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Oligárquico



La oligarquía, (del griego ὀλιγαρχία (oligarchía); derivado de ὀλίγος (olígos), qué significa "poco, escaso, reducido", y ἄρχω (archo), que significa "mandar, ser el primero")[1][2][3]​ en la ciencia política es una forma de gobierno en la que el poder político está en manos de unas pocas personas, generalmente de la misma clase social. Los escritores políticos de la Antigua Grecia emplearon el término para designar la forma degenerada y negativa de aristocracia (etimológicamente, gobierno de los mejores). Estrictamente, la oligarquía surgirá cuando la sucesión de un sistema aristocrático se perpetúe por transferencia sanguínea o mítica, sin que las cualidades éticas y de dirección de los mejores surjan por mérito propio, contrario a meritocracia donde las jerarquías son conquistadas con base en el mérito —del prefijo mereri ‘ganar, merecer'—, esta definición muy cercana a la de monarquía y más todavía a la de nobleza.

De acuerdo al Diccionario de la lengua española, en su 23.ª edición, la oligarquía tiene dos definiciones: forma de gobierno en la cual el poder político es ejercido por un grupo minoritario; y grupo reducido de personas que tiene poder e influencia en un determinado sector social, económico y político.[4]

A lo largo de la historia, las oligarquías han sido a menudo tiránicas, confiando en la obediencia pública o la opresión para existir. Aristóteles fue pionero en el uso del término como sinónimo de dominio por los ricos, para el cual otro término comúnmente utilizado hoy en día es la plutocracia.

Especialmente durante el siglo IV a. C., después de la restauración de la democracia de los golpes oligárquicos, los atenienses utilizaron el sorteo para seleccionar a los oficiales del gobierno para contrarrestar lo que los atenienses consideraban una tendencia hacia la oligarquía en el gobierno si se permitía a una clase gobernante profesional utilizar sus habilidades para su propio beneficio.[5]​ Ellos sacaron suertes de grandes grupos de voluntarios adultos que escogieron la técnica de selección para los funcionarios públicos que desempeñaban funciones judiciales, ejecutivas y administrativas. Incluso usaron muchos puestos, como jueces y jurados en las cortes políticas, que tenían el poder de gobernar la Asamblea.

Los gobiernos oligárquicos, y la oligarquía como tal, tienen una historia muy antigua, casi desde el comienzo de las estructuraciones sociales de los primeros seres humanos. Aunque como tal se ha usado para adjetivar diversos sistemas sociales, sin que este apelativo fuera más allá de una calificación del sistema político.

Escritores políticos de la Antigua Grecia como Platón ya citan en su época gobiernos oligarcas como el de los Treinta Tiranos gobernantes en la propia Atenas del filósofo. El sistema oligárquico gobernante tras la democracia, fue derrocado para volver a implantarla en la Atenas de la época. El comercio internacional y el enriquecimiento demasiado concentrado hacen surgir una oligarquía (como fue el caso de la familia Médici de Florencia).

Estos esquemas sociales oligárquicos se han dado a lo largo de la historia en multitud de civilizaciones. En general obviamente evidenciado en la Europa de la antigüedad y más recientemente en civilizaciones africanas y amerindias, en las cuales los dirigentes del pueblo solían ser consejos de sabios ancianos.

Dice Natalio Botana que la palabra oligarquía puede tener el significado de "una categoría social dominante en la que no se pondera ningún componente específico" o sino, el de una clase social que "subraya la dimensión económica". También puede usarse como indicador de la corrupción histórica de un patriciado o para describir una "clase gobernante, consciente y unida con respecto a un propósito nacional o bien para "reflejar el carácter de un grupo de notables, en el sentido tradicional del térmio, cuyo ambiente natural es el claub y su método de acción el acuerdo". [6]



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