x
1

No (película)



No es una película chilena de 2012 dirigida por Pablo Larraín y escrita por Pedro Peirano a partir de la obra de teatro inédita El plebiscito de Antonio Skármeta. El filme relata la campaña del No en el plebiscito de 1988 y cuenta con un reparto encabezado por Gael García Bernal, Alfredo Castro, Luis Gnecco, Antonia Zegers y Néstor Cantillana. En enero de 2013, se convirtió en la primera cinta chilena candidata al Óscar a la mejor película extranjera.[2][3][4]Televisión Nacional de Chile exhibió en enero de 2014 una serie en cuatro capítulos, «una suerte de versión extendida de la película».[5][6]

La franja publicitaria en televisión fue decisiva para el triunfo de la opción No en el plebiscito de 1988. La campaña tenía como objetivo mostrar la opción del No como alternativa válida para enfrentarse a Pinochet, que encabezaba la opción del . En el plebiscito, llevado a cabo el 5 de octubre de 1988, venció la oposición: del total de votos escrutados, el obtuvo el 43,01 % y el No, el 54,71 %.[7][n 1]​ Conforme a las disposiciones transitorias de la Constitución, este triunfo implicó la convocatoria de elecciones democráticas conjuntas de presidente y parlamentarios al año siguiente, que conducirían tanto al fin de la dictadura como al comienzo del periodo llamado transición a la democracia el 11 de marzo de 1990.

Después de 15 años de gobierno militar y en medio una considerable presión internacional, el gobierno de Chile debe realizar el plebiscito nacional de 1988, como había quedado establecido en la constitución de 1980. Esta elección definía la continuidad del régimen autoritario, las opciones eran "Si" y "No". La opción "Si" le permitiría al general Augusto Pinochet continuar al mando del país por ocho años más, tras los cuales recién entregaría el poder a la democracia, y la opción "No", que daría el paso a elecciones presidenciales y parlamentarias, y el fin del régimen militar, al año siguiente.

René Saavedra, un exitoso publicista, es abordado por el comité del lado del No para consultas sobre su propuesta publicitaria. A espaldas de su jefe políticamente conservador, Saavedra accede y considera que la publicidad en cuestión es una letanía triste y poco atractiva de los abusos del régimen, creada por una organización que no tiene confianza en sus esfuerzos. Atraído con este desafío de mercadeo y su propio odio a la tiranía de Pinochet, propone con el subcomité de publicidad un enfoque promocional alegre y optimista, destacando conceptos abstractos como "alegría" (canción "Chile, la alegría ya viene") para enfrentar preocupaciones de que votar en un referendum bajo una notoriamente brutal junta militar podría ser peligroso y políticamente sin sentido.

Aunque Saavedra, su hijo y sus camaradas son eventualmente intimidados por las autoridades mientras que el enfoque de mercadeo heterodoxo es rechazado por algunos miembros del No como una fácil negación de los abusos del régimen, la propuesta es aprobada para la campaña. Eventualmente, el jefe de Saavedra, Lucho, se entera de las actividades de su empleado. Cuando Saavedra rechaza una oferta para volverse socio si renunciaba a la campaña, Lucho va a dirigir la campaña del Sí como un asunto de supervivencia.

La campaña tuvo lugar durante 27 noches de anuncios televisivos, en donde cada lado tenía 15 minutos por noche para presentar su punto de vista. A lo largo de ese mes, la campaña del No, creada por la mayoría de la comunidad artística de Chile, prueba ser efectiva a través de una serie de presentaciones entretenidas y perspicaces que tienen un irresistible encanto para todas las audiencias. En contraste, la campaña del Sí, habiendo extraído solamente datos económicos positivos a su favor y poco personal creativo, es ridiculizada incluso por oficiales del gobierno, siendo considerada como repelentemente ignorante y de mano dura.

Aunque el gobierno trató de interferir con la campaña del No con más intimidación y censura evidente, Saavedra y su equipo usan esas tácticas a su favor en su estrategia de mercadeo y la simpatía pública se inclina hacia ellos. Mientras la campaña se calienta en los días finales con el No respaldado por celebridades internacionales y ampliamente populares conciertos callejeros, incluso los ataques policiales no logran desanimar a la campaña del No, reduciendo al lado del Sí a parodiar desesperadamente los anuncios del No.

En el día del referendum, temporalmente aparece que el Sí lleva la delantera, pero el resultado final resulta ser una victoria del lado del No. La prueba final solo viene cuando las tropas rodeando el cuartel del No se retiran, mientras se esparce la noticia de que los altos mandos militares chilenos hicieron que Pinochet reconociera el resultado. Después del éxito, Saavedra (indeciso sobre qué pensar al respecto) y Lucho reanudan su trabajo cotidiano en la publicidad, con un nuevo Chile naciendo.

Pablo Larraín, director de la película, filmó en el soporte de video U-matic 3:4, que se usaba a fines de la década de 1980, para dar mayor realismo a las escenas, desechando el uso de las cámaras modernas. De esa manera consiguió que la textura y los colores de los documentales de la televisión chilena de entonces se confundieran con las escenas de ficción.

Asimismo, Larraín reconoció que «hay mucha nostalgia [en el filme]; el plebiscito del 5 de octubre del 88 es una fecha vértice, una fecha bisagra; está todo el pliegue de la historia chilena metida ahí, de la reciente al menos. [La clave de No está en] cómo un grupo de personas toman las herramientas creadas, impuestas por la dictadura, esas herramientas sociales e incluso políticas, y las utiliza para crear un discurso que permite finalmente derrotar a Pinochet».[9]​ Además, Larraín señaló que aún quedan consecuencias del plebiscito: «Ahora, ¿es sólo la derrota de Pinochet o es también la victoria del modelo de Pinochet? Esa ambigüedad creo que es la concepción de la película».[9]

Pedro Peirano, guionista del filme, tomó como punto inicial la obra de teatro inédita El plebiscito, de Antonio Skármeta,[10]​ al que sumó su propia investigación y la realizada por la periodista Lorena Penjean.[11]

El tratamiento dado por Skármeta al tema del plebiscito de 1988 se conoce no tanto por la pieza de teatro inédita como por la posterior novela Los días del arcoíris (2011),[10]​ definida por su autor como «llena de luz»,[12]​ que propone una mirada optimista y épica del episodio histórico, pues en palabras de Skármeta, en ella «se prueba algo fantástico. La gente unida con los artistas puede desembocar en un movimiento social que conduzca a la libertad».[13]​ En cambio, los medios han destacado el tratamiento del guion de Peirano y su enfoque destinado a mostrar cómo efectivamente se creó la propaganda opositora, pues, en palabras del guionista, la película «es sobre el proceso creativo de una campaña [...] es como un cerebro, donde tú puedes ver la lógica de cómo funciona».[14]​ También la prensa ha subrayado que la película exhibe matices críticos, como las paradojas del uso del lenguaje publicitario en la campaña del No, o el insinuar que, como resultado del proceso, lo medular del sistema instaurado por Augusto Pinochet sigue inalterado en Chile, siendo catalogada incluso como una película que «critica la transición» chilena de la dictadura a la democracia.[15]​ De manera que la película ha sido caracterizada como una comedia negra, como un «drama negro con momentos de humor»[16]​ y hasta como un «film terrible pero necesario».[17]

La película se estrenó el 18 de mayo de 2012 en la Quincena de Realizadores del Festival de Cine de Cannes, donde fue recibida entusiastamente por el público y recibió el mayor premio de la sección: el Art Cinema Award.[18]​ El escritor Antonio Skármeta se mostró emocionado con la reacción del público por la cinta que se basó en su novela Los días del arcoíris: «Estoy muy contento de la reacción que tuvo el público. Es inusual que se expresen de la forma que lo hicieron, porque estas funciones mantienen un toque profesionalmente frío. Así que me imagino, desde la distancia, que la película los debe haber impresionado».[19]

También se llevó a cabo un preestreno con los dirigentes estudiantiles de la Confech, entre los que estaban invitados Camila Vallejo y Giorgio Jackson. Además, asistieron el director del filme Pablo Larraín y el actor Gael García. En un diálogo con los dirigentes estudiantiles, el actor señaló que «si pudiera dedicarle a alguien esta película sería a ustedes, al movimiento estudiantil».[20]

El 30 de julio, se realizó la avant première del filme, a la que asistieron tres expresidentes chilenos: Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos. Aylwin comentó que la película «refleja lo que fue el fin de la dictadura y la recuperación de la democracia en Chile, creo que es una muy buena expresión de lo que ocurrió»,[21]​ mientras que Lagos señaló que «hay que entender que la vida real es la vida de un pueblo movilizado, un país que entendió que por esa vía podían derrotar a Pinochet, había que derrotar el miedo y se hizo».[21]​ El 9 de agosto de 2012 se estrenó comercialmente en distintas salas de cine.[22]​ Según la empresa Ultracine, la cinta registraba 160 955 espectadores hasta el 28 de agosto de 2012.[5]

El filme fue seleccionado para representar a Chile en los Premios Óscar en la categoría «mejor película de habla no inglesa».[23]​ El 21 de diciembre, No formó parte de la lista de nueve películas preseleccionadas que pasaron a la segunda fase, continuando en la carrera para ser parte de las cinco nominadas finales.[24][25]​ El 10 de enero de 2013, No fue nominada al Óscar 2012 como «mejor película de habla no inglesa» junto a Amour de Austria, Kon-Tiki de Noruega, A Royal Affair de Dinamarca y War Witch de Canadá.[2][3][4][26]​ La película sostiene un 93% en el sitio de críticos Rotten Tomatoes.[27]

Con 100 minutos más que la película y en 4 episodios, TVN emitió No, la serie, que contó con las actuaciones de Gael García Bernal, Antonia Zegers, Luis Gnecco, Alfredo Castro, Néstor Cantillana, Alejandro Goic, Marcial Tagle, entre otros. Esta vez en formato de serie de televisión, No se acerca más a los personajes y sus relaciones, desarrollando más sus conflictos e historias personales.

No acontece en un Chile dividido, el de 1988. Augusto Pinochet ha llamado a un plebiscito y el ingenioso y cínico publicista René Saavedra es convocado por la oposición para crear la campaña del NO. Saavedra, antiguo contrincante de la represión, hoy goza de la vida en una oficina de publicidad lujosa y de derecha. Saavedra, como muchos, considera que el plebiscito será un fraude más de la dictadura... ¿vale la pena perder todo lo que ha logrado, por viejos ideales que nunca llevaron a nada?. Sin embargo, un detalle cambia todo: el gobierno autorizará la emisión de una pequeña franja política televisiva de 15 minutos perdida en el horario nocturno. Aunque el oficialismo controla la televisión todo el resto del día, Saavedra es el único que tiene fe en esos escuetos minutos de libertad. En ese sentido, tuvo que luchar no solo contra la maquinaria mediática del gobierno, sino que también contra la opinión extendida dentro de la oposición, la cual planteaba que no se podía festinar con el dolor, y que su propuesta era frívola y falta de respeto por la forma de tratar ciertos temas.

El jefe de Saavedra se entera que está en la campaña del NO y comienzan los problemas.

Comienzan a aparecer los buenos resultados y, con ello, los ataques.

La campaña del NO gana, pese a las amenazas contra el publicista.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre No (película) (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!