ y le gustó la idea de la mitopoeia, pero Lewis era escéptico de la mitología, su posición era que los mitos eran "mentiras, y por lo tanto cosas sin valor, aun cuando cosas "dichas a través de plata".[4][8]​Sin embargo C. S. Lewis más tarde comenzó a hablar del cristianismo como que este era un "mito verdadero". Lewis escribió

Como consecuencia de esto, su saga Las Crónicas de Narnia es considerada como Mitopoeia. Esta contiene argumentos que hacen referencia a la mitología cristiana, refiriéndose a ella como la narrativa de una gran rey que se sacrifica para salvar a su pueblo y que es resucitado.

El intento mitopoeico de Lewis es algunas veces confundido con un intento de hacer alegorías, donde los personajes y el mundo de Narnia serían la equivalencia directa de los conceptos y eventos de la teología y de la historia cristiana, pero Lewis ha subrayado en repetidas ocasiones que una lectura alegórica de sus historias hace perder en estas su ingrediente Mitopoeico.

C. S. Lewis también crea una mitopoeia en su representación neo-medieval del viaje extraplanetario en su Trilogía cósmica.

Una de las funciones de la Mythopoeic Society es promover la relevancia, la lectura y la escritura de la literatura que presente rasgos mitopoeicos. Para incentivar esta literatura, la sociedad cuenta con sus propios premios literarios, los Mythopoeic Awards.

Tolkien:

C. S. Lewis, George MacDonald:

George Lucas:



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