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Parque rural de Betancuria



El parque rural de Betancuria es un espacio natural protegido español situado en la isla de Fuerteventura, Canarias. La mayor parte del se encuentra en el municipio de Betancuria.

El parque rural de Betancuria es un espacio protegido por sus valores geomorfológicos y etnográficos. Dentro del parque rural existen áreas de sensibilidad ecológica, como el monumento natural de Ajuy y las zonas de uso general y restringido.

Se localiza en el sector centro-occidental de la isla. Su superficie de 16.544,3 hectáreas abarcan principalmete el municipio de Betancuria además de los de Puerto del Rosario, Antigua, Pájara y Tuineje. En el interior del parque rural se localiza el monumento natural de Ajuy.

Declarado por la Ley 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios Naturales de Canarias como parque natural de Betancuria[1]​ y reclasificado por la Ley 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias como parque rural, quedando incluido en el mismo el “monumento natural de Ajuy”.

Se incluye como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en la Red Natura 2000, según lo establecido en la Directiva Europea 79/409/CEE relativa a la Conservación de la Aves Silvestres. Con la entrada en vigor del Decreto Legislativo 1/2000, de 8 de mayo, la reclasificación contenida en la Ley 12/1994, de Espacios Naturales de Canarias no ha sido modificada, reflejándose la misma descripción. Ya en 2009 se produce la aprobación definitiva que aparece recogida en los boletines 2009/078 de 24 de abril de 2009 y 2009/093 de 18 de mayo de 2009, dónde se recoge el Plan Rector de Uso y Gestión del parque rural de Betancuria.

El macizo de Betancuria constituye uno de los más espectaculares afloramientos del Complejo Basal Insular, con un elevado valor científico y paisajístico. Se localizan además en este Macizo importantes depósitos de materiales antiguos, con sedimentos oceánicos y fósiles de animales marinos desaparecidos, que constituyen en la actualidad el Monumento Natural de Ajuy.

En su conjunto, se trata de un paisaje de gran belleza donde se compatibilizan los usos tradicionales con los valores naturales. En los peñascos y macizos montañosos la vegetación destaca por la presencia de endemismos majoreros, canarios y macaronésicos donde encontramos especies como la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), el jorjao (Asteriscus sericeus) y la cuernúa (Caralluma burchardii). En laderas y barrancos se concentran palmeras (Phoenix canariensis) y tarajales (Tamarix canariensis y Tamarix africana). Por otro lado hábitats particulares como la Presa Peñitas y Los Molinos adquieren gran interés faunístico por la presencia de aves autóctonas como el guirre majorero (Neophron percnopterus majorensis), el canario (Serinus canaria) y el herrerillo (Cyanistes caeruleus) y migratorias como el tarro canelo (Tadorna ferruginea) y la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris).

Las especies animales más frecuentes son los arácnidos, insectos, anfibios, reptiles, gran variedad de aves, mamíferos como cabras, ardillas, ratones, murciélagos, erizos y conejos. En zonas costeras habitan aves marinas y limícolas como la gaviota, la pardela, etc. En la presa de Las Peñitas nidifican la polla de agua y la focha común.

En este espacio confluyen afloramientos del Complejo Basal de la isla y coladas de series volcánicas subaéreas. El paisaje se caracteriza por su peculiar cromatismo, por la alternancia de lomos de aspecto suave con barrancos en forma de U y la presencia de estribaciones montañosas de considerable envergadura en el contexto insular, como Morro Velosa (669 m) y Morrro de la Cruz (676 m), Gran Montaña (708 m), Morro Jana (764 m).

A lo largo del parque rural se encuentra estructuras y elementos de carácter etnográfico como gavias, nateros, sistemas de riego, norias, hornos de cal, corrales, gambuelas, caserones, etc., que reflejan a transformación cultural del paisaje a lo largo del tiempo.

Los peñascos y montañas son el hábitat de varias plantas, existiendo especies rupícolas amenazadas y protegidas. Entre las especies introducidas destaca el mimo (Nicotiana glauca) y la población de pinos conocida como Pinar de Betancuria. La vegetación de las lomas de menor altitud se caracteriza por un tapiz herbáceo poco denso y de extensión limitada, pocos árboles y un matorral formado principalmente por aulagas, cardones, salados y tabaibas. En los fondos de barranco se encuentran tarajales, palmeras, cañas, juncos, etc.

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