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Montecristo (telenovela argentina)



Montecristo fue una telenovela argentina estrenada el 25 de abril de 2006 por Telefe que logró cosechar un gran éxito nacional e internacional.[1][2]​Protagonizada por Pablo Echarri y Paola Krum. Coprotagonizada por Viviana Saccone, Luis Machín, Milton de la Canal y Eugenia Aguilar. Antagonizada por Joaquín Furriel y los primeros actores Roberto Carnaghi y Oscar Ferreiro. También, contó con las actuaciones especiales de María Onetto, Mónica Scapparone, Celina Font y la primera actriz Virginia Lago. Las participaciones de Esteban Pérez, Maxi Ghione y Rita Cortese. Y las presentaciones de María Abadi y Victoria Rauch.[3]​ En su primer capítulo obtuvo 27.4 puntos de índice de audiencia[4]​ -número que se incrementará posteriormente durante su emisión- alcanzando en el episodio final picos de 39,5 puntos de rating[5]​ y obteniendo un promedio de 26.2[6]​durante todo el año, lo que la transformaría en la serie más vista del prime time en el siglo XXI para el canal que la emitió y en una de las novelas de mayor índice de audiencia en la historia contemporánea de su país.[7]

En líneas generales, la trama es una adaptación a la contemporaneidad de la obra El conde de Montecristo de Alejandro Dumas a través de la historia de Santiago Díaz Herrera, quien luego de ser traicionado por su mejor amigo -Marcos Lombardo- pierde todo. Concretamente, el desarrollo central de la ficción versa en como -10 años después- Santiago regresará para recuperar lo que algún día tuvo, vengándose de quienes lo "traicionaron".[8]​La ficción también marcó un hito dentro de su género[9][10]​ al incluir en su argumento central la temática de los detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado en Argentina[11]​y la apropiación de menores en ese periodo dictatorial.[12][13]​En este marco, la irrupción y el éxito de esta telenovela fue y sigue siendo objeto de análisis de trabajos científicos.[14][15][16][17][18][19]

El suceso desatado por la historia fue tal que, luego de agotar la versión original del clásico de Alejandro Dumas en numerosas librerías del país e incluso, haber publicado la propia versión escrita de la novela por parte de los libretistas,[20]​ la teleserie se hizo acreedora de varios premios y homenajes, entre los que se destacaron la distinción otorgada por el Senado de la Nación Argentina,[21]​ el reconocimiento de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires[22]​ y desde lo artístico, cuatro Premios Clarín y siete Premios Martín Fierro, incluyendo el de oro, galardón máximo entregado por APTRA.[23][24]​ A nivel internacional Montecristo fue vendida a más de 45 países[25]​ y reversionada en otros ocho, obteniendo estas últimas adaptaciones también el reconocimiento del público.[26][27][28]

La historia comienza en el año 1995 en Argentina. Santiago Díaz Herrera (Pablo Echarri) es un flamante abogado que planea casarse con Laura Ledesma (Paola Krum) y transita el éxito en su carrera profesional al ser nombrado secretario de un juzgado. Pero su vida cambia rotundamente cuando su padre, el juez de la Nación Horacio Díaz Herrera (Mario Pasik), se pone al frente de una investigación sobre el funcionamiento de una maternidad clandestina en Campo de Mayo, durante la Dictadura militar de 1976-82 y en la cual habría estado implicado el Dr. Alberto Lombardo (Oscar Ferreiro), obstetra y a su vez padre de Marcos (Joaquín Furriel), el mejor amigo de Santiago. La situación empeora, a partir del enamoramiento no correspondido de Marcos hacia Laura, lo que provoca envidia de este último hacia Santiago. Angustiado por el mal momento que su amigo está a punto de pasar, Santiago oculta esta información sin sospechar también que Luciano (Esteban Pérez), el asistente de su padre y uno de los aspirantes al nombramiento que Santiago consiguió, también envidia profundamente su incipiente éxito profesional y está dispuesto a traicionar al juez a quien cree artífice del nombramiento de su hijo. Ante este panorama, Alberto se entera de las investigaciones del juez Díaz Herrera y decide hacer lo imposible para evitar que su nombre quede manchado, por lo que comienza a urdir un plan, a expensas de un viaje que Santiago y Marcos debían hacer hacia Marruecos, para participar en un campeonato de esgrima. Una vez con Santiago en Marruecos, Lombardo tiene éxito al mandar a matar al juez Díaz Herrera, mientras espera que Marcos haga lo propio con Santiago. En efecto, mientras recorrían el bazar marroquí, Santiago y Marcos son asaltados y consiguen librarse de sus asaltantes, aunque Santiago queda expuesto por haber matado a uno de ellos con la propia arma del asaltante. Ambos son perseguidos y finalmente apresados por la policía, sin embargo Marcos recupera su libertad de forma extraña, mientras que Santiago es sometido a una tortura que incluyó su ejecución de un disparo, por parte del malhechor sobreviviente, todo ante la desesperada mirada de Marcos, quien aun así, no intervino para salvar a su amigo, creyéndolo finalmente muerto.

Una vez consumada la "desaparición" de Santiago, Marcos comunica a todos la triste noticia, provocando que Laura caiga en un pozo depresivo, intentando suicidarse. Mientras tanto y tras sobrevivir a su fallida ejecución, Santiago es confinado a una mazmorra de Marrakech, donde pasa su vida en condiciones infrahumanas. Es allí donde un buen día, aparece en su celda el anciano Ulises (Ulises Dumont), quien intentando escapar, falla entrando a la celda de Santiago. Ambos se terminan haciendo amigos, lo que permite que Ulises le revele a Santiago su secreto mejor guardado.

Diez años después de estos sucesos, mientras Santiago continuaba confinado, en Buenos Aires Marcos consigue formar una familia, a costa del dolor de Laura. Ambos son padres de Matías (Milton de la Canal), un niño de 10 años que curiosamente, no guarda ningún parecido con Marcos. Alberto por su parte, rehace su vida al lado de Lola (Mónica Scapparone), mientras la ex-ama de llaves de los Díaz Herrera, Sara Caruso (Rita Cortese), huye hacia su Río Manso natal, llevándose a la esposa de Lombardo, Leticia Monserrat (María Onetto), luego de fraguar su muerte para protegerla, por haber atestiguado el momento en que Lombardo le daba a su mano derecha Lisandro Donoso (Roberto Carnaghi), la orden de eliminar al juez Díaz Herrera.

Al mismo tiempo, un incendio en la mazmorra de Marrakech deja moribundo a Ulises, quien con sus últimas fuerzas pide a Santiago que aproveche la oportunidad para escapar y poder recuperar su tesoro. Santiago escapa llegando a la playa marroquí, donde es rescatado por la Dra. Victoria Sáenz (Viviana Saccone), una cirujana plástica argentina que residía en España. Victoria ayuda a Santiago a rehacerse, mientras que un viejo aliado de Ulises, termina de allanar el retorno de Santiago a la Argentina. Ese aliado es el enigmático León Rocamora (Luis Machín), quien a través de documentos falsos, consigue lograr el regreso de Santiago, quien a partir de ese momento, pasó a asumir la identidad de Alejandro Dumas.

Una vez en Argentina, Santiago y Rocamora se reencuentran para buscar el tesoro de Ulises. Durante la búsqueda, descubren a un grupo de matones hostigando a un joven. Santiago y Rocamora rescatan a este joven, quien se da a conocer como Ramón (Maxi Ghione), un actor en apuros a raíz de un amorío con la esposa de un poderoso político. A ellos también se les suma Victoria, de quien se descubre que es hija de desaparecidos durante la dictadura y que se une a Santiago en busca de justicia y de un hermano desaparecido. Con todos estos ingredientes, Santiago inicia su plan, buscando su venganza, más allá de la justicia.

Personas reconocidos de la industria actoral interpretan personajes importantes para la trama.

La conspiración, liderada por Alberto Lombardo con la complicidad de su hijo Marcos, mejor amigo de Santiago y compañero de esgrima que había viajado con él y de Luciano, asistente del Dr. Horacio Díaz Herrera, padre de Santiago, quien llevaba adelante la investigación de estos hechos, también alcanza a este quien es asesinado en la Argentina. Durante su detención también intentan acabar con la vida de Santiago y, de hecho, sus enemigos lo dan por muerto; pero el joven se salva milagrosamente y logra escapar con el mapa de un extraordinario tesoro que le da un compañero de la cárcel, Ulises, que muere en ella. Durante la fuga conoce a Victoria una médica argentina que, junto con Rocamora, amigo de Ulises y luego Ramón, un joven y díscolo actor formarán “su banda”. Cuando Santiago esta de regreso a la Argentina, tras enfrentar el dolor de la muerte de su padre y el casamiento de su novia Laura con Marcos, su amigo y traidor, encuentra el tesoro, se transforma en un magnate y, con todo el poder que le da esa fortuna, pergeña y lleva adelante su venganza.

Durante la noche del 27 de diciembre de 2006 se proyectó en las pantallas gigantes del Luna Park el capítulo final de Montecristo. Alrededor de 7000 personas asistieron al evento[29][30]​ organizado especialmente, generando un sold out en el recinto. También asistieron como invitados especiales las Abuelas de Plaza de Mayo, organismo que formó parte de la trama narrada de la novela.[31]​ El índice de audiencia de la emisión final tuvo picos de 39,5 y promedió finalmente 34,6 puntos de rating.[5]

Al igual que otras telenovelas exitosas de Telefe (Resistiré y Amor en custodia), Montecristo también tuvo dicho día un show incluido. El conductor argentino Marley ofició de conductor de la velada y el cantante David Bolzoni subió al escenario para interpretar los temas principales de la historia, que también se habían consagrado como éxitos:[32]​ "Yo soy aquel" y "Hazme".[33]

El impacto de Montecristo[34]​ fue muy amplio: catalogada como un fenómeno de masas televisivo[35]​ por su alto nivel de audiencia, para la crítica periodística e intelectual marcó un precedente en la manera de hacer ficciones dentro del género popular de telenovelas[36]​ abordando temáticas sociales con sesgos pedagógicos[37][38]​que conjugó calidad, mensaje y la aceptación masiva del público:

Durante su emisión se triplicaron las denuncias en Abuelas de Plaza de Mayo[40]​-organización de derechos humanos argentina que tiene como finalidad localizar y restituir a sus legítimas familias todos los bebés y niños apropiados por la última dictadura militar- y aumentaron las consultas de jóvenes que tenían dudas sobre su identidad.[41][42]​ Particularmente resonante fue el caso de Marcos Suárez Vedoya quien, en una escena de la trama de la novela que transcurría en la sede de la asociación civil, se reconoció en una foto de un bebé que la cámara tomaba en primer plano, convirtiéndose en el nieto N°85 que pudo restituir su identidad.[43]​ En función de lo anterior Montecristo recibió el reconocimiento del Senado de la Nación Argentina[21]​ por su contribución en la lucha por la vigencia plena de los Derechos Humanos,[39]​ y fue homenajeada también por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que reconoció, en la figura de sus creadores, su aporte a la lucha y compromiso con la recuperación de la identidad de niños apropiados durante la última dictadura y con la Memoria.[22][44]

También desde lo social, el furor por la novela se trasladó a las librerías donde las ediciones del libro El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas -sobre el cual se basó la teleserie- se agotaron en varias partes del país.[47]​En 2007, al año siguiente de finalizar la ficción, Marcelo Camaño y Adriana Lorenzón, autores de la novela, editararían su propio libro homónimo, titulado "Montecristo. Un amor, una venganza".[48]

En cuanto a lo académico, proliferaron abordajes científicos sobre la telenovela, incluso la Universidad de Buenos Aires, dentro de la Cátedra I de Psicología, Ética y Derechos Humanos, se planteó un módulo didáctico a partir de ella para identificar las cuestiones Ética y de Derechos Humanos -derecho de identidad, ética profesional.- contenidas en Montecristo.[34]

Además, esta ficción televisiva también sirvió como plataforma y auge de otra expresiones culturales vinculadas a la memoria -Música por la identidad y Televisión por la identidad[49]​ fueron ejemplo de ello- y de otras ficciones con contenido crítico-social, como Vidas Robadas[50]​ y La Leona,[51]​ entre tantas otras que le sucedieron.

Telefé Contenidos exportó la novela a más de 45 países, mientras que vendió a otros 8 el formato, lo cual incluía el guion, la música y también “la manera” de plasmarlo en un producto televisivo.[52]​ Dependiendo el país, la adaptación incluyó algunos cambios.




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