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Operación Foco



La Operación Foco (en hebreo, מבצע מוקד‎, Mivtza Moked) fue el nombre dado al ataque aéreo preventivo llevado a cabo por Israel al comienzo de la guerra de los Seis Días en junio de 1967.

A las 07:45 de la mañana del 5 de junio de 1967, la Fuerza Aérea Israelí bajo el mando del Aluf Mordechai Hod comenzó un ataque aéreo masivo que destruyó gran parte de la fuerza aérea egipcia en tierra. Ya en el mediodía, fueron destruidas aproximadamente 450 aviones de combate de las fuerzas aéreas egipcias, jordanas y sirias. En esta campaña se destruyeron 18 bases aéreas egipcias, lo que dificultó las operaciones de la Fuerza Aérea de Egipto durante el resto de la contienda.

La operación tuvo tres oleadas principales y varias oleadas menores durante los días siguientes a la operación, en las cuales las fuerzas israelíes destruyeron un total de 452 aviones, la mayoría de ellos en tierra. Esta operación dejó a la IAF con el control total sobre el cielo, pudiendo así asistir con mucha efectividad a las unidades de tierra de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF).

El increíble éxito de las operaciones se consiguió concentrando los ataques iniciales en la destrucción de las pistas de aterrizaje, dañándolas de forma que no fuesen fácilmente reparables. Con las pistas destruidas, los aviones de las bases aéreas no podían despegar, quedando desprotegidos ante subsecuentes ataques y dejando así a Israel con una gran superioridad aérea.

La Operación Foco comenzó a las 7:45am en hora israelí (6:45 en hora egipcia). De los 196 aviones de combate de Israel, solo doce se quedaron para patrullar el espacio aéreo israelí; el resto tomaron parte de la ofensiva.[cita requerida] La primera oleada atacó once bases, cogiendo a las escuadras egipcias desprevenidas y en tierra. Tras volver a Israel, verificar el estado físico de los pilotos y recargar combustible y municiones, en un lapso de tan solo siete minutos, la segunda oleada atacó catorce bases egipcias, volviendo con pérdidas mínimas. Esa segunda oleada, tras aterrizar en sus bases y volver a repostar, dio paso a una definitiva y demoledora tercera oleada de ataque, que selló, inapelablemente, la suerte de las fuerzas aéreas de Egipto, Siria y Jordania.

Los primeros compases de la operación fueron todo un éxito: la fuerza aérea egipcia, con cerca de 500 aviones de combate, fue destruida en un espacio de tres horas, con pequeñas perdidas para la IAF. La respuesta de Siria, Jordania e Iraq a los ataques israelíes fue poco efectiva, ya que la mayoría de las incursiones que lanzaron se dirigió contra objetivos civiles. En respuesta a estos ataques, algunos de los aviones de la IAF que participaban en la tercera oleada contra Egipto, cambiaron sus objetivos en medio de la operación para ir contra objetivos sirios y jordanos. Como resultado, tras el primer día de guerra, las fuerzas israelíes contaban con el dominio absoluto del aire, amén de que sus aparatos eran de la más alta tecnología de aquella época.

Durante el segundo día de la guerra, 6 de junio, la IAF controlaba totalmente el espacio aéreo, por lo que pudo dedicarse a dar soporte y apoyo total a las fuerzas terrestres de Israel.

El cuarto día, 8 de junio, la IAF destruyó cientos de vehículos egipcios que trataban de cruzar el Sinaí en convoyes. A estas alturas, las fuerzas aéreas jordanas, compuestas de 34 aviones de combate, prácticamente había desaparecido y con ella la presencia militar de Jordania en la guerra.

Ya en el sexto día de guerra, 11 de junio, Siria había perdido aproximadamente 100 aviones de combate, con lo que la lucha había prácticamente finalizado.

La Fuerza Aérea Israelí, compuesta por 196 aviones de combate,[1]​ derrotó a una coalición de aproximadamente 600 aviones, destruyendo 452 de ellos, incluyendo 79 en combate aéreo y perdiendo tan solo 46 de los suyos.



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