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Nobleza veneciana



La nobleza veneciana constituyó uno de los tres cuerpos sociales en los cuales estaba dividida la sociedad de la Serenísima República de Venecia, junto con los "ciudadanos" y los "forasteros".

"Patrizio Veneto" era el título nobiliario otorgado a los miembros de la nobleza, la cual gobernaba la Serenísima República y todos sus dominios. El título era abreviado, antes del nombre con las siglas "N.H." (significando Nobil Homo) para los hombres, y "N.D." (significando Nobil Donna) para las mujeres.

La característica principal del patriciado veneciano era la posesión exclusiva del poder político. A partir de la llamada 'Serrata del Maggior Consiglio' en 1297 y de las leyes promulgadas en 1320 que prohibían el acceso al patriciado a nuevas familias, este cuerpo social se convirtió en el único en poseer el privilegio de formar parte del "Maggior Consiglio", máximo órgano de gobierno de la ciudad y sus dominios. Este privilegio se concretaba en el cualquier hombre perteneciente una familia noble veneciana, una vez alcanzada la mayoría de edad.

Al interior del patriciado, existía absoluta igualdad política entre sus miembros. Cada voto, incluyendo el del Dogo, tenía el mismo valor durante las votaciones del "Consiglio". Todos los nobles tenían igualdad de posibilidades para acceder a cargos públicos (por lo menos en teoría) exclusivos de la nobleza, como los de procurador de San Marcos, miembro del Consejo de Sabios, o Dux. En la Serenísima República, todos los nobles, sin distinción alguna entre sus miembros, tenían el mismo título nobiliario: Nobilhomo o Nobiluomo. Dicho título era reconocido legalmente por la República como título de nobleza, y otorgaba una porción de la soberanía de la República a aquellos que lo poseían. En la jerarquía nobiliaria, los patricios venetos se colocaban a la par de los "príncipes de la sangre", pues no solo eran co-soberanos de su vastísimo territorio, sino que por su condición, eran candidatos para ocupar el trono dogal, y por lo tanto, acceder a rango real o soberano.

La importancia de este grupo social era tal que cada aspecto de la vida del patricio veneto estaba vigilado y regulado por el Estado, el cual también se encargaba de recopilar y preservar los legajos genealógicos y familiares, los cuales eran necesarios para comprobar la inscripción de un noble al "Libro d'Oro", el prestigioso registro de nobles, celosamente custodiado en el Palacio Ducal.

El Estado regulaba también la vestimenta de los nobles, los cuales debían llevar toga de paño negro y mangas largas, forradas de rojo para los que ocuparan los cargos públicos de "sabio", "abogado" o "jefe de la Quarantia". En el caso de los miembros del Senado y los consejeros ducales, era requerida la toga roja. Todo ello era complementado con la llamada "beretta a tozzo" (un sombrero cilíndrico de paño negro) y una estola de tela cruzada indicativa del rango correspondiente al interior de la magistratura del Estado. Estas vestimentas eran de uso obligatorio durante el ejercicio de sus cargos, en el interior del 'Consiglio' y en cualquiera de las inmediaciones de la Plaza de San Marcos.

Asimismo, los patricios venecianos mantenían un estricto "cursus honorum" en preparación para su servicio al Estado, el cual oficiaban, si no en altos cargos gubernamentales, en capitanes de embarcaciones, embajadores, gobernadores de los múltiples territorios ocupados por Venecia, funcionarios públicos, militares, o cualquier otra forma de organización estatal de la Serenísima República.

Al contrario de la tradición feudal europea, la nobleza veneciana mantenía un particular carácter mercantil, el cual nunca era oficiado por el mismo noble, pero de cuyos negocios se beneficiaba, en especial debido al comercio con el Oriente, lo cual le daba un particular dinamismo. Esta tradición surgió por la imposibilidad de ocupar grandes porciones de tierra en las limitaciones de la Laguna Veneciana, aunque tras la conquista de tierra firme por parte de la República, los nobles venecianos se distinguieron por sus enormes tierras y hermosas villas, encontradas a lo largo y ancho del Véneto, e imitadas por toda Europa.

El prestigio del patriciado veneciano fue muy cotizado al interior de la nobleza europea, y no fue poco común que grandes príncipes, e inclusive reyes, solicitaran recibir el título de "Nobilhomo" o "patrizio veneto", siendo rara vez otorgado por la República a algunos reyes de Francia, a los Saboya, los Mazzarino, así como a ciertas familias papales principescas como los Orsini o los Colonna.

A pesar de la teórica igualdad de todos los patricios, existió una categoría utilizada para denominar a aquellos nobles que, a pesar de mantener su presencia en el Maggior Consiglio, habían dilapidado la fortuna familiar, hayándose en una situación de decadencia notoria. Hacia el final de la República, los Barnabotti cumplieron un rol inesperado dentro del gobierno, pues era notorio el intercambio o compra de votos en temas propuestos en el Maggior Consiglio, a cambio de bienes o dinero, lo que puso en juego la seriedad y efectividad del sistema de gobierno aristocrático de la Serenissima.

En el transcurso del siglo XVIII, el sistema político veneciano se encontró en decadencia. La exclusiva nobleza medieval se había multiplicado en exceso (por inclusión de nuevas familias, en contra de los estipulado en el siglo XIV). El comercio con Oriente se había disipado por la hegemonía del Imperio Turco, con el cual Venecia se encontró en repetidas guerras, y el control del mar y el comercio se había mudado del Mediterráneo a América. Pocas familias consiguieron evolucionar, dirigiendo su atención hacia nuevas formas de subsistencia, haciendo que los Barnabotti se convirtieran en un grupo cada vez mayor dentro de la nobleza. En reacción a esta compra de votos, se intentó despojar a los Barnabotti de su pertenencia al Consiglio, e incluso al patriciado, formándose un "partido nobliario" que intentaba limitar el acceso al poder, y renovar la estructura del Estado.

Sin embargo, la decadencia del Imperio Veneciano era inevitable, y con él el poder de sus familias nobles. El final de siglos de gobierno aristocrático llegó con la invasión napoleónica, que eliminó sus formas de gobierno y aplastó de manera humillante a su clase nobiliaria, la cual jamás volvería a recuperarse.

Las fuentes genealógicas medievales de Venecia, estipulan el origen de sus familias nobles en algunos de los clanes o "gens" del patriciado romano, que fundaron la ciudad sobre la Laguna en el año 452 d.C., con el objeto de huir de la invasión de los bárbaros a la península itálica. Aunque por siglos se tomó este origen como cierto, hoy en día, la distancia histórica de los cronistas con los hechos hacen inclinarse más a los historiadores por considerar a estas familias como de origen legendario:

Después de la Serrata del Maggior Consiglio, los linajes se distinguieron en los siguientes grupos:

La Serrata del Maggior Consiglio de 1297, significó el inicio de la regulación nobiliaria en Venecia, debido a la toma del poder por parte de la ya antigua nobleza, la cual había atestiguado la pérdida de sus privilegios tras la independencia del Imperio Bizantino. Al retomar el poder con este "golpe" al Estado, se creó el Libro d'Oro, donde serían registrados los miembros nacidos de cada familia noble, y a la vez, estas se dividirían en grupos o jerarquías otorgadas por la antigüedad.

El grupo de las case vecchie ("casas viejas") o longhi, constituía el colectivo más prestigioso de la nobleza. Este estaba conformado por las familias más antiguas y poderosas de la Laguna, y la pertenencia a él estaba fundamentada en la participación de estos veinticuatro linajes a dos hechos históricos fundacionales de la Serenísima. La Crónica "pseudo-Giustinian", escrita en 1350 define a este grupo como el más poderoso de la historia de la República, y describe con gran detalle las genealogías de sus miembros a fechas anteriores de la fundación de Venecia.

La siguiente lista basada en dicha crónica, distingue a veinticuatro familias, divididas en dos: duodecim nobiliorum proles Venetiarum (a la izquierda), y otras doce estirpes que in nobilitate secuntur stirpes XII superius memoratas (a la derecha).[1]

En el siguiente elenco, los Coa fam ITA barbalini.jpg Bragadin sustituyen a los Belegno, y los Coa fam ITA salamon.jpg Salamon son sustituidos por los Ziani.[1]

Es necesario precisar que una antigua tradición definía a doce de estas familias (Contarini, Tiepolo, Morosini, Michiel, Badoer, Sanudo, Gradenigo-Delfín, Memmo, Valier, Dandolo, Polani e Barozzi) como "apostólicas" y a otras cuatro (Giustinian, Corner, i Bragadin e Bembo) como "evangélicas"; lo cual, de manera evidente, intentaba vincular la historia de Venecia con la historia de la Iglesia, fundada por doce apóstoles y anunciada por cuatro evangelistas.[3]

El grupo de las case nuove ("casas nuevas"), era sin duda el grupo mayoritario dentro de la nobleza, pues aunque de origen medieval, sus miembros no gozaban de la antigüedad o prestigio del exclusivo grupo de las case vecchie.[1]

Estas se dividían en los siguientes grupos:

El grupo de las case ducali (casas ducales), está conformado por quince familias de nobleza mucho más reciente que las longhi, y por lo tanto también llamadas curti (cortas), pero de las cuales salió al menos un Dogo antes de la mitad del siglo XVI. Según la Crónica pseudo-Giustinian, de estas, solo los Barbarigo, Marcello y los Moro contribuyeron a la fundación del Rialto (sin ser nobles todavía), mientras que los Foscari, Gritti, Malipiero, Priuli, Trevisan, Tron y Venier, fueron reconocidos como de origen no-veneciano («qui de multis et diversis partibus secederunt et in Rivo-alto venerunt ad habitandum»); los Donà, Mocenigo, Grimani y los Lando no son mencionados en la crónica; mientras que los Loredan están registrados como miembros del Maggior Consiglio durante el dogado de Ranier Zeno (1253-1268).

A pesar de la escasa consideración que recibían de parte de los longhi, los curti se elevaron rápidamente, dando cada uno de ellos al menos un dogo a la república para la mitad del siglo XVI.

Algunos también cuentan entre las familias ducales a los Vendramin, que por no haber sido agregados al Libro d'Oro hasta el año 1381, tras la Guerra de Chioggia, no dieron un Dogo hasta casi un siglo después (el dux Andrea Vendramin).[1]

A este grupo se agregaron algunas familias que alegaron que aunque eran de nobleza notoria de hacía mucho tiempo, al momento de la Serrata del Maggior Consiglio se encontraban en Oriente, por lo que no fueron registradas como nobles al tiempo de la creación del Libro d'Oro.

Una parte provenía de Costantinopoli y fue agregada en el año 1298:

El resto se dice que llegó desde Acri y fueron registrados en 1303 (en realidad, todos menos los Lion y los Surian ya habían participado del Consiglio desde antes de la Serrata):[1]

La Conjura del Tiepolo a inicios del siglo XIV, y su desmantelación, reconoció el mérito a quince familias más, las cuales fueron registradas en 1310:

Las case nuovissime ("casas novísimas") es un grupo inscrito al patriciado veneciano a partir de que la Guerra de Chioggia disipó las arcas venecianas. La flota genovesa, anclada en el ingreso a la Laguna, había bloqueado de manera efectiva el comercio veneciano, haciendo enormes daños a la economía y la población. En 1379, los "sabios" de guerra, decretaron que otorgarían la inscripción al patriciado a treinta pobladores que contribuyeran notablemente al esfuerzo bélico de la República. Acabado el conflicto, el 4 de septiembre de 1381, el Senado eligió a los ganadores de una terna de sesenta y dos candidatos (pertenecientes un total de cincuenta y ocho familias). Es difícil establecer la base del criterio de tal elección, pues muchos de los candidatos que perdieron habían participado en el esfuerzo de bélico con ofrecimientos importantes, y viceversa, algunos de los ganadores tuvieron contribuciones bastante modestas. Es evidente, que pesaron otros factores, como las estrategias matrimoniales que habían permitido a muchos de ellos crear lazos con las casas ya existentes del patriciado.

En la lista se anotan once candidatos con apellido homónimo a aquellos de otras familias ya presentes en el patriciado, y se puede asumir su pertenencia a ramas no documentadas, o ilegítimas, de estos últimos.[1]

También se le otorgó el patriciado a los Cavalli, debido a los servicios que prestó el condottiero veronés Giacomo Cavalli a Venecia, durante el curso del conflicto.

Algún tiempo después de la Serrata, el patriciado fue conferido a algunas familias de "tierra firme" que habían dado apoyo militar a la República en varias ocasiones. Se trata de una treintena de familias agregadas, aunque la mayoría de ellas jamás participaron de la vida pública veneciana, sino que mantuvieron al título a modo puramente honorífico.

Las case fatte per soldo ("casas hechas por dinero") constituyeron uno de los grupos menos prestigiosos del patriciado. Con el paso de los siglos, y haciéndose evidente la decadencia de la potencia veneciana, el Estado comenzó a vender el título de patrizio por cien mil ducados, para así compensar las esacas arcas públicas. Durante los siglos XVII y XVIII hubo tres aperturas del patriciado, con la inscripción de ciento treinta y cuatro familias, las cuales tampoco hicieron exagerado el número de nobles, pues estos se habían diezmado de manera excesiva por las continuas guerras. Algunas de estas familias ya formaban parte de la historia de Venecia, aunque no gozaran del título, y otras ya formaban parte de la nobleza centroeuropea, como los Brandolin, Martinego, Piovene, Spineda y Valmarana, que poseían títulos otorgados por el Sacro Imperio Romano Germano.

La primera apertura fue de 1646 a 1669, durante la guerra de Candia y se inscribieron setenta y cinco familias:

Los gastos incurridos durante la guerra de Morea empujaron a la República a abrir el patriciado a otras cuarenta y ocho familias, agregadas entre 1684 y 1718:

El último grupo fue agregado entre 1776 y 1788, tras la decisión de agregar al Maggior Consiglio a cuarenta familias. El proyecto, que nuevamente intentar componer las arcas del Estado, no dio el efecto esperado, pues tan solo trece familias ingresaron al patriciado, y dos de las aplicantes (Tartaglia y Sceriman) no fueron admitidas.

No todos los miembros de estas familias fueron miembros del patriciado.



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