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Parsifal, el mítico caballero del Grial



Parzival es un poema épico medieval germano, obra de Wolfram von Eschenbach. Data del siglo XIII y su argumento es la vida de sir Perceval, caballero de la Mesa Redonda y de la corte del rey Arturo, y su búsqueda del Santo Grial.

El poema de Eschenbach fue inspirado por la última novela del francés Chrétien de Troyes llamada Perceval o el Cuento del Grial (Perceval ou le Conte du Graal, en francés), narrativa caballeresca que relata la búsqueda del santo Grial. Derivado del héroe galés Peredur, Chrétien de Troyes lo transformó en Perceval en el poema citado. Sin embargo, la historia de Chrétien de Troyes es incompleta, lo que inspiró el trabajo de algunos escritores posteriores, entre los que destaca el poema de Wolfram von Eschenbach, que a su vez inspiró a Richard Wagner la ópera llamada Parsifal.

Esta obra se estructura en 16 capítulos o libros (Bücher)

Consta de un prólogo de presentación de la obra por parte del autor, en el que hace un alegato de las virtudes de los caballeros, como el valor, la constancia y la lealtad; y de las damas, entre las cuales también incluye la lealtad. El amor se presenta como algo positivo y sincero que iguala al hombre y a la mujer

El libro I continúa después con el relato de la vida caballeresca de Gahmuret, padre de Parzival, desde que abandona su país hasta que, después de varias aventuras y haber luchado para el cálifa de Bagdad, llega a África, donde entra al servicio de la reina Belacane de Zazamac. Ambos se enamoran profundamente y, después de vencer él a los caballeros que la están atacando, consuman su relación.

Posteriormente Gahrumet, estando Belakane embarazada, terminará huyendo una noche hacia Sevilla, no dejando de declarar a su mujer en una carta que la ama y sólo le aleja su deseo de aventuras y de regresar a su tierra y haciéndola ver que sería su sueño seguir con ella y que se hiciese cristiana.

Tras llegar al Reino de Castilla Gahmuret, se desplaza de Sevilla a Toledo para visitar a su primo Kaylet, el rey de Castilla. Este ha viajado a Gales, donde se celebra un importante torneo en el que los caballeros más poderosos del mundo se disputan la mano de la reina y el reino mismo. Gahmuret no tarda en llegar allí, donde causa gran expectación por la fama que le precede. Finalmente hace honor a ésta y participa con gran éxito, pero no puede disfrutar de ellos ya allí se entera del fallecimiento de su hermano Galoes y de su madre, cuyo corazón no soportó este golpe tras haber perdido ya a su marido.

Gahmuret no desea el trono de Gales ni a su reina, y sólo ha luchado por su espíritu de caballero, pero la reina Herzeloyde, prendada de él, le hace saber que ella está en su derecho. Él, sin embargo, y aunque sin olvidar a Belakane, sí accede a otro amor que le pretende, el de la reina de Francia, Amphlise, de la que siempre estuvo enamorado. Ésta, recientemente viuda, le ofrece su corazón y su reino.

Finalmente un juez decide sobre el asunto y el honorable caballero debe cumplir con su deber y aceptar a Herzeloyde, olvidándose de Amphlise y Belakane. Finalmente su relación será feliz para ambos, salvo que él es sincero y le dice lo que hizo con Belakane y le pide que pueda ir en busca de aventuras. Así ocurre que el califa de Bagdad está en apuros y vuelve a ayudarle, si bien en este empeño se le acabará la suerte y perderá la vida.

Los honores y el recuerdo de su amado no aplacan el dolor de la reina galesa, embarazada de un niño. Ella se dedicará en cuerpo y alma a Parzival, el hijo fruto de su relación con su amado marido. El niño nace sano y grande.

Al final de este libro Wolfram aparece repentinamente para presentarse también como caballero e ironizar sobre la importancia o calidad de la obra que está transmitiendo.

Herzeloyde se retira al bosque de Soltane para proteger a su hijo. Alejada del ambiente de la corte, lleva una vida más humilde y rural en la que incluso prohíbe cualquier educación o información sobre la vida caballeresca. Un simple arco que el mismo se fabrica, así como otras armas arrojadizas como dardos y lanzas, es toda la práctica de estas características que él puede lograr. Si bien se muestra como un niño sensible e incluso temeroso, no tardan en apreciarse sus verdaderas dotes en la caza.

Un día quiere la casualidad que se encuentre varios caballeros cuando está de caza y conoce por ellos mismos en que consiste ser caballero y que un rey llamado Arturo le puede conceder este honor. Tras preguntar a su madre, esta con gran pena tiene que hablarle algo de su propia historia y del oficio de caballero, aunque sólo lo justo, con el afán de no incrementar el interés del joven. No obstante, él está dispuesto a conocer ese mundo y Herzeloyde tiene que acceder a suministrarle un caballo y la vestimenta adecuada. Ella se aprovecha de su ignorancia para darle un mal caballo y disfrazarle de bufón, con la esperanza de que sea pronto rechazado en la corte y regrese.

No obstante, la determinación del joven es total y despuntar el amanecer sale en busca de aventuras. Su madre muere de dolor.

Parzival intenta seguir todo los buenos consejos que le dio su madre, como saludar a todas las personas con dignidad y apreciar los conocimientos que le puedan transmitir los ancianos. No obstante, por culpa de su inexperiencia e ignorancia en ese nuevo mundo, los malinterpreta, cuando roba y abusa de una dama, recordando el consejo de su madre de que tomase los anillos de estas.

Cuando prosigue camino encuentra a la joven Sigune, llorando junto a un caballero muerto. Cuando ambos comienzan a conversar y él le ofrece su consuelo, ésta se da cuenta de que realmente son primos y le habla de su madre, de su padre, y de sus orígenes, incluso le informa de que ese caballero ha muerto por defender sus reinos. Él se lo agradece y continúa todavía más deseoso hacia la corte del rey Arturo. Al llegar allí, frente al palacio, se encuentra con un caballero llamado Ither que está apesadumbrado por un malentendido en el que arrojó vino sobre la mujer del rey Arturo, Genoveva, durante una discusión en la que reclamaba unas posesiones. Éste le pide que en su nombre pida disculpas por este acto y que devuelva la copa en su nombre.

Cuando, no sin cierta mofa y momentos de desconfianza, se le permite conocer al rey Arturo, le hace saber su deseo de ser armado caballero. Él rey, respetuosamente, entreviendo la nobleza y la insuperable belleza del joven, le dice que no puede armarle caballero sin algún mérito y sin poseer armadura.

Finalmente, obedeciendo a su arrojo y e ignorancia juveniles, irá a reclamar su armadura al caballero que había encontrado antes. Ither le dice que si el rey Arturo se la ha ofrecido, también le habrá ofrecido su vida, y comienza a luchar con él. Inesperadamente, y aunque Parzival desconoce que es un arma prohibida en la caballería, se defiende arrojándole un dardo que le atraviesa la cabeza. Conseguida su primera victoria, y sin dar en un primer momento más importancia a su villano acto, se apodera del caballo y la armadura de Ither.

Ya ataviado con su nuevo noble atuendo, prosigue su camino sin un rumbo fijo, hasta llegar a Graharz, donde el monarca Gournemans le recibe como un hijo al reconocer su noble origen e intentar llenar el vacío de sus tres hijos muertos. Falto de educación en caballería y otras costumbres nobles, emprende su educación, descubriendo sus grandes cualidades. Cuando ya es su intención que se convierta en el descendiente de sus bienes y se case con su hija Liase, Parzival le dice que debe ganarse el derecho de ser caballero antes de regresar para cumplir este deseo.

En el proseguir de su camino llega Parzival a una ciudad temerosa y empobrecida llamada Beaurepaire, en la que es protagonista el hambre hasta entre los nobles. Sólo cuando anuncia su intención pacífica es aceptado a pasar y presentado a la reina Condoir-amour, que no duda que sea una de las mujeres más guapas del mundo, incluso más que todas las bellas damas que ya había ido conociendo.

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