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Notación neumática



La notación neumática (del griego πνεῦμα, transliterado al románico como pneuma y simplificada en español como neuma; cuyo significado es "espíritu, soplo, respiración") es un sistema de notación musical empleado entre los siglos IX y XIII. Consistía en una serie de signos gráficos que se escribían por encima de un texto y que representaban uno o varios sonidos, sin especificar el ritmo. Las grafías especifican el número de sonidos, el modo en el que se articulaban entre sí, así como la situación tonal o melódica de los sonidos relativa e imprecisa dentro de una escala. Constituye uno de los primeros intentos sistemáticos de notación musical. Este tipo de escritura musical está más cerca de ser una ayuda mnemotécnica, que un sistema musical propiamente dicho, puesto que los textos de neumas no podían ser descifrados si no se conocía la melodía previamente.

Su origen está en la indicación de los acentos graves y agudos de las palabras latinas sobre el texto, formando los llamados neumas que representaban muy imperfectamente los giros melódicos de una pieza musical. En la notación neumática, el tempo y el ritmo dependen del texto y no se anotan.

Un neuma es un grupo de palabras con adorno con que solían concluir las composiciones musicales de canto llano, y que se vocalizaba con solo la última sílaba de la palabra final. Los signos neumáticos son figuras gráficas dibujadas para expresar diversos contenidos prosódicos y sintácticos (acentos y signos de puntuación), que pasaron a ser melódicos (de tono), rítmicos y tímbricos. Por ejemplo, el acento agudo pasó a representarse por un trazo vertical (la virga) y el acento grave por un ángulo (torculus). Cada signo tiene un significado general unívoco, pero adquiere otro particular, dependiendo del contexto.

Los signos o neumas se pueden clasificar en tres grupos:

Un factor determinante en el desarrollo gráfico de la notación neumática es la variación de los instrumentos de escritura a lo largo de los años. Así, por ejemplo, la aparición de la pluma de ave facilitó la aparición de neumas cursivos de mayor longitud; y la introducción de las plumillas metálicas con punta plana en la escritura gótica, determinaron la prevalencia de los neumas cuadrados y su transformación en la moderna notación gregoriana.

El mayor problema de la notación neumática es la deficiente indicación de tono, ya que, en principio, se escribía sobre "campo abierto", es decir, sin ninguna referencia gráfica a la escala. Pero en el siglo XI los copistas comienzan a añadir una línea horizontal marcada a punta seca (sin tinta), normalmente indicando la nota principal o tónica de la melodía. En manuscritos del siglo XII aparece esta línea marcada ya con grafito o con tinta roja y en algunos códices se indica al inicio la nota a la que representa por medio de un signo o clave (normalmente de do o de fa). Este es el origen lejano del pentagrama.

Entre los siglos IX y XI aparecen otros signos, en añadidura a las figuras neumáticas, que poseen forma de letra; también puede ocurrir que alguno de los neumas comunes sean modificados de cierta manera en su apariencia. Estos signos y modificaciones adicionales son indicadores para que el cantante haga ciertas inflexiones de carácter rítmico o expresivo en la línea melódica donde se encuentran.

Algunas de estas letras tienen la particularidad de indicar la altura en caso de duda o de corregir un error de copiado. Con el paso hacia el siglo XII estos signos terminan por desaparecer.

Las letras rítmicas más utilizadas son la t (por trahere o retardo) y la c (por cito o celeriter, para liviandad, agilidad o una posible indicación preventiva). En el caso de las particularidades melódicas, se utilizan las letras a, l y s para indicar una alza en la altura tonal; la d y la i para un movimiento contrario. Y la e (por equaliter) para indicar que se mantiene en la misma altura en caso de corrección.

Una de las características en las cuales los diferentes tipos de neumas van a diferir es en la manera en la cual los componentes neumáticos elementales de dos o más signos se van a asociar entre sí. A manera general, podemos distinguir tres estilos:

Eventualmente en la escritura gótica, momento en que la pluma es reemplazada por caña para escribir, las figuras de los neumas tienden a engrosar y cuadrarse. Durante el siglo XIII la notación gregoriana alcanza su apariencia cuadrada, la cual es mantenida desde entonces.

Esta notación fue utilizada por toda la música medieval en la Cristiandad latina, salvo al sur de las Galias, donde se usaba un tipo de escritura basada en un signo llamado punctus, conocida como notación aquitana. Dentro de sus variantes hay dos que destacan por su extensión:

Otros sistemas de notación neumática desarrollados en la Edad Media se unificaron formando la antedicha notación neumática gregoriana:

De muchas de estas, al aparecer los diastemas, surgen las variantes de la notación cuadrada o gregoriana, que se generaliza en toda Europa a partir del siglo XIV.



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