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Perseo (espía)



Perseo es el nombre código de un hipotético espía atómico soviético que, de ser real, habría violado la seguridad nacional de Estados Unidos al infiltrar el centro de investigación de Los Álamos durante el desarrollo del Proyecto Manhattan y en consecuencia, habría sido instrumental para los soviéticos en el desarrollo de armas nucleares.

Entre estudiosos del tema existe algún consenso de que Perseo no existió y en realidad se trató de una creación de parte de la inteligencia soviética.[1][2]

Un perfil de un espía de existencia no confirmada pero cuya historia se adecua a la de otras fuentes que sostienen la existencia de Perseo, es descrito como un científico estadounidense de edad joven al momento del Proyecto Manhattan.[3][4]

De haber sido real, Perseo supuestamente habría participado en la Guerra Civil Española.[5][6]

A inicios de la década de los años 1940 Perseo habría estado en Nueva York para visitar a sus padres enfermos.[6]​ Durante su estancia en esa ciudad habría logrado ser reclutado por la KGB luego de buscar y contactar a Morris Cohen,[7]​ un estadounidense que se unió al partido comunista durante la gran depresión[4]​ y que trabajaba como espía para la Unión Soviética.[8]

La reunión entre ambos tuvo que haber sido sido entre septiembre de 1941 y julio de 1942, antes de que Cohen se enrolara en el ejército y partiera al frente occidental en Europa.[7]

Perseo se habría presentado a Cohen como un físico que había sido invitado a unirse a los trabajos en el centro de investigación de Los Álamos. Para 1942, Perseo supuestamente ya trabajaba en Los Álamos, siendo que habría empezado en algún momento al menos 18 meses antes de que el físico alemán y también espía atómico Klaus Fuchs se uniera a la investigación a mediados de 1944. No obstante, al parecer Perseo habría sido reclutado por los soviéticos casi al mismo tiempo que Fuchs o en una época cercana[7]

De acuerdo a artículos publicados en Rusia, Perseo habría colaborado con el gobierno soviético por razones puramente ideológicas al punto que rechazó recibir gratificaciones económicas a cambio de información clasificada, ya que estaba convencido de que Estados Unidos usaría la bomba atómica en contra de la Unión Soviética, llegando a declarar que:

Con Morris Cohen en Europa, su esposa, Lona Cohen, se encargó de viajar a Albuquerque en una o dos ocasiones (dependiendo de la fuente consultada). Una vez ahí, Lona Cohen habría recibido información directamente de Perseo para llevarla al cónsul soviético en Nueva York, Anatoli Yatskov. Supuestamente, esta información habría incluido detalles cruciales sobre la Prueba Trinity, detonada en julio de 1945.[7]

De acuerdo a una fuente, Perseo continuaba con vida en 1991.[7]

Perseo supuestamente también fue referido o identificado con los nombres claves de «Mr. X»,[7]​ «Youngster»[9]​, FOGEL,[10]​ PERS[9][11]​ y «Mlad».[9][12]

El nombre clave de Perseo también se usó para identificar a un espía que infiltró el Campo de Misiles de Arenas Blancas en Las Cruces, Nuevo México.

En abril de 1991 el coronel y oficial de relaciones públicas de la KGB, Vladimir Chikov, publicó artículos en el semanario ruso «The New Times» en los que comentó sobre la existencia de un espía ruso trabajando infiltrado en el proyecto Manhattan bajo el nombre clave de Perseo.[7]

Respecto a la información publicada por Chikov en «The New Times», un artículo de The Washington Post comenta:

En una entrevista publicada en 1992, el ex cónsul soviético en Nueva York, Anatoli Yatskov, confirmó la existencia de Perseo,[7]​ considerándolo como una figura importante entre los que trabajaban en el proyecto Manhattan.[13]

Durante su gestión como cónsul, Yatskov usó el seudónimo de Anatoly Yakovlev y se desempeñó como agente de inteligencia soviético, coordinando a los espías atómicos en Estados Unidos.[7]

Yatskov dio detalles sobre el reclutamiento de Perseo, la forma en que envió información de desde Nuevo México hasta Nueva York (por medio de la esposa de Morris Cohen) y confirmó que la Unión Soviética recibió información tanto de Klaus Fuchs como de Perseo.[7]

En una entrevista dada antes de fallecer en 1995, el espía soviético de origen estadounidense Morris Cohen confirmó que (además de Karl Fuchs) existió un segundo físico en el proyecto Manhattan que trabajó como espía soviético.[3]

Los detalles de la historia de Cohen coinciden con detalles de las declaraciones del coronel Vladimir Chikov de unos años atrás, como el reclutamiento como espías de personas cercanas al Proyecto Manhattan, la existencia (sospechada por la intelgencia estadounidense) de un científico no identificado que colaboró con la inteligencia soviética y la interacción de dicho científico con Lona Cohen (esposa de Morris Cohen) para transportar información robada.[4]

De acuerdo con Cohen, para otoño de 1994 quedaban muy pocas personas en la inteligencia soviética («dos o quizás tres») que sabían el nombre real del segundo científico.[3]

Por su parte, poco antes de fallecer en 1992, Lona Cohen sostuvo una entrevista telefónica con el historiador Walter Schneir. En dicha entrevista, Lona Cohen corroboró que había realizado al menos un viaje entre Albuquerque y Nueva York para transportar información clasificada robada a Estados Unidos, pero no podía recordar bien con quién se había entrevistado en Nuevo México, refiriendo que probablemente fue un científico o físico.[7]

El proyecto Venona fue un programa de contrainteligencia estadounidense a cargo del Servicio de Inteligencia de Señales que (luego formaría parte de la Agencia de Seguridad Nacional,) empezó en la segunda guerra mundial y estuvo activo desde febrero de 1943 hasta octubre de 1980.[14]

El objetivo del programa fue desencriptar mensajes interceptados de diplomáticos, agencias de inteligencia (como el NKVD y la KGB), representantes comerciales y otros actores del gobierno soviético.[15]​ A pesar de que solo una fracción de los mensajes interceptados por Venona fueron aptos para desencriptar,[16]​ el proyecto dejó un archivo de alrededor de 3000 mensajes desencriptados y traducidos.[17]

Si bien en los archivos de Venona no se menciona a Perseo, sí aparecen referencias a un espía bajo el nombre código de PERS[11]​ o FOGEL.[10]​ Al parecer, en algún momento el nombre código de PERS fue convertido en Perseo por error.[10]

PERS fue identificado por Venona como parte del grupo de cuatro espías soviéticos infiltrados en el Proyecto Manhattan.[10]

Aunque en 2012 una publicación del Centro de Historia de Criptología de la Agencia Central de Inteligencia describía a PERS como «importante, pero aún sin identficar»,[11]​ las referencias en los archivos Venona han sido cuestionadas[9]​ o incluso usadas como prueba de que Perseo no es real, como concluye otra publicación posterior de la misma CIA.[12]

Desde 1950 hasta 1995 se había confirmado la existencia de 3 espías soviéticos infiltrados en el Laboratorio Nacional de Los Álamos: Klaus Fuchs (físico alemán), David Greenglass (militar y cuñado de Julius Rosenberg) y Theodore Hall (físico estadounidense).[12]

Consternado por la evolución del gobierno de Stalin, Fuchs confesó voluntariamente a agentes del MI5 en enero de 1950[18]​ y detalles de su confesión eventualmente llevaron al arresto de Greenglass en junio del mismo año.[19]​ Finalmente, la participación de Hall fue identificada y confirmada luego que se desclasificaran documentos del proyecto Venona en 1995,[12]​ pocos años antes de su muerte en 1999.[20]

Luego de la disolución de la Unión Soviética, publicaciones como las de Chikov y Yatskov fortalecieron la teoría sobre un posible cuarto espía infiltrado en Los Álamos, quién habría sido identificado como Perseo (el PERS en los archivos Venona) o FOGEL.[10]

En 1994 el teniente general y agente soviético Pável Sudoplátov publicó un libro titulado «Special Tasks».[21]

En el libro, Sudoplátov hace referencia a las declaraciones de Anatoli Yatskov. Sudoplátov aseguró no recordar ese nombre código, y que en su opinión, podría ser que Yatskov o sus allegados crearon a Perseo para cubrir la verdaderas identidades de informantes soviéticos.[21]

Sin embargo, Sudoplátov también reconoció que el nombre código de Perseo se usó para referirse o cubrir a serios agentes y fuentes anónimos.[22]

El historiador estadounidense de la Guerra Fría, John Earl Haynes, se apoya en las opiniones de los autores Joseph Albright, Marcia Kunstel y Gary Kern para concluir que Perseo fue una invención.[9][12]

En un índice de nombres falsos, pseudónimos y nombres reales de espías, Haynes anota en la entrada de Perseo que:

No obstante, Haynes reconoce que si bien Perseo fue una invención, sí debió de haber existido un 4° espía soviético operando en Los Álamos durante el desarrollo del proyecto Manhattan además de los 3 espías identificados hasta 1995: Klaus Fuchs, David Greenglass y Theodore Hall.[12]

En el libro «Bombshell: The Secret Story of America's Unknown Atomic Spy Conspiracy», los autores Joseph Albbirght y Marcia Kunstel dedican el vigésimo capítulo a Perseo bajo el título de «The Perseus Myth» («El Mito de Perseo») en el que concluyen que el espía nunca existió.[2]

De acuerdo a los autores, la KGB pudo haber creado a Perseo con fines de autopromoción, justificación e incluso para lograr más financiamiento estatal.[2]

En el 2006 el autor Gary Kern hizo publicó un correo en el que explicaba porqué creía que Perseo había sido una invención. Kern opina que Perseo fue un operativo de desinformación sumamente arriesgado y con múltiples objetivos, a saber:[23]

En abril de 1999 Jeremy Stone, científico, activista y presidente de la Federación de científicos estadounidenses de 1970 a 2000; publicó sus memorias bajo el título «Every Man Should Try": Adventures of a Public Interest Activist».[6]

Motivado por un artículo en The Washington Post sobre las publicaciones de Vladimir Chikov en Rusia,[21]​ Stone se decidió a abordar el tema, y en su libro dio a conocer conversaciones y visitas que sostuvo con alguien que conocía personalmente y solo identificó con el seudónimo de «Científico X» (o «Dr. X» [21][24]​), y explicó porqué creía que este «Científico X» era el verdadero Perseo.[6]

A pesar del uso de un pseudónimo, gracias a la información en el libro el «Científico X» fue fácilmente identificado como Philip Morrison, un físico del Instituto de Tecnología de Massachusetts.[6]

Morrison negó la acusación y dio una refutación bastante sólida contra esta,[5][25]​ señalando que:

Por otra parte, las razones que llevaron a Stone a sospechar de Morrison fueron cuestionadas. A saber, dichas razones incluían:[6]

A todo lo anterior, Stone aceptó la refutación de Morrison, pero agregando que «A la luz de hechos que no puedo contradecir, solo puedo aceptar tu negación de que eres Perseo».[24]

Finalmente, gracias a la controversia levantada por el hecho, varios académicos y personajes allegados a la Federación de científicos estadounidenses expresaron sus deseos de una disculpa por parte de Stone o incluso la idea de llamar a Stone a presentar su renuncia al frente de la Federación.[6]

De acuerdo al historiado John Earl Haynes y el académico Harvey Klehr, gracias a documentos clasificados del FBI que fueron hechos públicos en la década de los años 2010, pudieron confirmar la existencia de un cuarto espía que identificaron como Oscar Seborer.[12]

Seborer fue un ingeniero estadounidense que fue reclutado por el Ejército de los Estados Unidos en 1942[26]​ y, como todos sus hermanos, tenía simpatías por el Partido Comunista de los Estados Unidos.[27]

Dada su educación como ingeniero, Seborer fue asignado al «Special Engineer Detachment»,[26]​ un programa que identificaba elementos del ejército con habilidades específicas y los canalizaba al proyecto Manhattan.[28][29]

No obstante, Haynes y Klehr son enfáticos en que Seborer no debe ser identificado con Perseo, ya que mientras Perseo habría sido una invención probablemente basada en Theodore Hall, la vida y perfil de Seborer no tienen relación alguna con las características atribuidas a Perseo.[12]

De acuerdo a Haynes y Klehr, si bien Perseo realmente nunca existió,[12]​ algunos aspectos de su personaje estuvieron basados en el espía soviético Theodore Hall[9]​ o bien coinciden con este. Dichos aspectos incluyen:

Nativo de Nueva York, Hall fue un físico estadounidense considerado prodigio desde temprana edad y graduado de la Universidad de Harvard a los 18 años. Preocupado por el avance del fascismo en la época, Hall desarrolló simpatías por el socialismo.[30]

Si bien Haynes y Klehr anotaron que el agente identificado como Perseo (o a veces como «Mlad») cuenta atributos y características que no coinciden con Hall, concluyeron que aun así Perseo en realidad debió haber sido un invento, resultado de un operativo de desinformación con el objetivo de proteger Hall. [12]​ Lo que podría explicar la presencia de atributos que coinciden entre ambos al mismo tiempo de otros que no.

El 19 de agosto de 2020, Perseo fue referido en el tráiler de la campaña de prelanzamiento de Call of Duty: Black Ops Cold War.[31][32]​Posteriormente fue confirmado como antagonista del juego, que está ambientado en la década de 1980.[33]



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