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Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo



¿Qué día cumple años Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo?

Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo cumple los años el 10 de enero.


¿Qué día nació Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo?

Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo nació el día 10 de enero de 1957.


¿Cuántos años tiene Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo?

La edad actual es 67 años. Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo cumplió 67 años el 10 de enero de este año.


¿De qué signo es Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo?

Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo es del signo de Capricornio.


¿Dónde nació Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo?

Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo nació en Madrid.


Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo (Madrid, 10 de enero de 1957), también conocida como Pilar Medina Sidonia o Pilar Fernandina,[1][2][3][4][5][6][7]​ es una destacada aristócrata, escritora y socialité española que fue desde 1993 la xv duquesa de Fernandina. Es hija de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, xxi duquesa de Medina Sidonia, apodada la «Duquesa Roja», y del jinete Leoncio González de Gregorio y Martí, de la familia de los condes de la Puebla de Valverde. Entre 2010 y 2021, Pilar ocupó la presidencia de la casa de subastas Christie's en España.[8]

Nació en Madrid el 10 de enero de 1957, segunda de los hijos de los entonces marqueses de los Vélez, Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura y Leoncio González de Gregorio y Martí, que poco después se convertirían en duques de Medina Sidonia al formalizarse la sucesión legal del título, vacante tras la muerte de su abuelo el anterior duque en 1955.[9]​ Le había precedido un hermano mayor, Leoncio, conde de Niebla, nacido en 1956, y al año siguiente nacería el pequeño, Gabriel. Pilar fue bautizada en la capilla de El Pendolero, en Hoyo de Manzanares, propiedad de su bisabuelo el duque de Maura, que ejerció de padrino junto con la infanta Pilar, hija del conde de Barcelona, en honor a quien recibió el nombre de Pilar.[10]

La infancia de los hermanos Medina Sidonia se vio marcada por la ruptura matrimonial de sus padres en 1962, tras la que la duquesa se embarcó en un activismo político contrario al régimen de Franco que la acabaría conduciendo a ingresar en prisión en 1969 y posteriormente al exilio en Francia. Los niños vivieron primero con su bisabuela la duquesa viuda de Maura y después con sus abuelos González de Gregorio.[11]

El 16 de septiembre de 1977, Pilar se casó en Quintana Redonda, Soria, con su primo segundo Rafael Márquez y Osorio, hijo de José Márquez y Álvarez de Toledo, iv duque de Santa Cristina, y de Rosario Osorio y Díez de Rivera, vii condesa de las Torres. Al año siguiente, la duquesa de Santa Cristina cedió su título a Rafael, que pasó a ser el viii conde de las Torres,[12]​ convirtiéndose Pilar en condesa hasta su divorcio en 1987. De este matrimonio nació un hijo:

Tras divorciarse de su primer marido, se mudó con su nueva pareja, Juan Illán Álvarez de Toledo y Giraud, XIV Marqués de Casa Fuerte.

Por segunda vez contrajo matrimonio en Madrid, el 25 de junio de 1990, con Tomás Terry y Merello, hijo del bodeguero Fernando Terry del Cuvillo, propietario de las bodegas Terry y alcalde de El Puerto de Santa María durante el franquismo, y de Isabel Merello y Álvarez-Campana. De esta unión, que también acabó en divorcio, nació un segundo hijo:

En terceras nupcias, lo hizo en Madrid, el 3 de noviembre de 2000, con el pianista Joaquín Soriano, académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1988 y premiado con la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. Este matrimonio fue disuelto pocos meses después y no dejó descendencia.

En 2002 apareció una novela escrita por Pilar, Nápoles 23, publicada por la editorial Martínez Roca, del grupo Planeta. Antes, había colaborado como articulista y en los géneros del cuento y el relato corto en ABC, Blanco y Negro, El Mundo, El Semanal, El Diario de Cádiz, Telva, Vogue, Metaphore y Manifiesto del siglo XXI, dónde publicó durante un año la columna «El rincón de la mujer inútil». También participó en la publicación de internet Firmas de Terra y en la revista musical Temporadas.[13]​ Recientemente ha escrito el libreto de la ópera Ignatius, del compositor Tomás Aragüés, basada en la vida de San Ignacio de Loyola y cuyo estreno está previsto para 2016.[14]

Además, Pilar interviene habitualmente en conferencias y presentaciones literarias. El 28 de mayo de 2014, dio una conferencia en el Ateneo de Santander sobre su antepasado el indiano cántabro Ramón de Herrera, I conde de la Mortera.[15]​ El 24 de septiembre de 2015, fue la moderadora de un encuentro homenaje al modista Elio Berhanyer en el Museo del Traje.[16]

Pilar Medina Sidonia es también un personaje frecuente de la prensa del corazón, celebrada por su elegancia y estilo. Por ejemplo, en 2012, apareció en la lista de los 50 maduros más elegantes de España que elaboró la revista Fuera de Serie, del diario Expansión,[17]​ y en 2016, El Mundo la incluyó en su lista de solteros de oro del año.[18]

En 1958, la duquesa de Medina Sidonia había solicitado la rehabilitación del ducado de Fernandina,[19]​ pues tenía intención de atribuírselo a Pilar. Del mismo modo, quiso recuperar el ducado de Montalto para su hijo pequeño Gabriel, reservando el resto de títulos de la Casa para el primogénito, el conde de Niebla.[20]​ No obstante, al marcarse como persona contraria al régimen, ambos procesos quedaron paralizados. A su vuelta del exilio en 1975, tras la muerte Franco, la duquesa decidió retomar el asunto, pero dejando la rehabilitación en manos de Pilar, a quien cedió sus derechos sobre el título. Lo hizo ante notario en Sanlúcar de Barrameda, el 8 de enero de 1980, acompañada del conde de Niebla, que también renunció expresamente a sus derechos a favor de su hermana. Lo mismo hizo Gabriel, días después en Madrid, el 15 de febrero.[21][22]​ Con esto, Pilar se embarcó en solicitar la rehabilitación del ducado de Fernandina, el 20 de julio de 1982,[23]​ pero como no residía entonces en España no pudo completar el expediente, que retomó a su retorno con una nueva solicitud el 23 de junio de 1986.[24]

En medio de este proceso, el 11 de marzo de 1988, se promulgó un Real decreto que limitaba enormemente las posibilidades de rehabilitar títulos nobiliarios, siendo sólo posible la de aquellos que llevasen menos de cuarenta años vacantes y siempre que el solicitante estuviese a menos de seis grados genealógicos del último poseedor legal de la merced.[25]​ No obstante, una disposición transitoria al final de la ley eximía de estos requisitos a los expedientes que estuvieran ya en curso a su entrada en vigor,[25]​ lo que permitió a Pilar seguir con el curso de la rehabilitación, a pesar de que el ducado de Fernandina llevase más de cien años vacante en España, al menos desde 1869.[26]

El 22 de enero de 1993, Pilar logró la rehabilitación en su favor, firmada por Juan Carlos I, y pasó a ser la xv duquesa de Fernandina y grande de España.[27]​ Tres días después del decreto, su hermano el conde de Niebla le puso una demanda de mejor derecho en nombre de su hijo Alonso Gonzalez de Gregorio, entonces menor de edad, no pudiendo hacerlo en nombre propio por haber cedido sus derechos a su hermana. Después de diecinueve años de pleitos, el Tribunal Supremo falló a favor de Alonso, estimando que la renuncia de su padre no podía perjudicarle a él, tras lo que se revocó la rehabilitación de Pilar en 2012.[28]​ Alonso, sin embargo, no logró obtener el título para él, pues al solicitarlo se le aplicaron los requisitos de la ley de 1988: una vez anulada la rehabilitación de Pilar, el ducado de Fernandina llevaba casi ciento cincuenta años vacante y Alonso se encontraba a siete generaciones del último poseedor, el xiii marqués de Villafranca. Así, el resultado del pleito fue privar a Pilar del ducado sin que su sobrino pudiese llegar a ostentarlo.[21]

Tras la muerte de la duquesa de Medina Sidonia en 2008, Pilar reclama, junto a sus hermanos, que la Fundación Casa Medina Sidonia sea reformulada, debido a que los bienes que su madre donó en vida a la misma, al ser la práctica totalidad de su patrimonio, deben ser reducidos para satisfacer los derechos legales de los herederos (pagar las legítimas correspondientes en las proporciones que establece el Código Civil), sin menoscabo de los intereses del Estado y de la declaración de Bien de Interés Cultural, con la consiguiente indivisibilidad.[29]



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