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Negación (gramática)



La negación es un elemento lingüístico que sirve para negar un elemento oracional o una oración entera mediante un sema lexicalizado, una palabra, normalmente adverbio, o una locución. El hecho de negar implica la expresión de la no existencia de algo o la no realización de una acción. Desde el punto de vista sintáctico la gramática generativa moderna analiza la negación oracional mediante la presencia de un sintagma de negación cuyo núcleo debe ser una partícula de polaridad negativa. En lenguas como el español y las lenguas romances existe concordancia de polaridad, a diferencia de las lenguas germánicas donde usualmente no es posible la doble negación.

La negación en español se produce usualmente anteponiendo al verbo el adverbio negativo no (No tengo hambre).

También mediante otros adverbios, por ejemplo:

Mediante verbos que la implican, como por ejemplo.

Locuciones:

Nótese las expresiones anteriores cuya interpretación semántica es la negación de una oración más simple y por eso son formas de negación semántica. Sin embargo, estructuralmente son muy diferentes; en concreto (3) y (4) son frases sintácticamente declarativas afirmativas, y la interpretación como negación está lexicalizada en el verbo. A continuación se examina la diferencia entre negación semántica (acorde al significado) y negación sintáctica (acorde a la estructura interna).

Las oraciones interrogativas frecuentemente pueden equivaler a una frase imperativa afirmativa y constituyen una alternativa pragmáticamente neutralizada para una orden directa:

Dentro de la gramática tradicional la negación se trata como un simple modificador adverbial. Sin embargo, el comportamiento morfosintáctico de la negación es más complejo que el de los adverbios convencionales. Por ejemplo, en español, no es incompatible con algunas formas del verbo como el modo imperativo:

El comportamiento de (7b) es paralelo al comportamiento del complementador que en (8):

Lo cual sugiere que sintácticamente la negación ocupa una posición fuera del sintagma verbal. Otros hechos muestran más paralelos entre las oraciones interrogativas, negativas y las que usan el modo imperativo:

Algunos autores han propuesto la existencia de un sintagma de negación cuyo núcleo sintáctico debe estar ocupado por un elemento negativo. Algunas peculiaridades como la de algunos dobles negativos en español son explicables conjeturando la existencia de dicho tipo de sintagma:

La oración (11c) es incorrecta, ya que en la posición preverbal sólo puede aparecer un elemento negativo en la posición de núcleo de negación. Aunque nunca puede aparecer en varias posiciones, si la posición preverbal está ocupada por no, no se admite la adjunción de ningún otro elemento negativo; por esa razón (11c) no está bien formada. Eso sugiere que el nunca de (11a) tiene una naturaleza diferente que el de (11b) y podría estar en la misma posición que los adverbios, aunque como muestra el hecho de que (11d) sea incorrecta, la posición adverbial sólo admite un elemento de polaridad negativa, si el núcleo de negación está presente, por lo que es posible que existe alguna forma de concordancia entre el núcleo del sintagma de negación y otros elementos de polaridad negativa de la frase.

La expresión de la negación en las lenguas del mundo es muy variada, ya que puede incluir simples marcas de negación lógica (no), como palabras de polaridad negativa y contenido semántico adicional (ninguno, nadie, nada, nunca), y la negación puede realizarse mediante morfemas independientes o mediante afijos o clíticos. Una de las cuestiones mejor estudiadas es la negación lógica mediante medios sintácticos, atendiendo al orden. Entre las lenguas del mundo se dan seis posibilidades para el orden relativo del sujeto, del objeto y del verbo, siendo los más frecuentes por orden: SOV, SVO, VSO y VOS (también existen OVS y OSV pero son muy infrecuentes en las lenguas del mundo), y existirán 24 posibles órdenes para la posición de la negación en una oración transitiva con sólo sujeto, objeto, verbo y elemento negativo. Cuando se examinan los mejores datos disponibles se observa que la posición de la negación no es del todo arbitraria y está fuertemente correlacionada con la posición de los otros constituyentes, siendo comunes sólo 5 de los 24 tipos posibles, que se recogen en la siguiente tabla:[1]

A diferencia de otros idiomas, como el inglés, la doble negación en español no es una afirmación sino que continúa siendo una negación.[2]

Dada la importante función comunicativa de la negación es muy común que muchas lenguas del mundo recurran a la doble negación como una manera de marcar redundantemente. Técnicamente la doble negación es de hecho un fenómeno de concordancia de polaridad negativa. La negación simple tiene el riesgo de que si al oyente le pasa inadvertido el elemento negativo aparecen problemas de malinterpretación, la doble negación o negación redundante es una estrategia que disminuye este problema.

M. S. Dryer, sobre una muestra de 345 lenguas, muestra que 20 usan regularmente la doble negación; esa tasa de redundancia no es común en otras categorías gramaticales. Un ejemplo de uso regular de doble negación es el francés escrito:

El latín igualmente presenta complicaciones cuando interactúan varios elementos de polaridad negativa:[3]



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