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Nyx



En la mitología griega, Nix,[1]Nyx[2][3]​ o simplemente Noche[4]​ (en griego antiguo, Νύξ) era la diosa primordial de la noche. También es llamada Nicte,[5]​ y en los textos romanos que tratan este tema griego, su nombre se traduce como Nox.[6]​ Algunos autores la representan alada y rauda,[7]​ en tanto que otros a veces dicen que iba montada en un carro, cubierta con un vestido oscuro y acompañada de las estrellas a su paso.[8]​ Se dice que su residencia se encuentra en las tinieblas más profundas del Hades.[9]

Noche (del latín nox; ctis)[10]​ o bien Nyx griego antiguo: Νύξ[11]​, romanización: Nýxpronunciación: clásica: [nʉ́kʰs], Koiné: [nykʰs], bizantina: [nyks], literalmente: «Noche»

En la Teogonía de Hesíodo, «del Caos surgieron Érebo y la negra Nicte». Su descendencia es mucha, y reveladora. Con su hermano Érebo (Oscuridad), la Noche concibió a una pareja de dioses primordiales: Éter (Puro brillo, Luminosidad) y Hemera (el Día).[12]​ Más tarde «dio a luz sin acostarse con nadie» a varios démones alados: «al maldito Moros (Destino), a la negra Ker y a Tánato (Muerte); también a Hipno (Sueño) y la muchedumbre de los Oniros (los Sueños); a Momo (Burla), a Ezis pletórica de dolores, a las Hespérides (hijas del atardecer); a las Moiras (Destino) y las Keres inhumanas, vengadoras implacables; a Némesis (castigo divino), azote para los hombres mortales; a Ápate (Engaño), a Filotes (Amistad o Ternura), al abrumador Geras (Vejez) y a la tozuda Eris (Discordia)».[13][14]

Más adelante en su descripción del Tártaro, Hesíodo añade que Hemera y Nicte ya forman parte del ciclo del día y la noche, y así «cuando una va a entrar, ya la otra está yendo hacia la puerta, y nunca el palacio acoge entre sus muros a ambas». Así una espera en el Tártaro la llegada de la otra, la saluda y entonces la releva una vez más en su carro. Y así «una ofrece a los seres de la tierra su luz penetrante; la otra les lleva en sus brazos al Sueño, hermano de la Muerte, la funesta Noche, envuelta en densa niebla».[15]​ Esto asemeja el retrato de Ratri (‘noche’) en el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.), donde ésta trabaja en estrecha colaboración pero también en tensión con su hermana Usha (‘amanecer’).

En el Libro 14 de la Ilíada de Homero hay una interesante cita de Hipnos, el dios menor del sueño, en la que recuerda a Hera un antiguo favor después de que ésta le pida que haga dormir a Zeus. Hipnos hizo dormir anteriormente a Zeus una vez a instancias de Hera, lo que le permitió causar grandes infortunios a Heracles (quien regresaba por mar de la Troya de Laomedonte). Zeus montó en cólera y habría arrojado a Hipnos al mar si este no hubiera huido asustado hasta Nix, su madre. Zeus, temiendo enfadar a Nix, contuvo su furia y de esta forma Hipnos logró escapar. Este mito convierte a Nix en la única divinidad a la que realmente temía Zeus, pues ya se nos dice que «se contuvo por respeto para no hacer nada que desagradara a la veloz Noche».[16]

La Noche adquirió un papel incluso más importante en varios poemas fragmentarios atribuidos a Orfeo. En ellos, la Noche el principio fundamental junto con su padre Caos. La Noche ocupaba una cueva o adyton, donde da oráculos.[17]​ Fue ella la que sugirió a Zeus que embriagara a Crono con hidromiel.[18]​ Fuera de la cueva, Adrastea tañe címbalos y golpea su tympanum, moviendo el universo entero en una eufórica danza al ritmo del canto de Nix.

La Noche también es el principio en el coro de apertura de Las aves de Aristófanes, que puede ser de inspiración órfica. En esa obra la Noche es descrita como hermana de Caos, Erebo y Tártaro.[19]​ También pudiera ser la madre de Caronte y Ptono, pero ningún autor ha atestiguado tal filiación.

En la tragedia Heracles de Eurípides, Lisa (personificación de la locura) dice que es hija de la Noche y de la sangre de Urano.[20]

El tema de la cueva u hogar de la Noche, allende el océano (como en Hesíodo) o en algún lugar al borde del cosmos (como en el orfismo) puede haber tenido su eco en el poema filosófico de Parménides. El investigador clásico Walter Burkert ha especulado que la casa de la diosa a la que el filósofo fue transportado es el palacio de la Noche. Esta hipótesis, sin embargo, debe tomarse con cautela.

En Grecia, la Noche rara vez es destinataria de cultos. De acuerdo con Pausanias,[21]​ tenía un oráculo en la acrópolis de Megara. Más frecuentemente, Nix merodea en el fondo de otros cultos. Por eso había una estatua llamada Noche en el templo de Artemisa en Éfeso. Los espartanos rendían culto al Sueño y a la Muerte, concebidos como gemelos:[22]​ sin duda la Noche era su madre. Títulos de culto compuestos por la partícula nix- eran otorgados a varios dioses, notablemente a Dioniso Nyktelios (‘nocturno’)[23]​ y Afrodita Philopannyx (‘la que ama la noche entera’).[24]Virgilio describe como Eneas le ofrece a la Noche unas ovejas negras en su honor, como madre de las Furias.[25]​ De la misma manera nos han sobrevivido dos cultos en la antigua Roma. Ovidio dice que durante las Lemurias se le hacían ofrendas[26]​ y Estacio que se le ofrendaban bellos toros negros especialmente escogidos para la ocasión. [27]

HESÍODO: Teogonía.



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