Pacasmayo es una ciudad balneario de la costa norte del departamento de La Libertad, Perú. Pacasmayo se encuentra a la altura del kilómetro 681 de la carretera Panamericana Norte, casi en el punto medio de distancia entre las ciudades de Trujillo y Chiclayo. Es uno de los cinco distritos que conforman la provincia del mismo nombre, en la región La Libertad. Limita al norte con el distrito de Jequetepeque, al sur con el distrito de San Pedro de Lloc, al este con el distrito de San José y parte del distrito de San Pedro de Lloc y al oeste con el océano Pacífico.
La extensión y límites del distrito fueron fijados en el año 1989, contando con 30.84 km2. Limita por el norte con unas aberturas estrechas naturales denominadas Olitares y Cebruna. Por el sur limita con la carretera al centro poblado "El Milagro", límite de propiedad de la CAP "El Hornito". Por el este, limita con la CAP "El Hornito". Finalmente, por el oeste limita con el océano Pacífico.
Tiene un hermoso y pequeño malecón y se mantiene como una pequeña ciudad-balneario de cuidadísimas casonas del siglo XIX, todavía habitadas por familias celosas de su identidad portuaria. Para el novelista Eduardo González Viaña, “El paraíso está ubicado en el camino que va de la playa hacia el extremo sur de la bahía de Pacasmayo, exactamente a dos kilómetros y medio, cerca del faro y del barco hundido de Sir Francis Drake. Por allí caminaba yo al lado de mi padre…”
La ciudad cuenta con una población estimada de 27 514 habitantes para el año 2015.
De acuerdo al Censo de Población y Vivienda del año 2007, el distrito de Pacasmayo tenía una población de 26,118 habitantes, de los cuales 12,762 eran hombres y 13,356 eran mujeres. Según las proyecciones hechas por el Minsa para el año 2016, la población del distrito sería de 27,770 habitantes, de los cuales 13,726 son hombres y 14,044 son mujeres.Pacasmayo fue habitado desde hace más de 10,000 años por grupos humanos que recolectaban alimento del mar. Las playas del lorito, el techito y la peña larga proveyeron desde tiempos inmemoriales el alimento al poblador pacasmayino. Con el alimento disponible en el mar y los bosques de algarrobo en los montes áridos cercanos al río Jequetepeque que ofrecían la leña y la algarroba y diversas especies de animales para su alimentación; Pacasmayo fue elegido para asentarse en pequeños grupos humanos.
El distrito de Pacasmayo forma parte del territorio que hace doce mil años pobló el hombre de Paiján. Así lo conoce la arqueología porque fue en el desierto de Paiján, justamente, donde se hallaron por primera vez sus restos humanos. Si nos trasladásemos mentalmente a esa época veríamos grupos de personas viviendo en campamentos, repartiéndose las tareas: los hombres cazaban, pescaban y fabricaban armas, herramientas y otros objetos de piedra; las mujeres recolectaban frutos, preparaban la comida y cuidaban a los niños. Con el tiempo, descubrieron la agricultura. Este fue un proceso largo y paulatino que se habría dado entre los años 6000 y 1800 antes de nuestra era. Probablemente una mujer dejó caer una semilla en la tierra y notó que en el mismo lugar creció una planta. Y empezó a experimentar y lograr, progresivamente, la domesticación de diferentes especies vegetales. Lo mismo hizo con algunos animales. Resultaba más fácil desde entonces conseguir el alimento. O al menos no se tenía que movilizar tanto para conseguirlo. Con la creciente disponibilidad de comida creció también la población. Y los antiguos pacasmayinos, al igual que el resto de pobladores de la costa, dejaron de movilizarse de manera constante y se asentaron para formar aldeas, preferentemente cerca de las fuentes de agua.
La sedentarización permitió el desarrollo de la arquitectura. Se construyeron grandes templos que dieron paso a los centros ceremoniales. A partir del año 1800 a.c. - antes de nuestra era se descubrió la cerámica. Los primeros objetos fueron probablemente utensilios de cocina. Luego se hicieron primorosas vasijas que servían como símbolos de estatus y como medios para retratar a las divinidades, como el felino. A la cultura material que dejaron los hombres de esos tiempos, la arqueología la conoce como Cupisnique. Luego, a inicios de nuestra era, aparecieron los mochicas, quienes fundaron una ciudad enorme en la margen derecha del río Jequetepeque compuesta por residencias monumentales y templos. Huacas como les decimos hoy en día. Desde dicha ciudad, dominaron los diferentes pueblos de pescadores y campesinos que se asentaron en sus cercanías. Construyeron canales de regadío y lograron convertir en campos de cultivo gran parte del valle. Luego, probablemente desde el año 900 d.c, los Lambayeques ocuparon la ciudad durante cuatro siglos, hasta que fueron conquistados por los chimúes en el año 1300 d.c aproximadamente. Desde ese entonces la ciudad fue llamada Pakatnamu. Esta palabra de la lengua quingnam, que se hablara desde Jequetepeque hasta Carabayllo, era el nombre de un mítico capitán chimú que conquistó estas tierras. Era también Pakatnamu el nombre del valle que, a decir del padre Antonio de la Calancha, un cronista criollo del siglo XVII, se habría corrompido hasta convertirse en Pacasmayo. Alrededor del año 1470, el príncipe Túpac Yupanqui, por encargo de su padre Pachacutec, invadió el reino Chimú, incluidas las tierras pacasmayinas. Años más tarde, durante el gobierno de Huayna Capac, hubo una rebelión de los chimúes que incluyó al señor de Pakatnamú. Los incas derrotaron a los rebeldes y quemaron la ciudad.
Pero apenas pasaron unas décadas y, en 1532, un nuevo grupo de invasores apareció en el escenario: las tropas castellanas. Y tras la cruenta conquista del imperio de los incas se dio inicio a la Colonia. Una vez fundadas las primeras ciudades, los españoles hicieron los repartimientos de indios o encomiendas. El río Jequetepeque sirvió para dividir el valle de Pacasmayo en dos encomiendas. La del sur, en donde se ubica el actual distrito de Pacasmayo, pasó a ser la encomienda de Jequetepeque-Lloco, y fue asignada al capitán don Pedro Gonzáles de Ayala. Tras la muerte del capitán en 1585, la encomienda pasó a ser administrada por la Corona Española. En 1572 se crearon las reducciones o pueblos de indígenas en el valle. En la margen sur, los indígenas fueron agrupados o reducidos en los pueblos de Jequetepeque y San Pedro de Lloc.
La historia propia del puerto de Pacasmayo empieza en el año 1785, cuando el virrey Teodoro de Croix ordenó su fundación. En esos tiempos, en Lambayeque se elaboraban seis mil fardos de tabaco al año para su consumo en el reino de Chile. La ruta implicaba llevarlos por tierra desde Lambayeque hasta el Callao para luego zarpar a Valparaíso y La Concepción. Amén de la demora en el trayecto por tierra, implicaba que la mayoría de los arrieros se ocuparan de su traslado, con perjuicio del acarreo y comercio de otros productos. La creación del puerto de Pacasmayo solucionaba con creces este problema, haciendo ahorrar a la Corona tiempo y dinero. El gobierno de Croix contrató al naviero vasco Juan Miguel de Castañeda para que se encargara de llevar el tabaco directamente desde Pacasmayo hasta Lima y luego a Chile. En estos tiempos, Pacasmayo pertenecía al partido o provincia de Saña. Con la consolidación de la producción de azúcar y el inicio de la producción de arroz en los valles lambayecanos y trujillanos, los puertos de Pacasmayo y Huanchaco fueron utilizados para el transporte de dichos productos a Guayaquil, Chile y Panamá.
En 1825, Pacasmayo fue declarado distrito por mandato de Simón Bolivar, junto a los centros poblados de San Pedro de Lloc, Jequetepeque, San José, Guadalupe, Pueblo Nuevo y Chepén. En 1835, estos distritos fueron anexados a la provincia de Chiclayo, en el departamento de Lambayeque. En 1864 se creó la provincia de Pacasmayo, siendo su capital la ciudad de San Pedro de Lloc, anexándose al departamento de La Libertad.
En el año 1872 se iniciaron las obras para la construcción del muelle; desde ese momento, Pacasmayo alcanzó la categoría de Puerto Mayor. Ese mismo año, se empezó la construcción del ferrocarril Pacasmayo-Cajamarca. Durante la Guerra del Pacífico, en 1880, las tropas chilenas invadieron territorio pacasmayino, destruyendo parte del puerto y la ciudad, saqueando casas y negocios, e incendiando los ingenios azucareros de las poblaciones cercanas. El muelle y el ferrocarril se salvaron de ser desmantelados gracias al rescate que pagaron Benjamin Kauffman y unos vecinos notables de Pacasmayo.
“Detrás de un gran puerto, hay una gran ciudad”. Eso se decía en Pacasmayo a propósito de la bonanza generada por la presencia del ferrocarril y el muelle. Pacasmayo fue por poco más de un siglo, la casa comercial de todo el valle de Jequetepeque. Diariamente llegaban al puerto barcos de diferentes partes del mundo para traer y llevar productos y personas. Algunas de esas personas fueron inmigrantes que venían a trabajar en el ferrocarril y el muelle o a dirigir agencias importadoras – exportadoras, o a asentarse como latifundistas. La playa eventualmente visitada en el verano se convirtió en la residencia permanente de estas personas que construyeron sus casas en el malecón y alrededores, dándole a la arquitectura pacasmayina ese toque particular.
Entre los años 1932 y 1937, los pacasmayinos hicieron gestiones para convertirse en provincia litoral e incorporarse al departamento de Cajamarca, pero las autoridades trujillanas se opusieron tenazmente. La idea era evitar a toda costa que Pacasmayo se convierta en competencia del puerto de Salaverry, el cual los mismos trujillanos reconocían como inferior al pacasmayino.
En el año 1952, durante el gobierno del general Manuel Odría, se ordenó la construcción de un terminal marítimo de gran capacidad en Pacasmayo lo cual generó la alegría de los pacasmayinos y las protestas de los trujillanos. Se inició una discusión que pasó de los medios de comunicación escrita a la cámara de senadores. El peso político de los trujillanos inclinó la balanza y se decidió construir el terminal marítimo en el puerto de Salaverry. Paulatinamente, el frenesí de la actividad comercial del puerto de Pacasmayo se detuvo.
En el año 1984, el Club Deportivo Los Espartanos participó en la Copa Perú, proclamándose campeón luego de participar en la finalísima donde se enfrentó a clubes de Cañete, Lima, Tacna, Abancay y Sullana. Este club, fundado en el año 1924, ganó todos sus partidos, y con esto, el derecho a participar en el futbol rentado. Al año siguiente, el Estadio Municipal de Pacasmayo se convirtió en uno de los escenarios del campeonato profesional de futbol. Gracias a la contratación de jugadores profesionales destacados como Roberto Arrelucea, Carlos Carbonell, Ramón Anchisi y el mítico Hugo “el Cholo” Sotil, quien juagara en el club Barcelona de España, Los Espartanos cumplieron una muy decorosa actuación en la primera división peruana, llegando a quedar terceros en la liguilla final. En el año 1986, “la furia roja” como tradicionalmente se le conoce al equipo de Los Espartanos, quedó eliminada del campeonato profesional de futbol, al cual no ha podido volver desde entonces.
Pacasmayo ha dejado en el pasado sus tiempos de puerto comercial. Las mismas olas y el viento que, confabulados, fueron golpeando y llevándose progresivamente al muelle han traído una oleada creciente de turistas nacionales y extranjeros amantes de los deportes náuticos. Pacasmayo ha cambiado el título de puerto mayor del Perú por el de capital de los deportes náuticos. Pero también ha dejado el bullicio inherente a la actividad portuaria y ferroviaria para convertirse en un tranquilo y pintoresco puerto artesanal que se percibe como dormido en el tiempo. Y quizá sea ese sentimiento que despierta en el visitante lo que lo hace único, diferente, especial.
El Malecón Grau construido a inicios del siglo XX, inicialmente de madera; ahora cuenta por pérgolas, bancas de hierro, jardineras y piso de bloques de concreto con una trama a lo largo de la parte central con una forma de cuadrados de colores rojo y gris.
El Muelle de Pacasmayo, construido entre 1870 y 1874 utilizando el sistema de construcción portuaria con pilotes helicoidales Mitchell-Wharf Framework Screwpile Mitchell, su estructura metálica cuenta con durmientes de madera de pino rígido y barandal a ambos lados del puente sobre pilotes de hierro con hélice característico de este sistema de construcción portuaria. Con una longitud inicial de 773 m; fue afectado por diversos oleajes anómalos en los años de 1918, 1924 y 2015 que provocaron el colapso de parte de su estructura; en la actualidad mide 424 m.
La Antigua Estación del Ferrocarril sede central del ferrocarril Pacasmayo-Chilete; construido en 1871 por Ernesto Malinowsky quien trabajaba para Henry Meiggs. El inmueble es un monumento histórico, patrimonio monumental de la nación. Su arquitectura es simétrica, se ingresa por un portón de madera de dos hojas de arco de media punta y decorado con paños cuadrados y rectangulares.
Las Casonas Republicanas de la ciudad entre las que se pueden mencionar como las más conservadas a la casa Conroy, casa Club Pacasmayo (antigua casa de Manuel Francisco Herrera - tutor del héroe Miguel Grau), casa hotel Pakatnamú, casa Domínguez y casa Gutiérrez se caracterizan porque buscan la simetría, son de estructura de fina madera de pino oregón de estilo simple, similar a la arquitectura europea de inicios del siglo XX y que con el paso del tiempo han atrapado en su interior los silencios y el aroma de la historia de la ciudad. Cuenta la historia que el héroe naval Miguel Grau Seminario se hospedó en la casa del Capitán Herrera quien era su tutor y por quien guardaba especial gratitud por haberle iniciado siendo muy niño en su amor por el mar.
La playa El Faro se ha convertido en el principal atractivo para quienes buscan practicar deportes en el mar; cada año crece el número de visitantes que arriban a Pacasmayo para disfrutar de la rompiente el Faro llamada la "Ola navegable más larga del mundo"; y promueve el crecimiento de microempresas especializadas en la prestación de servicios turísticos.
Además, el Mirador del Cristo Resucitado desde donde se puede disfrutar de una vista panorámica de la bahía de aprox. 5.5 km de extensión, y de las puestas de sol más hermosas del planeta y el Paseo de la Paz se constituye en la puerta de entrada a Pacasmayo y muestra alegorías inspiradas en la paz lograda entre el Perú y el Ecuador.
Las tres industrias económicas principales del distrito de Pacasmayo son: la producción de cemento, la pesca y el turismo.
La producción de cemento en Pacasmayo se inició en el año 1949 con la fundación de la empresa de capital privado Cementos Pacasmayo. En la actualidad, Cementos Pacasmayo es una empresa emblema del norte peruano. Se encarga de la extracción, producción y comercialización de cemento, sus derivados y cal. Cuenta con tres plantas cementeras. Además de la planta original de Pacasmayo, existen otras dos en Rioja y en Piura, esta última inaugurada en el 2015. Es sus primeras décadas de operación, la capacidad de producción apenas sobrepasaba las cien mil toneladas métricas anuales las cuales servían para cubrir la demanda del norte del país. En los últimos diez años ha producido entre tres y cinco millones de toneladas métricas de cemento anuales. Es la segunda mayor productora de cemento del Perú, por debajo de Unacem, que es la empresa resultante de la unión de Cementos Lima y Cemento Andino. Qué duda cabe que su presencia contribuye a dinamizar la economía del distrito de Pacasmayo.
La pesca en Pacasmayo es de tipo artesanal, sea en lancha o de orilla, de dedicación exclusivamente masculina. Se realiza durante todo el año y la producción es mayoritariamente para consumo externo, en los mercados de Cajamarca, Chepén y Trujillo, principalmente. El consumo interno se da a través del Mercado Central de Pacasmayo. Entre los peces, las especies comerciales con mayores desembarques promedios anuales son: suco, chita lisa, lorna, cachema, tollo blanco, lenguado y bonito. Igualmente, se realiza la recolección de algas a lo largo de toda la bahía pacasmayina, actividad a la que se dedican exclusivamente las mujeres quienes se sumergen en trajes de buzo térmico para recoger a mano, sin mayor equipamiento, tanto mococho o cochayuyo para la alimentación, como alga pelo para uso industrial. Esta es una actividad estacional que se practica entre los meses de marzo y octubre.
Pacasmayo se está convirtiendo en un polo de competitividad e innovación turística y la actividad económica del turismo es una herramienta de desarrollo económico, social y ambiental, y se posiciona como una alternativa real de progreso porque el turismo es la actividad económica transversal que más y mejores beneficios trae para todos. Pacasmayo es también el único destino de la costa norte donde se presenta la oportunidad de conocer el trabajo artesanal de los talladores de piedra marmolina, también conocida como piedra jabón. La materia prima es traída de San Pablo y de Otuzco En la actualidad existen más de 60 talleres artesanales y alrededor de 200 familias que se sustentan con los ingresos producto de esta actividad. El principal mercado está en el extranjero. A nivel nacional sus principales compradores se ubican en Cuzco y Cajamarca. A nivel local, el mercado es mínimo, y se reduce al expendio de sus trabajos en el malecón Grau.
En los años 1985 y 1986 Pacasmayo participaba en Campeonato de Fútbol Nacional con el equipo LOS ESPARTANOS, de la mano de su entrenador y jugador más representativo Hugo “El Cholo” Sotil, además de otros conocidos como Ramón Anchisi, Cano, Quispe, Arrelucea, Carbonell, Morales, Castro, Serrano, Cerna, Salomón Paredes.
Desde finales del siglo XX, la rompiente El Faro, denominada la "Ola navegable más larga del mundo" ha ganado protagonismo entre los amantes de los deportes náuticos; allí se pueden practicar surf, windsurf, kitesurf, stand up puddle lo que ha promovido el crecimiento de los visitantes extranjeros que arriban de diversas partes del mundo para disfrutar de esta ola. Actualmente Pacasmayo viene siendo de manera reiterada sede preferida para los deportes acuáticos por sus bellas y casi perfectas olas, así como la intensidad del viento que las hace más particulares. Las condiciones de las olas en la playa El Faro son de un oleaje de 5-7 pies en la superficie de la ola. Las olas más grandes del sudoeste ofrecen la navegación de más de 1 km sobre la ola. El viento tiende a soplar todo el año predominantemente desde el sur, ofreciendo 12-20 nudos por la tarde, hasta el anochecer. La temperatura del agua es típicamente de alrededor de 14°C.
El primer domingo de julio de cada año se celebra el evento Maratón de Pacasmayo, que busca no solamente fomentar la práctica del deporte, sino también y principalmente promover a Pacasmayo como destino turístico y difundir la artesanía en piedra con identidad local. La Maratón de Pacasmayo se creó en el año 2008 para demostrar que Pacasmayo es mucho más que una playa con olas de clase mundial. El evento ofrece cuatro distancias para correr: Maratón de 42Km, Medio Maratón de 21Km, carrera de 10Km y carrera de 5Km; al llegar a la meta, los corredores de cada una de las cuatro carreras reciben una medalla de piedra hecho a mano por los artesanos de Pacasmayo. Los trofeos a los ganadores son piezas únicas de artesanía en piedra hechos a mano por los artesanos de Pacasmayo. La ruta del maratón incluye además la campiña de Jequetepeque, un apacible y pintoresco pueblo cerca de Pacasmayo. Finalmente los participantes que viajan hasta Pacasmayo para correr; aprovechan la oportunidad de probar su exquisita gastronomía en donde reinan los sabores de los pescados y mariscos.
Muchos personajes iniciaron al desarrollo de Pacasmayo, entre los cuales destacan:
Su evidente habilidad empresarial, sumada a su don de gente, su natural campechanía y su predisposición para ayudar, fueron rasgos de su personalidad que no pasaron inadvertidos por los pacasmayinos. Cuenta la historia registrada en el periódico La Unión que la gente se juntó en masa para ir a solicitarle se postule a la alcaldía del distrito, pedido que, emocionado, aceptó. De más está decir que ganó las elecciones en el año 1962, siendo reelecto en el año 1967. Don Gonzálo Ugás ha pasado a la historia como uno de los personajes representativos de Pacasmayo. Un ejemplo de vecino - querido, respetado y admirado -, un filántropo y uno de los mejores alcaldes de la historia del distrito.
Era don Polito lector incansable e investigador nato. Junto a su esposa, quien compartía con él un amor excelso por los libros, compraron obra tras obra. Y con el correr del tiempo, crearon una biblioteca que fue en su tiempo la más completa de Pacasmayo: la biblioteca Bautista, cuya sede se encontraba en una vieja casa de inicios del siglo XX, que servía también de vivienda de la familia Polo Wood y de templo. El insaciable deseo de lectura y de investigación, sumados al permanente contacto con su comunidad producto de su talante y de su labor pastoril, le permitieron conocer y recoger la riquísima tradición oral pacasmayina. Y así nació su obra literaria más importante: Estampas Pacasmayinas, escritas con un estilo sencillo y a la vez jocoso. Leerlo hoy en día significa trasladarnos al Pacasmayo anterior a 1973, al de personajes pintorescos, fiestas religiosas, costumbres arraigadas, anécdotas, leyendas e historias supersticiosas. Todas estas estampas fueron recopiladas pacientemente e impresas en un corto pero valioso tiraje de 100 ejemplares impresos en mimeógrafo. No generó en don Polito ninguna satisfacción económica, más si el del deber cumplido, consciente que la tradición oral de un pueblo es componente importante de su identidad. Son también obras importantes de Octavio Polo Briceño, “Pacasmayo”, publicado en seis tomos, y “Pacasmayo Histórico”. Murió en el año 2005, pero los pacasmayinos no esperaron a su muerte para rendirle reconocimiento. En el año 1996, la Municipalidad Distrital de Pacasmayo construyó el local de la biblioteca municipal, la cual lleva el nombre de Octavio Polo Briceño, en reconocimiento a quien es, sin duda alguna, el guardián de la tradición oral de Pacasmayo.
Además de un próspero empresario portuario, se dedicó a la producción agrícola, siendo dueño de la hacienda Faclo Grande. Fue cónsul de los Estados Unidos en Pacasmayo, y alcalde de este puerto en el periodo comprendido entre 1877 y 1879. En octubre de 1880, durante la Guerra del Pacífico, las tropas hilenas al mando de Patricio Lynch desembarcaron en el puerto de Pacasmayo, con la intención, entre otras cosas, de desmantelar el muelle y el ferrocarril para llevarse las locomotoras, los vagones, la madera y el metal a Chile. Para impedir esto, “mister Harry”, como cariñosamente lo llamaban los pacasmayinos, y un pequeño grupo de vecinos notables cuyos nombres han caído en el anonimato, juntaron dinero y pagaron un cupo de guerra a los chilenos. Kauffman dio la mayor parte del dinero. Así mismo, Kauffman dio refugio en su casa a mujeres y niños e izó la bandera de los Estados Unidos para impedir el atropello y la barbarie que la enardecida soldadesca chilena aplicaba en sus asaltos a los pueblos peruanos que iba tomando durante su invasión. La casa de Benjamin Kauffman se encontraba apenas a unos metros del muelle. Un viajero estadounidense lo visitó en el año 1890 y describe la propiedad como una casa grande y aireada, cerca de la playa, con galería de madera desde donde se tenía una espléndida vista del oleaje y del cielo. Don Benjamin Harrison Kauffman murió un 15 de enero de 1915 a la edad de 75 años, sabiéndose querido y respetado por el pueblo del que fue su defensor y vecino, por más de cuarenta años.
Glorieta en malecón Pacasmayo
Playa Pacasmayo
Playa y muelle de Pacasmayo
Iglesia de Pacasmayo
Playa Pacasmayo
Muelle de Pacasmayo
Mirador de Cristo Pacasmayo
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