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Periodismo digital



Periodismo digital, también llamado ciberperiodismo, periodismo web, periodismo en línea, webperiodismo, periodismo electrónico o periodismo multimedia. Este designa la modalidad del periodismo que tiene a internet como entorno principal de desarrollo, así como a las redes y dispositivos digitales en general como sus medios auxiliares. Según palabras de Ramón Salaverría,[1]​ «es la especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para investigar, producir y sobre todo, para difundir contenidos periodísticos».[2]

Este nuevo soporte informativo recibe distintos nombres, ya que se conoce como prensa digital[3]​, periodismo computacional o narrativa multimedia en alusión a los distintos tipos de formato que se usan en el soporte digital.[4]

Esta modalidad del periodismo es fruto del desarrollo de las nuevas tecnologías, ocurrida muy especialmente desde finales del siglo XX. Los medios de comunicación social como la radio, la televisión, la prensa, el cine y otros, con sus diferentes géneros y modos de expresión, han ido incursionando en el nuevo medio de comunicación social del siglo XX. En la actualidad es posible sintonizar emisoras, ver canales de televisión, películas, música, leer periódicos y demás en internet. En consecuencia, se habla de radio digital, televisión digital y prensa digital para referirse a los medios que se transmiten utilizando la tecnología digital, más versátil y con más prestaciones que la antigua analógica o que se emiten por el llamado ciberespacio[cita requerida]. Para muchos este creciente fenómeno pone en peligro la existencia misma de los medios de comunicación convencionales, sin embargo, ello recuerda las mismas reacciones que durante el siglo XIX se presentaban cuando se desarrollaban nuevos medios de comunicación, como la fotografía para la pintura, la televisión para el cine y otros. El 27 de agosto de 2007 uno de los creadores de internet, Vint Cerf, dijo en el Festival Internacional de Televisión de Edimburgo que «estaban contados los días de la televisión actual»[5]​ porque el 85% de todo el material de video que se ve es pregrabado y está siendo puesto todo en internet. Este fenómeno ha creado además una nueva versión del periodista: el digital, es decir, aquel que elabora la información básicamente a través de internet y, en consecuencia, que también tiene una creciente audiencia digital.

El periodismo digital tiene enormes posibilidades para efectuar el trabajo periodístico. Su fuerza reside en tres actores fundamentales: multimedialidad, hipermedialidad e interactividad. De entre todos los demás, este nuevo periodismo es el único capacitado para aprovechar las enormes posibilidades que le brindan estos actores. En primer lugar, la hipermedialidad le da la capacidad de establecer en sus contenidos amplia profundidad y riqueza narrativa mediante la organización sistemática de los elementos multimediales (textos, imágenes, videos, sonidos y animaciones). En segundo lugar, la interactividad le abre la posibilidad de dar a sus públicos un mayor poder en la selección de contenidos y en las posibilidades de expresión y comunicación, y así generar en los mismos mayor participación y confianza. En tercer lugar, pero no por ello menos importante, la multimedialidad le proporciona al periodismo digital un lenguaje sensorialmente más amplio, capaz de integrar de manera polifónica diversos elementos o códigos comunicativos, tales como textos, imágenes, videos, sonidos y animaciones. Se trata de un lenguaje con una plasticidad comunicativa imposible de alcanzar en medios tradicionales, como la radio, la televisión o el periódico.[6]

En este horizonte desdibujado, todavía hay quien confía en que el periodismo, en uno u otro soporte, nunca puede dejar de ser lo que siempre fue.[7]

Apegarse a los hechos, no confundir opinión con información, respetar al otro, verificar y contrastar los datos, redactar con apego a las normas ortográficas, así como investigar a fondo son elementos fundamentales que antes y ahora siguen siendo las fuentes fundamentales de todo buen periodista y todo buen periodismo.

La nueva revolución tecnológica fue marcada por la expansión de internet que comienza durante la década de los noventa del siglo XX para pasar de un uso meramente militar y del mundo de la ciencia, a un auténtico uso popular e internacional. Las redes de internet tienen la virtud de crear una sensación de vandalismo y ciberacoso sin precedentes en la historia de la comunicación. Si bien los periódicos, la radio y la televisión tradicional abrían espacios de participación a sus audiencias, en internet estos pueden recibir respuestas, reacciones y análisis de los lectores, oyentes y televidentes casi de manera instantánea en múltiples canales de conversación, foros y otros sistemas en donde el usuario puede manipular la información de manera casi libre.

Algunos autores denominan internet como un medio de comunicación, sin embargo, la opinión dominante es la que lo define como soporte donde tienen cabida multitud de medios de comunicación, entre ellos los blogs o la propia prensa digital. Y Pablo de Paz del instituto Seminario menor de Zamora Para América Latina, hubo distintos «pioneros» que acuñaron estilos personalizados del nuevo Periodismo 2.0./ Prensamérica Internacional, un grupo de periodistas, locutores, fotógrafos de prensa, productores de radio y «blogers» aficionados se unieron a la propuesta del periodista costarricense Roberto González Short en 2006 y quien revolucionó en las Redes Sociales el formato digital de hacer periodismo y sostener un alto perfil a nivel internacional. En la actualidad, Prensamérica Internacional respeta la estructura original planteada por Dan Gillmor, aun así, este formato informativo continúa evolucionando a nivel mundial, Roberto González Short tiene a su haber incursiones en medios como Grupo Extra de Costa Rica, Univisión para América Latina, Agencia France Press en Palestina, Diario El Trabajo de Chile y la misma Jefatura operativa de Prensamérica Internacional.

El periodismo se hace digital en el momento en que este comienza a ganarse un lugar en el ciberespacio. El reporte de hechos producidos y distribuidos por Internet es conocido como periodismo en línea; por eso, se dice que el periodismo digital esta ligado a este concepto. El fenómeno del periodismo digital ha sido paulatino y no precisamente pacífico debido a los conceptos rígidos de ciertos medios sobre lo que es un medio tradicional. Si un periódico es entendido como una edición en papel impreso y distribuido en las calles de las ciudades por centenares de vendedores, la idea de un periódico digital, es decir, cuya edición se ve a través de un ordenador conectado a una red de internet, no es tan sencilla de aceptar. Por otra parte, un periódico en papel es pagado directamente, ejemplar por ejemplar y, en internet, la mayoría de las personas pueden ingresar a leerlo sin tener que pagar, al menos como es entendido por algunos.

Más complejo aún que pasar todos los contenidos de los medios de comunicación a un portal virtual, el periodismo digital descansa en la virtud de los enlaces que crean una inmensa integración de la información. Gracias al hipertexto se puede crear una red de artículos que facilite una lectura no lineal. Por ejemplo, si un artículo de prensa tradicional publica una noticia acerca de Camberra, por fuerza tiene que explicar a un lector europeo o latinoamericano que dicha ciudad queda en Australia. El mismo artículo en una edición virtual reemplaza la explicación por un enlace que lleva un artículo más detallado de Camberra.

La publicidad digital, por su parte, tiene su toque diferencial a la publicidad que se emite por los medios tradicionales. Para pasar un aviso publicitario por radio y televisión, es necesario interrumpir el programa que se está emitiendo después de la tradicional frase «y ahora un aviso de nuestros patrocinadores». En los medios digitales dicho aspecto queda superado con una publicidad que se ubica silenciosamente al margen de los artículos o de los archivos de vídeo o audio sin interrumpir de manera directa el contenido. Es decir, el lector percibe los mensajes publicitarios de manera alternativa a la información que le interesa sin que la noticia tenga que detenerse para que le preste atención al mensaje publicitario.

La otra virtud del periodismo digital es la capacidad de inmediatez y actualidad que esta posee. En un periódico tradicional se tiene que emitir el célebre Extra para dar a conocer un acontecimiento de gran importancia que sucede en cualquier momento y que para ser publicado tiene que esperar al día siguiente. En cambio, los medios digitales pueden actualizar la información a cualquier hora y desde cualquier parte, probado que el periodista digital cuente con un ordenador y una conexión a una red de internet en cualquier parte del planeta.

La sala de redacción de los medios tradicionales queda también superada de alguna manera por los medios digitales, la cual se puede transformar en una sala virtual de un chat, un IRC u otro tipo de canal.

Este medio de comunicación, revistas digitales innovadoras,[8]​que publican su contenido 360º cross plataformas (páginas webs-Medios sociales como Instagram, Twitter, Linkedin, Facebook, Youtube-TV digital etc.) y en varias idiomas presentan nuevas facetas que han afectado la vida de los individuos, permitiendo así, efectos positivos de llegar a una audiencia más amplia a nivel mundial y tener un impacto más importante (digital influencer), como a la vez permitir que se disminuya el consumo de la televisión, la prensa escrita (periódicos), compra y venta de música, entre otras. Porque las audiencias encontraron en la red de redes abundante información que las obligaron a ver en Internet una potente alternativa de consumo.

El periodismo digital ha permitido en los últimos años el crecimiento del periodismo hiperlocal. Desde la aparición en torno al 2000 de varios CMS o Gestores de contenido gratuito, los periodistas locales han podido llegar al público de pequeñas áreas de población e informar puntualmente y con rigor gracias a la cercanía.

El periodismo evoluciona al mismo tiempo que la tecnología lo hace, por eso, los diarios digitales que se encuentran en internet han ido incluyendo más contenido audiovisual como imágenes, vídeos y audios. Así el periodismo se va adaptando a la demanda y las necesidades del público. Antes de finales del siglo XX, los periódicos únicamente podían editarse en papel, por lo que limitaba el uso de contenidos que amplían la información de la noticia con fotografías. Con el desarrollo de internet esto ha cambiado, por lo que también se pueden encontrar otros medios además de imágenes.

Todo este tipo de contenido se puede ver en el siglo XX tanto en un ordenador como en otros dispositivos más modernos como los smartphones y tablets. La gran cantidad de contenido diverso y audiovisual genera un impacto mayor en los lectores que el de los tradicionales periódicos en papel.

De la misma manera en que durante el siglo XIX y principios del siglo XX se hablaba de la muerte de la pintura ante el surgimiento de la fotografía, la muerte del teatro ante el surgimiento del cine, la muerte del cine ante el surgimiento de la televisión y otros ejemplos similares, se puede hablar de la muerte de los medios tradicionales ante el surgimiento de los medios digitales. La prueba resulta tan relativa como los casos anteriores.

Los medios tradicionales ciertamente están recibiendo una gran influencia por parte de los medios digitales, pero es improbable que se dé una desaparición de los mismos por muchas razones:

Es más probable que a lo largo del siglo XXI se llegue a una complementación entre los medios tradicionales y digitales que creará además nuevos sistemas éticos y un profesional de la información que se desenvolverá entre ambos mundos y que utilizará los recursos digitales con soltura.[9]

Uno de los factores que influirán en la permanencia o no de algunos medios tradicionales con respecto a los medios digitales son los modelos de negocio que se logren afianzar. En opinión de Víctor Manuel Pérez,[10]​ hay al menos dos perspectivas del debate: «La primera de ella es, ¿cuál es el modelo de negocio que le permitiría a las empresas periodísticas convivir con el lector de la versión impresa y el de la versión digital? La segunda, ¿cómo se preparan los dueños, directivos, periodistas, profesores e investigadores para integrar los nuevos modelos de comunicación, humanos y mediáticos, en el proceso informativo?» Son diversos los modelos de negocio que se plantean, como el freemium, metered, los micropagos y las franquicias.[11]

La proliferación de periódicos digitales ha sido pujante en los cinco continentes, especialmente en Europa, América y, en menor medida, Asia. Prácticamente todos los países tienen ediciones digitales de los periódicos más relevantes. En algunos casos, muchos de los periodistas que escriben en dichos diarios han pasado a engrosar el número de publicaciones con páginas web propias y blogs, que vienen a ser nuevas maneras de hacer periodismo. Del mismo modo la figura del periodista digital ha cobrado vida, como un nuevo modo de hacer periodismo desde una vertiente digital y con unas características propias que le consolidan como una nueva manera de quehacer informativo. El grado de sofisticación varía de unos países a otros. Los países más innovadores en lo que respecta tanto a contenidos como al uso de herramientas informáticas, suelen ser Estados Unidos, Inglaterra y Francia. En los países de habla hispana, España, Chile y Argentina suelen ser los punteros. En Argentina la primera publicación digital como diario fue en la ciudad de Rosario, en el año 1994 nació el diario de matriz digital RosarioNet. En Asia los títulos japoneses priman sobre el resto, siendo superiores tanto en el diseño como en los contenidos que aborda. La situación en Australia suele ser pareja a la del resto de países anglosajones, con unas características definitorias propias.[cita requerida]

Así como en los periódicos tradicionales el lector puede comentar mediante las cartas al director, en los diarios digitales lo puede hacer de diversas maneras. Ejemplo de esto último son los blogs y comentarios integrados a la cuenta del medio de comunicación digital en espacios como Facebook, Twitter, Pinterest, entre otros. De este modo, el ciudadano y lector tienen la posibilidad de dar su opinión y participar en el debate, acción que es cada vez más habitual en las plataformas multimedia de diarios, radioemisoras y canales de TV con presencia en internet. La posibilidad de realizar aportaciones en forma de comentarios o sugerencias son factores tenidos en cuenta por los ejecutivos de los medios de comunicación, a la hora de ofrecer determinados contenidos a los espectadores. Podría decirse que existe una continua interacción entre el usuario y el producto mediático en cuestión, que se retroalimenta constantemente para satisfacer los deseos de ambas partes: Por un lado, las organizaciones comunicativas ofrecen un producto mediático satisfactorio para el usuario, mientras que las empresas obtienen certezas en forma de interacciones con los que obtienen soluciones o propuestas de mejora para los productos comunicativos en cuestión.

Los comentarios que se generan de las noticias dan a conocer la opinión de las personas sobre un determinado tema. Estos aparecerán al pie de la noticia y permanecer allí, generando al mismo tiempo visibilidad en el Muro del usuario.

Se puede ver cómo en los comentarios de las noticias se va creando el hilo de discusión, aunque hay veces que los usuarios acaban cambiando el tema principal por otros. Los comentarios y la participación del lector digital tienen como base el factor generacional y actitudinal. Esta relación entre el escritor y el lector, por lo tanto, ha evolucionado también gracias a los nuevos avances tecnológicos y periodísticos. Los efectos del periodismo digital son evidentes en todo el mundo y aumentarán en la medida que más personas accedan a internet y aprendan a darle un uso adecuado en el consumo de información.

Es un término que surge debido al impulso que en los últimos años están teniendo los blogs en internet o páginas personales en los que el autor da su visión de determinados asuntos sociales, culturales, políticos, económicos, deportivos, locales, etc. Se trata de una práctica cada vez más generalizada que tiene muchos miles de seguidores. Además, muchos periódicos digitales, que son editados por profesionales (en ocasiones son medios que también tienen edición escrita, sobre todo los medios gratuitos) fomentan la participación ciudadana en sus ediciones a través de cartas, blogs y páginas de comentarios.

No obstante, los entendidos no se ponen de acuerdo acerca de si el periodismo ciudadano es una realidad y una auténtica variedad del periodismo. Mientras que para algunos es una realidad del periodismo y una consecuencia lógica de los avances tecnológicos y la democratización de la información que permiten, para otros no se puede democratizar pues se trata de una disciplina profesional y la información no es democracia sino poder. Así los defensores del periodismo ciudadano celebran el «asalto de la ciudadanía» a una actividad que estaba controlada por medios afines a intereses políticos y económicos, mientras que para sus detractores se trata de una ficción.

Esta cuestión fue debatida en el VII Congreso de Periodismo Digital, que se celebró en Huesca a principios de marzo de 2006 y contó con la participación de los periodistas Javier Monjas y José Cervera, este último escribía un blog o bitácora en un conocido medio digital.

Uno de los ejemplos de mayor eficacia del llamado periodismo ciudadano es el de la convocación a través de internet y de SMS de protestas ciudadanas. Así se han generado en España, por ejemplo, la protesta del 13 de marzo de 2004 frente a las sedes del Partido Popular por ocultar información sobre los atentados del 11 de marzo, y que fueron el anticipo de la derrota electoral de este partido en las elecciones nacionales celebradas al día siguiente. También de este modo se han convocado diversas protestas contra las «ordenanzas cívicas» de los ayuntamientos y el precio de la vivienda a lo largo del 2006.

Uno de los autores más relevantes y pionero del periodismo ciudadano es el periodista y profesor universitario estadounidense Dan Gillmor. En 2004 publica We the media,[12]​ en el que sienta las bases de esta nueva y controvertida vertiente del periodismo. En 2010 publica Mediactive,[13]​ otra obra de referencia que trata el tema de la alfabetización digital en el escenario de la participación ciudadana en el periodismo.

Como lo define Mariano Cebrián, «un Cibermedio es entendido como el proceso que va de un productor-emisor de contenidos y servicios informativos mediante estrategias y técnicas periodísticas específicas y adecuadas a las exigencias de la plataforma Internet y con la potencialidad del uso integrado de varios sistemas expresivos: escrito, gráfico, icónico, auditivo, audiovisual y multimedia, hasta llegar a unos usuarios que pueden seguir, manejar o producir otras informaciones y entablar diálogo o intercambiarse los papeles con el emisor».[14]

Twitter es una herramienta que no nace de o para el periodismo, pero adapta sus características a él. La interactividad, que convierte a la información en conocimiento colectivo, hipertextualidad, que conduce la construcción del conocimiento por diversos caminos de información contiguos, y la instantaneidad, como situación de versatilidad y recepción de la información de forma eficaz.

El periodismo era, tradicionalmente, concebido como un proceso más fabricado, de días enteros en las calles en busca de la noticia, en el que cada periodista era como una república independiente y las noticias pertenecían a quienes las buscaban, no a quienes las esperaban. Sin embargo, hoy en día no es así. Twitter rompe ese esquema de tiempo y espacio que respetan o exigen las formas del periodismo tradicional. «El espacio para la prensa es un componente clave de la valoración y tratamiento de la información»,[14]​ en donde en materia de tiempo, la exposición de la información a la audiencia es mediada por una concepción periódica: diario, semanal, mensual. Sin embargo, como afirma Sara Plaza, «Twitter tiene a los periodistas en todo momento, si por periodistas se entiende a personas que están en el lugar de los hechos y pueden informar de lo que está sucediendo de forma instantánea. Ese es el término que actualmente se utiliza para referirse a los periodistas ciudadanos y donde Twitter se está convirtiendo en uno de los medios más importantes».[15]​ Jeff Jarvis la respalda en The Impact of Twitter on Journalism,[16]​ cuando dice que «las acciones del periodista en este medio ya pueden ser presentadas o hechas por quien sea, puesto que el periodismo se convierte en un proceso de colaboración que no tiene como fin hacer un producto, sino proveer un servicio». Y bajo la perspectiva de un periodista: «[…] Twitter no es una amenaza a las tradiciones de nuestro oficio periodístico. Este añade, más que restar, a lo que hacemos»[17]​.

Según Mark Luckie, «Twitter es un ecosistema de noticias»,[16]​ el cual permite al periodista o al propio protagonista del evento que representa, expresar hechos u opiniones que abren espacio a un debate que se torna hacia contrastes partidarios u opuestos a fin de generar en el mundo informativo, una constante construcción del conocimiento y un proceso sustentable de recursos. Es así que se convierte en amparo del periodismo ciudadano, puesto que potencia su oferta de información en las intervenciones que tiene el propio ciudadano en el proceso informativo y no depende de las estructuras rígidas que caracterizaban al periodismo tradicional.



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