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Obelisco (Buenos Aires)



El Obelisco de Buenos Aires es un monumento histórico considerado un ícono de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la llamada primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza.

Está emplazado en la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio, en el barrio de San Nicolás en Buenos Aires.

La obra es autoría del arquitecto argentino Alberto Prebisch, la construcción estuvo a cargo del consorcio alemán GEOPÉ-Siemens Bauunion-Grün & Bilfinger.

En el solar donde hoy se encuentra el Obelisco estaba emplazada la iglesia dedicada a San Nicolás de Bari, que se decidió demoler para la construcción de la Avenida 9 de Julio. En la torre de esa iglesia fue izada oficialmente por primera vez en Buenos Aires, en 1812, la bandera argentina. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco.

Se decía que el bloque radical de las cámaras presentaría un proyecto para que en ese lugar se erigiera el monumento a Hipólito Yrigoyen. Pero, el 3 de febrero de 1936, a 400 años de la denominada "primera fundación de Buenos Aires", el intendente Mariano de Vedia y Mitre, nombrado en la presidencia de Agustín Pedro Justo, firmó un decreto que generaría enconadas polémicas, para la ejecución de una obra de carácter extraordinario, que señale al pueblo de la República la verdadera importancia de aquella efeméride. Que no existe en la ciudad ningún monumento que simbolice el homenaje de la Capital de la Nación entera[1]. Se le encargó entonces al arquitecto Alberto Prebisch la construcción de un obelisco que se realizó en solo sesenta días: la obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese año.[2]

Alberto Prebisch fue uno de los principales arquitectos del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex. Con respecto al motivo de la forma del monumento Prebisch dijo:

La construcción estuvo a cargo del consorcio alemán GEOPÉ - Siemens Bauunion - Grün & Bilfinger, el cual finalizó la obra en el tiempo récord de 31 días, para la que empleó a 157 obreros. Maximizando el aprovechamiento del tiempo se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido y se fue construyendo el monumento por secciones de 2 metros para facilitar el volcado del hormigón. Para su construcción, que costó 200.000 pesos moneda nacional, se utilizaron 680 m³ de cemento y 1360 m² de piedra blanca de Pampa de Olaen, provincia de Córdoba.

El tendido de la línea B de subterráneos favoreció la construcción del monumento, pues facilitó la colocación de los cimientos sobre los túneles formándose la base de hormigón de 20 m de lado y 1,50 m de altura sobre vigas de 1,80 m de alto que se apoyan en los costados sobre zapatas del mismo material de 1,20 m de alto y de 3 m y 4 m de largo respectivamente. La losa plana del techo del túnel del subte permite el paso de la losa de fundación del obelisco. Durante la obra, el obrero italiano José Cosentino cayó en una de las bóvedas del cimiento y murió.[4]

El 20 de febrero de 1938, Roberto M. Ortiz sucedió a Agustín Pedro Justo, y designó como nuevo intendente de la ciudad a Arturo Goyeneche.

En la noche del 20 al 21 de junio de 1938, al día siguiente de haberse realizado en el lugar un acto público con la presencia del presidente Ortiz, se produjeron algunos desprendimientos del revestimiento de piedra que destruyeron las gradas donde el día anterior se agrupaban los abanderados de colegios primarios y secundarios de la ciudad durante el acto.[2]​ Para terminar con el peligro de que nuevas placas de piedra pudiesen caerse, fueron reemplazadas por revoque de cemento en el que se imitó el dibujo de las lajas, que fue pintado con 620 litros de látex.[4]​ Al quitarse las lajas no se tuvo en cuenta que se retiró una leyenda que decía «Alberto Prebisch fue su arquitecto».[5]

Inmediatamente después de su construcción, el obelisco se tornó en centro de las burlas y protestas de los porteños. Tres años después de su inauguración, en junio de 1939, el Concejo Deliberante sancionó la demolición del Obelisco por Ordenanza Nº 10.251, por 23 votos contra tres, aduciendo razones económicas, estéticas y de seguridad pública. Pero la ordenanza fue vetada por el intendente Goyeneche, y no prosperaron otras tentativas por derribarlo. [5]

La estructura del mismo, basada en la estética racionalista, generó más de una polémica entre los partidarios de la renovación de la ciudad y los sectores más tradicionalistas. Actualmente ya se lo considera como un ícono de la ciudad.

El Obelisco ha sido frecuentemente utilizado como punto de reunión de diversas manifestaciones, las que abarcan también las avenidas 9 de julio y Corrientes que lo rodean, hecho similar al que ocurre en Plaza de Mayo.

En 1998, activistas de Greenpeace violaron el acceso y desplegaron desde la punta un cartel con la leyenda «Salven el clima».[5]

En 1987 se lo rodeó con una reja para impedir las inscripciones en sus paredes.

En diciembre de 1973 se lo decoró como árbol de Navidad.

En 1975 se colocó un anillo giratorio en el cuarto inferior de su altura, con las inscripciones «El silencio es salud» y «Mantenga limpia Buenos Aires».[5]

Entre las muchas intervenciones, el 1 de diciembre de 2005 apareció completamente cubierto por un preservativo de color rosado, en conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Sida.

El 20 de septiembre de 2007,[6]​ conmemorando los 150 años de las relaciones bilaterales entre Argentina y Alemania, amaneció cubierto con una tela de 60 m² con los colores de las banderas de esos países. Además se ajustó un nuevo sistema complementario de iluminación que fue donado por la embajada de Alemania y empresas de ese país (Allianz, Osram y Siemens) que apoyaron la celebración.

El 7 de agosto de 2009 durante todo el día el Obelisco exhibió como una instalación artística el brazalete distintivo del lema Say No More, de Charly García, como parte de la campaña publicitaria para el lanzamiento de la canción «Deberías saber por qué», que marcó el esperado retorno del músico al mundo del espectáculo.[7]

El 20 de septiembre de 2015 pareció estar desprovisto de su punta gracias a una intervención del artista argentino Leandro Erlich, que generó esta ilusión tapando la punta.[8]

El 24 de noviembre de 2016, con motivo de la celebración del Día del Vino como Bebida Nacional, se proyectaron imágenes referidas a la vitivinicultura argentina en el Obelisco.

El Obelisco, fue el escenario principal en la fiesta que inició los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, al convertirse en una gigantesca pantalla vertical donde con un asombroso juego de luces y sonidos se realizó una cuenta regresiva. Luego, siempre iluminado, abrió la fiesta con un acróbata descendiendo desde su extremo superior y flameando la bandera argentina. Inmediatamente fue utilizado simulando mediante luces una a veces una pista de remo, otras de atletismo, y otras pistas por donde los acróbatas colgados de arneses bajaban o subían en virtuales botes o bicicletas. Muy diversas proyecciones se hicieron sobre el mismo y hacia el final se realizó en su base un show de tango con un bandoneonista "sentado" casi en la punta del Obelisco. Hablaron luego las autoridades del Comité Olímpico Internacional para finalmente ser prendida junto a él la llama olímpica.[9]

Su altura es de 67,5 m, y de estos 63,5 m son hasta la iniciación del ápice, que es de 3,5 m por 3,5 m. La base tiene 6,80 m de lado.

Tiene una sola puerta de entrada (en el lado oeste) y en su cúspide hay cuatro ventanas, con persianas metálicas, a las que solo se puede llegar por una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos cada 8 m y uno a 6 m.[4]

La punta es roma; mide 40 cm y culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del monumento. Existe una caja de hierro empotrada que según se dice guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción, y una carta destinada a quienes lo demuelan.[10]

En el frente que da al lado sur, en su base, en un muy pequeño rectángulo, se encuentra escrito este soneto de Baldomero Fernández Moreno, que escribió durante una cena de homenaje en el Alvear Palace Hotel a Prebisch (según la anécdota lo escribió en una servilleta y se lo entregó a su esposa).[11]

Obelisco y Avenida 9 de Julio.

El obelisco embanderado con los colores argentinos y alemanes, 20 de septiembre de 2007

Recubierto por paneles, que crean una ilusión óptica de que había sido retirada.

La Avenida 9 de Julio, vista desde la punta del obelisco.

Obelisco y bandera argentina.

Vista nocturna.

Presentación de los Anillos olímpicos durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018.




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