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Ópera china



La ópera china es el nombre que recibe el teatro tradicional en China. El director Wang Yida, definió el teatro chino como "arte que sintetiza actuación, acrobacia, artes marciales, bellas artes, música y poesía".[1]

Se remonta a la dinastía Tang con el Emperador Xuanzong (712-755), fundador del "Jardín de los Perales" (梨园), la primera compañía documentada en China, y casi exclusivamente al servicio de los emperadores.[nota 1]​ Durante la dinastía Yuan (1279-1368), se introdujeron en la ópera las variedades como el Zaju (杂剧), con actuaciones basadas en esquemas de rima y personajes tipo: "Dan" (旦, femenino), "Sheng" (生, masculino) y "Chou" (丑, payaso). En el siglo XXI, las profesiones de la ópera son todavía llamadas Disciplinas del Jardín de los Perales (梨园子弟).

Existen más de trescientas variedades de ópera o teatro chino; la más conocida es la Ópera de Pekín (en chino: 京剧 jīngjù o 京戏 jīngxì), que tomó su forma actual a mediados del siglo XIX, habiendo sido muy popular a lo largo de toda la dinastía Qing (1644-1911).

Otras manifestaciones dramáticas importantes en China son el Kunqu, (Ópera Kun), y diversas variantes de teatro de sombras, entre las que destacan por su antigüedad y delicadeza las sombras pequinesas o del norte, y las cantonesas, o del sur".[2]

El teatro de China está documentado a partir del siglo VI;[nota 2]​ sus códigos y parámetros se fijaron en la segunda mitad del siglo XIX sintetizándose en la "Ópera de Pekín", y se ponían en escena con las siguientes claves generales:

En la ópera y el teatro chinos, los instrumentos de cuerda tradicionales del país y los de percusión envuelven la trama con un acompañamiento rítmico casi constante. Los diálogos suelen ser textos recitados, en los personajes serios de la trama, o coloquiales, cuando actúan mujeres y payasos. Los maquillajes, muy elaborados, constituyen auténticas máscaras que permiten identificar el personaje que se está representando. En el caso concreto de la "Ópera de Pekín" su repertorio tradicional incluye más de mil piezas.[3]

Los personajes elementales en el espacio teatral chino (protagonista, confidente, payaso, enamorada, cornudo), pueden reducirse a los siguientes roles (en chino 行当, hangdang):

El color y la apariencia general del maquillaje están más o menos estandarizados en el tiempo y proporcionan información bastante precisa sobre la identidad de la máscara. Así, por ejemplo, el blanco delata al traidor, mientras que el "Dios de la muerte" tiene a menudo el signo Yin y Yang pintado en el frente y la piel negra.[nota 3]

Para muchos observadores resultan evidentes los ciertos paralelismos con los esquemas de personajes tipo en la commedia dell'arte europea.

A principios del siglo XX, la dramaturgia china empezó a experimentar con un modelo de representación parecido al occidental. Después del Movimiento del Cuatro de mayo de 1919, se llevaron a cabo numerosas representaciones de teatro occidental en China y los escritores chinos empezaron a imitar su estilo. Entre los más destacados dramaturgos está Cao Yu; obras como La tempestad, El amanecer, La selva y El hombre de Pekín llegaron a ser muy populares. En sentido inverso, el teatro chino se exportó en el siglo XIX a Francia incrementando el interés galo por Oriente. En el universo angloamericano, sedujo especialmente a artistas como el dramaturgo Thornton Wilder y el escenógrafo Robert Edmond Jones suavizando la fiebre realista del teatro en inglés.

En los inicios de la República Popular, se promocionó el desarrollo de la "ópera de Pekín" (en 1958 se distinguían trescientos sesenta diferentes géneros), y se escribieron numerosas obras, tanto de tema histórico como de temas más modernos, si bien, las óperas clásicas se siguieron representando. Como una forma cultivada de arte popular, la ópera reflejó los cambios en la política china. A mediados de la década de 1950, fue una de las beneficiadas en la Campaña de las Cien Flores.

Durante la revolución cultural, la mayoría de las compañías de ópera se disolvieron, los actores y autores fueron perseguidos y todas las óperas fueron prohibidas, con excepción de las ocho "óperas modelo", aprobadas por Jiang Qing. Las representaciones al estilo occidental se calificaron como "dramas mortales" y como "hierbas venenosas" y tampoco se permitió su representación. Tras la caída de la Banda de los cuatro en 1976, la ópera de Pekín comenzó a recuperarse hasta convertirse en un entretenimiento popular, tanto en los teatros como en la televisión.

Para dar una idea de la variedad y complejidad de los fenómenos teatrales identificados con la "ópera china", puede resultar útil la siguiente tabla elaborada por la Universidad Nacional Australiana:[6]



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