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Pineda de la Sierra



Iglesia de San Sebastián

Pineda de la Sierra es un municipio situado en la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León (España), comarca de la La Demanda y Pinares, partido judicial de Burgos, cabecera del ayuntamiento de su nombre.

Está situado en plena Sierra de la Demanda, concretamente en la sierra del Mencilla, donde se encuentra la antigua estación de esquí Valle del Sol, a los pies del pico Mencilla (1929 msnm). Elevado a 1.205 metros de altitud sobre el nivel del mar, el municipio está situado a 50 km de la capital burgalesa, a la cual se accede a través de la carretera autonómica BU-820. El municipio es atravesado por el río Arlanzón, que nace a pocos kilómetros del término municipal.

Debido a su situación geográfica (situado entre las dos montañas más altas de la provincia, Mencilla y Torruco - San Millán) y su altitud, Pineda tiene un clima de montaña. En invierno, las temperaturas son bajas (a menudo bajo cero) y las precipitaciones, abundantes (frecuentemente en forma de nieve). Los veranos son suaves y secos, en general.

Según los datos más actualizados del Instituto Nacional de Estadística, a fecha 1 de enero de 2017, el Padrón municipal de Pineda de la Sierra cuenta con 103 habitantes.

Villa perteneciente a la Hermandad de Montes de Oca en el partido de Juarros, uno de los catorce que formaban la Intendencia de Burgos durante el periodo comprendido entre 1785 y 1833, tal como se recoge en el Censo de Floridablanca de 1787. Tenía jurisdicción de realengo con alcalde ordinario.

A la caída del Antiguo Régimen queda constituida como ayuntamiento constitucional del mismo nombre en el partido Belorado, región de Castilla la Vieja; contaba entonces con 228 habitantes.

Pineda de la Sierra tiene un pasado minero de relativa importancia, ya que en sus inmediaciones se extrajeron diferentes tipos de minerales. Las explotaciones mineras fueron breves e irregulares, ya que dieron pronto señales de agotamiento, pero gracias a estas explotaciones y a otras de municipios cercanos, se construyó el ferrocarril minero con el propósito de transportar los minerales extraídos de estas minas. Los principales minerales extraídos fueron el cobre, el plomo, el cinc y, sobre todo, el carbón. Las dos minas más importantes de las que se obtuvieron dichos minerales son "Carmina" y "Monterrubio", ambas en terreno de Pineda de la Sierra. También existieron yacimientos de hierro en el Mencilla, montaña cercana de origen glaciar.[1]

Pineda de la Sierra celebra las siguientes fiestas de manera especial:

Pineda de la Sierra (Valle del Sol) acogió la meta de la penúltima etapa de la Vuelta a Burgos 2015, con victoria del ciclista colombiano Miguel Ángel López, del equipo Astana Pro Team.

En septiembre de 2015, se celebró la I Carrera Popular "Embalse del Arlanzón", la cual tuvo dos recorridos: uno de 8 km de distancia y otro de 21 km.

En septiembre de 2016, tuvo lugar la II Carrera Popular "Villa de Pineda", con recorridos de 8 km y 21 km.

A finales de agosto de 2017, se celebró la III Carrera Popular "Villa de Pineda", que contó con dos modalidades: running (con recorridos de 8 km y 21 km, como en anteriores ediciones) y marcha a pie (con un recorrido de 8 km).

El 1 de septiembre de 2018, se disputó la cuarta edición de la carrera popular "Villa de Pineda", que contó con las mismas modalidades que en la anterior edición.

La autora Carla Montero, en su obra El invierno en tu rostro, inicia la historia de la novela inspirándose en el accidente de avioneta que acaeció en el pico San Millán en abril de 1948, y en el que fallecieron los tres ocupantes franceses que viajaban en la aeronave.

El núcleo urbano de Pineda de la Sierra ha presentado, históricamente, una estructura arquitectónica muy bien definida que aún hoy se conserva. La arquitectura tradicional del municipio se basa en la construcción de casas de piedra arenisca rojiza, debido a su alto contenido mineral en hierro, sus tejados a dos aguas con teja árabe y chimeneas encestadas, ventanas de reducidas dimensiones para aislar del frío, grandes puertas de madera con cuarterón, escudos de piedra en la fachada principal, etc. Las antiguas casas tenían planta rectangular, a menudo con tres alturas: la planta baja solía estar destinada al guardado de animales, leña o hierba; en la planta primera estaba la cocina, naturalmente con su chimenea en la que se curaba la matanza, así como las distintas habitaciones y alcobas (habitaciones pequeñas e interiores) de la casa; y la planta más alta, llamada habitualmente desván o payo, estaba inmediatamente debajo del tejado y se usaba como trastero o, a veces, como habitación adicional. Existían en el municipio otras construcciones auxiliares, como los hornos o el molino, en las que los vecinos hacían el pan y molían el trigo, la cebada y el centeno, respectivamente. Otra de las actividades frecuentes antiguamente era la lanar, por la cual se esquilaba a las ovejas de raza churra y, posteriormente, se aplicaban varios trabajos a la lana. Vestigios de esta actividad en Pineda son los distintos nombres relacionados con dicha actividad, como el lavadero (donde se lavaba la lana una vez esquilada), la era de la lana (donde se tendía para su secado al sol) y la estriba (sitio en el que se almacenaba para su posterior venta).

1.- Bernabé Pérez Ortiz[2]

Nació en Pineda de la Sierra en 1878, en el seno de una familia humilde, hijo de padres labradores. El campo no le ofrecía un futuro, así que en el año 1893, con apenas quince años, toma la decisión de emigrar a Argentina. Según él mismo testimonia en una entrevista al periódico “El Correo Catalán”,[3]​ salió de Pineda con lo puesto, con una única consigna dada por su padre: “Sé trabajador, honrado y obediente. Prefiero recibir la noticia de tu muerte a saber que te has hecho bandido”.

Cuando llegó a Buenos Aires, empezó como aprendiz en un establecimiento de tejidos para, en poco tiempo, convertirse en el propietario de una de las empresas más importantes de este ramo.

Su fortuna debió ser sustanciosa, como demuestran las aportaciones que hizo a Pineda y a otros lugares, entre ellas podemos destacar: Acondicionamiento de la carretera que unía Pineda de la Sierra con Villorobe (hoy pueblo desaparecido), y su red de caminos periféricos. 10 000 ptas. para la mejora del ganado lanar de la comarca. 5.000 ptas para repoblar forestalmente los pagos menos productivos. Su propósito no era otro que el de revitalizar la débil economía serrana que le empujó a la emigración.

Ahora bien, hay que reconocer que buena parte de sus aportaciones económicas fueron destinadas a testimoniar su talante de patriota y se dirigieron a otros objetivos. Contribuyó en las obras de la Basílica del Pilar de Zaragoza, por su condición de Patrona de España. A finales de la década de los veinte se constatan varias donaciones a la Casa de Caridad burgalesa, entre ellas: La constitución de una banda de música por un montante de 500 ptas.; otras tantas pesetas para la compra de la intendencia precisa para la celebración de la festividad de la Santa Infancia: 100 kilos de carne, 102 litros de vino, fruta e incluso el contrato de la banda de música del Regimiento de Infantería de San Marcial nº 44.

La construcción en 1941 del Hogar-Escuela Infantil (orfanato) “Hispano Argentino”. Si la obra tenía un presupuesto de 700.000 ptas. Bernabé aportó prácticamente la totalidad de ella.

Además de todas estas contribuciones fueron constantes los donativos al Hospital de San Juan, al Hospicio de Niños y al Comité Femenino de Niños Españoles así como su tradicional aguinaldo para la celebración de las fiestas de Navidad, mediante la entrega de cantidades próximas a las 10 000 ptas destinadas a la compra de juguetes para los niños y otros menesteres.

Esta predilección por la infancia viene dada por la única de las ilusiones que no pudo ver cumplida en esta vida: la de tener sus propios hijos junto a su mujer Ana.

Debido a su filantropía y generosidad se hizo merecedor de la concesión de varias distinciones entre las que se destacan:

La Medalla de Oro de la Ciudad de Burgos, cuando se inició la incoación de dicho expediente la propuesta se realizaba para la medalla de plata; pero los muchos testimonios recogidos a favor de la misma, como los del director de la SESA, o de los ferreteros herederos de Valentín Marcos, Primitivo y Sixto Saiz Marcos, así como los del que fuera alcalde de la ciudad durante la construcción del Hogar-Escuela, Manuel de la Cuesta. La distinción le fue impuesta en la ciudad porteña el 3 de julio de 1945 por el embajador español, a instancias del Ministerio del Asuntos Exteriores, tras lo cual hizo entrega, una vez más a José María Moliner, de un nuevo donativo de 50.000 ptas para fines altruistas.

El 18 de septiembre de 1954, el Ayuntamiento aprovechando su estancia en la ciudad, incluía fuera del orden del día, una moción por la que se daba su nombre a una céntrica calle de la ciudad de nueva apertura, en uno de los laterales del hoy Colegio Público Río Arlanzón.

Su pasión por la “madre patria” unida a su amistad personal con Ramiro de Maeztu, por entonces embajador de España en la República Argentina, le animaron a escribir dos libros de significativos títulos: “Por España” y “Haciendo patria”.

El 29 de diciembre de 1957 Bernabé falleció. En sus últimas voluntades dejó expresada a su esposa la intención de ceder la solariega “casa serrana” –como a él gustaba decir- que mandara construir al más puro estilo indiano en su Pineda de origen, al cuidado de la Diputación de Burgos como residencia para los huérfanos de la provincia. Convertida en al actualidad en Albergue destinado a fines culturales y deportivos, aún es posible apreciar la huella dejada por este oriundo pinedano en las distintas fuentes que jalonan las plazuelas de la localidad serrana.


2.- Manuel Ibeas[4]

Maestro de capilla de la catedral de Santander entre 1794 y 1804. Nació en Pineda de la Sierra, en el último tercio del siglo XVIII. Fue niño de coro en la catedral de Burgos. En 1789 estuvo en la capilla de la catedral de Alfaro y en 1791 en Santo Domingo de la Calzada hasta 1794 que paso a suceder a Pedrosa en la plaza vacante que este dejó en la catedral santanderina. Permaneció en Santander hasta el año 1804 en que ganó el magisterio de la catedral de Astorga en donde estuvo hasta su muerte en 1829. A partir de 1807, sufre continuos achaque por lo que solicitará permisos para descansar en su localidad de origen.

Las obras de Manuel Ibeas se encuentran en muchas catedrales españolas, unas 350se encuentran en Astorga y alguna en Santo Domingo de la Calzada, existen composiciones suyas en los archivos de la catedral de Cuenca y del Santuario de Nuestra Señora de Aranzazu.

Ganadería ovina y bovina, silvicultura, turismo y sector servicios. Es sede del Centro de Documentación Comarcal de Sierra de la Demanda y de Agalsa.



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