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Nuevo Cancionero



Nuevo Cancionero, también conocido como Movimiento del Nuevo Cancionero, fue un movimiento musical-literario de la Argentina, con proyección latinoamericana, lanzado en Mendoza en 1963, que caracterizó a la música popular argentina durante las décadas de 1960 y 1970. Estaba integrado por Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez, Manuel Oscar Matus, Eduardo Aragón, Tito Francia, Juan Carlos Sedero y Hamlet Lima Quintana entre otros artistas. Su objetivo fue impulsar el desarrollo de un cancionero nacional en renovación permanente, sin fronteras entre géneros, que fuera capaz de superar la oposición tango-folklore y evitar las manifestaciones puramente comerciales. El Nuevo Cancionero se insertó en el marco del "boom del folklore argentino" que se produjo en la década de 1960 y abrió camino a una visión de la música popular argentina más abierta y orientada a la innovación.

El Movimiento del Nuevo Cancionero se produjo en un contexto cultural signado por el llamado "boom del folklore" en la Argentina, proceso derivado de la gran migración interna que venía sucediendo desde mediados de la década de 1930.[1]​ Si bien este es un factor importante a tener en cuenta, no es el único para destacar como aspecto influyente en este contexto. Al mismo tiempo que se daba el "boom del folclore", respecto a otras músicas no sucedía lo mismo. Por ejemplo el tango entraba en lo que se conocería como su primera gran crisis, dejando atrás los albores de la "época dorada". Al mismo tiempo, en la Argentina, se comienza a percibir en la sociedad el atractivo y el interés por la llegada del "rock" y el "pop" los cuales, permiten a la música nacional, pujar en contraposición por la identificación social nacional. En este sentido, la revalorización que el movimiento del nuevo cancionero realiza sobre la tradición es fundamental, ya que en vez de concebirla como algo estanco y esencialista, se la construye de forma dinámica y abierta, poniendo la palabra "pueblo" como centro de la cuestión, abriendo así la cancha, más allá del paradigma clásico del folclore que caracterizó la década del 50' y que tanto agradaba a las empresas discográficas, radiales, televisivas y de medios gráficos.

Así entonces, al abrirse camino con claros ideales, el movimiento del nuevo cancionero reflotó el debate sobre arte y política, poniendo sobre los escenarios figuras artísticas comprometidas con su quehacer social y político, sin escindirlo del rol musical. [2]

El 11 de febrero de 1963, en el Círculo de Periodistas de Mendoza, Tito Francia, Juan Carlos Sedero, Manuel Oscar Matus, Armando Tejada Gómez, Pedro Horacio Tusoli, Mercedes Sosa y Víctor Nieto, todos artistas mendocinos o radicados en Mendoza, dieron a conocer el Manifiesto de fundación del Movimiento del Nuevo Cancionero.[3]

El Manifiesto sostiene parte de la siguiente constatación programática:

Una vez instalado en el contexto de la música popular, el Manifiesto cuestiona la falsa oposición tango-folklore:

El Movimiento Nuevo Cancionero sostiene la necesidad de un cancionero integrado común:

Luego de reconocer como "raíces del Nuevo Cancionero" a Buenaventura Luna y Atahualpa Yupanqui, destaca el auge que estaba viviendo el folklore y busca definir su sentido:

Finalmente, el Manifiesto responde a la pregunta "¿qué se propone el Nuevo Cancionero?":

Concluyendo:

Los firmantes del Manifiesto fueron Tito Francia, Manuel Oscar Matus, Armando Tejada Gómez, Mercedes Sosa, Víctor Gabriel Nieto, Martín Ochoa, David Caballero, Horacio Tusoli, Perla Barta, Chango Leal, Graciela Lucero, Clide Villegas, Emilio Crosetti y Eduardo Aragón.

Al lanzamiento del movimiento también adhirieron muchos otros artistas mendocinos, como el escritor Antonio Di Benedetto y el pintor Carlos Alonso. Más adelante el movimiento adquiriría carácter nacional y latinoamericano.

Poco antes de difundir el Manifiesto, Mercedes Sosa había lanzado su primer álbum, "La voz de la zafra" (1959); y en 1965 lanzó el segundo, "Canciones con fundamento". Ambos álbumes pasaron desapercibidos y La Negra alcanzaría la consagración ese mismo año de 1965, cuando Jorge Cafrune tuvo el gesto de pedirle que suba al escenario y cantara en el Festival de Cosquín. Sin embargo, en esos dos álbumes originales ya estaba presente la esencia del Nuevo Cancionero, que Mercedes Sosa mantendría en adelante. En 1969, con la grabación y la difusión mundial de "Canción con todos", de Tejada Gomez e Isella, hasta convertirse en el virtual Himno de América Latina, el movimiento alcanzaría uno de sus momentos culminantes.

Entre las canciones históricas: "El viejo Matías" (V. Heredia), "Fuego en Anymaná" (Tejada Gomez-Cesar Isella), "Sólo le pido a Dios" (L. Gieco), "Canción de cuna para despertar a un gobernante" (M. E. Walsh), "María vá" (A. Tarragó Ros), "Zamba para no morir" (H. Lima Quintana- N. Ambros - A. Rosales), "Zamba azul" ( A. T. Gómez-Tito Francia), "Balderrama" (Leguizamón-Castilla), "Todavía cantamos" (V. Heredia), "Pastor de nubes" (Castilla-Portal).

El Movimiento del Nuevo Cancionero se difundiría fuertemente por todo el país durante las siguientes dos décadas. En 1964, Tejada Gómez, Matus y Mercedes Sosa se instalaron en Buenos Aires, y -especialmente el primero- promovieron apasionadamente sus lineamientos. Ese año presentaron su espectáculo en un recital histórico en el Teatro IFT.[4]

Pocos saben que un mes antes de esas presentaciones del IFT, el 22 de mayo de 1964, en el Centro Cultural Israelita I.L. Peretz de Lanús, hubo un pre-estreno. Allí se presentaron Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez y Oscar Matus. Fue un concierto íntimo, entre activistas del Peretz y allegados. (http://ccperetzdelanus.blogspot.com.ar/2014/05/50-aniversario-de-la-presentacion-del.html)

En los años siguientes y hasta el golpe de Estado de 1976, muchos artistas argentinos confluyeron en el mismo renovando la canción argentina, como Hamlet Lima Quintana, César Isella, Chany Suarez, Víctor Heredia, Julio Lacarra, León Gieco, el Cuarteto Zupay, Chango Farías Gómez, Marián Farías Gómez, Los Trovadores, el Grupo Vocal Argentino, el Quinteto Tiempo, Ramón Ayala (cantante_argentino), Las Voces Blancas, Dino Saluzzi, Jorge Marziali, Horacio Guarany, Opus Cuatro, Antonio Tarragó Ros, Enrique Llopis, Cuchi Leguizamón, Manuel J. Castilla, el Dúo Salteño, los Hermanos Núñez, etc.

César Isella cuenta ese momento del siguiente modo:

La propuesta del Movimiento del Nuevo Cancionero generó también posiciones fuertemente opuestas, generalmente bajo el argumento de "eso no es folklore".

El Movimiento del Nuevo Cancionero argentino se conectó e inspiró movimientos similares en otros países de América Latina:

En 1982, un grupo de artistas entre los que estaban León Gieco, Víctor Heredia, el Quinteto Tiempo, Carlos Terribilli y Las Voces Blancas, entre otros, presentaron al Foro Internacional de La Nueva Canción, celebrado en México, una ponencia titulada "Canto, pasión y lucha del Nuevo Cancionero Argentino".[6]

La ponencia parte de destacar la importancia global de la "canción popular" como "fenómeno cultural de nuevo tipo", y llama a luchar para que la nueva canción desarrolle la actitud crítica del público antes de ser "instrumento de opresión, mediatización y desarraigo de la personalidad social y nacional".[6]

En 1998, el Instituto Provincial de la Cultura de Mendoza, organizó un concierto homenaje al Nuevo Cancionero, en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires.

En 2002, se realizó un relanzamiento del Manifiesto del Nuevo Cancionero, en ocasión de un homenaje a Armando Tejada Gómez, en el Teatro Avenida de Buenos Aires. En esa oportunidad Victor Heredia, inscribió en el manifiesto original, la adhesión de artistas y personalidades de toda América Latina.[1]

El 26 de septiembre de 2007 se realizó un Concierto Tributo al Nuevo Cancionero, en el mismo teatro IFT en el que realizó su primera presentación en la Ciudad de Buenos Aires.[7]



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