La pólvora sin humo (llamada también pólvora blanca o pólvora piroxilada) es el nombre que se le da a cierto número de propelentes usados en armas de fuego y artillería que producen una cantidad insignificante de humo cuando se queman, a diferencia de la pólvora tradicional (la pólvora negra) a la que sustituyeron progresivamente entre finales del siglo XIX y principios del XX. La base del término «sin humo» es debido a que los productos de combustión son principalmente gaseosos, comparados con el 55% de productos sólidos (principalmente carbonato potásico, sulfato potásico, y sulfuro de potasio) de la pólvora negra.
A pesar de su nombre, la pólvora sin humo no está completamente libre de humo y tampoco tiene forma de polvo como la pólvora negra, sino que es un material granular. La pólvora sin humo permitió el desarrollo de armas automáticas y semiautomáticas. La pólvora negra deja un espeso y duro residuo que es higroscópico y causa la corrosión del cañón, mientras que la pólvora sin humo no presenta ninguna de estas propiedades. Esto hace que un arma de fuego de carga automática con muchas piezas en movimiento sea posible (de otro modo, se atascaría o ensuciaría con la pesada pólvora negra). Las pólvoras sin humo están clasificadas como explosivos de tipo 1.3 en las Recomendaciones para el transporte de mercancías peligrosas - Modelo de Regulaciones para la ONU, en Europa por medio del Acuerdo ADR y en los Estados Unidos por el ATF. No obstante, esta pólvora es usada como propelente sólido, por tanto su uso normal está más relacionado con la deflagración que con la detonación.
En 1884 el químico francés Paul Marie Eugène Vieille, por gelatinización de la nitrocelulosa con una mezcla de éter y alcohol, obtuvo un nuevo tipo de pólvora, completamente diferente de la pólvora negra, llamada Pólvora B (en francés Poudre B). El nuevo compuesto era un explosivo de tipo propelente, que desarrolló una energía tres veces superior a la anterior, mientras que la producción de gases de combustión muy baja (de ahí el apelativo sin humos). Esta Pólvora B fue el primer tipo de pólvora sin humo y fue pronto seguido por otras de similares características:
Por todo esto, a finales del siglo XIX se hicieron innumerables ensayos con distintos tipos de propelentes hasta llegar a lo que conocemos hoy por pólvora sin humo, y ya en la última década de ese siglo aparecieron los primeros cartuchos militares con este tipo de propelentes: el 8 mm Lebel, el .30-40 Krag, el .30-03, etc.
Sus medidas de seguridad son: mantenerla siempre húmeda con agua destilada para evitar que explote y también en envases de plástico sólido para evitar estática.
Las formulaciones de los propelentes pueden contener varios componentes energéticos y auxiliares:
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