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Pediculosis



La pediculosis es una ectoparasitosis (parasitosis externa) contagiosa producida por la infestación por piojos (orden Phthiraptera). El cuadro puede aparecer en casi cualquier especie de animales de sangre caliente (mamíferos y aves), aunque en particular el término suele hacer referencia a la infestación por Pediculus humanus capitis, que se localiza fundamentalmente en el cuero cabelludo humano.

Otras pediculosis humanas son la corpórea (infestación por Pediculus humanus humanus = Pediculus humanus corporis) y la púbica (infestación por ladillas, Pthirus pubis).


Los piojos son insectos hemimetábolos. Esto quiere decir que su desarrollo consta de 3 fases: huevo (en piojos llamado liendre), ninfa y adulto.

Las hembras cementan las liendres al pelo con más facilidad en cabello limpio y lavado.[8][9][10]

Los piojos no vuelan y no pueden saltar. La forma de contagio común es el contacto directo, o por compartir ropa u otros objetos contaminados.[2][11]​ Los piojos viven unas pocas horas a dos[4]​ días o cuatro[2]​ fuera de un hospedador, dependiendo de las condiciones ambientales, luego de lo cual mueren de hambre.[4]​ El contacto por objetos infestados puede ser:

Las liendres no se contagian, ya que si una liendre se despega del pelo ya no tiene forma de treparse a otra cabeza, y las liendres tienen que estar a una distancia determinada del cuero cabelludo para obtener el calor y la humedad de este para madurar, por lo que al quitarlas ya no sobrevivirán. Por lo tanto, para contagiarse mediante las formas arriba indicadas, es necesario que éstas (gorros, peines...) tengan piojos (ninfas o adultos), porque si sólo tienen liendres no será posible el contagio.

Los síntomas característicos:

No hay ninguna transmisión demostrada de enfermedades mediante los piojos del cuero cabelludo humano al menos en Europa.[6]​ Puede haber complicaciones como sobreinfecciones bacterianas o pediculide (una reacción papular secundaria en cuello y espalda).[2]

Piojos y liendres son visibles en una inspección a simple vista del cuero cabelludo. Los piojos se alojan preferentemente en las zonas detrás de las orejas y sobre la nuca. Las liendres son más comunes en esas zonas, visibles en una inspección ocular del cabello cerca de las raíces. Los piojos pueden aferrarse al pelo con sus patas con extremos en garras, rara vez se encuentran en otras partes del cuerpo o en la ropa. Para hacer el diagnóstico, deben encontrarse piojos vivos en fase de ninfa o adulto, no basta con encontrar liendres, de las que puede haber quedado sólo el corion vacío o el embrión en su interior podría estar muerto.[7]​ La forma más efectiva de revisar una cabeza es pasar un peine fino por todo el pelo desde el nacimiento hasta las puntas, y los dientes del peine fino deben ser revisados en búsqueda de piojos vivos luego de cada pasada.[12]

La infestación por piojos generalmente es benigna y sin más manifestaciones que el picor y las lesiones del cuero cabelludo por el rascado. Sin embargo, en algunos raros casos puede ocasionar cierta afectación general con anemia por déficit de hierro y eosinofilia.[13]

Debido a su rápido desarrollo los tamaños poblacionales aumentan a gran velocidad si no se toman las medidas adecuadas, lo que provoca epidemias y hace que sean considerados un insecto plaga.[2]​ Es más común en niños de edad escolar,[7]​ condición presumiblemente asociada a la aglomeración en las escuelas.

Ante la sospecha de infestación de piojos de alguien cercano, evitar el contacto directo con el pelo expuesto (utilizar gorro o cofia), lavar la ropa de cama, toallas y ropa personal en agua a 60º o planchar.

Evitar compartir prendas de ropa (como sombreros, gorros o gorras) con compañeros de trabajo o clase.

Se ha recomendado utilizar bálsamos o lociones de Quassia amara[cita requerida][14]​u otros que dificulten la fijación de la liendre al pelo por la hembra en oviposición.[cita requerida]

En el caso de llevar cabello largo es preventivo mantenerlo recogido.

Los productos que se suelen emplear para combatir los piojos no son efectivos en la fase de liendre, por lo que hay que realizar aplicaciones sucesivas para asegurar que todas las liendres presentes hayan pasado a la fase de ninfa, más sensible a los tratamientos. Se pueden combinar varios de los tratamientos mencionados más adelante.

Los peines finos, peines con un espacio muy pequeño entre dientes diseñados para que las liendres queden atrapadas en ellos (también llamados lendreras) que se venden en farmacias, utilizados metódicamente pueden ser eficaces durante el tratamiento, especialmente en el momento en que la cabeza está mojada y con aplicación de crema de enjuague (acondicionador de cabello), momento en que piojos y peines se deslizan con facilidad y el tratamiento daña menos el pelo. El lado fino de un peine común durante la aplicación de crema de enjuague puede funcionar para deslizar piojos (ninfas y adultos).

Hay peines finos eléctricos para asegurar la muerte de piojos y liendres.[15][cita requerida]

El uso de querosén y otros solventes no está recomendado debido a su toxicidad. El alcohol que se compra en la farmacia (etanol) es tóxico para los piojos y demás artrópodos y no es tóxico en humanos en una aplicación tópica.[cita 1][cita 2][cita 3]​ Una mezcla de alcohol con crema de enjuague (acondicionador de cabello) provoca que los piojos resbalen con más facilidad. Una combinación de algún insecticida, crema de enjuague y peine fino puede ser muy efectiva.[1]

Un tratamiento común es con vinagre templado (no más de 50 ºC) sobre el pelo seco y un sistema oclusivo (una bolsa o gorro de plástico) y una toalla para guardar el calor envolviendo la cabeza durante unos 30 minutos, combinado con el uso de lendreras.[cita requerida]

El aire caliente del secador de cabello parece efectivo contra los piojos.[18]

Un antiguo tratamiento es el rapado de la cabeza.

Los insecticidas usados para el tratamiento de los piojos incluyen organoclorados como el lindano, organofosfatos como el malatión, carbamatos como el carbaril, piretrinas como el piretro, y piretroides como la permetrina.

En España el tratamiento de elección es la permetrina al 1%[19]​. Se aplica sobre el cabello y el cuero cabelludo, se deja actuar durante 10 minutos y posteriormente se aclara. Tiene acción tanto pediculicida como ovicida. Además posee actividad residual, es decir, los restos de producto que permanecen en el pelo tras el aclarado siguen presentando acción contra nuevos piojos. Por ello se desaconseja el uso de secador tras su aclarado, ya que la temperatura elevada neutraliza su acción. Con una única aplicación suele ser suficiente, pero puede repetirse el proceso a los 10 días.

Una de las formas más efectivas, rápidas y eficaces de acabar con este parásito es mediante la deshidratación, aunque este tipo de tratamientos (que se realizan con un dispositivo especial) solo pueden ser efectuados por operadores debidamente certificados y en centros especializados. Aprobado por la FDA y con el sello del Consejo de Europa.[cita requerida]

La FDA sólo tiene aprobados para el tratamiento de la pediculosis el lindano y malatión.[20]

En algunos países está prohibido el uso del lindano por considerarlo tóxico y se ha prohibido su fabricación y comercialización (Chile).

Estudios clínicos y de laboratorio aseguran que muchos de los pediculicidas del mercado no son completamente efectivos áun cuando se usen de acuerdo a sus instrucciones.[21][22][23]

La ivermectina se toma por vía oral y ha probado que reduce la infestación de piojos.[24][25][26]​ La Ivermectina no está aprobada por la FDA para el tratamiento de la pediculosis, aunque sí está aprobada para el tratamiento de la oncocercosis y la estrongiloidiasis.[20][27]

Los pediculicidas pueden perder su eficacia rápidamente por el desarrollo de resistencias. Se ha reportado resistencia de los piojos a productos como el lindano, malatión, fenotrina y permetrina.[28][29][30]​ El uso sistemático de insecticidas es contraproducente si no existe infestación ni riesgo real de contagio, pues colabora a crear nuevas resistencias.

El uso de productos de Quassia u otros naturales para prevenir la pediculosis ha demostrado su eficacia en gran parte de la población por acción sobre el cuero cabelludo que cambia el ambiente adecuado para la fijación y desarrollo del piojo.

Productos nuevos han mezclado la eficacia de un parasiticidas químicos (permetrina, deltametrina) con sustancias que dificultan la fijación del parásito como son derivados de silicona o simeticona.



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