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Petr Ginz



¿Qué día cumple años Petr Ginz?

Petr Ginz cumple los años el 1 de febrero.


¿Qué día nació Petr Ginz?

Petr Ginz nació el día 1 de febrero de 1928.


¿Cuántos años tiene Petr Ginz?

La edad actual es 96 años. Petr Ginz cumplió 96 años el 1 de febrero de este año.


¿De qué signo es Petr Ginz?

Petr Ginz es del signo de Acuario.


Petr Ginz (1 de febrero de 1928 - Auschwitz, 1944) era un joven checo de origen judío, cuyo dibujo de la Tierra vista desde la Luna se convirtió en símbolo del Holocausto. Hijo de Otto Ginz y Marie Ginzová, conocidos esperantistas, era un muchacho con gran talento, autor desde niño de varias novelas, y buen dibujante.

Cuando comenzó la persecución contra los judíos, empezó a escribir un diario, que solo recientemente se ha descubierto y editado. La traducción al castellano, Diario de Praga (1941-1942), ha aparecido en junio de 2006 editada por Acantilado.

Fue deportado al campo de Terezín (Theresienstadt). Allí organizó y dirigió la redacción de una revista clandestina para jóvenes, "Vedem". También escribió, entre otros, un diccionario checo-esperanto.

Se han conservado también algunos dibujos. La reproducción de uno de ellos, una visión con influencias de Julio Verne, fue llevado por el primer astronauta israelí Ilan Ramon en su travesía en el transbordador espacial Columbia, en el catastrófico viaje que le causó la muerte. La figura se ha hecho muy famosa y, por ejemplo, se ha usado para sellos y carteles.

La tragedia de la exterminación de los judío. Toda una civilización milenaria, la de los judíos en Europa, se perdió en unos pocos años. Y una miríada de tragedias individuales pueden pasar inadvertidas entre el horror total. Por eso puede ser necesario rescatar un caso individual, un ejemplo casi casual.

Porque casi por casualidad puede seguirse la tragedia del joven checo Petr Ginz, uno entre tantos, quizás más talentoso que la media, pero que se ha convertido en un ejemplo representativo y conocido a partir de lo que dejó como legado.

Por una primera casualidad se hizo famoso mundialmente su nombre, cuando tuvo lugar el accidente de la nave Columbia el 16 de enero de 2003, en el que murió el primer astronauta israelí. Entre los materiales que Ilan Ramon había llevado al espacio como recuerdo y homenaje se encontraba un dibujo que Petr Ginz había realizado en el campo de concentración de Terezín (en alemán, Theresienstadt), en el territorio de la invadida Checoslovaquia, durante la Segunda Guerra Mundial. La figura representaba una visión de la Tierra desde la Luna, imaginada bajo la influencia de Julio Verne, y se convirtió en un símbolo del holocausto.

El joven Petr era hijo de Ota Ginz y Marie Ginzova, una pareja mixta. Ota era judío, y fue un notorio y activo esperantista. La pareja se conoció en un congreso de hablantes de ese idioma internacional. Entre las obras de Ota Ginz se puede destacar la coordinación de una antología de literatura checoslovaca traducida al esperanto. Su obra "Por fin comprendo la radio" fue uno de los mayores éxitos editoriales de la época, y fue traducido a numerosas lenguas étnicas.

Según todas las informaciones, también Petr era muchacho de gran talento, que escribió varias novelas y dejó muchos dibujos de gran calidad.

Con el inicio de las leyes raciales Petr comenzó a redactar un diario. El hallazgo de este escrito fue de nuevo una casualidad, consecuencia del accidente del transbordador espacial: cuando se difundieron las informaciones del dibujo del joven Ginz, un pragués recordó los escritos viejos que se conservaban en su desván, y los comparó con los materiales difundidos.

Los documentos resultaron ser los restos del diario que Petr había comenzado a escribir en septiembre de 1941, hasta el momento en que fue deportado al campo de concentración.

El libro fue editado primero en checo y poco después traducido al esperanto, bajo la redacción de su hermana Eva, conocida ahora como Chava Pressburger, con el título Diario de mi hermano.

El año 2006 aparecieron las traducciones al español y al catalán. El título de la versión castellana es Diario de Praga, y lo publicó la editorial Acantilado. En la presentación participó la hermana, Chava Pressburger, desplazada desde Israel. La versión inglesa aparecería con posterioridad.

El diario es sobrecogedor por su cotidianeidad. Las prohibiciones y las desapariciones se suceden casi sin darse uno cuenta, como si fuera lo más normal. En un momento dado, en un párrafo que captura la época y que se ha hecho justamente famoso, Petr escribe que "Lo que resulta ahora totalmente corriente, hubiera sido motivo de escándalo en una época normal".

En septiembre de 1942 Petr fue trasladado, como hijo de una pareja mixta, al campo de Theresienstadt, considerado como modelo por los nazis, que intentaron mantener una apariencia de normalidad para utilizarlo como escaparate ante las instituciones internacionales. Allí Petr fue el alma de la edición de una revista juvenil, Vedem, Se sabe también que dedicó parte de su tiempo a la redacción de un diccionario checo-esperanto.

La experiencia en Terezín fue efímera: el 28 de septiembre de 1944 fue deportado a Auschwitz, donde falleció. Tenía 16 años.

Terminó así una vida, un futuro lleno de promesas. Al tiempo finalizó una época de convivencia de culturas. Los miembros judíos de su familia que sobrevivieron terminaron emigrando a Israel, mientras Praga se vaciaba de un elemento que había sido fundamental en su cultura. Su muerte se agregó a la de muchos otros esperantistas, incluyendo los tres hijos del fundador del esperanto, el Dr. Zamenhof.

Queda la memoria, y de hecho el año 2005 se recordó la figura de Petr Ginz mediante la edición de un sello conmemorativo. Pero no es lo mismo: las trayectorias de supervivientes con una edad y un ambiente similar, del financiero George Soros al sociólogo Ernest Gellnero el Premio Nobel Eric Kandel muestran lo que pudo haber sido y se perdió en la locura de los prejuicios raciales.

Petr Ginz, un adolescente judío de Praga, una de las víctimas del Holocausto.

"Los judíos no pueden comprar fruta, aves, queso, cebolla, ajo, pasear a la orilla del río, ni viajar en la parte delantera del tranvía".

"Cuánto tiempo hace ya / que vi por última vez / ponerse el sol sobre Petrin… / Hace ya un año casi que estoy en este agujero / con apenas un par de calles en lugar de tus avenidas. / Como un animal salvaje encerrado en una jaula…". Este poema lo escribió en 1942, desde el campo de internamiento de Terezin, en la antigua Checoslovaquia, el joven que revivió con la catástrofe del Columbia. Petr Ginz murió al año siguiente en las cámaras de gas de Auschwitz. Sus diarios salieron a la luz en 2003, cuando Jiri Ruzicka vio en la televisión, en su casa del barrio Modrany de Praga, el dibujo de Ginz que llevaba el astronauta. Inmediatamente le recordó a otros que guardaba en cajas en el desván. Eran los diarios de Petr Ginz, un testimonio desgarrador del exterminio metódico aplicado por los nazis, escrito desde la ingenuidad y la bondad. La única superviviente de la familia, su hermana Cheva Pressburger, residente en Israel, reconoció la letra: "Y recordé incluso los acontecimientos que en ellos se describían".

Los Ginz vivían en Praga en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Eran una familia acomodada que procuraba inculcar a sus dos hijos, Petr y Eva, la práctica de la vida sana y el deporte. En verano, nadaban; en invierno, esquiaban. Ota Ginz, el padre, judío, era director de una empresa textil en Praga. Marie, la madre, aria, amaba la música. Se habían conocido en un congreso de esperantistas y se casaron el 8 de marzo de 1927. En 1928 nació Petr; dos años después, Eva.

Delgado, larguirucho, el joven Ginz tenía el pelo castaño y los ojos de un bonito color azul. Le gustaba la pintura, dibujar y leer vorazmente cuanto caía en sus manos. Entre los ocho y los catorce años escribió cinco novelas con unos títulos que delataban su admiración por Julio Verne (De Praga a China, El sabio del Altái, Viaje al centro de la Tierra, La vuelta al mundo en un segundo). Tan solo se ha conservado la última, El visitante de la época de las cavernas, en la que Petr añadió un epílogo que pone los pelos de punta: "Así fue como el Congo belga se libró de quien lo torturaba y el mundo de aquel pretendido monstruo prehistórico. Pero debemos preguntarnos si no aparecerá sobre la superficie de la Tierra un nuevo monstruo, peor que aquél, que, dominado por la maldad y dotado de los más modernos medios técnicos, someta a la Humanidad a los más horrendos castigos".

Petr llevó un diario entre el 19 de septiembre de 1941 y el 9 de agosto de 1942. No fue escrito para ser leído; son las impresiones diarias de un adolescente que anota cosas nimias: la visita de sus primos, las ocurrencias de su amigo Popper, los castigos del colegio: "por la mañana, paseo; por la tarde, colegio", o el lacónico "nada especial", en un estilo muy similar al de otra adolescente, Ana Frank, desaparecida también en los campos de exterminio. Petr lo consigna todo con la pluma con incrustaciones que le regaló su abuela: el juego al fútbol con chapas, las declinaciones de los verbos latinos…

Dejó de escribir en sus cuadernos poco antes de que le deportasen (según las leyes de Núremberg del régimen nazi, a los hijos de matrimonios mixtos los enviaban a los campos al cumplir 14 años). En estas páginas se describe la vida de los habitantes de la ciudad de Praga ocupada por los alemanes, sus dificultades, sus miedos. Todo parece funcionar como antes, pero poco a poco se dictan nuevas ordenanzas sobre lo que los judíos deben entregar, los sitios a los que no pueden ir, los transportes en los que no pueden viajar. El 1 de enero de 1942, Ginz escribe: "Lo que resulta ahora totalmente corriente hubiera sido motivo de escándalo en una época normal. Los judíos, por ejemplo, no pueden comprar fruta, gansos y aves, queso, cebolla, ajo y muchas otras cosas. No dan cartillas de racionamiento de tabaco a los presos, a los locos y a los judíos". Además de todo esto, los judíos no pueden viajar en el vagón delantero de los tranvías, autobuses y trolebuses, y tampoco pueden pasear por la orilla del río: "Ahora ya todo el mundo sabe / quién es judío y quién es ario / porque al judío se le reconoce por la estrella amarilla y negra. / Y el judío, una vez marcado / tiene que acatar las ordenanzas".

También cada día, con cuentagotas, desaparece algún vecino, un pariente, un amigo. Algunos esperan el transporte, un eufemismo que esconde el camino hacia los campos de la muerte. Petr escribe la primera anotación en su diario un viernes 19 de septiembre de 1941. "Han sacado un distintivo para los judíos que es más o menos así [dibuja una estrella de seis puntas]".

Poco a poco, el diario se llena de notas intranquilizadoras: "Han fusilado a un montón de gente por preparar sabotajes, por tenencia ilegal de armas… Han ordenado un nuevo inventario de la ropa de los judíos, los muebles, la máquina de coser", o "Está permitido llevar 50 kilos de equipaje por persona, dinero, mantas, comida y póliza de seguros". Un seguro, qué ironía.

Una mañana, Petr asiste con estupefacción a una detención: "Nos encontramos delante de la taberna de la calle Vezanska con un furgón y una fila de guardias en la acera. Los de la Gestapo sacaron a la gente de la taberna (unos ocho) y los metieron directamente en el furgón, cerraron las puertas y se los llevaron". En otro momento, anota: "Nos enteramos de que (al parecer) últimamente suele haber bofetadas (a los judíos, claro) y procuramos que no se nos viese la estrella…". O "un alemán me echó del tranvía con muy malos modos. Me dijo Heraus! (¡Fuera!) y me tuve que bajar…".

"Nos acaba de llegar una comunicación de la comunidad judía. Dicen que tenemos que entregar, antes del 31 de diciembre, las armónicas, los termómetros, las máquinas de fotografía…". Y otra: "Parece que los judíos van a tener que entregar hasta los suéteres".

El 1 de febrero de 1942, el último cumpleaños que pasará en casa, con su familia, anota su lista de regalos: "Un pan dulce que hizo mamá, un libro en blanco para tomar notas, corteza de naranja, un pañuelo…".

Las últimas semanas antes de ser deportado, la letra de Petr va cambiando, los trazos se afilan, se vuelven más nerviosos. Escucha en la radio las noticias de la BBC, sabe que los alemanes han bombardeado París. Se inventa un código secreto, una escritura jeroglífica para anotar lo que oye. Es un juego y una certeza. Por el diario pasan ráfagas del atentado en Praga que le costó la vida a Reinhard Heydrich, el jefe de las SS, el ejecutor de la solución final. "Ofrecen una recompensa de 10.000.000 de coronas al que denuncie a los autores del atentado, y si alguien los conoce y no los denuncia lo fusilarán con toda su familia". "A todas las chicas mayores del barrio de Liben las detenían, les lavaban la cabeza y las volvían a soltar. Están buscando a una rubia que les cuidó la bicicleta a los autores del atentado".

El domingo 9 de agosto de 1942, Petr Ginz registra su última anotación en el diario. Lacónico, escribe: "Por la mañana en casa".

Ya en el campo de deportados de Terezin, una ciudad fortificada a 65 kilómetros al norte de Praga por la que pasaron más de 140.000 judíos, Petr recuerda los momentos previos a su llegada. "El 22 de septiembre de 1942, al llegar a casa, le dije: mamá, no te asustes, me ha tocado el transporte". Y los preparativos finales: "Cogí una buena cantidad de papel y una libreta, unas cuchillas para cortar el linóleo (hacía grabados con este material), una novela sin terminar, El sabio del Altai, y un par de acuarelas medio rotas". A las ocho de la noche se incorporó al transporte. "Me pusieron un panecillo con salami en un bolsillo".

De lo que Petr hizo en Terezin se ha conservado solo una ínfima parte. Pintó más de 120 obras; fundó y dirigió la revista Vedem, un semanario hecho por el grupo de jóvenes del edificio número 1 del sector L417 del campo. Escribió infinidad de poemas y algunas novelas. Se convirtió en un joven serio, reflexivo. Eva llegó a Terezin dos años después y el 28 de septiembre de 1944 vio salir en el tren hacia Auschwitz a su hermano. "Le di a Petr rebanadas de pan por la ventanilla. Aún tuve tiempo de cogerle la mano a través de las rejas antes de que el guardia del gueto me echara". Murió al poco de llegar en las cámaras de gas y su cuerpo fue arrojado a la fosa común. Tenía solo 16 años.


Petr Ginz escribió su diario entre 1941 y 1942 cuando vivía con sus padres y su hermana en Praga e iba a una escuela judía. Las entradas del diario, junto con los poemas, cuentos cortos y dibujos, reflejan las duras condiciones vividas por los ciudadanos de Praga durante la ocupación nazi. Al finalizar la guerra, los padres del chico escondieron lo que pudieron salvar de sus escritos en casa de un amigo de la familia.


De todas maneras, no fue hasta después de la explosión del Trasbordador Espacial Columbia el 1 de febrero de 2003 (en que los siete tripulantes murieron) que el nombre de Petr Ginz no se hizo realmente conocido. Poco antes del viaje, Ilan Ramon, primer astronauta israelí de la historia, se puso en contacto con el Museo Yad Vashem de Jerusalén con la intención de llevarse al espacio algún objeto relacionado con el Holocausto para así rendir  homenaje a sus víctimas. El museo seleccionó "Paisaje lunar", un dibujo de Petr Ginz que representaba la visión de la Tierra desde la Luna. Unas semanas después de la tragedia, la televisión mostró al mundo uno de los objetos que se había llevado al espacio el astronauta israelí; se trataba de Paisaje lunar. A Jiri Ruzicka, residente en el barrio Modrany de Praga, le sorprendió lo mucho que aquel dibujo le recordaba a otros que había visto dentro de unas cajas viejas que conservaba desde hacía años en el desván de su casa. Así que para salir de dudas escaneó algunos de aquellos escritos y dibujos y los envió por correo electrónico al Museo Yad Vashem de Jerusalén. El museo contactó con la hermana de Petr Ginz, quien al verlos no tuvo dudas acerca de su autenticidad: "En cuanto vi las páginas del diario y los dibujos de Petr, supe que eran verdaderos. Reconocí la letra de mi hermano y recordé incluso los acontecimientos que en ellos se describían". El material que en más de una ocasión durante los últimos 50 años estuvo a punto de desaparecer fue adquirido por Chava Pressburger y el Museo Yad Vashem , que decidieron publicarlo. Con la publicación de los diarios, Chava pretendía mantener vivo el recuerdo de su hermano y mostrar como un niño, incluso en dramáticas circunstancias, pudo vivir momentos de felicidad.

El libro se editó por primera vez en la República Checa (Trigon, 2004) bajo el nombre de DIARIO DE MI HERMANO en edición de Chava Pressburger. En febrero de este año apareció la versión alemana (Berlin Verlag). En preparación están las ediciones en EE. UU., Gran Bretaña, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur y Hungría.

Petr Ginz nació en Praga en 1928. Su madre no tenía un origen judío, pero se mudó a Praga a la familia judía de su marido. Pedro asistió a la escuela primaria judía en la calle Jáchymová. Durante este tiempo se enamoró de los libros, especialmente de las novelas de Jules Verne. Más tarde comenzó a escribir sus propios cuentos y novelas, ilustrándolos él mismo.

El 24 de octubre de 1942 fue incluido en el transporte Ca, y desde que tenía 14 años, fue solo a Terezín. Junto con otros niños, fue alojado en el bloque L 417 (la antigua escuela de Terezín). Poco después de su llegada, él y otros niños comenzaron a publicar una revista llamada Vedem, en la que pudo utilizar su excepcional talento e imaginación. Además de editar la revista, escribió artículos, poemas y columnas introductorias para ella, y dibujó ilustraciones. A menudo pagaba artículos de otros contribuyentes usando alimentos que su familia le enviaba en paquetes. También llevaba un diario todos los días. Antes de partir hacia Auschwitz, entregó su diario a su hermana Eva, que era dos años más joven y, por lo tanto, no vino a Terezín hasta 1944. Vivía para ver la liberación del campamento. También se han conservado un gran número de revistas de 1942-1944, junto con algunos de los dibujos de Petr.

El 28 de septiembre de 1944, Petr Ginz fue trasladado a Auschwitz, donde murió.

El astronauta israelí Ilan Ramon, cuya madre y abuela fueron sobrevivientes de Auschwitz, fue pedido por S. Isaac Mekel, director de desarrollo de la Sociedad Americana para Yad Vashem, que lleve un artículo de Yad Vashem al transbordador espacial estadounidense Columbia. [2] Ramon llevó consigo una copia de un dibujo de Ginz del planeta Tierra visto desde la luna. El transbordador, al reingresar a la atmósfera de la Tierra, se desintegró el 1 de febrero de 2003, [4] destruyendo la copia del dibujo de Ginz en lo que habría sido su 75 cumpleaños. En 2018, 15 años después del desastre del transbordador de Columbia, Yad Vashem le dio otra copia a la viuda de Ilan, Rona, para que la entregara al astronauta Andrew Feustel. Feustel lo llevó al espacio durante la Expedición 56 en memoria de Ginz y Ramón. El mensaje en video de Feustel conmemorando el Día de la Memoria del Holocausto (Yom HaShoah) 2018/5778 presentó al astronauta mostrando la representación de Ginz de una vista de la Tierra desde la luna. [5] [6] [7]

El cuento de Petr “Las aventuras de Ferda” trata de un niño, Ferda, que pasa un día en el campo con su padre. Ferda ve un globo que desciende hacia él y lo agarra, pero cuando está en el aire le faltan las fuerzas y tiene que soltarlo. Al caer choca con tal fuerza contra

la tierra que ésta se abre y él cae en una gruta donde descubre un Petr Ginz (1928-1944); páginas 4 y 5 del escondite secreto de armas alemanas. Ferda comunica su descu- cuento "Las aventuras de Ferda" (1940).

Petr tenía una mente muy creativa y un espíritu aventurero. Su hermana nos dice que “sus estudios favoritos fueron siempre las ciencias... pero le encantaba dibujar. Llevaba siempre consigo un cuaderno y lápices”. Petr estuvo también muy influenciado por la obra del autor francés Julio Verne, pionero de los relatos de ciencia ficción. Verne escribió sobre el viaje en el tiempo y en el espacio y sobre viajes submarinos antes de que esas posibilidades de desplazamiento fueran una realidad práctica. Según Eva, “Petr leía muchos libros pero de muy pequeño prefería los de Julio Verne. Y creo que quizá llegó a leer toda su obra. Por ejemplo, Julio Verne publicó la novela La vuelta al mundo en 80 días y Petr escribió una novela con el título La vuelta al mundo en un segundo. Entre los 8 y los 14 años de edad Petr escribió también otras cuatro novelas: De Praga a China, El sabio de las montañas de Altay, Viaje al centro de la Tierra y El visitante de la época de las cavernas2. Al comienzo de su relato sobre el monstruo Ka-du, Petr escribe que se trataba de una novela de Julio Verne que él había descubierto y traducido al checo. En realidad, la novela había sido escrita por Petr.

Los nazis ocuparon Praga el 15 de marzo de 1939. El Protectorado de Bohemia y Moravia (véase el mapa 2 del anexo) fue proclamado en toda la región occidental de Checoslovaquia, en la que se incluía Praga. Eso significaba que ese territorio pertenecía al Gran Reich Alemán, y los 92.000 miembros de su comunidad judía estaban sujetos a la autoridad de los nazis. La región oriental de Checoslovaquia se convirtió en Eslovaquia. Inmediatamente después de la ocupación, los nazis comenzaron a imponer restricciones a la población judía. En junio, se promulgó un decreto que prohibía a los judíos prácticamente toda la actividad económica, y gran parte de sus bienes fueron incautados. Cuando, en septiembre de 1939, estalló la Segunda Guerra Mundial, los judíos fueron despedidos de sus empleos, se les prohibió el acceso a los bienes comerciales y se restringió su libertad de movimiento. En noviembre, se restringió su uso del transporte público y los niños judíos fueron expulsados de las escuelas.

El Consejo Religioso Judío de Praga recibió la orden de elaborar un censo de la población judía del Protectorado en septiembre de 1941, y se obligó a los judíos a llevar estrellas amarillas y a vivir separados del resto de la población. Petr comenzó a escribir su diario el 19 de septiembre de 1941, y en su primera anotación escribió un comentario sobre la estrella amarilla que los judíos se veían obligados a llevar, e hizo una ilustración de la misma (véase la imagen). Los nazis utilizaron el ordenamiento jurídico para imponer restricciones a los judíos, que eran fácilmente identificables por la estrella amarilla.

Los judíos se vieron también obligados a registrarse con vistas a su “transporte”. El 26 de octubre de 1941 Petr y su familia recibieron una citación para que fueran a registrarse[1]. La mayoría de la población judía de Praga, como Petr y su familia, fueron enviados a Terezin. Los traslados desde Praga a Terezin comenzaron en noviembre de 1941. Terezin era una pequeña ciudad-fortaleza del noroeste de Checoslovaquia, que se convirtió en un gueto y campo de tránsito para los judíos de Bohemia y Moravia, algunos judíos alemanes adinerados y muy conocidos, y varios miles de judíos de los Países Bajos y Dinamarca. Fue el alto mando nazi Reinhard Heydrich quien propuso el establecimiento de Terezin como campo de tránsito en el camino hacia Auschwitz y otros centros de exterminio del Este (véase el mapa 3 del anexo)[2].

Reinhard Heydrich fue el gobernador en funciones de Bohemia y Moravia —conocido también con el nombre de “Reichsprotektor de las tierras checas”— y jefe de la Policía de Seguridad Nazi, el Servicio de Seguridad y la Oficina Principal de Seguridad del Reich. Él organizó la Conferencia de Wannsee, celebrada el 20 de enero de 1942 en una villa de Wannsee, en Berlín, donde las máximas autoridades nazis coordinaron la “Solución Final”. Este fue el nombre dado por los nazis a su plan de “resolver la cuestión judía” acabando con todos los judíos de Europa: 11 millones, de acuerdo con la definición de los nazis sobre quién era o no judío. La aplicación del plan de los nazis dio lugar a la matanza sistemática de 6 millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Es lo que se conoce con el nombre de Holocausto. Al mismo tiempo, los nazis eligieron también otras víctimas por motivos ideológicos, raciales y políticos, en particular los romaníes y sinti, cuyo resultado fue la muerte de decenas de miles de personas inocentes.

Reinhard Heydrich, famoso por su crueldad y brutalidad, fue conocido también como “El Carnicero de Praga”. Su automóvil fue bombardeado por combatientes de la resistencia checa el 27 de marzo de 1942, y murió el 4 de junio del mismo año como consecuencia de las heridas. El asesinato de Heydrich es quizá el hecho más conocido de la resistencia checa frente a los nazis. Era muy peligroso y, en la mayoría de los casos, imposible resistirse a los nazis. No obstante, muchos judíos, y algunos no judíos, cuando conocieron los planes nazis decidieron oponérseles sin importarles el riesgo que corrían. La resistencia fue organizada en muchos casos por grupos clandestinos y adoptó numerosas formas, como el contrabando de mercancías, la rebelión armada, la búsqueda de refugio en los bosques y otros lugares y la coordinación de actividades culturales. En represalia por el asesinato de Heydrich, los nazis destruyeron la aldea de Lidice, donde creían que vivían algunos miembros de la resistencia. Asesinaron a todos los hombres, deportaron a las mujeres al campo de concentración de Ravensbrück y enviaron a los niños al campo de exterminio de Chelmno[1]

Las zonas de las ciudades donde debían concentrarse todos los judíos, separados del resto de la población, se llaman “guetos”. Después de que los nazis comenzaran a aplicar la “Solución final”, el hecho de que los judíos tuvieran que vivir juntos en los guetos facilitaba su deportación. Los judíos eran transportados sobre todo por tren, pero también en camiones, en barco y a pie, a campos de concentración, campos de trabajo y centros de exterminio en Europa oriental. Los nazis utilizaron el sistema ferroviario que cubría toda Europa para transportar a los judíos, generalmente hacinados en vagones de ganado. Estos se cerraban desde el exterior, y los deportados vivían recluidos durante días, sin agua ni alimentos, hasta llegar al lugar de destino. Los traslados estaban muy bien organizados y requerían un esfuerzo enorme de coordinación entre muchos grupos, como las fuerzas de seguridad nazis, el Ministerio de Transporte, las autoridades locales y los responsables del sistema ferroviario. Los nazis pretendieron camuflar los traslados como si se tratara de un “reasentamiento” de la población judía para que pudiera trabajar en el Este, pero de hecho la mayoría de esas personas estaban condenadas a una muerte segura[1].Tras su llegada a Terezin, Petr escribió sobre el día en que fue deportado de Praga. El 22 de octubre de 1942 había estado trabajando en una tienda de reparación de máquinas de escribir cuando se enteró de que su nombre se había inscrito en la lista de deportados a Terezin y que tenía que salir esa misma tarde. Petr recordaba el momento en que el encargado de la tienda le dio la noticia y él se despidió de todos, temiendo que no volvería a verlos. Luego, caminó a casa, tratando de impregnarse de los sonidos que quizá no volvería a escuchar, al mismo tiempo que ocultaba su estrella para que nadie cayera en la cuenta de que había todavía judíos viviendo en la casa. La familia no tenía que abandonar su casa porque el apartamento estaba registrado a nombre de la madre. Petr recibió instrucciones para que seleccionara las cosas que quería llevar con él, y él eligió papel, linóleo y cuchillos pequeños para cortarlo, su novela inconclusa El sabio de las montañas de Altay y algunas acuarelas, que eran los objetos a los que más le costaría renunciar. Se despidió de su padre, que le besó varias veces, y de su tía Nada, que le dio el último beso. Luego examinó sus maletas, con la esperanza de volver a ver sus pertenencias algún día.

“ ‘Mamá, no te asustes, me ha tocado el transporte’. Mamá estaba destrozada, empezó a llorar, no sabía qué hacer Yo la consolaba”[1].

El gueto y el campo de tránsito de Terezin se encontraba 40 km al norte de Praga. Entre el 23 de noviembre de 1941, en que llegaron los primeros deportados desde Praga, y su liberación en mayo de 1945 pasaron por Terezin unos 140.000 judíos. Petr fue trasladado a Terezin el 22 de octubre de 1942, y vivió allí dos años. Terezin tenía una intensa vida cultural, a pesar del terrible hacinamiento y la presencia constante de enfermedades, el hambre y el temor a las deportaciones. Entre la población había muchos judíos ilustres, artistas, escritores, músicos, actores y académicos, que contribuyeron a las actividades culturales clandestinas. Terezin estaba administrado por los nazis, la seguridad era competencia de la policía checa y los asuntos internos eran organizados por la administración del gueto judío conocida con el nombre de “Consejo de ancianos”. Los niños vivían en casas separadas y recibían educación secretamente, gracias a los esfuerzos del Consejo de ancianos por ofrecerles una vida hasta cierto punto más normal. El Comité Internacional de la Cruz Roja visitó Terezin el 23 de junio de 1944 para investigar las condiciones de vida, pero los nazis, que habían introducido mejoras temporales —como un café y jardines—, consiguieron engañar a la delegación de la Cruz Roja[1].

Terezin (Checoslovaquia, 1944)

Petr y los otros niños de la Casa Número Uno del barracón L417 confeccionaron una revista clandestina semanal desde julio de1942 hasta septiembre de 1945. Se llamaba Vedem, que significa “Nosotros tenemos la iniciativa”. Petr fue editor y colaborador frecuente de ella. Encargaba artículos para la revista, hablaba con los que se retrasaban en la presentación del material y, si no había artículos suficientes, los escribía él mismo con un seudónimo. Petr gozaba de gran estima y respeto por sus talentos. Vedem publicaba artículos de opinión, ilustraciones, poemas, reflexiones sobre el pasado y el futuro, citas de la semana, descripciones personales y artículos informativos sobre Terezin. El texto era de gran calidad y reflejaba el humor y las emociones de los muchachos —amistad, tristeza e impotencia ante su situación, y esperanza de un futuro mejor. No obstante, al acercarse a los 16 años de edad, la edad en que sería considerado adulto, Petr comenzó a perder peso y a dar muestras de preocupación.

Después de la guerra, Vedem fue trasladada de Terezin a Praga por el único muchacho del grupo que había permanecido en Terezin durante toda la guerra, Zdenek Taussig. Había ocultado las revistas en la herrería de Terezin, donde trabajaba su padre. El material de Vedem conservado consta de 800 páginas originales, que se encuentran ahora en el Centro Conmemorativo de Terezin[2]. Se salvaron también unos 200 dibujos y cuadros de Petr, la mayoría de ellos del tiempo en que estuvo encarcelado en Terezin. Ahora forman parte de la colección de Yad Vashem, Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto, en Jerusalén.“Durante un año, he estado atrapado en un agujero horrible; en vez de vuestras bellezas, solo tengo unas pocas calles. Como un animal salvaje encerrado en una jaula, me acuerdo de ti, Praga, cuento de hadas en piedra”.

Petr Ginz, Vedem [1]

Petr era uno de los pocos niños de la Casa Número Uno que tenía todavía familia en el Protectorado. Sus padres le enviaban con frecuencia paquetes con comida y otros artículos que le gustaba compartir con los demás. Escribía a sus padres y a su hermana Eva contándoles detalles sobre la vida en Terezin, y les indicaba lo que le gustaría recibir, como un libro de sociología y gotas contra el catarro para su abuela, quien había llegado a Terezin pocos meses antes que él. Petr fue a verla todas las tardes hasta que ella falleció en 1943. Eva fue enviada a Terezin después de cumplir los 14 años. A su llegada, en mayo de 1944, estuvo recluida en los barracones durante tres días. Petr iba a la ventana diariamente y le llevaba comida. Su tío Emil y sus hijos, sus primos Pavel y Hana, estaban también en Terezin. Petr y Pavel fueron deportados a Auschwitz el 28 de septiembre de 1944. Pavel murió más adelante en Dachau, otro campo de concentración, y Petr fue ejecutado en Auschwitz poco después de su llegada. El tío Emil fue deportado también a Auschwitz y ya nunca regresó. Otto, el padre de Petr, fue enviado a Terezin en febrero de 1945. Eva, Otto y Hana lograron sobrevivir.

Aproximadamente 30.000 personas murieron en Terezin, 88.000 fueron deportadas de ahí a los centros de exterminio (solo 3.000 de ellas sobrevivieron) y 12.000 permanecieron en Terezin o fueron trasladadas a Suecia o Suiza. De los 15.000 niños que llegaron a Terezin, solo sobrevivieron unos 150[2]. “Se oían llantos por todas partes. Salimos corriendo y les llevamos a los chicos dos rebanadas más de pan para que no pasaran hambre. Yo me colé entre la gente, pasé por debajo del cordel que separaba el cuartel de la multitud y le di a Petr las rebanadas por la ventana. Aún tuve tiempo de darle el a Auschwitz; tomado del diario of Eva Ginz, impreso en Petr Ginz, Diario de Praga (1941-1942), ed. Chava Pressburger, Fernando Valenzuela trad. (Nueva York: Grove Press, 2007), 129.

Petr es deportado a Terezin

Se publica el primer número de Vedem

Eva llega a Terezin

Visita de la Cruz Roja a Terezin

Petr es deportado a Auschwitz

Otto Ginz llega a Terezin


Vedem

La revista se fundó poco después de su llegada a Terezin en 1942. Además de Ginz, varios otros muchachos del Hogar no.1. También contribuyó. Petr Ginz se convirtió en editor jefe y contribuyó al nombre en clave de la Academia (Academia). Uno de sus colaboradores más cercanos fue Hanuš Hachenburg, quien escribió muchos poemas. Ginz le dio la mayor parte de sus escritos y pinturas a su hermana antes de su transporte, por lo que la mayoría ha sobrevivido hasta hoy. Su hermana también fue deportada a Terezin en 1944, pero ella sobrevivió.

La fecunda imaginación de Petr continuó funcionando hasta sus últimos momentos en

Auschwitz, como demuestran sus obras artísticas y escritos. En la película El último vuelo de Petr Ginz, la responsable artística principal del Yad Vashem, Yehudit Shendar, explicó las increíbles dotes creativas de Petr, a pesar de las dificultades cotidianas de la vida en el gueto, lejos de su familia. “La creación artística está tan arraigada en algunas personas que para muchos artistas, y para Petr desde luego, ni siquiera condiciones de vida como las de Terezin pueden frenar ese impulso creativo”.

La imaginación de Petr le permitía desplazarse a lugares y ver con su imaginación realidades inasequibles para otros. Por ejemplo, Petr dibujó en Terezin el Paisaje Lunar antes de que nadie hubiera llegado a la luna. Petr dibujaba algo que en aquel tiempo representaba una innovación total. No había todavía fotografías de astronautas en que apareciera la superficie lunar. El hecho de que Petr pensara en el espacio exterior mientras vivía aterrorizado y encarcelado en un lugar donde se veía privado de tantas cosas, revela queDurante los dos años que Petr transcurrió en Terezin, él pintó también muchos cuadros con escenas de sus alrededores, y se forjó su propio estilo en el uso del color y la luz, que comunicaba cómo veía el mundo en aquellas fechas.

Dos ejemplos ilustrativos son sus dibujos El gueto y Una plaza en el gueto de Terezin. Como explica la Sra. Shendar, el Holocausto se presenta a veces como una realidad sencilla, un fenómeno en blanco y negro, pero la realidad era muy distinta. A pesar de la persecución y la muerte, la vida continuaba. En contra de la cita famosa según la cual “en el gueto no había mariposas”, lo cierto es que sí había mariposas y flores espléndidas. Y al mismo tiempo, todos los martes se organizaban deportaciones, cuyo destino era la muerte.

La imaginación y la creatividad de Petr se convirtieron asimismo en un medio para resistir a los nazis, ya que le permitieron expresar sus ideas en los artículos publicados en la revista Vedem. En sus cuentos e ilustraciones Petr transmite su firme decisión de conservar su libre voluntad e independencia y no rendirse a los nazis. En la portada de Vedem aquí reproducida, obra de Petr, cada una de las tres balas de cañón ha recibido un nombre diferente: “humor”, “risa” y “sátira”.

Uno de los siete tripulantes de la nave Columbia que explosionó el 16 de enero de 2003 sobre Texas y Luisiana era Ilan Ramon. Ilan, primer astronauta israelí, subió a bordo del transbordador espacial un dibujo en blanco y negro que representaba a la tierra vista desde la luna y que estaba inspirado en los cuentos de Julio Verne. Ese dibujo, que se ha convertido en el símbolo del holocausto judío, fue creado en el campo de concentración de Theresienstadt y su autor es Petr Ginz, el muchacho de dieciséis años que admiraba al escritor francés y que fue enviado por los nazis a morir a Auschwitz.

Petr nos dejó un diario que inició en 1941 y que tuvo que abandonar en 1942 cuando fue deportado. Este testimonio se encuentra publicado en el catálogo de la editorial Acantilado bajo el nombre de Diario de Praga. El volumen recoge, también, algunos artículos, poemas y dibujos del adolescente que, durante su breve estancia en el campo de Theresienstadt, dio vida a una revista literaria. Vedem circulaba clandestinamente y estaba hecha a mano.

Los muchachos que llegaron a Theresienstadt el 24 de agosto de 1943, entre los que se encontraba Petr, formaban parte de las negociaciones que los aliados llevaban a cabo con los alemanes para intercambiar niños por prisioneros de guerra. Pero estas conversaciones fracasaron y los chicos fueron enviados a Auschwitz, junto con el personal que los atendía. Muchos de esos muchachos colaboraron en la revista Vedem. Por cierto, no sobrevivió nadie de este grupo de inocentes y talentosos jóvenes.

El dibujo de Petr Ginz atravesó el espacio como el proyectil que Julio Verne envió a la luna. El proyectil nunca llegó a su destino final, aunque se aproximó. La nave Columbia no pisó tierra, aunque se acercó. El dibujo de Petr viajó por la bóveda celeste y regresó. Cosas del destino.


El 3 de mayo de 1945 Terezin fue entregado por los nazis a la Cruz Roja, y el 8 de mayo fue liberado por el ejército soviético[1]. Otto y Eva Ginz abandonaron Terezin y regresaron a su casa de Praga el 14 de mayo de 1945. Los Aliados habían derrotado a los nazis y a sus colaboradores, y la guerra había terminado en Europa. Junto con sus padres, Eva esperaba ansiosamente el regreso de Petr a su hogar en Praga. Prometió escribir en su diario de Terezin la fecha del regreso de Petr, pero este nunca volvió. Unos 10 años más tarde, su madre supo a través de alguien que había sido deportado de Terezin junto con Petr que, inmediatamente después de la llegada de éste a Auschwitz, los presos fueron seleccionados y clasificados en grupos, y el grupo de Petr fue directamente a las cámaras de gas[2]. Tras los horrores del Holocausto, los líderes mundiales que habían sumado sus fuerzas para acabar con la Segunda Guerra Mundial sintieron la necesidad acuciante de buscar un medio para que los países colaboraran mutuamente a fin de evitar futuras guerras y de mejorar las condiciones de vida de las personas de todos los lugares. Comprendieron que ese objetivo solo sería posible si todas las naciones se comprometieran a cooperar y a prestar ayuda a través de una organización de alcance mundial. Así nacieron las Naciones Unidas con el fin de alcanzar la paz mundial, el progreso social y los derechos humanos de todos. La Organización se inauguró oficialmente el 24 de octubre de 1945, con la participación de 51 países, los “miembros fundadores”. Actualmente está integrada por 193 naciones, que se esfuerzan por mejorar la calidad de vida de las personas de todo el mundo.



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