La Piedad Rondanini se encuentra en el museo del Castillo Sforzesco de Milán. Considerada como la última obra esculpida por Miguel Ángel, ya que estuvo trabajando en ella seis días antes de morir. Fue encontrada en su estudio después de su muerte e inventariada como:
En agosto de 1564 Miguel Ángel regaló la figura, aún en ejecución, a su criado Antonio del Francese, a pesar de que continuó trabajando en ella hasta su defunción.
Más tarde fue adquirida por el marqués de Rondanini, permaneciendo en su palacio durante mucho tiempo. Finalmente, en 1956, fue adquirida por el ayuntamiento de Milán, que la destinó al museo Cívico del castillo de Sforzesco.
El grupo escultórico se encuentra sin acabar, y el trabajo se ve claramente que fue realizado en diversas etapas. Tiene partes completamente acabadas y otras aún en elaboración, como el rostro de la Virgen. De esta escultura, dice Georg Simmel que ya no hay "ninguna materia contra la que el alma tenga que defenderse. El cuerpo ha renunciado a la lucha por su propio valor; los fenómenos carecen de cuerpo".
Desde un punto ideológico la escultura se ha relacionado con el momento de la cultura reformista que rodeaba a Vittoria Colonna y donde participaba el escultor.
La escultura aparece en la novela de José Luis Sampedro "La Sonrisa Etrusca", cuando el protagonista en uno de sus paseos por Milán visita el museo del Castillo Sforzesco.
También aparece mencionada y comentada en la novela de Miguel Catalán González "Perdendosi", en las páginas 116-118.
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