Un programa informativo es un programa de televisión o radio en el que se cuentan noticias de interés público. Los programas informativos son construcciones razonadas unido a sucesos de la realidad: "la televisión construye una realidad informativa a partir de los hechos ocurridos en la sociedad. No inventa la realidad como en la ficción, sino que la interpreta con sus condicionantes, intereses y objetivos" (Cebrián Herreros, 2004: 1 5). En la televisión se pueden contar las cosas de diversas maneras, que se clasifican en distintos géneros y formatos, y todo ello, suele mezclarse en los programas informativos. Un ejemplo de género es el informativo, y un ejemplo de formato es lo que se conoce como Telediario o Informe Semanal.
La clasificación y distinción de los géneros y formatos se utiliza para poder hacer una valoración de la información y saber percibir cuando se descuida la calidad, y se aleja de la idea de informar para convertirse en entretenimiento o buscar lo sensacional con el propósito de obtener una mayor audiencia.
Los programas informativos en radio según el mensaje, los autores Muñoz y Gil (1994: 48) lo contempla como “el conjunto de contenido que con un tiempo título determinados son difundidos por radio, integrándose en la programación, generalmente con un estilo propio”. Y según sus características, Merayo (2000: 235-239) considera que los principales factores de los programas informativos son: temporalidad, límites temporales previstos, periodicidad y título, difusión radiofónica, mensaje con significación, ideación y unidad de criterio y adecuación a canal. Por lo tanto, según estos autores los programas informativos radiofónicos son “el tiempo radiofónico dedicado al desarrollo de los contenidos informativos que se difunden a través de la radio bajo un mismo título y unidad de criterio, en un tiempo previsto y limitado, con una periodicidad fija, un estilo propio y cuya forma se adecua a las exigencias específicas del canal; lo que provoca que el programa informativo resulte fácilmente reconocible por los oyentes”.
Con el origen del cine, la iniciativa para filmar notas de tipo informativo estuvo latente, de tal modo que la primera película fue la salida de los operarios de una fábrica, mostrándose así las capacidades informativas del cine como tal.
De tal modo, una vez establecido técnicamente, el cine fue transmisor de noticias. Así, las primeras compañías fílmicas establecieron sendos equipos para la confección de noticiarios fílmicos, que tienen como característica la periodicidad y la multiplicidad -en algunos casos- por hacer «localista» dicha información, ofreciendo contenidos de interés para zonas específicas y sobre todo en el idioma de dichas poblaciones.
La radio también incluyó desde sus orígenes programas informativos.
Con la llegada de la televisión y el final de la II Guerra Mundial, los noticiarios de cine dejan de tener relevancia. La televisión prometía inmediatez en varios sentidos: la noticia en un momento más cercano y la localización en casa.
El primer evento televisivo noticioso fue en el mes de agosto de 1928. La estación WGY transmitió simultáneamente en radio y TV (WGY, 2XAF and 2XAD) al señor Al Smith, candidato a la presidencia por el partido Demócrata, aceptando la nominación. Fue la primera señal en vivo y el primer evento de noticias.
La televisión española nació en España como un servicio de Radio Nacional, integrado en la Dirección General de Radiodifusión. Los primeros telediarios que se emitieron en España, en el verano de 1952, fueron una copia resumida del Diario Hablado de Radio Nacional de España (el «Parte») de las dos del mediodía. El primer presentador de informativos de TVE escuchaba las noticias de la radio antes de colocarse frente a las cámaras y repetía lo que acababa de escuchar. El 28 de octubre de 1956, Televisión Española comenzó sus emisiones regulares desde sus pequeños estudios de Madrid.
La televisión informativa empieza a desarrollarse en España bajo el modelo impuesto por el NO-DO: el noticiario documental, de fuerte contenido ideológico/político, que se exhibía obligatoriamente en todas las salas cinematográficas antes de la proyección del largometraje. La actualidad se registraba en la calle mediante cámaras de cine. Estos informativos se componían de una serie de noticias sin imágenes, otras ya cubiertas pero referidas a una actualidad de dos días atrás como mínimo y, para terminar, una serie de reportajes atemporales.
El 15 de septiembre de 1957, se emitió por primera vez el «Telediario» de Televisión Española desde los estudios del Paseo de La Habana de Madrid.
El telediario empieza a modernizarse y presenta otra imagen, aunque mantiene el formato en blanco y negro y el soporte de cine. La censura sigue manteniéndose porque las autoridades políticas del momento descubren rápidamente la capacidad de incidencia social del medio.Al principio, los periodistas del Telediario hacían el trabajo desde la mesa de a redacción, pero a finales de los años 70, aparecen los primeros aparatos de vídeo portátiles y los telediarios adoptan el modelo europeo: media hora de duración y una estructura caracterizada por la división de las noticias en secciones. A partir de ahí, los periodistas podrían salir a la calle a filmar sus propias historias.
En los años 1980, se estrenó el mezclador, un aparato que hacía posible que se mostraran varias señales de vídeo en una misma imagen. Este aparato se estrenó en el Telediario de TVE. Con esto se mostraron los primeros efectos de la pequeña pantalla que se utilizaban como parte de la cabecera del programa.
En los años 1990 con la desrregulación de las cadenas estatales, los telediarios amplían su duración a una hora. Gracias a esta ampliación los telediarios pueden incluir spots publicitarios, ya que la Directiva comunitaria prohíbe la emisión de publicidad en espacios de esta naturaleza cuya duración sea inferior a media hora. La sección del tiempo siempre despertó un gran interés entre los espectadores, y durante los años 1990, el apartado dedicado al Tiempo que incluía el Telediario, pasó a ser un espacio específico.
Los primeros programas informativos de la televisión chilena fueron del Canal 9 de la Universidad de Chile: Primer Plano (1961) con Patricio Bañados y Chile TV (1962) con Patricio Bañados y Diana Sanz. En 1964 Canal 13 es pionero en crear un departamento de prensa y en agosto de ese año debuta El Repórter Esso, conducido por Pepe Abad, el cual iba de lunes a viernes (originalmente a las 21:00, luego a las 22:00) con una duración de 15 minutos y era una licencia extranjera, por lo que tenían acceso a imágenes de la CBS de Estados Unidos de la agencia United Press (UPI).
Posteriormente aparece, en 1965, La historia secreta de las grandes noticias, el primer programa de reportajes emitido por Canal 13. Para 1968 los noticiarios eran Pantalla noticiosa de Canal 9 y El Repórter Esso, siendo el primero reemplazado por El continental, y el informativo de Canal 13 es reemplazado ese mismo año por Martini al instante con César Antonio Santis. Martini al instante pasa en 1970 al naciente TVN, por lo que es reemplazado en Canal 13 por Teletrece con Pepe Abad, y además nacen ediciones en otros horarios como Telenoche y Telecierre. Martini al instante es reemplazado por Telediario y luego 60 Minutos. En 1975 Santis regresa a conducir Teletrece, que en la época iba en el horario de las 21:15. Canal 9 también cambia su informativo, pasando a llamarse Nuevediario. Existieron Hora 20 y Punto Noticias de La Red, En línea de Telecanal, UCV Televisión noticias de UCV Televisión, Esto es noticia de TV+, Ahora noticias de Mega y CNN prime de CNN Chile.
En la actualidad existen en televisión: Teletrece, 24 horas, Meganoticias, Meganoticias Plus, Chilevisión noticias, CDO Edición Especial y PortaVoz Noticias de ARCATEL.
La información en televisión se muestra mediante programas, cada uno de ellos cuenta con estructuras distintas, que es lo que se conoce como formatos. Los formatos, en ocasiones, se corresponden con los géneros tradicionales del periodismo escrito, tales como la noticia, el reportaje o la entrevista. Los formatos más usados son:
En primer lugar, la noticia es un hecho relevante que interesa comunicar y que interesa recibir. Las noticias se seleccionan basándose en criterios de inmediatez (en el tiempo y en el espacio). En el periodismo norteamericano se llama este procedimiento la Ley de McLurg, que se basa en la premisa: «la importancia de un suceso disminuye con la distancia del lugar en el que se produjo».
Los responsables de cada área elaboran un minutado previo de su sección, aunque finalmente es el editor del telediario quien acepta las propuestas y encaja el orden y los tiempos para cada información.
Los criterios de inclusión en el informativo son ligeramente distintos que los de su selección, mientras en cada área se valoran las informaciones de acuerdo con criterios estrictamente profesionales, el editor tiene en cuenta otros aspectos que hacen referencia al ritmo del programa, oportunidad política, competencias con otras cadenas, posible incidencia comercial, y en definitiva, todo aquello que afecta a la línea editorial del medio.
En el mundo se producen muchos acontecimientos y no todos tienen cabida en los medios de comunicación. Por ello, se han desarrollado unos criterios de noticiabilidad con lo que se determina cuando una información es una noticia.
Los criterios de noticiabilidad son:
Una vez, seleccionadas las noticias que se emitirán en el telediario -atendiendo a los criterios anteriores-, se inicia el proceso de elaboración de la noticia. En este sentido, tendremos que tener el cuenta el orden establecido por la pirámide invertida -la información más importante se coloca al principio de la pieza y lo menos importante al final-, así como contestar a las 5 W norteamericanas: What, Who, Where, When y Why (qué, quién, dónde, cuándo y por qué). Durante mucho tiempo se respondía únicamente a las 5 W pero, en los últimos años, ha ganado protagonismo el cómo, How. Al trabajar en un medio audiovisual, hay que tener en cuenta que la sintaxis debe ser sencilla pero correcta, utilizando la estructura sujeto + predicado y frases cortas, ya que, a diferencia de otros medios, la fugacidad de la televisión no permite releer el mensaje.
Una vez en el plató, el presentador lee el texto de la noticia con ayuda del teleapuntador -un espejo acrílico situado delante del objetivo de la cámara que deja pasar la luz-. El fondo de los informativos suele ser azul ya que es un color relajante, que permite adentrarse en el programa. La posición del periodista tiene que ser rigurosa, objetiva e imparcial. Según Andrew Boyd: “las cualidades ideales para un newscaster (presentador de noticiarios en televisión), se asientan sobre la base de la fuerza personal y autoridad, combinados con experiencia, personalidad y carisma: autoridad, credibilidad, claridad, calidez/cercanía, personalidad, profesionalismo, buena voz, buena presencia.”
Un informativo de televisión cuenta con una estructura que se ha mantenido aproximadamente, a lo largo de la historia. Es un programa en el que participan una gran cantidad de personas, puesto que es necesaria una gran coordinación y se debe realizar a gran velocidad.
Las noticias se emiten en bloques temáticos. De esta forma se asegura el equilibrio en el interés, ya que cada bloque comienza con la noticia más importante del día en ese ámbito. Además la agrupación de noticias del mismo núcleo temático evita que el espectador se despiste. No todas las noticias cuentan con la misma complejidad o dificultad a la hora de producirlas, algunas son muy simples y otras necesitan una mayor producción, mayor tiempo puesto que incluyen entrevistas, explicaciones, etc.
El bloque noticioso de un telediario coincide con el concepto de «sección» acuñado en la prensa escrita. De hecho, el telediario toma como modelo la estructura de los periódicos. La portada o primera página equivale a los titulares o sumario del informativo. Cada bloque se identifica con características especiales en la pantalla. Estas características aparecen en forma de faldones, termómetros, sobreimpresión de infografías, y otros procedimientos. De esta forma aparecen las ráfagas de separación con un fondo sonoro neutro.
Para conseguir que salga adelante el telediario, es necesario seguir una serie de etapas, que son:
La estructura de los telediarios, en general, es la siguiente:
El tiempo puede ser una sección que está incluida dentro del telediario o noticiario.
Los conductores, cámaras, regidores del programa están conectados con control, de tal forma, que en ocasiones reciben noticias de última hora, la orden de que van a dar paso a un corresponsal, o nuevos datos, lo que provoca que el orden del bloque de noticias pueda variar. En control también se encuentra el realizador, quien decide que cámara se pincha en ese momento (si la cámara 1 porque va a hablar un presentador y se le quiere hacer primer plano, o la 2 para enfocar la mesa del plató), y va introduciendo los vídeos en el momento exacto.
Ante el problema del amarillismo informativo y la proliferación de las noticias falseadas, muchos de ellos han perdido su rigor. En respuesta, las empresas de medios han sido obligadas a adoptar medidas legales para evitar degradar la calidad de su información. Por ejemplo, muchas compañías poseen consejos o departamentos en los que los representantes vigilan los regalos recibidos por diversas empresas, organismos políticos, gobiernos y ONGs destinados a dar impresiones favorables a los encargados de ofrecer la información. Después éstos son devueltos hacia sus remitentes acompañados por notas de agradecimiento. En ciertas ocasiones, como los días feriados, estos evaluadores tienen más trabajo de lo normal al recibir una gran cantidad de dádivas que deben ser rechazadas como boletos, productos costosos, artículos electrónicos entre otros. Con este mecanismo presente o no, actualmente en muchas empresas de medios cualquier presente otorgado por alguien ajeno a la misma compañía genera sospechas. En muchos países existen leyes que regulan la divulgación de información y mecanismos de denuncia ciudadana. También, la mayoría de los noticieros suelen publicar noticias que muestran opiniones a favor o en contra de determinados grupos económicos, gubernamentales o sociales dependiendo de la posición ideológica de la empresa de comunicaciones, dando origen a la tendencia a incorporar diferentes puntos de vista en algunos casos. Y es que después de todo, las malas prácticas deben ser combatidas mediante la ética periodística, pues es la audiencia la que termina pagando cuando la información está arreglada.
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