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Necesidades humanas fundamentales



En el marco del desarrollo a escala humana ideado por Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn, las necesidades humanas se abordan desde una perspectiva ontológica (propia de la condición del ser humano), siendo pocas, finitas y bien clasificables (a diferencia de la idea económica convencional que defiende que son infinitas e insaciables).[1][2]​ Son también constantes a través de todas las culturas humanas y de todos los periodos históricos, siendo las estrategias de satisfacción de esas necesidades las que cambian con el tiempo y entre las culturas. Las necesidades humanas pueden ser entendidas como un sistema en el que no existen jerarquías, a diferencia de los postulados de psicólogos occidentales como Maslow. La simultaneidad, la complementariedad y la no comercialidad son características del proceso de satisfacción de necesidades.

El enfoque de la satisfacción de las necesidades humanas permite reformular el concepto de pobreza. El tradicional es muy limitado o restringido en razón de hacer referencia sólo a personas ubicadas por debajo de un umbral determinado de ingreso. Se sugiere hablar de pobrezas, antes que de pobreza. Se explica lo anterior al admitir que una necesidad humana no satisfecha genera una pobreza humana. A manera de ilustración se sostiene que la pobreza de subsistencia deviene de una insuficiente alimentación o abrigo; debido a lo anterior, se tienen pobrezas diversas como: de subsistencia (por alimentación, abrigo o trabajo); de protección (por el sistema de salud, cuidado, seguridad social); de afecto (por opresión, violencia familiar, medio ambiente); de entendimiento (por aspectos educativos, conciencia crítica) y así sucesivamente para otras necesidades axiológicas.[3]

Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn han definido tres postulados básicos relacionados con el desarrollo:[4]

La escuela de Desarrollo a Escala Humana está "enfocada hacia la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, la generación de crecientes niveles de auto-confianza, y la articulación de relaciones orgánicas de las personas con la naturaleza y la tecnología, de procesos globales con la actividad local, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía, y de la sociedad civil con el estado."[6][7]

Una de sus aplicaciones de esta teoría podemos encontrarla en el campo del Desarrollo Sostenible Estratégico, donde las Necesidades Humanas Fundamentales individuales y la mecánica colectiva de necesidades conformarían una sociedad sostenible;

La persona es un ser de necesidades múltiples e interdependientes. Por ello las necesidades humanas deben entenderse como un sistema en que las mismas se interrelacionan e interactúan. Simultaneidades, complementariedades y compensaciones (Trade-offs) son características de las necesidades.[8]

Max-Neef clasifica las necesidades humanas fundamentales en las siguientes:

Las necesidades son también definidas según las categorías existenciales de ser, tener, hacer y estar; y, a partir de estas dimensiones, podría construirse una matriz de 36 cuadros:[9]

Max-Neef diferencia además distintos tipos de satisfactores:

Los análisis de la obra de Max-Neef parten sobre todo de las formas de dependencia económica, financiera, tecnológica y cultural de los países en desarrollo con respecto a los más desarrollados y que generan y refuerzan procesos de dominación. Analiza las múltiples dependencias que inhiben un desarrollo orientado hacia la autodependencia y la satisfacción de las necesidades. Max-Neef afirma lo siguiente:

"La satisfacción de las necesidades... se ve inhibida por las exigencias que, de manera explícita o soterrada, los centros internacionales del poder hacen a la periferia en cuestión de modelos políticos, pautas de crecimiento económico, patrones culturales, incorporación de tecnologías, opciones de consumo, relaciones de intercambio y formas de resolver los conflictos sociales. La aceptación de tales exigencias no sólo se nutre de las dependencias, sino que además las refuerza".

Al hablar de la autodependencia, no se refiere al aislamiento, sino a una interdependencia horizontal, sin relaciones autoritarias y la autodependencia puede combinar los objetivos de desarrollo económico con los de justicia social, libertad y desarrollo personal.

Puesto que la dominación frustra la satisfacción de un gran número de las necesidades humanas, es vital la generación de la autodependencia por medio de un protagonismo verdadero de las personas en los distintos espacios y ámbitos para impulsar los procesos de desarrollo con efecto sinérgico.

Solo la generación de auto dependencia, el protagonismo real de las personas en su ámbito de pertenencia, puede impulsar procesos de desarrollo sinérgicos en la satisfacción de las necesidades fundamentales humanas. Por auto dependencia se entiende interdependencia horizontal, y se opone tanto a dependencia como a aislamiento. En el fondo se trata de fomentar la participación en la toma de decisiones, la creatividad social, la autonomía política, la justa distribución de la riqueza y la tolerancia frente a la diversidad de identidades.[11]

El sistema propuesto permite la reinterpretación del concepto de pobreza. El concepto tradicional es limitado y restringido, puesto que se refiere exclusivamente a la situación de aquellas personas que pueden clasificarse por debajo de un determinado umbral de ingreso. La noción es estrictamente economicista.

Sugerimos no hablar de pobreza, sino de pobrezas. De hecho, cualquier necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha revela una pobreza humana. La pobreza de subsistencia (debido a alimentación y abrigo insuficientes), de protección (debido a sistemas de salud insuficientes, a la violencia, la carrera armamentista, etc.), de afecto (debido al autoritarismo, a la opresión, a las relaciones de explotación con el medio ambiente natural, etc.), de entendimiento (debido a la deficiente calidad de la educación), de participación (debido a la marginación y a la discriminación de las mujeres, los niños y las minorías), de identidad (debido a la imposición de valores extraños a culturas locales y regionales, emigración forzada, exilio político, etc.) y así sucesivamente.

Pero las pobrezas no son sólo pobrezas. Son mucho más que eso. Cada pobreza genera patologías, toda vez que rebasa límites críticos de intensidad y de duración. Esta es una observación medular que conviene ilustrar.

La gran mayoría de los analistas económicos estarían de acuerdo en que el crecimiento generalizado del desempleo, por una parte, y la magnitud del endeudamiento externo del Tercer Mundo, por otra, constituyen dos de los problemas económicos más importantes del mundo actual. Para el caso de algunos países de América Latina habría que agregar el de la hiperinflación.[12]

Desarrollo de Escala humana: Concepción, aplicación y reflexiones más lejanas.[1]​ Por Manfred Un. Max-Neef con contribuciones de Antonio Elizalde Martin Hopenhayn (1991)

La búsqueda reciente aparece para validar la existencia de necesidades humanas universales.[13][14]

Otra búsqueda en el ramo de las necesidades humanas universales por Damien Soitout en el 2016 [15]​ demuestra que existen 6 necesidades humanas fundamentales.

Las primeras cuatro necesidades son esenciales para la supervivencia humana y deben satisfacerse diariamente. Las dos últimas necesidades son las necesidades del espíritu, y no todos encuentran una manera de satisfacerlas, aunque son necesarias para una realización duradera en la vida.



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