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Mostaza sulfurada



Los gases mostaza son una familia de productos químicos empleados fundamentalmente como armas químicas, también conocidos como iperita, de Ypres, ciudad belga donde los alemanes lo usaron por primera vez en 1915 durante la Primera Guerra Mundial.[2]​ El gas mostaza fue sintetizado para acosar e incapacitar al enemigo y contaminar el campo de batalla. Viktor Meyer describe su síntesis a mediados de 1800, pero no fue quien lo descubrió, ni el primero en dar cuenta de sus efectos. El desarrollo de la producción de gas mostaza a gran escala se debe al químico alemán Wilhelm Steinkopf.

También se les denomina agentes vesicantes, pues al contacto con el ser humano causan ampollas en la piel y las membranas mucosas, lo cual suele conllevar consecuencias como la muerte por asfixia agónica.

La mostaza sulfurada (bis(2-cloroetil)sulfano) es un tipo de agente químico utilizado como arma de guerra. La mostaza sulfurada también se conoce como gas mostaza o "agente mostaza” o por sus denominaciones militares H, HD y HT.

Suele manifestarse en fase gaseosa, pero también puede darse como líquido (de textura oleosa), o sólido. Como gas, algunas veces posee un olor parecido al ajo, a la cebolla o a la mostaza, y en otros casos no tiene olor. Como líquido y sólido, su color varía del amarillo claro al marrón. En todo caso, no se encuentra naturalmente en el ambiente.

Como arma de guerra, la mostaza sulfurada se utilizó por primera vez durante la Primera Guerra Mundial. Aunque en la actualidad no se destina a uso médico, hasta hace algunos años se utilizaba para el tratamiento de la psoriasis, una enfermedad cutánea.

Las mostazas nitrogenadas (bis-2-cloroetilaminas o β-haloalquilaminas) fueron producidas en los años 1920 y 1930, también como armas químicas de guerra. Fueron el primer caso registrado de uso de armas químicas contra población civil, pues en 1924, durante la Guerra del Rif (1921-1927), la aviación española arrojó bombas de gas mostaza, fosgeno y otros gases tóxicos, sobre los habitantes bereberes rifeños y sus aldeas. Son potentes irritantes que dañan la piel, ojos y vías respiratorias, entran en las células del cuerpo muy rápidamente y dañan el sistema inmunológico y la médula ósea.[3]

En fase gaseosa puede oler a pescado, moho, jabón o frutas. Por debajo de 21 °C pasa a fase líquida, donde adopta un color claro, ámbar pálido o amarillo, y textura oleosa, y es inofensivo. Debido a ello, durante los inviernos de la Gran Guerra, los alemanes lanzaban proyectiles con mostaza nitrogenada líquida que, al caer sobre el campo de batalla, impregnaban a algunos soldados enemigos. Estos, desconocedores del peligro latente, se guarecían en las galerías y conductos de las trincheras donde, al evaporarse el agente químico, causaba la muerte a todo el que no escapase a tiempo al exterior. De forma natural no se encuentran en el ambiente.

También se conocen por sus denominaciones militares HN-1, HN-2 y HN-3.[4]

Fueron los primeros agentes alquilantes con aplicación terapéutica. Se usan principalmente como antineoplásicos.[3]

Las mostazas nitrogenadas son compuestos muy reactivos debido a que el nitrógeno, con su par de electrones no compartido, puede formar sales de aziridinio. Estas sales son especies fuertemente electrófilas que reaccionan con nucleófilos formando un enlace covalente. Debido a su estructura (bis-2-cloroetilaminas), cada molécula podrá dar lugar a dos enlaces covalentes.

Pueden reaccionar con el ADN ya que a que es rico en centros nucleofílicos, especialmente el átomo de nitrógeno de la posición 7 de la guanina. Constituye uno de los grupos más reactivos frente a electrófilos.

El fundamento químico de la alteración de la estructura del ADN por las β-haloalquilaminas se basa en la formación de enlaces covalentes cruzados con un resto de guanina de cada una de las hebras de ADN, produciéndose la distorsión correspondiente[3][5]

HN- 1 fue diseñado originalmente para eliminar las verrugas, pero más tarde se identificó como un agente potencial de guerra química.

HN- 2 fue diseñado como un agente militar pero más tarde fue utilizado en el tratamiento del cáncer. Hoy en día ha sido reemplazado por otros agentes para el tratamiento del cáncer.

HN- 3 fue diseñado únicamente como un agente militar.[4]

Ocular

Inhalatoria

Cutánea

*Debido a que es más pesado que el aire, el vapor de la mostaza nitrogenada se asientan en las zonas bajas.[5]

Tabla 1: vías de intoxicación en función del medio por mostazas nitrogenadas.

Los efectos para la salud causados por las mostazas nitrogenadas dependen de la cantidad a la que están expuestas las personas, la forma y el tiempo de exposición.

Por lo general, los signos y síntomas de la exposición no se producen inmediatamente. Dependiendo de la severidad de la exposición, los síntomas pueden aparecer tras varias horas.

Pueden producir los siguientes efectos en partes específicas del cuerpo:

La presencia de estos signos y síntomas no indica necesariamente que una persona haya estado expuesta a una mostaza nitrogenada.[4]

La exposición a la mostaza nitrogenadas puede producir:

A partir de tercer/quinto día pueden aparecer síntomas de supresión de la médula ósea que desencadenan anemia, sangrado y un mayor riesgo de infección. En las situaciones más graves podrían llegar a ocasionar la muerte.

También se ha observado cáncer en animales tras exposiciones prolongadas o repetidas y existen evidencias de que causan leucemia en los seres humanos.[4]

No existe antídoto para esta exposición. El tratamiento consiste en la eliminación del tóxico del organismo con la mayor rapidez posible y garantizar una atención médica. [4]



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