«Nunca quedas mal con nadie» es la décima y última pista que cierra el álbum La voz de los 80 del grupo chileno Los Prisioneros. Musicalmente «Nunca quedas mal con nadie» es una canción new wave/punk con influencias ska.
Dime... ¿tú te crees que protestas?
Dime... ¿me aseguras que protestas? (...)
Oye... tú te quejas de la polución
Hablas... sobre la automatización (...)
Defiendes a la humanidad(...)
Críticas a la sociedad
pero nunca das un nombre,
tienes miedo a quedar con alguien mal
Oye... tú me dices que protestas
pero... tu postura no molesta
La canción es una denuncia de los artistas que se sienten progresistas o críticos del establishment sólo adoptando una pose estética, como podrían ser los hippies (en Chile también conocidos como «artesas» o «lanas»), en especial los representantes del llamado Canto Nuevo.
Esta canción en un antecedente al planteamiento «rebelarse vende» y que si bien en su origen fue, al parecer, realizada para atacar a los artistas que se planteaban como opositores a la dictadura de Pinochet, sin nombrarlo ni arriesgarse, la letra alcanza una sorprendente universalidad. Los movimientos contraculturales y artistas que se autodefinen como «subversivos» siempre se plantean como revolucionarios, pero tras vender su producto no provocan ningún cambio, ni siquiera una molestia en los supuestos aludidos como causantes del fenómeno o situación que se combate.
La melodía está inspirada en el tema «Pretty Boys», de Joe Jackson, y en un demo desechado por la banda llamado «Me importas más de lo que piensas».
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