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Neocolonial español



Existen diversas corrientes de la arquitectura neocolonial a lo largo de América y diversas raíces tienen debido a la heterogeneidad original de las culturas colonizadoras, ya fueran la española, la portuguesa, la francesa o la británica. Por ello el término es muy amplio y existen versiones diferentes de la arquitectura neocolonial que se dieron principalmente a comienzos del siglo XX y por distintos motivos históricos y culturales según el lugar.

En la Argentina, el surgimiento de la arquitectura neocolonial se vio impulsado por los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en 1810. Luego del período de gobierno de la Generación del 80, que buscó despegar a la Argentina de sus orígenes hispánicos, copiando la moda y la arquitectura de Francia, se dio un movimiento reaccionario que buscó sus raíces en el arte del período colonial. El gobierno nacional había basado su economía en una relación bilateral con Inglaterra, y el país había recibido oleadas migratorias de miles de europeos que huían de la miseria para establecerse en la América.

Rápidamente, la oligarquía tradicional argentina comenzó a tomar conciencia de la pérdida de identidad que estaba causando esta suma de factores, y reaccionó conservadoramente, mirando con más nostalgia el período anterior a 1880. Comenzó un estudio histórico de las épocas coloniales, y en las artes las figuras fueron los arquitectos Ángel Guido, Estanislao Pirovano, Johannes Kronfuss, Martín Noel, José Graña y otros.

La arquitectura neocolonial en la Argentina tuvo una fuerte influencia del Barroco español, incluyendo algunos casos de Neoplateresco, Barroco andino y del Barroco novohispano. Tanto las restauraciones históricas de la Casa de Tucumán y el Cabildo de Buenos Aires, como revalorización de dos monumentos históricos que habían sido modificados y semi-demolidos por gobernantes desinteresados; como la creación de edificios modernos adornados con estilo neocolonial, se combinaron con la adopción por parte de la clase media-alta y alta del estilo para adornar sus casas o residencias.

Se destacan dentro de la arquitectura neocolonial argentina la casa matriz del Banco de Boston en Buenos Aires, que exhibe decoraciones neoplaterescas, como la Residencia de Martín Noel (hoy Museo Fernández Blanco, dedicado al arte hispanoamericano) o el Puente Alsina.Otro ejemplar representativo de la arquitectura neocolonial es el Palacio Cabrera (conocido anteriormente como Segundo Hogar José Devoto) cuyas formas sencillas pero imponentes se destacan en la ciudad.

En California y el sudoeste norteamericano, que fue colonizado por España y no por Inglaterra, la arquitectura neocolonial se basó en sus raíces hispánicas, en vez de los prototipos georgianos, tomando las formas del estilo Misión o estilo neocolonial español.[1]

El estilo que se conoció como “colonial californiano” está representado ampliamente en la República Mexicana, sobre todo en la arquitectura construida entre 1925 y 1955. La tradición nacionalista que en México retomó los intentos que en California se hacían con el “Spanish Colonial Revival” floreció en la zona de Polanco, no con la sobriedad de los muros aplanados y las techumbres de teja del estilo original, sino con una opulencia inusitada que exigía cantera labrada y hierro forjado.[2][3]​ Casas del estilo "Californiano colonial" en las colonias Nápoles, Condesa, Polanco y Lomas de Chapultepec.

El movimiento neocolonial en Chile se forjó dentro de los mismos contextos culturales que desarrollaron el estilo en Argentina, ideales que intentaban rescatar la identidad latinoamericana frente a las tendencias y estilos venidos de Europa. Fue importante para que esto ocurriera el intercambio cultural entre arquitectos, escritores y pintores Chilenos y Argentinos. Entre ellos destacarían varios integrantes del "grupo de los diez" como Pedro Prado, Julio Bertrand, Ortiz de Zarate, Benavides y Manuel Magallanes Moure.

Se pueden encontrar en Santiago, a partir de la segunda década del siglo XX, varias obras representativas de este estilo como la casona Ariztia (calles Miraflores/Monjitas), Banco Hipotecario (calle Huérfanos), la casa Vasquez (actual edificio consistorial de la municipalidad de Macul), la casa de los Diez, etc.

En La Serena este estilo se puede observar desde fines de la segunda década del siglo XX. Entre las obras anteriores al Plan Serena se destacan el edificio de la Caja de Crédito Hipotecario (actual Banco Estado), el edificio de Municipalidad y Corte de Apelaciones, Arzobispado, el Banco Central (actual Banco Santander, frente a la Plaza de Armas), y la estación de Ferrocarriles. Luego dentro de las reformas que se hicieron en el Plan de Fomento y Urbanización de la provincia de Coquimbo (Plan Serena) se tomó este estilo para diseñar la nueva infraestructura, en general de índole educacional. El neocolonial posteriormente se establecería como la estética predominante en la ciudad dejando una profunda huella arquitectónica que la haría distintiva en Chile.



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