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Patescibacteria



Patescibacteria, también llamado grupo CPR, grupo de las bacterias ultrapequeñas,[1]​ o, en razón a su tamaño nanométrico: nanobacterias;[2]​ conforma un amplio grupo de bacterias recientemente descrito (Brown, 2015).[3]​ Constituye un nuevo filo[4][5][6]​ de nanoorganismos que se estima pueda incluir desde 26% hasta 50% del total de la diversidad bacteriana,[7]​ aunque inicialmente se calculó en 15%. Estas bacterias han pasado desapercibidas porque hasta el momento no han podido ser cultivadas, pero recientemente se han identificado mediante análisis genómicos. El análisis de los genomas sugiere que estas bacterias presentan reducidas capacidades metabólicas, lo que ha impedido su cultivo por los procedimientos tradicionales.[8][3]

Probablemente todos los miembros de este grupo tienen células extremadamente pequeñas y genomas reducidos. Por sus capacidades metabólicas limitadas se supone que son simbiontes en las comunidades bacterianas. Hasta el momento, todos los genomas estudiados carecen completamente del ciclo de Krebs y de las cadenas respiratorias y la mayoría tienen una escasa o nula capacidad para sintetizar nucleótidos y aminoácidos. Se desconoce si estas limitaciones son una característica heredada de los primeros organismos o es una consecuencia de una posterior pérdida de capacidades.[3]

Muchas características, incluyendo las ultraestructurales, están potencialmente relacionadas con la minimización del tamaño de la célula. En general, presentan las siguientes características:[3]

Son ultrapequeñas, técnicamente nanobacterias (bacterias de tamaño nanométrico). Es común encontrar diámetros de 250 nm.[2]​ El volumen es de 0.009 (± 0.002) μm³, pudiendo reducirse aún más cuando hay inanición.[1]

La información microscópica electrónica ha revelado un tamaño similar en arqueas ultrapequeñas.[11]​ A las bacterias muy pequeñas se les ha llamado "ultramicrobacterias" (UMB), y en este caso, las UMB no solo pertenecen al grupo CPR, sino también hay ejemplos que corresponden a Proteobacteria, Deinococcus-Thermus, Firmicutes, Acidobacteria, Dependentiae y Elusimicrobia; y en todos estos casos los genomas son pequeños, con un tamaño de 0.58 a 3.2 Mb.[12]

Se ha encontrado que presentan:[1]

Son bacterias muy diversas y están muy extendidas en entornos terrestres y marinos, siendo muy comunes en aguas subterráneas. Hasta ahora (2019) se han encontrado en la microbiota humana, agua potable, acuíferos, sedimento marino, suelo, sedimentos profundos del subsuelo, boca del delfín y otros entornos.[7]​ Se han encontrado como episimbiontes de otros microorganismos, de los cuales depende debido a su capacidad biosintética limitada. También son importantes en aguas termales, aunque con la mayor temperatura disminuye su abundancia.[13]

Los ambientes de aguas subterráneas han resultado contener una abundancia particularmente alta de estas bacterias, hasta un 38% del total del microbioma. También se encontraron en sedimentos de aguas profundas, permafrost y el subsuelo continental profundo.[10]

Una filogenia algo consesuada en el GTDB database y el Annotree es la siguiente:[14][15]

 Wirthbacteria

 Dojkabacteria

 Doudnabacteria

 Microgenomatia

 Berkelbacteria

 Saccharimonadia

 Paceibacteria

 Andersenbacteria

 Gracilibacteria

En varias ocasiones se reportó presencia de bacterias de tamaño nanométrico. En 1981 se llevó a cabo microcultivos con formación de microcolonias de las llamadas "ultramicrobacterias", identificando por microfotografía bacterias heterótrofas de agua de mar de lento crecimiento.[16]​ El informe de 1996 de un meteorito de Marte que contendría microbios considerados demasiado pequeños para ser organismos,[17]​ provocó un largo debate sobre la existencia de nanobacterias. En los años siguientes, varias publicaciones propusieron la existencia de "nanobacterias" en muestras terrestres, a veces con implicaciones médicas, como la posible existencia de Nanobacterium como agente productor de patologías calcificantes;[18]​ y se postula la existencia de "nanobios" en medios ambientales.[19]

Las bacterias de pequeño tamaño se han mostrado esquivas a la investigación debido a la dificultad de su cultivo. El primer grupo identificado genómicamente se encontró en 1998 en una fuente termal (piscina obsidiana) del parque nacional de Yellowstone pero también en medios mesófilos y se la llamó OP11, conocido ahora como Microgenomatia, que destacaron entre otras muestras por tener una identidad de secuencia muy baja y firmas de secuencia altamente atípicas.[20]

En 2004, se determinó que OP11 (Microgenomatia) es la más diversa de las divisiones bacterianas conocidas, mientras que OD1 (Parcubacteria) es la segunda más diversa. Además se determinó que estos dos grupos, sumando a la bacteria del río sulfuroso SR1 (Absconditabacterales) forman un clado.[21]​ Este clado fue confirmado combinando métodos de análisis del ARNr SSU y de genes codificadores de proteínas universales procariotas, denominándolo Patescibacteria en 2013, e incluyendo nuevos grupos como WS6 (Dojkabacteria), BH1, GN02 (Gracilibacteria) y TM7 (Saccharimonadia).[22]​ El nombre Patescibacteria procede del término latino patesco (desnudo, descubierto), haciendo referencia a las limitadas capacidades metabólicas de estas bacterias; sin embargo, este nombre aún no tiene amplio reconocimiento de la comunidad científica y se ha solicitado una consulta comunitaria antes de proponer un nombre formal.[9]

El novedoso método usando proteínas ribosómicas respalda a este supergrupo, lo coloca en posición basal de las bacterias y le denomina CPR.[8]

En 2018 en una propuesta taxonómica para estandarizar la taxonomía bacteriana se encontró que CPR o Patescibacteria comprende un único filo con varios taxones de rango inferior.[4]



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