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Palo Monte



Nzambi (deidad creadora)

Máxima autoridad de cada nso-nanga:

Como religión afrocubana: santería y abakuá

Palo, palería, congo o regla conga es una religión afroamericana, politeísta, sincrética y animista derivada de la religión kongo —originaria de la etnia homónima—, del espiritismo y del cristianismo católico. Esta está formada por un grupo de denominaciones estrechamente relacionadas, con orígenes bantúes, desarrolladas por esclavos de África Central —específicamente de la cuenca del Congo— que fueron llevados a Cuba.

Otros nombres asociados con las diversas ramas de esta religión incluyen: palo monte, palo mayombe, palo congo, brillumba y kimbisa.

El palo guarda cierta relación con la santería, otra religión afroamericana, la cual se originó también de la misma manera, aunque derivada de la religión yoruba de la zona del golfo de Guinea. Asimismo, esta religión también tiene relación con la sociedad abakuá. De hecho, muchos de los paleros también suelen adherirse a la santería, a la abakuá, el vudú o al catolicismo de manera simultánea.[1][2]​ Sin embargo, la propia Iglesia católica rechaza el sincretismo con estas creencias y las señala como contrarias a su doctrina.[3]

La historia del palo monte se remonta a la región de Camerún, antes de la emigración de los bantúes hacia el sur y radicarse estas tribus en el centro de África (Angola, Cabinda, el Congo). De donde radicaban esas influencias religiosas entrelazadas de la región del río Congo en África Central, procedían un gran número de esclavos que fueron primero traídos a Cuba y luego a La Española (Haití-Santo Domingo).

Una gran parte de los cantos e invocaciones litúrgicos del palo congo se recitan en una mezcla de castellano e idioma kikongo. Esto ha sido causado por la pérdida del conocimiento del lenguaje y de las yimbula o yimbila (cantos) originales en infinidades de templos. Otras influencias fueron introducidas a través de su presencia en diversos países de Hispanoamérica.

Desde mediados del siglo XX el palo congo comenzó a extenderse fuera de las comunidades cubanas, a los Estados Unidos, Venezuela, Colombia, República Dominicana y Puerto Rico. Paulatinamente un número de miembros no afrolatinos y angloamericanos ha entrado a estas tradiciones.

La gran mayoría de las casas de palo permanece fiel a sus orígenes africanos. Gran parte de las reuniones de palo, o en su defecto fiestas de palo, se ofrecen en los hogares de los propios líderes.

El número de seguidores de palo congo en el Caribe no es necesariamente conocido, por motivo de que nunca se ha llevado a cabo una investigación constatable referente a los creyentes de esta religiosidad. Se presume que un alto índice de cubanos, especialmente en las zonas de La Habana, Matanzas, Pinar del Río y en las zonas central y orientales de la isla, cree en todo o en la mayor parte de sus principios.

En cuanto al grupo étnico de los devotos, suelen ser en su mayoría negros, mulatos y un cierto número de adeptos de raza blanca, en su gran mayoría se encuentran bautizados en la Iglesia católica.

Es una magia mejor conocida por mantener la balanza del bien (mbote) y el mal (mbi).

El sistema de creencias del palo congo reside en dos pilares:

Un cierto número de espíritus llamados mpungu habitan dentro de los nkisi (medicina sagrada o fuerzas naturales). Los mpungu son bien conocidos en el nombre y el ritual, y son venerados como dioses. Ellos son entidades poderosas, pero situadas debajo del dios Zambi el Alto o Nzambi, considerado el dios supremo.[2]​ Asimismo, los paleros reconocen la existencia de fuerzas negativas conocidas como los ndokis.[2]

Por otro lado, de acuerdo con Ana Stela de Almeida Cunha, en la palería «la muerte no es una ruptura sino una extensión de la vida», de manera que «el antagonismo entre vida y muerte pierde cierta validez». Así, los fallecidos seguirían interviniendo positiva o negativamente en la vida cotidiana de las personas.[2]

Los objetos naturales —especialmente los palos— son considerados con poderes a menudo ligados a los poderes infundidos por espíritus. Estos objetos son conocidos como nganga o prenda y son el objeto central de ritos mágicos del palo y su práctica religiosa. El culto y la práctica del palo se centra sobre este altar o receptáculo. Es un espacio consagrado lleno de tierra sagrada, palos, restos humanos y otros objetos. Cada nganga o prenda está dedicada a un espíritu nkisi específico. Este espacio religioso está también habitado por un muerto o el espíritu de un muerto (en raras ocasiones, el antepasado directo del dueño del objeto), que actúa como guía para todas las actividades religiosas que se relacionan con el nganga.

Para realizar el nganga no siempre son necesarios todos los restos humanos, sino que muchas veces basta con una sola pieza. Según la palería, es el propio muerto quien indica qué debe llevar la nganga, incluyendo la pieza ósea a ser tomada.[1]​ A este muerto se le denomina nfumbi.[2][4]

Asimismo, la tumba que se profanará debe cumplir con ciertos requisitos como no tener menos de cinco años de fallecido, contar con una lápida identificada con nombres, fechas de nacimiento y deceso y conocerse el estilo de vida de la persona. Esto último debido a que si, por ejemplo, el muerto se suicidó o murió en situación de calle, posiblemente llevaría al iniciado hacia ese camino, según la palería. De igual manera, se debe hacer algún tipo de pago para obtener la protección por parte del difunto, haciéndose un pacto con este y estableciendo la finalidad de la relación.[1]

Los rituales de los paleros comúnmente se realizan en una casa donde vive el taita-nganga o mama-nganga a la cual se denomina muna-nso, que significa simplemente «la casa». Dentro de esta casa existe una habitación exclusiva para actividades religiosas la cual se conoce como nso-nganga, cuyo significado es «la casa de la nganga» y que es específicamente a la que se le considera como un templo. Aunque también, por extensión, se considera nso-nganga al lugar donde se reúne la cofradía palera o la cofradía misma.[5]

Independientemente de la rama en la que se trabaje, es un tata o padre-nganga quien tiene facultades para realizar una consulta investigativa a fin de saber si el solicitante es aceptado a o no por la nganga y por el munanzo que visita. En caso de ser aceptado por la nganga se procederá a realizar los preparativos para el «rayamiento» del postulado. Este «rayamiento» consiste en realizar cortes o escarificaciones ligeras en forma de cruz en varias partes del cuerpo, haciendo sangrar al iniciado. De esta manera, se establece un «pacto de sangre» con el nfumbi que formará el nganga. [1][2]

Tras esto, el neófito se vuelve «ahijado» de su iniciador y adquiere el grado de tata-nkisi (masculino) o yaya-nkisi (femenino).[2]

Los métodos de adivinación usados en palo congo son varios. Un método tradicional, llamado vititi mensu, para «ver» o «adivinar» es usando el cuerno de un animal santificado tapado con un espejo.

Otro método es a través de los chamalongos (conchas de coco), los cuales se arrojan y expresarían la respuesta del muerto.[1]

En la palería existe una serie de símbolos a ser dibujados para la realización de ciertos rituales. Cada uno cuenta con un significado específico. Estos reciben distintos nombres como patimpembas, firmas, tratados, gandó, katikanpolo munantoto, atororó naguí o negú. Estos son usados por el sacerdote (taita-nganga o mama-nganga) para comunicarse con el mundo espiritual.[6]

Los comúnmente llamados paleros suelen saludarse con la frase nsala malekum, con su respectiva respuesta malekum nsala. Esta expresión es parecida a la expresión árabe as-salāmu ʿalaykum («paz sobre ustedes»), con su respuesta wa-ʿalaykumu s-salām,[4]​ comúnmente usadas tanto por la población árabe como la musulmana. Sin embargo, dentro de la palería esta expresión tiene varias acepciones: una de ellas significaría «bendición para ti, bendición para mí»; y, según Jesús Fuentes y Armin Schwegler, el término nsala se aproximaría a la otra palabra del kikongo sála, que se refiere a «trabajar mágicamente», en referencia a la «obra-trabajo» que se le solicita a los los mpungos y ancestros.[4]

El sincretismo religioso, en particular el uso de la cruz cristiana (con la imagen de Jesús crucificado) e imágenes de santos católicos como representaciones de nkisi, pueden ser vistas en algunas casas palo llamadas «palo cristiano». La cruz de Nkunia Nfinda Malongo (palo monte), nada tiene que ver con la cruz cristiana.

El Reino del Congo se había convertido oficialmente al catolicismo mientras fue una nación independiente desde los años 1400 y el movimiento sincretista afrocatólico se extendió durante la era de la esclavitud, alcanzando mayor altura bajo el liderazgo de Kimpa Vita —una profetisa congoleña, 1684-1706—, quien promovió a San Antonio de Padua como «un segundo dios». Así que es evidente que mucho del sincretismo dado en el palo cristiano, en contraposición al palo judío, se produjo ya en África y no en Cuba.

La identidad de nkisi es nebulosa porque los autores, por otro lado, considerados intrusos a la religión o procedentes de casas de palo cristiano, han intentado asociar nkisi con los orishas de la santería, que es una religión diferente sincretismo de catolicismo y religión yoruba.

Así la entidad Nsambi Munalembe —también conocido como Nsasi, Señor de los Siete Rayos, y otros nombres distintos— se ha equiparado con santa Bárbara (en el catolicismo) o Changó en la santería.

A causa del sincretismo con el espiritismo de Allan Kardec, en muchas casas palo se oficia una misa espiritual, en razón de identificar a los espíritus principales que ayudaran a desarrollar una vida. Estos guías a menudo hablan por posesión, y pueden dar un consejo directo.

El nivel más alto del panteón de la religión palo es ocupado por el dios creador, Nzambi. Los mpungu (o kimpungulu, en plural) son espíritus o deidades encapsuladas en naves o centros (nkisi) representando aspectos de la naturaleza, tales como truenos, agricultura, viento, etc. Otros espíritus que habitan en los nkisi son los nfuri (espíritus vagabundos o fantasmas), bakalu (espíritus de ancestros) y nfumbe (espíritus anónimos).

Dentro de la palería no existe una autoridad suprema centralizada como sucede en otras religiones. Sin embargo, en cada nso-nganga existe una autoridad máxima: taita-nganga (masculino) o mama-nganga (femenino). No obstante, las decisiones suelen tomarse colectivamente bajo una normativa basada en la tradición, aunque siguiendo la interpretación de cada taita-nganga o mama-nganga. La estructura organizativa no se define por el sexo del individuo, sino por el grado de iniciación, los cuales se establecen a través de rituales de paso.[7]

Solo los participantes de un nso-nganga que han pasado por un ritual de iniciación son propiamente nganguleros.[8]

De acuerdo con Ralph Alpizar y Guillermo Calleja, la estructura de cada nso-nganga se establece de la siguiente manera:[9]

Otras figuras del nso-nganga:[8]

Las religiones del Congo llegaron a América por rutas diferentes además de Cuba. En Brasil la religiones del Congo son conocidas como umbanda, quimbanda y candomblé del Congo o condomblé de Angola. La más cercana a la tradición del palo cubano es el quimbanda.

En Jamaica, las Bahamas y las Islas Vírgenes, las religiones basadas en el rito congo son llamadas kumina o cuando son vistas solo como forma mágica sin el ritual litúrgico son llamadas obeah.

Estrechamente relacionadas con palo en la práctica, pero que como obeah deja de lado los aspectos teológicos y litúrgicos, es la forma de magia popular conocida como hoodoo (mala suerte), conjura o trabajo con raíces. La similitud notable entre estas tradiciones es que el centro de estas creencias radican en el rito del Congo.



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