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Obstruccionismo parlamentario



Se denomina filibusterismo a una técnica específica de obstruccionismo parlamentario, mediante la cual se pretende retrasar o enteramente bloquear la aprobación de una ley o acto legislativo gracias a un discurso de larga duración. Es eficaz en los sistemas parlamentarios en los que los representantes de la voluntad popular no tienen fijado un tiempo límite para intervenir y ha tenido significación histórica en algunos momentos de la vida parlamentaria de algunos países.

Las reglas son muy simples: un congresista puede hablar lo que desee siempre que no se siente o se detenga. Normalmente, se suelen leer en voz alta libros de recetas, novelas, hasta que se pospone la sesión.

Un caso histórico famoso fue el de Catón el Joven, de quien se decía que era capaz de hablar durante días enteros con tal de frenar las iniciativas legislativas de Julio César.[1]

Los senadores demócratas del sur de los Estados Unidos recurrieron al filibusterismo para frenar la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que estableció la protección federal contra las normas racistas y segregacionistas de ciertos estados, bloqueando la discusión parlamentaria con una maratón de discursos durante 83 días, el más extenso en la historia de ese país.[2]

Por extensión se ha denominado filibusterismo a cualquier forma de obstruccionismo parlamentario o de interpretación interesada de los reglamentos y usos parlamentarios que resulte favorable a un bando.

La expresión, cuya traducción al inglés es "filibuster", fue usada por primera vez en 1851.[3]​ Derivado del español filibustero, procede del francés flibustier, que a su vez proviene del neerlandés vrijbuiter (freebooter). El término filibustero se usó, alrededor del siglo XVII, para describir a cierto tipo de bandidos que operaban en el mar Caribe, navegando cerca de las costas y dándose más al saqueo de ciudades portuarias que al abordaje de barcos típico de los piratas. Su uso derivó en la política para las técnicas que paralizan el debate parlamentario.

En la película de Frank Capra Caballero sin espada (1939), James Stewart hacía uso del filibusterismo para denunciar la corrupción existente, haciendo de su intervención en el senado una maratoniana sesión en la que, amparado por la ley, se negaba a ceder el uso de la palabra.

En la serie televisiva Scandal, en el noveno capítulo de la quinta temporada, la senadora Mellie Grant (Bellamy Young) hace uso del filibusterismo para detener la votación del proyecto presupuestario que amenaza con dejar sin fondos garantizados a la organización Planned Parenthood.



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