Una peregrinación o peregrinaje es el viaje a un santuario o lugar sagrado con importantes connotaciones religiosas. Es, también, un viaje efectuado por un creyente (o grupo de creyentes) hacia un lugar de devoción o un lugar considerado como sagrado según la religión de cada uno.
El término peregrinación proviene del latín peregrinatio, significa viaje al extranjero o estancia en el extranjero. Según sus orígenes etimológicos, el peregrino es el expatriado o exiliado. Sea como fuere, es un extranjero desconocido en el país y privado de la asistencia de una colectividad. El desplazamiento, generalmente andando, de personas hacia los lugares en los que entran en contacto con lo sagrado es una práctica común de religiones y culturas. La peregrinación es un fenómeno casi universal de la antropología religiosa. El peregrino encuentra lo sobrenatural en un lugar preciso, en el que se participa de una realidad diferente a la realidad profana.
Es famosa mundialmente la peregrinación, o Hajj, de los fieles musulmanes a La Meca, la de los fieles católicos a Santiago de Compostela, o la peregrinación de los judíos ortodoxos al Templo de Jerusalén, durante las tres festividades de Pésaj, Shavuot y Sucot, conocidas con el nombre de Shalosh Regalim. La peregrinación se puede realizar por mera profesión de fe o como método para expiar algún pecado según la religión practicada, e incluso como agradecimiento por peticiones concedidas a la figura religiosa pertinente.
También es peregrinación visitar una capilla o lugar que custodie reliquias sagradas. La Biblia habla del peregrinar en el Salmo 122 (121):
Vamos a la casa del Señor.
Ya están pisando nuestros pies
La última visita de Jesús a Jerusalén, siendo observante de la ley judía, fue como peregrino durante la fiesta de Pésaj.
Las más antiguas descripciones de peregrinaciones cristianas y de peregrinaje a Tierra Santa se remontan al siglo IV.
Los más conocidos y diversos destinos de peregrinación católica son:
Entre los lugares más importantes de peregrinación se encuentran:
El peregrinaje a La Meca —el Hajj— es uno de los cinco pilares del Islam. Se debe realizar por lo menos una vez durante la vida de todos los musulmanes aptos.
Además de a la Meca, la mayoría de los chiitas emprenden un peregrinaje a la ciudad santa de Mashhad, al noreste de Irán.
El hajj es un viaje interior al Kab'ah del corazón y el alma.
Las tradiciones de peregrinaciones locales -aquellas emprendidas como visitas ziyarat a tumbas próximas- se encuentran extendidas por todos los países musulmanes. En algunos de ellos, las tumbas de santos y héroes tienen fuertes tradiciones ziyarat, ya que visitar tumbas en momentos propicios es una demostración de identidad social y nacional.
Algunas tradiciones islamistas muestran actitudes negativas a la costumbre de visitar tumbas.
Existen muchos lugares santos de gran importancia para los hinduistas. Se citan algunos de ellos, incluida la India
Los hinduistas creen que acudir a estos lugares conduce a la moksha, la liberación del ciclo del renacimiento, el samsara.
Bahá'u'lláh, en el sagrado libro Kitáb-i-Aqdas, recomendó la peregrinación (hajj) a dos lugares: la Casa de Baha’u’llah, en Bagdad (Irak) y la Casa del Báb en Shiraz (Irán). En estas dos etapas separadas, conocidas con el nombre de Suriy-i-Hajj, Bahá’u’lláh prescribió unos ritos específicos para cada una de ellas. La peregrinación es obligatoria para los hombres que están capacitados para realizarla, pero los creyentes tienen la libertad de elegir entre los dos lugares, cada uno está considerado como suficiente. La peregrinación no es obligatoria para las mujeres, pero tampoco les está prohibida. Actualmente estos dos lugares de peregrinación son inaccesibles para los bahá’is.
Más tarde, Abdu'l-Baha designó la tumba de Bahá’u’llah en Bahji la Alquibla como un lugar de peregrinación (ziyarat) adicional. Ningún rito específico se ha recomendado para este lugar.
El concepto de la peregrinación ya se conocía, también, en la América Central precolombina. Los lugares más importantes de peregrinación son:
Teotihuacán (visitado incluso siglos después de que sus edificios fueran ya una ruina), elegido por ser el lugar en el que estaban todos los dioses juntos para proteger la creación de la humanidad.
Chichén Itzá, especialmente el Cenote sagrado, un pozo natural consagrado al dios maya Chaac (dios de la lluvia) y lugar de sacrificios.
Izamal consagrado al dios creador Itzamná.
Cozumel, consagrado a Ixchel, diosa de la luna y de la gestación.
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