Pier Giorgio Frassati (Turín, 6 de abril de 1901-Turín, 4 de julio de 1925) fue un joven laico dominico italiano miembro de la Acción Católica, institución en la que ingresó a los 15 años de edad; fue un gran montañero, escaló los Alpes y el Valle de Aosta. Es venerado como beato de la Iglesia católica.
Nació en el seno de una familia acomodada: su padre Alfredo Frassati, fundador y director, a poco más de 36 años, del periódico La Stampa, senador del Reino de Italia y embajador en Berlín en 1922. La madre, Adelaida Ametis, era una pintora notable.
La situación económica de la familia es por lo tanto feliz, pero no es desde el punto de vista afectivo: el padre y la madre se ponen poco de acuerdo y educan a sus hijos desde un punto de vista rígido. La hermana de Pier Giorgio, Luciana, contaba que "la casa señorial en la que vivíamos parecía un cuartel". La familia, en suma, le transmite un duro sistema de reglas y deberes; la fe es impartida únicamente por la madre.
Estudia primero privadamente, después frecuenta la escuela estatal; pero no demuestra mucho entusiasmo por el estudio y sufre una suspensión. Es inscrito en el liceo clásico Massimo D'Azeglio, pero por continuar una carrera escolástica pobre, la familia lo confía al salesiano don Antonio Cojazzi, que además ha desarrollado la carrera de maestro de literatura, lo acerca a la espiritualidad cristiana.
Es un joven muy vivaz, solía afrontar con los amigos excursiones de montaña (se hizo famosa una fotografía que lo representa en una escalada: le gustaba estar en contacto con la naturaleza). Se inscribe en diversas asociaciones participando activamente: Acción Católica, Apostolado de la oración, Liga eucarística, Asociación de jóvenes adoradores universitarios, etc. En 1917 -1918 frecuenta el liceo cerca del instituto social, la prestigiosa escuela turinense dirigida por padres jesuitas y descubre que con aplicación y empeño pueden llegar también los buenos resultados.
En 1919, todavía menor de edad, Pier Giorgio se inscribe al Cesare Balbo, el círculo universitario de la FUCI (federación universitaria católica italiana, dependiente de la AC), que comprendía también la Conferencia de San Vicente (a la que donará enseguida 1000 liras, enorme suma para la época).
En 1914 Europa se halla inmersa en la Primera Guerra Mundial, y al año siguiente Italia entra en el conflicto. A una camarera que había perdido un hermano en el frente, le preguntó: "Natalina, ¿no darías la vida por hacer terminar la guerra?", y ante su duda, él le responde: "Yo sí que la daría, ya mismo!" Después de la madurez se inscribe en el Politécnico de Turín -donde empieza a interesarse por el carisma de la Orden de Predicadores-, y no obstante el parecer contrario de sus padres, elige Ingeniería Industrial Mecánica. Tiene en la mente el sector minero, para poder trabajar cerca de los operarios pobres.
Durante el período pasado en la universidad, Pier Giorgio conoce y frecuenta a Laura Hidalgo, relación que, dada la diferencia de clase social, no es bien recibida en la casa Frassati. Decide entonces dejarla, viendo que continuar causaría la ruptura del lazo con sus padres. Esta decisión le causó un profundo sufrimiento, pero sabe dónde encontrar la fuerza para superarla; le escribe a su amigo Isidoro Bonini el 6 de marzo de 1925: "en mi lucha interna me he preguntado a mí mismo ¿por qué debo estar triste? ¿Debería sufrir, soportar a regañadientes este sacrificio? ¿Quizás he perdido la fe? No, gracias a Dios mi fe está todavía suficientemente firme y entonces reforzamos, fortalecemos esta que es la única alegría, de la cual uno puede ser pago en este mundo. Cualquier sacrificio vale solo por ella..."
En 1922, después de meditarlo mucho, se decide a ingresar en la rama laica de los dominicos. Tras un año de iniciación, realiza sus votos como laico dominico en mayo de 1923. Al emitir sus votos, toma el nombre de fray Jerónimo, en recuerdo del fraile dominico Girolamo Savonarola, figura que le había cautivado desde el inicio de su vocación a la Orden de Santo Domingo de Guzmán.
Con sus más queridos amigos fundó un círculo denominado "i tipi loschi" (los tipos sospechosos), que detrás de los intentos bromistas, la máxima era: "pocos pero buenos como los macarrones", ocultó el deseo profundo de fundar la amistad sobre bases profundas: "yo quisiera que nosotros jurásemos un pacto que no conoce confines terrenos ni límites temporales: la unión en la oración", escribe a uno de sus amigos el 15 de enero de 1925. No obstante la riqueza de la familia, Pier Giorgio estaba siempre seco, porque sus padres no le daban más dinero del necesario y a menudo el dinero que le daban era generosamente donado a sus obras de solidaridad. No muy raramente los amigos lo veían volver a casa a pie porque había dado a cualquier pobre el dinero que debía haber utilizado para el tranvía. Pero estaba contento de ser parte de la sociedad de San Vicente de Paúl, de ayudar a los pobres entrando en sus casas sucias y malolientes. "Ayudar a los necesitados", responde un día a su hermana Luciana, "es ayudar a Jesús".
Y probablemente visitando a los pobres en sus habitaciones es que enferma de poliomielitis fulminante, tremenda enfermedad que lo lleva a la muerte en una semana. El 30 de junio de 1925, volviendo de su habitual vuelta de la caridad, Pier Giorgio siente un extraño dolor de cabeza y también inapetencia. Nadie atiende sus síntomas, en este período está muriendo también la abuela, que atrae la atención de la familia entera. Al joven se le hace simplemente entender de no molestar con su insignificante enfermedad.
Pier Giorgio está por morir en silencio cuando sus distraídos padres se dan cuenta de lo que le pasa, pero es muy tarde: el suero hecho traer directamente de París, de ningún modo pudo salvarlo; muere el 4 de julio.
A su funeral acuden amigos y, sobre todo, muchísimos pobres. Por primera vez sus familiares comprenden, viéndolo tan amado, donde había vivido Pier Giorgio Frassati.
Fue sepultado en la Catedral de Turín.
Es patrono de la Confraternidad Católica Italiana, de los Jóvenes de Azione Cattolica Italiana y de los jóvenes de la Comunidad del Cordero.
Conoció a los beatos Alberto Marvelli y Giuseppina Suriano y fue colaborador de los Siervos de Dios, Padre Luigi Sturzo y Primo Mazzolari.
El Papa Juan Pablo II lo beatifica en Roma el 20 de mayo de 1990. Se está estudiando su pronta canonización. Es llamado el "Patrono de los Montañeros".
Pier Giorgio Frassati - Cuando la santidad es posible y cotidiana - Comisión Nacional de Jóvenes de Acción Católica Argentina - 2º edición.
Beato Pedro Jorge Frassati - Un joven dominico... Seglar (1901-1925) - Vicente Forcada Comíns, Provincia Dominicana de Aragón, Valencia 1995.
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