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Neurohipófisis



La neurohipófisis [1]​ es la estructura que constituye el lóbulo posterior de la hipófisis. Tiene su origen embriológico en el sistema nervioso central, por lo que muestra características y funciones particulares. Secreta dos hormonas principales la Antidiurética y la Oxitocina.

La neurohipófisis se desarrolla como evaginación del piso del tercer ventrículo del diencéfalo, conocido como infundíbulo, al que queda unido a través del "tallo de la hipófisis".[2]

Se suele dividir a la neurohipófisis como estructura "ampliada" en tres sectores: eminencia media, infundíbulo y pars nervosa, de las cuales la última es la funcional secretoria.[3]

La Eminencia Media (ME) forma el piso del tercer ventrículo (IIIv), está situada entre el quiasma óptico por delante y el tallo hipofisiario detrás con el que se continúa.
La ME es una delgada banda de tejido nervioso, constituida por: una zona dorsal o superior y una zona ventral o inferior, que es la que contacta con los capilares primarios del sistema porta hipotálamo-hipófisis.

Por la zona interna de la ME transcurren los axones amielínicos neurosecretorios del núcleo supraóptico y el núcleo paraventricular.
En la zona externa terminan los axones del núcleo arcuato directamente en los capilares portahipofisiarios. A este tracto de fibras se le conoce también como haz túbero-hipofisiario.[4]

La neurohipófisis se limita a almacenar los productos de secreción del hipotálamo. Los axoplasmas de las neuronas de los núcleos hipotalámicos supraóptico y paraventricular secretan la ADH y la oxitocina respectivamente. Estas hormonas se almacenan en las vesículas de los axones que llegan a la neurohipófisis. Esas vesículas se liberan en respuesta impulsos eléctricos generados en el hipotálamo.

Las células de la neurohipófisis se conocen como pituicitos y no son más que células gliales de sostén.

La Neurohipófisis forma parte del sistema neuroendócrino. Los axones terminales, procedentes de las neuronas del hipotálamo, secretan dos hormonas principales en el plexo capilar del lóbulo posterior de la hipófisis. Este sistema capilar conduce las hormonas secretadas a la circulación general.

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Conocida desde el punto de vista biológico como factor inductor lácteo, la oxitocina es necesaria para la lactancia normal, y se segrega en respuesta a la succión del niño, transmitiendo señales al hipotálamo (retroalimentación) para que se secrete más oxitocina.
La secreción de oxitocina también puede estimularse por la distensión vaginal durante el coito. La inhibición de su liberación por la tensión emocional puede interferir con la lactancia.[cita requerida]
La oxitocina provoca que se contraigan las células mioepiteliales de los alveolos, lo que impulsa la leche desde los alveolos hasta los conductos galactóforos de la glándula mamaria.

La oxitocina también estimula la contracción uterina: Sus dosis bajas provocan contracciones rítmicas, mientras que las altas producen una contracción tetánica continua. A su vez, los reflejos inhibidos por el útero contraído estimulan la liberación de oxitocina.

Los estrógenos favorecen la unión de la oxitocina al receptor (la oxitocina y su receptor se encuentran en los ovarios y en los testículos); aunque las concentraciones plasmáticas basales de la oxitocina son similares en varones y mujeres, no se conoce la función de la hormona en el varón.



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